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viernes, 14 de julio de 2017

TIERRA, SEMILLA, AGUA


GUÍA DE ORACIÓN 16-07-17


GUÍA: La liturgia escoge estas tres palabras: Tierra, semilla, agua. Nuestra tierra está ahí. Es el lugar donde se da el milagro de la vida. La semilla es el don de la Palabra de Dios que  da fruto. El agua es el Espíritu, quien fecundiza el conjunto. Hacemos nuestra oración, presentándonos al Padre. ¿Cómo es nuestra tierra? ¿Qué semilla recibimos? ¿Dejamos actuar al Espíritu?
Visualizamos estos  tres elementos en su situación relacionada con nosotros.   Y a nosotros dando el fruto que Dios espera. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE APERTURA Y ENTREGA.

Del libro de Isaías (55,10-11):

Así dice el Señor: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.»


GUÍA: Isaías habla del agua que empapa la tierra, hace germinar la semilla y cumple el encargo de Dios. Qué maravilla realizada en tu vida.
En la presencia de Dios, nos sentimos hijos y agradecemos su acción a favor de cada uno y de todo el pueblo. SILENCIO DE PRESENCIA,  GENEROSIDAD Y TRANSFORMACIÓN

De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,18-23):

Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

GUÍA: San Pablo ve los trabajos del ahora. Los ve como proceso dentro del renacer de un mundo nuevo, libre de la esclavitud de la corrupción, en la libertad de los hijos de Dios. Estamos en ese proceso, en ese gemido de liberación.
 Descubre, señala tu situación en ese mundo en transformación. El nuevo ser de hijos de Dios cuenta con nosotros y con el Espíritu de Dios. OREMOS, SILENCIO DE ACEPTACIÓN, APERTURA, AFIANZAMIENTO. 

Del santo evangelio según san Mateo (13,1-23):

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»


GUÍA: La Palabra de Dios es la semilla que cae en cada persona. La tierra recibe esa semilla. El agua y el sol consiguen el fruto, si es bien acogida.
Tu tierra puede dar fruto del ciento por uno,  puede ser de aquellos que no tienen profundidad. Puede ser sofocada por las zarzas, las piedras y no dar e fruto esperado.
Observa tu situación, la calidad de tu tierra y eleva tu oración al Padre Dios. SILENCIO DE VISUALIZACIÓN, ILUMINACIÓN, AGRADECIMIENTO Y PERDÓN

CENTRAMOS NUESTRA SÍNTESIS.

OFRECEMOS, DAMOS GRACIAS, PEDIMOS PERDÓN Y FUERZA

INVOCAMOS A MARÍA, que nos acompañe

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS

CANTAMOS

Un sembrador fue a sembrar
lo mejor de su semilla.
Parte caía en el surco;
parte en la orilla.
La primera daba fruto
porque el agua la asistía;
la segunda se agostaba
y se moría.

Ni es culpa del sembrador,
ni es culpa de la semilla.
La culpa estaba en el hombre
y en cómo la recibía. (Bis)

El sembrador que sembraba
desde el comienzo sabía
que dependía del suelo
la suerte de la semilla.

Y sabía el sembrador
que el fruto tiene razones
en los motivos que mueven
los corazones.

Francisco Palazón