GUÍA: Estamos ante ti, Señor. Tu presencia nos llama. Pasa el tiempo y sigues
contando con nosotros. Deja que te reconozcamos y contemplemos tu rostro. Has
venido en Navidad a los que te esperaban. Acampas entre nosotros. Te has abajado para compartir nuestra
humanidad. Nos tiendes la mano y nos haces hermanos. Queremos comprender tanta
grandeza y tanto amor. Contemplarte nos conduce al misterio y a la cercanía.
Busquemos nuestra posición ante esta llegada de Jesús. SILENCIO REVERENTE, CONTEMPLATIVO Y ADORADOR.
Del libro del profeta
Isaías (42,1-4.6-7):
Así
dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien
prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las
naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no
la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho,
no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus
leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he
cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de
las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de
la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en las tinieblas.»
GUÍA: El profeta Isaías nos
presenta al siervo de Yahvé. Nos presenta al Hijo, gran modelo para la tierra. Su espíritu ha sido puesto sobre
Él, como luz de las naciones. Te he cogido de la mano, te he hecho alianza de
las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, liberes a los
esclavizados. Sintamos la acción del Espíritu sobre él y sobre cada uno de nosotros. Confiemos en su
palabra salvadora. ¿Qué nos dice a nosotros? SILENCIO ACOGEDOR, CONFIADO, CREYENTE.
Del
libro de los Hechos de los apóstoles (10,34-38):
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.»
GUÍA: Pedro presenta la forma de
actuar de Dios: No hace distinciones, acepta al que practica la justicia, en
cualquier nación. Jesús, el ungido por Dios, pasó haciendo el bien,
curando…porque Dios estaba con Él. Visualicemos a Jesús en el Jordán, con el
poder del Espíritu, haciendo el bien y curando. Sintamos su cercanía y la
fuerza del espíritu también sobre nosotros. Pidamos que actúe en nosotros y
siga trabajando en el mundo. Que podamos ser sus colaboradores. ¿Dónde? SILENCIO HUMILDE, ESPERANZADO.
Del
santo evangelio según san Lucas (3,15-16.21-22):
En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.»
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.»
GUÍA: ¿Qué nos ha dicho esta Palabra? Expectación en el pueblo. Esperaban al
Mesías, ¿sería éste? Pero Juan les indica
a otro que les bautizará con Espíritu Santo y fuego. Pasa su testigo a otro que
puede más que él. Testigo de la verdad. No se aprovecha de la situación. La
fuerza de Dios se manifestará en un Bautismo de Espíritu Santo y fuego.
Acojamos esta palabra.
En el Bautismo de Jesús se
da el Bautismo con Espíritu Santo y la voz del cielo: Tú eres mi Hijo, el
predilecto. Una experiencia grandiosa para Jesús. Contemplemos cómo la
experimenta y la recibe. ¿Cómo experimentamos nosotros la cercanía de Dios en
la oración, en la Eucaristía, en la Palabra y en el hermano? SILENCIO ORANTE, ABIERTO A LA PALABRA.
FRASES PARA RECORDAR
PETICIONES
PADRE NUESTRO unidos a todos los
cristianos
INVOCAMOS A MARÍA como madre y amiga.
CANTAMOS
Señor enseñanos a orar,
MIm SIm
A hablar con nuestro padre Dios.
LAm DO
Señor enseñanos a orar,
LAm RE7
a abrir las manos ante tí.
SOL SIm
MIm SIm
que sólo cante para tí.
LAm DO
Con la mirada puesta en tí.
LAm RE7
Dejando que hables, Señor.
SOL SIm
Orar buscando la verdad.
MIm SIm
Cerrar los ojos para ver.
LAm DO
Dejarnos seducir, Señor,
LAm RE7
andar por tus huellas de paz.
2. Orar hablándote de tí,
de tu silencio y de tu voz,
de tu presencia que es calor.
Dejarnos descubrir por ti.
orar tambien en sequedad.
Las manos en tu hombro, Señor.
Mirarte con sinceridad.
Aquí nos tienes, háblanos.