GUÍA: Es el último domingo del calendario litúrgico. Fiesta de Cristo Rey.
Estamos ante Jesús resucitado, le visualizamos glorioso y aclamado como rey.
Nos unimos a la manifestación de toda la humanidad. Nosotros ahí entre todos.
Reconozcamos a Jesús como Señor de cielo y tierra. En el silencio del corazón
proclamamos su realeza, aunque a veces sea rechazado. SILENCIO ADORADOR, DE
AMIGO.
Del segundo libro de Samuel (5,1-3):
En
aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebrón y
le dijeron:
«Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”».
«Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”».
Los
ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con
ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de
Israel.
GUÍA: Las tribus de Israel buscan a David, quieren que sea su rey. Nuestra
oración nos lleva a buscar a Jesús. Queremos que sea nuestro rey. Ellos estaban
muy decididos. Nosotros ¿también lo estamos? Seguimos visualizando a Jesús
entre nuestros amigos, nuestra gente. ¿Le decimos que sea nuestro rey?¿Qué
dificultades tenemos para decírselo? Reflexionamos nuestro estado actual.
Buscamos cómo afianzar nuestra fe y compromiso. SILENCIO REFLEXIVO, ESPERANZADO
De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses
(1,12-20):
Hermanos: Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor,
por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura;
porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles.
Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas,
las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Del santo evangelio según san Lucas (23,35-43):
En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:
«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo».
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».
GUÍA: San Lucas
recoge el momento de la crucifixión de Jesús. Momento en que se le proclama rey
de los judíos. Reina desde la cruz pero será exaltado en la resurrección. El
Padre está con él. Hoy reina en muchos hombres y mujeres, pero también es
rechazado por otros. Hablemos con Jesús en nuestro interior y presentemos
nuestra situación, ¿Le aceptamos como rey? Hagamos camino con él en la
transformación del mundo. ¿Cómo podemos colaborar en la extensión de su
reinado? SILENCIO DE ENTREGA, DE
COMPAÑÍA Y DISPONIBILIDAD.
PEDIMOS…
ALGO
PARA RECORDAR
INVOCAMOS
A MARÍA
PADRE
NUESTRO
te agradecemos el don de Jesús, con su oración.
CANTAMOS
PUEBLO
DE REYES, ASAMBLEA SANTA,
PUEBLO
SACERDOTAL, PUEBLO DE DIOS,
BENDICE
A TU SEÑOR
1.
Te cantamos, oh Hijo amado del Padre,
Te
alabamos, eterna palabra salida de Dios.
Te
cantamos, oh Hijo de la Virgen María,
Te
alabamos, oh Cristo, nuestro hermano, nuestro Salvador.
2.Te
cantamos a ti, esplendor de la gloria,
Te
alabamos, estrella radiante que anuncias el día.
Te
cantamos, oh luz que iluminas nuestras sombras.
Te
alabamos, antorcha de la nueva Jerusalén.