viernes, 9 de noviembre de 2018

LA HARINA NO FALTARÁ


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LA HARINA NO FALTARÁ

GUÍA DE ORACIÓN 11-11-18

GUÍA: Nos ponemos en camino hacia ti, Señor. Tu luz nos atrae y rompe la oscuridad. Tu harina y tu pan no faltarán. El domingo, día de gloria y resurrección, se renueva en nosotros y nos presentamos ante el Padre para ser acogidos como hijos en su fiesta. Dejamos espacio a este momento y recibimos su presencia. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE RESURRECCIÓN, DE ACOGIDA.


Del primer libro de los Reyes (17,10-16):


En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.»
Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.»
Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.»

Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: "La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra."»
Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo. Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.

GUÍA: Elías llega a Sarepta. En su necesidad pide ayuda a una viuda. Ella está casi sin harina. Elías insiste en la petición y le dice que nos faltará harina en su orza, hasta que el señor envíe la lluvia. Su palabra se cumplió. Los pobres comparten lo que tienen. ¿Nos identificamos con alguno de los personajes de la lectura? ¿Qué lección nos da? SILENCIO DE DISPONIBILIDAD, DE ESPERANZA, CONFIANZA.

De la carta a los Hebreos (9,24-28):

Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres imagen del auténtico, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros. Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo. De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo. Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio. De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos. 

GUÍA: Jesús entra en el cielo para interceder por nosotros. Cumple su misión de dar gloria al Padre y de salvar a los hermanos. Se ofrece para quitar los pecados del mundo. Contemplamos la escena. Abrimos la mente y el corazón para recibirle y acompañarle como discípulos. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, RECONOCIMIENTO, OFRENDA.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,38-44):

En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.»
Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales.
Llamando a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

GUÍA: Jesús censura a los letrados que oprimen al pueblo. Alaba a la viuda que echa una moneda en el templo. Ante Jesús, nos vemos censurados por la opresión en que participamos en ocasiones, ofendiendo al que está con nosotros. ¿En qué momentos recibimos la aprobación de Jesús?. SILENCIO DE RECUERDO, DE GENEROSIDAD, DE ENTREGA.

RECOGEMOS LOS SENTIMIENTOS DE LA ORACIÓN: UNA FRASE

SILENCIO, ACOGIDA, CONFIANZA, OFRENDA.

INVOCAMOS A MARÍA MADRE Y AMIGA

NOS DIRIGIMOS AL PADRE, CON JESÚS DECIMOS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS
Siempre confío en mi Dios, (2)
Él me conduce, no temo. Me acompaña al caminar
Aunque sin luz camine yo en la noche, aunque el temor me impida avanzar.
Aunque perdido yo vaya por las calles,
Sin encontrar amor y amistad.
Aunque yo inquieto me mueva todo el día,
Sin encontrar la paz del corazón.
Aunque las fuerzas me falten en la vida,
Y la ilusión se apague frente a mí.
Aunque el camino se oculte en las tinieblas.
Aunque no vea tu sombra avanzar.

martes, 6 de noviembre de 2018

"SORPRENDERSE"


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POESÍA

"SORPRENDERSE"
Hay que saber "sorprenderse"
de los pequeños gestos de amor,
en ellos nos llega envuelto
la ternura del Señor.

Surgen chispas de alegría,
si contemplas el nuevo sol,
que te ofrece cada día
su belleza y resplandor.

Salta de gozo la vida
en el nuevo nacimiento,
cuando los padres se abrazan
en tal acontecimiento.

Sorprenderse al ver pasar,
una pareja de ancianos,
que van los dos muy juntitos,
agarrados de la mano.

Sorprendernos por la noche
con ese cielo estrellado,
que te deja sin palabras,
y el corazón asombrado.

Descubrir todo el cariño,
de quien se encuentra a tu lado,
ofreciéndote su ayuda,
en el momento adecuado.

 Sorprenderse de la lluvia,
que deja el suelo mojado,
y el aire que respiramos,
queda limpio y bien lavado.

Muchas veces nada vemos,
andamos ajetreados,
con la mente preocupada,
y el corazón alejado.


Dejamos correr la vida,
vamos pasando de largo,
y no disfrutamos de aquello,
que Dios nos ha regalado.

Hagamos la revisión,
de cómo estamos viviendo,
de aquello que es importante,
y que dejamos de lado.

Descubriremos el gozo,
de sabernos muy amados,
porque Dios se encuentra siempre,
caminando a nuestro lado.
María


¿QUÉ VEMOS?

·       Sorprenderse por las cosas.
         ¿Cuáles?
·       Gestos de amor, la vida, la noche, el cariño, la lluvia…

¿QUÉ VES TÚ?

·       Subraya una frase que te gusta





viernes, 2 de noviembre de 2018

AMARÁS A TU DIOS


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AMARÁS A TU DIOS
 
GUÍA DE ORACIÓN 04-11-18

GUÍA: En silencio, nos ponemos en la presencia de Dios. Creemos y confiamos en él. Revisamos nuestro ser y actuar. ¿Cómo ha sido nuestra semana?. Escuchamos: Amarás al Señor tu Dios. Lo reconocemos como Dos y sentimos su amor y presencia en el día a día. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, AGRADECIMIENTO Y ADORACIÓN.

Del libro del Deuteronomio (6,2-6):

En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: «Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: "Es una tierra que mana leche y miel." Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria.»

GUÍA: Amarás a tu Dios, con  todo el corazón, con toda el alma…¿Experimentamos  este amor? Vemos que tiene fallos. Hay momentos en que aparecen otros dioses: Comodidad, poder, afán excesivo de tener. Limpia, Padre, nuestro corazón. Libéranos de adorar a otros dioses. Líbranos del mal. SILENCIO D EARREPENTIMIENTO, CONFIANZA Y AMOR.

De la carta a los Hebreos (7,23-28):

Ha habido multitud de sacerdotes del antiguo testamento, porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día «como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo,» porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidades. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre.

GUÍA: Cristo, sacerdote, permanece para siempre. Intercede continuamente por nosotros ante el Padre. Su sacrificio es ofrecido para salvar a cuantos acuden a él. Visualizamos el sacrificio, la ofrenda, su presencia ante el Padre Dios. Nos unimos a él. Con él agradecemos al Padre y al Espíritu tanto don y presencia. Nuestro sacrificio es purificado y ofrecido por Cristo, con él y en él. SILENCIO DE ORACIÓN, OFRECIMIENTO, PRESENCIA.



Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,28b-34):

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

GUÍA: Amarás a Dios y al prójimo como a ti mismo. Valoramos nuestro amor en las dos formas. Padre Dios, necesitamos purificar y fortalecer nuestro amor hacia ti. Necesitamos purificar el amor hacia nuestros hermanos. Líbranos del odio,  de la indiferencia o de un amor que no es amor. SILENCIO DE  CONFIANZA, RENOVACIÓN Y COMPROMISO


 SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE PARA RECORDAR.

INTERIORIZAMOS. AGRADECEMOS AMAMOS.


INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE Y MAESTRA.

HABLAMOS CON EL PADRE Y CON LAS PALABRAS DE JESÚS, DECIMOS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS
Si me falta el amor
1. Aunque yo dominara las lenguas arcanas
y el lenguaje del cielo supiera expresar,
solamente sería una hueca campana
si me falta el amor.

SI ME FALTA EL AMOR/ NO ME SIRVE DE NADA
SI ME FALTA EL AMOR/NADA SOY (BIS TODO)

2. Aunque todos mis bienes dejase a los pobres
y mi cuerpo en el fuego quisiera inmolar,
todo aquello sería una inútil hazaña
si me falta el amor.

[ESTRIBILLO]

3. Aunque yo desvelase los grandes misterios
y mi fe las montañas pudiera mover,
no tendría valor, no me sirve de nada
si me falta el amor.



martes, 30 de octubre de 2018

CLAUSURA SÍNODO

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CLAUSURA DEL SÍNODO DE LOS JÓVENES
Ofrecemos una síntesis de la homilía del Papa Francisco al finalizar el Sínodo. Reflexionamos con él.
El Papa clausura el Sínodo: «en la cruz, Dios se hizo nuestro prójimo»
El Pontífice clausuró el Sínodo de los Obispos con una misa celebrada en la Basílica de San Pedro. En su homilía, Francisco indicó tres pasos fundamentales para acompañar el camino de la fe: escuchar, hacernos prójimos y testimoniar en nombre de Jesús.

Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
La mañana del domingo 28 de octubre, el Papa Francisco presidió en la Basílica de San Pedro del Vaticano, la misa de clausura de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos dedicado al tema de los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
Inspirado en la liturgia dominical, en la que el evangelista San Marcos narra el episodio sobre el ministerio itinerante de Jesús, quien poco después entrará en Jerusalén para morir y resucitar; el Pontífice centró su homilía en la figura del ciego Bartimeo, “el último que sigue a Jesús en el camino, que pasa de ser un mendigo al borde de la vía en Jericó y se convierte en un discípulo que va con los demás a Jerusalén”.
En este sentido, el Papa señaló que también nosotros hemos caminado juntos, "hemos hecho sínodo y ahora este evangelio sella tres pasos fundamentales para el camino de la fe".
Escuchar el grito del que sufre
En primer lugar, Jesús escucha el grito de Bartimeo: un pobre, solo, sin amor y abandonado.
Jesús pone en práctica el ejercicio de la escucha atenta y al encontrarse con él, lo deja hablar: «Este es el primer paso para facilitar el camino de la fe: escuchar. Es el apostolado del oído: escuchar, antes de hablar», subrayó Francisco exhortando a seguir el ejemplo de Jesús, para quien el grito del que pide ayuda no es algo molesto que dificulta el camino, sino una pregunta vital.
«¡Qué importante es para nosotros escuchar la vida! Los hijos del Padre celestial escuchan a sus hermanos: no las murmuraciones inútiles, sino las necesidades del prójimo», añadió.
Hacernos prójimos 
En segundo lugar, para acompañar en el camino de la fe hay que hacerse prójimos. «Miremos a Jesús, que no delega en "alguien de la multitud" que lo seguía, sino que se encuentra con Bartimeo en persona. Le dice: ¿Qué quieres que haga por ti?», explicó el Santo Padre, haciendo hincapié en que así actúa Dios, implicándose en primera persona con un amor de predilección por cada uno: «Ya en su modo de actuar transmite su mensaje: así la fe brota en la vida».
«Hacerse prójimos es llevar la novedad de Dios a la vida del hermano, es el antídoto contra la tentación de las recetas preparadas», aseveró el Sucesor de Pedro, invitando a preguntarnos si somos cristianos capaces de ser prójimos, de salir de nuestros círculos para abrazar a los que “no son de los nuestros” y que Dios busca ardientemente.
Y en este contexto, Francisco puso en guardia sobre la tentación siempre existente, y que se repite tantas veces en las Escrituras: “lavarse las manos”.
Ante el sufrimiento, Jesús no se lava las manos
A diferencia de tantos, el Obispo de Roma subrayó que Jesús se ensucia las manos... no se las lava: se implica, se la juega:
«Reconozcamos que el Señor se ha ensuciado las manos por cada uno de nosotros, y miremos la cruz y recomencemos desde allí, del recordarnos que Dios se hizo mi prójimo en el pecado y la muerte. Se hizo mi prójimo: todo viene de allí».
Testimoniar en nombre del Señor
Por último, el tercer paso que propuso el Papa en su homilía fue testimoniar.
“Fijémonos en los discípulos que llaman a Bartimeo: no van a él, que mendigaba, con una moneda tranquilizadora o a dispensar consejos; van en el nombre de Jesús. De hecho, le dirigen solo tres palabras, todas de Jesús: «Ánimo, levántate, que te llama» (v. 49), explicó Francisco indicando que no es cristiano esperar que los hermanos que están en busca llamen a nuestras puertas; tendremos que ir donde están ellos, “no llevándonos a nosotros mismos, sino a Jesús”.
Por ello, el Pontífice señala que la Iglesia no debe pasar por una ONG o una organización paraestatal, “sino por la comunidad de los salvados que viven la alegría del Señor”.
Fe: cuestión de encuentro no de teoría
“Escuchar, hacerse prójimos, testimoniar. El camino de fe termina en el Evangelio de una manera hermosa y sorprendente, con Jesús que dice: «Anda, tu fe te ha salvado» (v. 52)”, dijo el Papa destacando que sentirse necesitados de salvación es el comienzo de la fe.
“Es el camino más directo para encontrar a Jesús. La fe que salvó a Bartimeo no estaba en la claridad de sus ideas sobre Dios, sino en buscarlo, en querer encontrarlo. La fe es una cuestión de encuentro, no de teoría. En el encuentro Jesús pasa, en el encuentro palpita el corazón de la Iglesia. Entonces, lo que será eficaz es nuestro testimonio de vida, no nuestros sermones”, concluyó.


ACCIÓN
¿Seleccionas alguna idea importante? Envíala a Reza y Comparte, las comentaremos.
https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2018-10/sinodo-jovenes-2018-misa-clausura-homilia-papa-francisco.html





viernes, 26 de octubre de 2018

¡GRITAD DE ALEGRÍA!



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¡GRITAD DE ALEGRÍA!

GUÍA DE ORACIÓN 28-10-18  
GUÍA: Padre Dios, aquí estamos. Tu presencia nos cubre y alienta nuestro ser y actuar. Te damos gracias por estar junto a nosotros, por la fuerza que impulsasen nuestro vivir. Nos alegramos por todo lo bueno que hemos hecho y pedimos perdón por nuestros fallos. SILENCIO DE PRESENCIA, AGRADECIMIENTO, PERDÓN.

Del libro de Jeremías (31,7-9):

Así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los pueblos; proclamad, alabad y decid: El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel. Mirad que yo os traeré del país del norte, os congregaré de los confines de la tierra. Entre ellos hay ciegos y cojos, preñadas y paridas: una gran multitud retorna. Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos; los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán. Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito.»


GUÍA: Gritad de alegría por el mejor de los pueblos. El Señor ha salvado al resto de Israel. Los gritos de alegría entusiasman al pueblo y reconocen la obra salvadora del Señor. Los gritos de alegría y el gozo toman la delantera, sacian la sed  de felicidad en lo profundo de nuestro ser. La saboreamos y agradecemos al Señor su acción. SILENCIO DE VICTORIA Y  GLORIA AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU.

De la carta a los Hebreos (5,1-6):

Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

GUÍA: Jesús, Sumo Sacerdote, escogido entre los hombres, presente con el Padre. Te contemplamos elevado para salvarnos. Eres gracia y perdón, regalo del Padre y ofrenda de sacrificio. Limpia nuestro pecado y líbranos del mal. SILENCIO DE PETICIÓN, CONFIANZA, AMOR.

Del santo evangelio según san Marcos (10,46-52):

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí.»
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama.» Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?»
El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver.»
Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado.» Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

GUÍA: Jesús, hijo de David, ten compasión de mí. Nos ponemos ante Jesús con esta frase, con esta petición. El Maestro nos pregunta qué queremos. Se lo decimos y él añade: Anda tu fe te ha curado. Hagamos nuestra la escena y recibamos esa curación que se nos ofrece por la fe. Dejemos que nuestro espíritu se sienta tocado por las palabras. Glorifiquemos a Dios que hace obras grandes a favor nuestro SILENCIO DE FE, CONFIANZA, ALEGRÍA.

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE PARA REPETIR

ADORAMOS, AGRADECEMOS, PEDIMOS PERDÓN, OTRAS PETICIONES

INVOCAMOS A MARÍA QUE NOS ACOMPAÑE EN EL CAMINO.

ORAMOS AL PADRE CON JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS  SALMO 125
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,/nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,/la lengua de cantares. R/.

Hasta los gentiles decían:/ «El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,/y estamos alegres. R/.

Que el Señor cambie nuestra suerte,/como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas/cosechan entre cantares. R/.

Al ir, iba llorando,/llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,/trayendo sus gavillas. R/.





martes, 23 de octubre de 2018

POESÍA: LA MIRADA DE JESÚS



Mira a Jesús que te mira,                 
y déjate mirar por El,
que en su mirar hay amor
que te sostiene en la fe.

Haz silencio en tu interior,
deja a un lado tus quehaceres
porque el mirar de Dios
es siempre hacer favores.

Señor me siento agradecida,
por tu inmensa bondad,
por tu cariño inagotable,
porque Tú siempre estás,
de día y de noche,
y en cualquier lugar.
 
En el aire que respiro,
en el sol que me calienta,
se perciben tus caricias,
que a mi corazón alientan,
para seguir caminando,
con la mente siempre atenta.

Que mi vida vaya siendo,
un canto de amor y fiesta,
de alabanza y gratitud,
porque mi gozo y mi todo eres TÚ.
María

¿QUÉ VEMOS?
·        Una invitación a mirar y ser mirada o mirado.
·       Silencio y agradecimiento.
·       Consecuencias, resultado.
¿QUÉ VES TÚ?
·       Subraya una frase que te gusta