viernes, 22 de enero de 2016

ORACIÓN 24-01-2016


 ORACIÓN 24-01-2016

GUÍA: Hoy es un día consagrado a nuestro Dios. Nos ponemos ante ti, Señor. Tú vienes a nosotros. Es el momento del encuentro contigo. Ayúdanos a reconocerte, a oír tu voz. Espíritu de Dios danos luz y corazón humilde para estar ante ti y encontrarte en nosotros. Encontrar tu presencia que nos acompaña siempre pero que se hace más clara en el silencio y en la oración. Padre, te reconocemos, junto con Jesús. Te amamos junto con el Espíritu que Tú mismo nos regalas. Jesús enséñanos a orar como enseñaste a tus discípulos. Dejamos que cada una de estas peticiones como un foco de luz ilumine el  interior de nuestro ser. SILENCIO PACIFICADOR, CONFIADO, ATENTO.

Del libro de Nehemías (8,2-4a.5-6.8-10):

Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo –pues se hallaba en un puesto elevado– y, cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: «Amén, amén.» Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.
Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: «Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis.» Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley. 
Y añadieron: «Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.»
GUÍA: Bendecimos a Dios que se comunica a través de la Palabra. Como entonces admiramos su gloria y su presencia. Hoy es un día consagrado al Señor. No hagáis duelo ni lloréis. La alegría en el señor es nuestra fortaleza. Confiamos que también hoy se hace realidad esta Palabra. Dios está con nosotros y nos acompaña en su Hijo. La paz del corazón, la seguridad en el amor de Dios nos produce alegría. Nos empapa de su misericordia. Acojamos su amor y compartámoslo a nuestro alrededor. SILENCIO AMOROSO, PROFUNDO, COMPARTIDO.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,12-30):

Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Si el pie dijera: «No soy mano, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el oído dijera: «No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería? Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso. Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No os necesito.» Más aún, los miembros que parecen más débiles son más necesarios. Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan. Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían. Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan. Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. Y Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos  don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan?
GUÍA: Somos un solo cuerpo de Cristo. Cristo queda completado con cada uno de sus miembros. Nosotros completamos el cuerpo de Cristo. Cada uno  con su función dentro del conjunto. Cada uno realiza su misión y hace presente a Cristo en el momento actual. Asimilar este mensaje es importante. Dios nos ha distribuido en la Iglesia. Valoremos nuestro lugar y demos dignidad a ese miembro que hoy representamos. SILENCIO, TOMA DE CONCIENCIA DE LA PROPIA EXISTENCIA Y MISIÓN. AGRADECIMIENTO.

Del santo evangelio según san Lucas (1,1-4;4,14-21):

Excelentísimo Teófilo: Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mi, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. 
Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
GUÍA: Volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu. Nosotros volvemos día a día a nuestra Galilea. Volvemos a la vida que se nos ha confiado para activarla, para purificarla, para hacerla fecunda. Somos una parte del cuerpo de Cristo que cumple la Palabra y puede decir: El Espíritu del Señor está sobre mí para dar libertad a los oprimidos…Avivemos nuestra fe,  acojamos al Espíritu dócilmente y con energía. SILENCIO ACOGEDOR, DÓCIL, EMPEÑATIVO.

PRESENTAMOS nuestros sentimientos al Señor y pedimos fuerza para llevarlos a la práctica.

PEDIMOS por las necesidades del mundo.

PADRE NUESTRO Nos unimos a todos los cristianos, con la oración de Jesús.

MARÍA NOS ACOMPAÑA.

CANTAMOS:
El Espíritu de Dios  
Está en este lugar 
El Espíritu de Dios 
Se mueve en este lugar 

Está aquí para consolar 
Está aquí para liberar 
Está aquí para guiar 
El Espíritu de Dios está aquí 
                               
Coro: 
Quédate en mí, Quédate en mi 
Toca mi mente, mi corazón 
Llena mi vida de tu amor 


Fuente: musica.com
Letra añadida por gooksound


viernes, 15 de enero de 2016

ORACIÓN 17-01-2016



ORACIÓN 17-01-2016

GUÍA: Buenos días, Señor. Nos llamas a encontrarnos contigo. Hemos venido. ¿Cómo estás? ¿Cómo estoy? Quiero reconocerte en la vida, en mi vida. Espíritu Santo, ilumínanos con tu luz. María, Madre de Jesús, enséñanos a orar. Dejamos que la presencia del Espíritu llene nuestro ser y nos dé la experiencia de hijos que el Padre Dios nos concede. En el silencio reconocemos al Padre que nos llama hijos amados, al Hijo, Jesús que nos acompaña en nuestra marcha hacia el Padre, al Espíritu que nos fortalece en la fe y nos consagra en su Bautismo. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE AMOR, DE ADORACIÓN.

Del libro de Isaías (62,1-5):

Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.
GUÍA: Isaías presenta la acción de Dios sobre Jerusalén. Te pondrán un nombre nuevo. Serás su favorita, porque el Señor te prefiere a ti. Dios encontrará su alegría contigo. Es un canto de admiración ante el amor de Dios hacia Jerusalén. Como Palabra de Dios que se nos dirige hoy, podemos escucharla dirigida hacia cada uno de los creyentes: El amor de Dios que nos espera, que nos llama por nuestro nombre, que nos escoge para una misión en la vida. Personalicemos las palabras y sintamos el cariño de Padre. SILENCIO CAPTATIVO, AGRADECIDO, DE RESPUESTA.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,4-11):
Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece.
GUÍA: Al leer o escuchar esta lectura de Pablo recogemos sus palabras. El Espíritu se manifiesta en cada uno. Nuestra oración nos hace comprender los dones que cada uno ha recibido para el bien común. Los dones son muchos pero es el mismo Espíritu el que obra todo en todos.  ¿Qué encontramos en nuestro interior? ¿Cómo se nos hace presente Dios en su Espíritu? Agradecemos su presencia, su amor que nos impulsa al bien, que fortalece nuestra fe. SILENCIO ACOGEDOR, AGRADECIDO
Del santo evangelio según san Juan (2,1-11):

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No les queda vino.»
Jesús le contestó: «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.»
Su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él diga.»
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó: «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.» 
Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.»
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.
GUÍA: En este silencio agradecido por el don del Espíritu, nos llega el mensaje de las Bodas de Caná. Jesús se encuentra allí. Ha participado en la fiesta. María le habla de la situación que pasan los nuevos esposos. Se ha acabado el vino. Están en dificultad. Aplicado a nuestra vida, podemos encontrar situaciones difíciles. María puede hacer de intermediaria. Presentar la situación a Jesús para que atienda nuestro momento. Ella habla a Jesús y también a los criados: Haced lo que os diga. En nuestra situación, veamos cómo estamos. ¿Tenemos vino suficiente, entusiasmo, esfuerzo, amor? ¿Hacemos lo que Él diga?. La solución viene de la mano de María y de hacer lo que Jesús diga. Estudiemos nuestro caso y confiados en la palabra de Jesús, actuemos. Él cuenta con nosotros pero va delante en el sí. SILENCIO ALENTADOR, COMPROMETIDO, CONFIADO.

LO QUE NOS HA AYUDADO es…

PRESENTAMOS LAS NECESIDADES.

INVOCAMOS A MARÍA como madre y amiga.

PADRE NUESTRO: Repetimos la oración de Jesús con todo nuestro mundo.


CANTAMOS:

Madre de los pobres, los humildes y sencillos
de los tristes y los niños que confían siempre en Dios.
Tú la más pobre porque nada ambicionaste.
Tú, perseguida, vas huyendo de Belén.
Tú que en un pesebre ofreciste al rey del cielo.
Toda tu riqueza fue tenerle sólo a Él.
CORO
Tú, en sus manos sin temor te abandonaste.
Tú que aceptaste ser esclava del Señor.
Vas entonando un poema de alegría:
canta, alma mía, porque Dios me engrandeció.
CORO
Tú que has vivido el dolor y la pobreza,
Tú que has sufrido en la noche sin hogar.
Tú que eres madre de los pobres olvidados,
eres el consuelo del que reza en su llorar.
CORO



viernes, 8 de enero de 2016

ORACIÓN 10-01-16


                                                                                               
 ORACIÓN 10-01-16


GUÍA:  Estamos  ante ti, Señor. Tu  presencia nos llama. Pasa el tiempo y sigues contando con nosotros. Deja que te reconozcamos y contemplemos tu rostro. Has venido en Navidad a los que te esperaban. Acampas entre nosotros. Te has abajado para compartir nuestra humanidad. Nos tiendes la mano y nos haces hermanos. Queremos comprender tanta grandeza y tanto amor. Contemplarte nos conduce al misterio y a la cercanía. Busquemos nuestra posición ante esta llegada de Jesús. SILENCIO REVERENTE, CONTEMPLATIVO Y ADORADOR.

Del libro del profeta Isaías (42,1-4.6-7):

Así dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en las tinieblas.»
 
GUÍA: El profeta Isaías nos presenta al siervo de Yahvé. Nos presenta al Hijo, gran modelo para  la tierra. Su espíritu ha sido puesto sobre Él, como luz de las naciones. Te he cogido de la mano, te he hecho alianza de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, liberes a los esclavizados. Sintamos la acción del Espíritu sobre él  y sobre cada uno de nosotros. Confiemos en su palabra salvadora. ¿Qué nos dice a nosotros? SILENCIO ACOGEDOR, CONFIADO, CREYENTE.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (10,34-38):

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.»

GUÍA: Pedro presenta la forma de actuar de Dios: No hace distinciones, acepta al que practica la justicia, en cualquier  nación. Jesús,  el ungido por Dios, pasó haciendo el bien, curando…porque Dios estaba con Él. Visualicemos a Jesús en el Jordán, con el poder del Espíritu, haciendo el bien y curando. Sintamos su cercanía y la fuerza del espíritu también sobre nosotros. Pidamos que actúe en nosotros y siga trabajando en el mundo. Que podamos ser sus colaboradores. ¿Dónde? SILENCIO HUMILDE, ESPERANZADO.

Del santo evangelio según san Lucas (3,15-16.21-22):

En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.» 
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.»

GUÍA: ¿Qué nos ha dicho esta Palabra?  Expectación en el pueblo. Esperaban al Mesías, ¿sería éste? Pero Juan les  indica a otro que les bautizará con Espíritu Santo y fuego. Pasa su testigo a otro que puede más que él. Testigo de la verdad. No se aprovecha de la situación. La fuerza de Dios se manifestará en un Bautismo de Espíritu Santo y fuego. Acojamos esta palabra.
En el Bautismo de Jesús se da el Bautismo con Espíritu Santo y la voz del cielo: Tú eres mi Hijo, el predilecto. Una experiencia grandiosa para Jesús. Contemplemos cómo la experimenta y la recibe. ¿Cómo experimentamos nosotros la cercanía de Dios en la oración, en la Eucaristía, en la Palabra y en el hermano? SILENCIO ORANTE, ABIERTO A LA PALABRA.

FRASES PARA RECORDAR

PETICIONES

PADRE NUESTRO unidos a todos los cristianos

INVOCAMOS A MARÍA como madre y amiga.

CANTAMOS

Señor enseñanos a orar,
MIm           SIm
A hablar con nuestro padre Dios.
  LAm     DO
Señor enseñanos a orar,
LAm         RE7
a abrir las manos ante tí.

   SOL      SIm
1. Orar con limpio corazón
  MIm      SIm
que sólo cante para tí.
  LAm      DO
Con la mirada puesta en tí.
  LAm     RE7
Dejando que hables, Señor.
  SOL     SIm 
Orar buscando la verdad.
  MIm        SIm
Cerrar los ojos para ver.
  LAm      DO
Dejarnos seducir, Señor,
  LAm       RE7
andar por tus huellas de paz.

2. Orar hablándote de tí,
de tu silencio y de tu voz,
de tu presencia que es calor.
Dejarnos descubrir por ti.
orar tambien en sequedad.
Las manos en tu hombro, Señor.
Mirarte con sinceridad.

Aquí nos tienes, háblanos.

sábado, 2 de enero de 2016

ORACIÓN 03-01-16





ORACIÓN 03-01-16

GUÍA: Estamos ante Ti, Señor. Tu luz nos ilumina, nos hace llegar hasta tu presencia. Queremos reconocerte, encontrarte en el Dios con nosotros, en la sencillez de cada día. Necesitamos tu presencia amorosa de Padre que nos estimula en el camino de la vida. Te haces presente en la alegría de estos días de celebración de las grandes manifestaciones de nuestra fe. Te presentas en la sencillez del niño y del anciano. En el trabajo y en el ocio. En lo placentero y en lo difícil. Danos ojos capaces, deseosos de verte. SILENCIO AMOROSO, CONTEMPLATIVO.

Del libro del Eclesiástico (24,1-2.8-12):

La sabiduría se alaba a sí misma, se gloría en medio de su pueblo, abre la boca en la asamblea del Altísimo y se gloría delante de sus Potestades. En medio de su pueblo será ensalzada, y admirada en la congregación plena de los santos; recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendita entre los benditos. El Creador del universo me ordenó, el Creador estableció mi morada: «Habita en Jacob, sea Israel tu heredad.» Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y no cesaré jamás. En la santa morada, en su presencia, ofrecí culto y en Sión me establecí; en la ciudad escogida me hizo descansar, en Jerusalén reside mi poder. Eché raíces entre un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad, y resido en la congregación plena de los santos.

GUÍA: La sabiduría se gloría en medio de su pueblo. Habita en Jacob, sea Israel tu heredad. La sabiduría de Dios está ahí en el pueblo de Dios, como en su heredad. Somos la heredad del Dios de cielo y tierra. Ha optado por cada uno de nosotros. Lo sabemos bien. Pero necesitamos darnos más cuenta del significado de las palabras. Que nuestra tierra se empape bien. Que su agua llegue profundamente a nuestro suelo. Necesitamos la fuerza del Espíritu para que se hagan realidad día a día. SILENCIO ACOGEDOR, HUMILDE, RESPONSABLE.

De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,3-6.15-18):

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por eso yo, que he oído hablar de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mi oración, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos.

GUÍA: Pablo en la carta  a los Efesios nos presenta el amor de Dios que nos ha bendecido  en Cristo. Nos quiere santos en el amor. Nos ha destinado a ser sus hijos. Captamos cuán grande es el amor de Dios. Pero ya Pablo reconoce que necesitamos el espíritu de sabiduría para conocerlo. Ojos nuevos para comprender la esperanza a la que nos llama. Procuremos reconocer su don, agradecerlo. Somos hijos y con esto nos basta. Que la Palabra se cumpla en nosotros con la fuerza y misericordia del Padre. Hagamos espacio en nuestra mente y en nuestro corazón. En silencio sintamos el amor que  Dios  nos tiene y seamos fieles a Él. SILENCIO  FIEL, GENEROSO, AGRADECIDO..



Del santo evangelio según san Juan (1,1-18):

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.”» 
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. 

GUÍA: Seguimos estando en la presencia de Dios. Nos ama. Nos ha manifestado su amor y quiere estar con nosotros. A los que acogen la Palabra les concede ser sus hijos. Dejemos que la Palabra  venga y acampe en nosotros, en nuestro mundo. De su plenitud todos hemos recibido. Saboreemos el amor de Dios, su presencia y estar con nosotros. ¿Qué podemos hacer ante tanto amor? SILENCIO DE ACOGIDA Y DE RESPUESTA,  HUMILDE.

RECOGEMOS alguna frase como síntesis para el día.

PETICIONES para el mundo.

PADRE NUESTRO con todas las personas del mundo

MARÍA  Te necesitamos. Acompaña nuestra vida.

CANTAMOS:

Un arco iris de sol y nieve,
niño divino vengo a ofrecerte.
Un arco iris de sol y nieve,
miles de estrellas para que sueñes.
Un arco iris de sol y nieve,
para la cuna donde tú duermes,
un arco iris para que sueñes.
 EN NAVIDAD EN NAVIDAD,
 TODA LA TIERRA CANTA LA PAZ
2.Una paloma de olivo verde,
niño divino vengo a ofrecerte.
Una paloma de olivo verde,
para la paz para mis gentes.
Una paloma que vuele,
junto a la cuna de tu pesebre.
Una paloma de olivo verde.
En Navidad…
3.Con los pastores la luna viene,
la han desvelado,
hoy ya no duerme.
Con los pastores,
mi pueblo viene,
trae la luna sobre su frente.

En Navidad…

sábado, 26 de diciembre de 2015

ORACIÓN 27-12-15







ORACIÓN 27-12-15

GUÍA: Celebramos el Domingo de la Sagrada Familia, dentro de la octava de Navidad. Modelo de la familia humana, nos acompaña a realizar nuestra oración a través de los textos litúrgicos. Jesús ha nacido. El Mesías esperado está con nosotros. Le  acogemos con todo el amor de que somos capaces, impulsados por el Espíritu.

Del libro del Eclesiástico (3,2-6.12-14):

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole.
El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas.
La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

GUÍA: La Palabra de Dios nos enseña cómo tratar a los padres y cómo los padres deben ser los mejores signos de la bondad d e Dios y de su presencia en la familia. El hogar nos acoge con cariño y nos enseña a vivir. Una iglesia doméstica que educa también en la fe. Repasemos, en forma de oración, nuestra experiencia familiar. Agradezcamos todo el amor recibido, veamos el amor dado. El pasado pero también el presente y el futuro. Cada uno tiene sus experiencias. Pedimos por todas las familias, las que están unidas y las desunidas, donde Dios es bien acogido y donde no puede entrar. Que Jesús desde su   familia de Nazaret bendiga a todas. Silencio reflexivo, agradecido, perdonador y generoso.

De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,12-21):

Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

GUÍA: Una lectura muy buena para todos y especialmente en el día de la familia. Presenta un modelo que favorece totalmente la concordia, el respeto mutuo, el amor verdadero. Un modelo en el que está presente Dios y Él enriquece la convivencia y hace crecer el buen encuentro. Imaginemos esa familia modelo de Nazaret, a Jesús cumpliendo su parte y al los esposos comprometidos en la educación de Jesús y del amor mutuo. Todo ello en ese clima que podemos pensar de presencia del Padre Dios. Silencio recogido, obediente, gozoso porque Dios se hace presente a través de cada uno de nosotros.

Del santo evangelio según san Lucas (2,41-52)

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. 
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó: « ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres
.
GUÍA: Una escena conflictiva. Cada uno parece que tiene razón. Se explica la situación y con la ayuda del Padre Dios, cada uno retoma su actitud o la recambia. Jesús vuelve con ellos, va creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres. Un modelo perfecto ¿no?. Gracias Jesús. Gracias María. Gracias José. Gracias Padre Dios. Quedamos envueltos por este clima de encuentro recíproco, de amor generoso. SILENCIO CONTEMPLATIVO, RECEPTIVO, que interpela.

SINTETIZAMOS nuestra oración en una frase. AGRADECEMOS.

PETICIONES

PADRE NUESTRO unidos a todas las familias del mundo.

INVOCAMOS A MARÍA nuestra madre.

CANTAMOS

Un arco iris de sol y nieve,
niño divino vengo a ofrecerte.
Un arco iris de sol y nieve,
miles de estrellas para que sueñes.
Un arco iris de sol y nieve,
para la cuna donde tú duermes,
un arco iris para que sueñes.
 EN NAVIDAD EN NAVIDAD,
 TODA LA TIERRA CANTA LA PAZ
2.Una paloma de olivo verde,
niño divino vengo a ofrecerte.
Una paloma de olivo verde,
para la paz para mis gentes.
Una paloma que vuele,
junto a la cuna de tu pesebre.
Una paloma de olivo verde.
En Navidad…
3.Con los pastores la luna viene,
la han desvelado,
hoy ya no duerme.
Con los pastores,
mi pueblo viene,
trae la luna sobre su frente.
En Navidad… 
Con los pastores mi pueblo viene,
lo han desvelado,
hoy ya no duerme,
trae la luna sobre su frente....
En Navidad…