viernes, 23 de octubre de 2015

ORACIÓN 25-10-15

ORACIÓN 25-10-15


GUÍA: En nuestro camino de silencio e interiorización hacemos espacio para conocerte, estar contigo y escuchar tu Palabra. Padre estamos aquí, deseamos tu presencia y queremos acogerte en nosotros. Estamos en la vida de cada día y aquí queremos escucharte. Dejamos por un rato los quehaceres y con Teresa de Jesús decimos: escuchar y amar es nuestro ejercicio. Espíritu de Dios ven sobre nosotros, calienta nuestros corazones con tu amor. SILENCIO ADORADOR Y CONFIADO.

Del libro de Jeremías (31,7-9):

Así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los pueblos; proclamad, alabad y decid: El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel. Mirad que yo os traeré del país del norte, os congregaré de los confines de la tierra. Entre ellos hay ciegos y cojos, preñadas y paridas: una gran multitud retorna. Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos; los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán.
Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito.»
GUÍA: Nos sentimos ese pueblo querido por Dios. Nos alegramos como amados de Dios, protegidos y reunidos junto a Él. Venimos de todos los puntos del mundo. Él nos conduce, Allana los caminos y nos lleva a sus torrentes de agua. Escuchamos: Seré tu padre, Serás mi hijo. Dejamos que nuestro corazón lo sienta y responda amor a tan gran noticia. Nos dejamos envolver por la Palabra, acariciar por el don de Dios, por su misericordia para nosotros y todo el pueblo. Tratamos de compartir con los que podemos hacerlo. SILENCIO ADORADOR, AMOROSO Y ALEGRE



De la carta a los Hebreos (5,1-6):

Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»
GUÍA: Jesucristo, Hijo amado del Padre, escogido por Él como Sumo Sacerdote. Elegido para representar a los hombres en el culto a Dios. Nos unimos a Jesús ofrecido y sacrificado por el pueblo, por cada uno de nosotros. En nuestro silencio le reconocemos portador de toda la humanidad hasta Dios Padre. Nosotros mismos también portadores de la humanidad redimida al Padre Dios. Presentamos nuestro ser junto con Jesús, y presentamos al mundo dolorido, agitado y caminante. Pedimos la bondad y la misericordia para todos. Pedimos perdón por nuestros fallos. SILENCIO ACOGEDOR, RECONOCIDO Y FRATERNO.



Del santo evangelio según san Marcos (10,46-52):

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí.»
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama.» Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?»
El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver.»
Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado.» Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

GUÍA: Estamos en Jericó entre la multitud que acompaña a Jesús. Vemos al ciego. Oímos sus voces: “Hijo de David, ten compasión de mí”. Jesús le oye y pide a alguno que lo llame. “¿Qué quieres que haga por ti?”Le dice. Y valorando su fe le dijo: “Anda, tu fe te ha curado”. ¿Cómo nos quedamos? Sorprendidos, admirados, arrebatados. Pero también hoy somos el ciego que clama a Jesús. Veamos cómo es nuestra fe. Que podamos escuchar también: “Anda, tu fe te ha curado”.  SILENCIO ADMIRADO Y AGRADECIDO

El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

RECOGEMOS nuestros sentimientos, nos presentamos con Jesús al Padre. Agradecemos su presencia, su Palabra y su acción en nosotros. Le pedios que extienda su amor a todos los hermanos que lo necesitan. Que nos acompañe a lo largo de la semana.

PRESENTACIÓN DE PETICIONES

COMENTARIO DE ALGUNA FRASE

UNIDOS  EN LA RECITACIÓN DEL PADRE NUESTRO

MARÍA NOS ENSEÑA A ORAR Y NOS ACOMPAÑA

Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven”



8 comentarios:

  1. De nuevo estamos con Jesús para escucharle y compartir.

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  2. "Padre, estamos aquí, deseamos tu presencia y queremos acogerte en nosotros." Empezamos a fijarnos en esta palabra: presencia de Dios. Vivir en la presencia de Dios es un don. Acojamos esa presencia y dejemos que nos cubra su gracia.

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  3. «Maestro, que pueda ver.» Un grito de deseo y necesidad. Una ocasión de misericordia de Jesús. Y Él le hace caso y le da la curación. ¿Es esta la respuesta de cada uno de nosotros? Vivamos con Jesús y aprendamos su forma de hacer y mirar. Jesús danos tu amor y misericordia.

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  4. "Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios" Jesús es el elegido y con Él también nosotros. El Padre se ha escogido un pueblo de sacersotes, reyes y profetas. Estamos llamados a representar al pueblo. Pedimos el Espiritu de Dios para cumplir la propia misión y ser fieles.

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  5. "Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy» Qué bonito ese momento en que el Padre dice: Tu eres mi Hijo...¿Nos imaginamos a Jesús sintieese Hijo? En silencio, en nuestro interior, recreemos este momento también para nosotros. Dios Padre nos dice Tu eres mi hijo.Agradezcamos y actuemos como hijos hoy»

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  6. "los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán. Seré un padre para Israel" Estas palabras nos llaman a la confianza, a estar seguros en las manos de Dios. Agradezcamos todo su amor y cercanía a lo largo del día y de nuestra vida.

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  7. «Ánimo, levántate, que te llama.»La gente le dice esto al ciego que clama a Jesús. Puede ser que también alguien nos diga a nosotros esto. ¿Hacemos lo mismo nosotros cuando oímos que nos llama? "Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús". Eso es lo que hizo el ciego. Realmente fue rápido en la respuesta. ¡Qué lentos nosotros, a veces!. Pidamos al Padre hoy, para nosotros y todas las personas del mundo, que fortalezca nuestra fe y nuestras respuestas.

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  8. "Nos unimos a Jesús ofrecido y sacrificado por el pueblo, por cada uno de nosotros". Agradecemos a Jesús su entrega, su sacrificio. Dejamos que el agradecimiento inunde nuestro corazón. Pedimos que todo el pueblo sea receptor de tan gran amor, que le conozcan y le imiten. Que haya evangelizadores que anuncien a Jesús. Y todos somos llamadoa a ser evangelizadores, transmisores del amor de Dios. ¿Damos respuestas positivas, cada día?

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