jueves, 15 de octubre de 2015

CAMINO DE ORACIÓN







ORACIÓN 15-10-15

EL CAMINO DE LA ORACIÓN según Santa Teresa de Jesús 

1. La oración: camino de amistad con Dios 

Ha habido variadas definiciones de Oración a lo largo de la historia. Santa Teresa de Jesús nos dejó una: "No es otra cosa oración mental, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama". 

La Oración, entonces, es tratar como un Amigo a Aquél que nos ama. Y"tratar de amistad" y"tratar a solas"implica buscar estar a solas con Aquél que"sabemos nos ama".

Y a Dios le agrada estar con el hombre -como el amigo se goza en el amigo y un padre con su hijo. Dios siempre se agrada cuando el orante decide "estar a solas con El", orando, tratando con el Amigo. 

La Oración, como la amistad, es un camino que comienza un día y va en progreso. El orante comienza a tratar al Amigo que le ha amado desde toda la eternidad, y así empieza a conocerle, a amarle, a entregarse a El, en una relación que sabe no finalizará, pues en la otra vida será un trato "cara a cara" y en felicidad infinita y perpetua. 

2. La oración: camino de interiorización 

"Tratar a solas" es indicativo de búsqueda de soledad y de silencio, para poder estar con el Amigo. "Acostumbrarse a la soledad es gran cosa para la oración", dice la Santa. Y a los principiantes dirá: "... han de menester irse acostumbrando a ... estar en soledad". Y, apoyándose en el Evangelio nos recuerda: "Ya sabéis que enseña Su Majestad que sea a solas, que así lo hacía El siempre que oraba". 

La soledad/silencio debe verse como tiempos en los que el alma, sola y a solas, se vuelve a su Dios. Así, la soledad/silencio no es ausencia, sino presencia del Amigo. 

En la soledad/silencio podemos captar la voz de Dios y las inspiraciones de Su Santo Espíritu. Orar no es tanto hablar nosotros a Dios, sino guardar silencio ante El: abrirle la puerta para que El se comunique a nosotros desde nuestro interior. 

La Oración nos exige momentos específicos en el día para estar a solas con El que sabemos nos ama. Y tan importante es esto, que Teresa de Jesús presenta la búsqueda de soledad como prueba de la autenticidad de la Oración, al decirnos que la Oración acrecienta el deseo de soledad: "Desea ratos de soledad para gozar más de aquel bien". 

Al estar a solas y en silencio, la persona va interiorizándose, o sea, va uniéndose a Dios que está en su interior. 


Santa Teresa describe ese camino de interiori-zación en su obra "Las Moradas" o "Castillo Interior", y en ella compara al alma con un castillo que tiene muchos aposentos o Moradas, 


"y en el centro y mitad de todas éstas tiene la más principal, que es adonde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma". 

Las Moradas son siete, equivalentes a siete diferentes niveles de interiorización, desde donde nos relacionamos con Dios. (Ver"Etapas o niveles en la vida de oración contemplativa" y APENDICE "Tres etapas en la Vida Contemplativa"). 

3. La oración: camino de purificación 

Santa Teresa nos dice que "Dios no se da a Sí del todo, hasta que no nos damos del todo". Así que si queremos que el Señor se apodere de nosotros con la Oración de Quietud y de Unión, debemos darnos por entero a El. 

Y en esta donación total, nuestro peor enemigo es nuestro "yo". Dice la Santa que"no hay peor ladrón" que "nosotros mismos".Se refiere a las tendencias egoístas que tenemos que combatir, pues impiden nuestra libertad espiritual. El amar la voluntad propia antes que la de Dios nos carga de "tierra y plomo". 

No siempre se tratará del deseo de cosas ilícitas; puede tratarse de cosas buenas, pero que están conforme a nuestra voluntad, a nuestro criterio. Hay que mirar por encima de nuestros conceptos humanos, por buenos que puedan parecer, y atender a la Voluntad de Dios antes que a la nuestra,porque dice el Señor: "Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son Mis Caminos. Como el cielo es más alto que la tierra, Mis Caminos son más altos que los vuestros; Mis Planes que vuestros planes" (Is. 55, 8-9). 

También nos recuerda Teresa de Jesús que el "Venga a nosotros Tu Reino" (donación de Dios al alma) va, en el Padre Nuestro, junto al "Hágase Tu Voluntad" (donación del alma a Dios). Y nuestra donación a Dios es siempre una donación dolorosa, pues en ella Dios va purificando a la persona de apegos y afectos desordenados. Esta purificación a veces hace llorar el alma y sangrar el corazón, pero termina por dejarnos completamente libres para Dios. 

El sufrimiento no hay que rechazarlo, pues cuando esto hacemos la cruz se vuelve más pesada. Tampoco debe verse como un peso que hay que aceptar necesariamente. En el sufrimiento hemos de reconocer la cruz que Dios nos brinda para nuestra purificación y para nuestra unión con El. 

Si el Señor nos envía algo de sufrir, según Santa Teresa, eso es prenda de Su predilección. Jesús pasó por ese camino, siendo "Su Hijo Amado" (Lc.4, 17). Por eso, cuando Dios trata a un alma como a Jesús, es precisamente porque mucho la ama. 

¿Parece locura, quizá masoquismo? Pero San Pablo nos advierte: "A nivel humano uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece locura; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu" (1ª Cor. 2, 12). 

La actitud de Teresa de total entrega a la Voluntad de Dios, no importa lo que Dios pida, no importa lo que Dios mande, viene mejor expresada en este poema, del cual hemos extraído algunas estrofas: 

Vuestra soy, para vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme riqueza o pobreza,
Dad consuelo o desconsuelo, 

Dadme alegría o tristeza,
Dadme infierno o dadme cielo,
Vida dulce, sol sin velo,
Que a todo digo que sí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme, pues sabiduría,
O por amor, ignorancia,
Dadme años de abundancia
o de hambre y carestía;
Dad tiniebla o claro día;
pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme Calvario o Tabor,
Desierto o tierra abundosa,
Sea Job en el dolor,
O Juan que al pecho reposa;
Sea la viña fructuosa
O estéril, si cumple así.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Si queréis, dadme oración, 
Si no, dadme sequedad,
Si abundancia y devoción,
Y si no, esterilidad.
Soberana Majestad,
Sólo hallo paz aquí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, para vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí? 

4. La oración: camino de transformación 

La Oración es transformante: si no cambia nuestra forma de ser, nuestro modo de vivir, nuestros valores, no está siendo provechosa, pues ORAR ES CAMBIAR DE VIDA. 

El camino de Oración va siendo trazado por una secuencia de acciones que Dios va realizando en la persona que Lo busca sinceramente. La total entrega a Dios, la total identificación de la persona con Dios, no puede ser fruto sólo de nuestro esfuerzo personal, pues excede nuestra capacidad. Es fruto de la acción de Dios en el alma que se deja guiar por El, por el camino estrecho de la purificación interior, que lleva a la transformación de la persona en el modelo que es Cristo. 

Sin embargo, Teresa de Jesús nos dice que es esencial la práctica de la virtud, pues es imposible ser contemplativo sin tener virtudes y que "es menester no sólo orar, porque si no procuráis virtudes, os quedaréis enanas". 

Aunque Dios ha infundido en nosotros las virtudes en el Bautismo, sin mérito nuestro, no las hace crecer sin nuestra colaboración, siempre con la ayuda de Su Gracia. 

Al practicar las virtudes, facilitamos la acción de Dios en nosotros y el alma se hace más apta para sentir y seguir las mociones del Espíritu Santo. 

Tan importante es para Santa Teresa el crecimiento de las virtudes, que ha llegado a decir: "Yo no desearía otra oración, sino la que me hiciese crecer las virtudes". Y también:"Si (la oración) es con grandes tentaciones y sequedades y tribulaciones, y esto me dejase más humilde, esto tendría por buena oración". 

La mejor oración, entonces, será la que más cambie nuestra vida, la que más nos lleva a imitar a Cristo, la que más no haga crecer en los "frutos del Espíritu", que refiere San Pablo en su carta a los Gálatas (5, 22). 

5. La oración: camino de paz 

Una persona totalmente entregada a la Voluntad de Dios, no puede sino vivir en paz, que es uno de los frutos del Espíritu. 

No importa cuál sea la situación, propia o de nuestros hijos o familiares, si estamos entregados a Dios, si estamos en Sus Manos, estaremos en paz. 

La paz no se prueba estando fuera de la tormenta. La paz es, ante todo, estar en serenidad en medio de la tormenta. Y la experiencia propia y/o de otros nos muestra que vendrán ratos de tormenta. Pero si tenemos confianza en el "Amigo que nunca falla", si nuestra voluntad es una con la Suya, ¿qué podemos temer? 

"Señor: Tu nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas Tú" (Is.26, 12). San Pablo corrobora esto en su"Todo lo puedo en Aquél que me conforta" (Fil.4, 13). Y Santa Teresa sintetiza la Oración como Camino de Paz en su breve poema: 

"Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa, 

Dios no se muda, 
La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta". 

6. La oración: camino de servicio al prójimo 

Las gracias místicas, aún las más elevadas, no son un regalo de Dios sólo para que el alma las disfrute, sino que son para fortalecerla, hacerla generosa y animarla a servir a los demás. 

Para ayudar en el servicio al prójimo, en algún momento en la vida de oración, pueden comenzar a surgir en algunos orantes -como un auxilio especialísimo del Señor- losCARISMAS O DONES CARISMATICOS,llamados por los Místicos Gracias Extraordinarias, que son dados para utilidad de la comunidad, pues su manifestación está dirigida hacia la edificación de la fe y como auxilio a la evangelización y como un servicio a los demás, tal como lo indica San Pablo: 

“En cada uno el Espíritu revela su presencia con un don que es también un servicio. A uno se le da hablar con sabiduría,por obra del Espíritu. Otro comunica enseñanzas conformes con el mismo Espíritu. Otro recibe el don de la fe, en que actúa el Espíritu. Otro recibe el don de hacer curaciones, y es el mismo Espíritu. Otro hace milagros; otro es profeta; otro conoce lo que viene del bueno o del mal espíritu; otro habla en lenguas, y otro todavía interpreta lo que se dijo en lenguas. Y todo esto es obra del mismo y único Espíritu, el cual reparte a cada uno según quiere” (1ª Cor. 12, 7). 

Los Carismas son, pues, dones espirituales, gratuitamente derramados, que no dependen del mérito ni de la santidad personal, ni tampoco son necesarios para llegar a la santidad. Sin embargo, el ejercicio abnegado de ellos de hecho produce progreso en la vida espiritual por ser actos de servicio al prójimo. 

En cuanto a los Carismas o Gracias Extraordinarias, hay que tener muy presente otro consejo de San Pablo: 

“No apaguen el Espíritu, no desprecien lo que dicen los profetas. Examínenlo todo y quédense con lo bueno” (1a. Tes. 5, 19-21). 

Y es así que mientras más se adelanta en la Oración, más debe acudirse a las necesidades del prójimo. La Oración que adormece, que ensimisma, no es genuina, pues la verdadera oración genera servicio a los hermanos. Para saber qué clase de oración se tiene, debemos medir cómo es nuestro compromiso con los demás, antes que apreciar cómo pasamos los ratos de oración. 

La vida de oración debe ser un balance entre María y Marta, las hermanas de Lázaro(cfr. Lc. 10, 38-41), entre la vida contemplativa y la activa. A las almas de oración sin obras reprende la Santa, sin dejar a un lado su humor característico: "Cuando yo veo almas muy diligentes en entender la oración que tienen y muy encapotadas cuando están en ella, ... porque no se les vaya un poquito el gusto y devoción que han tenido, háceme ver cuán poco entienden del camino por donde se alcanza la unión, y piensan que allí está todo el negocio. Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor, y si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio ... te compadezcas de ella ... no tanto por ella, como porque sabes que Tu Señor quiere aquello". 

Pero nuestra acción apostólica debe estar enraizada en Cristo, pues el apostolado no es labor humana, sino divina, a la cual prestamos nuestra colaboración, sólo como humildes instrumentos. Por ello el orante/apóstol debe sentir con Dios, debe poner su corazón en contacto con el de Dios, para que una vez lleno con el Amor de Dios por los hombres, se derrame en sus hermanos. Así, será el Amor de Dios y no el propio, imperfecto, el que continúe ayudando, sirviendo, actuando en el mundo. De allí que nuestro compromiso con los demás deba ser pasado por la oración, que si es genuina, es sitio desde donde se ven verdades, para evitar estar revelándonos a nosotros mismos, en vez de revelar a Aquél que es Todo Amor. 

La Oración, así entendida, es presencia en los hombres y en la historia, desde Dios. 
(Oración Cristiana e influencias paganas en la oración)

51 comentarios:

  1. Os ofrezco este resumen que he encontrado en Oración Cristiana. Podemos ir rezándolo y compartiendo algo.

    La Oración, entonces, es tratar como un Amigo a Aquél que nos ama. Y"tratar de amistad" y"tratar a solas"implica buscar estar a solas con Aquél que"sabemos nos ama". En silencio y a solas nos adentramos en la amistad del que nos ama. Hoy día de Santa Teresa de Jesús en el 500 aniversario de su nacimiento la acompañamos.

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  2. "El orante comienza a tratar al Amigo que le ha amado desde toda la eternidad, y así empieza a conocerle, a amarle, a entregarse a El, en una relación que sabe no finalizará, pues en la otra vida será un trato "cara a cara" y en felicidad infinita y perpetua." En el camino de la oración vamos dando pasos de encuentro con Jesús. El hacer silencio interior nos ayuda a reconocerle y escucharle. Gracias por tu presencia en nuestro interior.

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  3. " Dios siempre se agrada cuando el orante decide "estar a solas con El", orando, tratando con el Amigo." Dios gozando de la amistad de cada persona que quiere estar con Él. ¡Qué belleza! Hagamos ejercicio de este estar a solas con Dios, en nuestro corazón, en la vida.

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  4. "La Oración, como la amistad, es un camino que comienza un día y va en progreso" Nuestro camino ¿Cómo es? Pidamos que vaya mejorando y crezcamos en amor.

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  5. "El orante comienza a tratar al Amigo que le ha amado desde toda la eternidad, y así empieza a conocerle, a amarle, a entregarse a El," En nuestra oraicón vamos conociendo al que nos ama. Vamos escuchando su palabra y su querer. Dejemos que cale en nosotros y su presencia será cada vez más fuerte y generosa.

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  6. "camino de interiorización" Que sea a solas. Jesús lo recomendaba y lo hacía. Intentemos hacer práctica de este estar y hablar a solas con Dios que nos ama, con Jesús que nos habla.

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  7. "Ya sabéis que enseña Su Majestad que sea a solas, que así lo hacía El siempre que oraba". Dejar otras cosas
    que nos distren. El estar con el amigo siempre es grato. ¿En qué medida nos sentimos bien con Jesús?. Silencio e interiorización. Luego lo podremos compartir.

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  8. "Al estar a solas y en silencio, la persona va interiorizándose, o sea, va uniéndose a Dios que está en su interior." Tomar conciencia de lo que hacemos y ser conscientes de nuestro interior nos lleva a tomar conciencia de Dios presente en nuestro interior. Con Él podremos llevar su presencia a los hermanos cercanos o lejanos.

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  9. "En la soledad/silencio podemos captar la voz de Dios y las inspiraciones de Su Santo Espíritu. Orar no es tanto hablar nosotros a Dios, sino guardar silencio ante El: abrirle la puerta para que El se comunique a nosotros desde nuestro interior." Son palabras que nos conducen a captar la voz de Dios. Nuestro ejercicio nos ayudará a abrir nuestro ser al Espíritu. ¿Damos pequeños pasos?

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  10. "Desea ratos de soledad para gozar más de aquel bien". Santa Teresa sigue invitando a la interioridad para encontrar a Jesús, gozar de Él y hacerlo gozar a otros.

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  11. "y en el centro y mitad de todas éstas tiene la más principal, que es adonde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma". Está hablando de las Moradas del castillo interior. En sencillaez, le acogemos y aceptamos su Palabra.

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  12. "Las Moradas son siete, equivalentes a siete diferentes niveles de interiorización, desde donde nos relacionamos con Dios." Moradas del Castillo interior. Cuando hacemos silencio posiblemente encontramos a Dios en nosotros. Hay un camino para llegar a lo más profundo de nosotros. Pero Dios se da a quien le busca.

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  13. Las siete Moradas se pueden resumir en estos pasos:
    Trato inicial con Dios.- Oración de recogimiento.- Oración de quietud.- Sosiego de potencias.- Oración de unión.- Desposorio espiritual.- Matrimonio espiritual. Podemos estudiarlas con Santa Teresa, en sus escritos. Ahora, ójala, abramos el corazón con ilusión. Vayamos acogiendo el amor de Dios y sembrándolo en el mundo que nos toca vivir.

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  14. El camino de unión con Dios de Santa Teresa es un recorrido hermoso. Cada uno de nosotros haremos nuestro camino. Que vayamos dejando espacio para conocerle mejor y amarle más en el corazón y en las obras. Siempre unidos a la vid del mismo Jesús.

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  15. Santa Teresa nos dice que "Dios no se da a Sí del todo, hasta que no nos damos del todo". Así que si queremos que el Señor se apodere de nosotros con la Oración de Quietud y de Unión, debemos darnos por entero a El. Hoy tendremos ocasiones de ese darnos a lo que tenemos que hacer. Dejemos que Dios esté ahí con nosotros, seamos su instrumento y se nos dé del todo.

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  16. "atender a la Voluntad de Dios antes que a la nuestra". En ese camino de la oración, Jesús mismo nos enseña el camino. Dejar al Espíritu abrir el camino de Dios en nuestras vidas es la terea que tenemos por delante.

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  17. "Dios no se da a Sí del todo, hasta que no nos damos del todo".Un buen pensamiento para hacer nuestro el día de hoy. Confiemos en Dios y nos dará su fuerza.

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  18. "las tendencias egoístas que tenemos que combatir impiden nuestra libertad espiritual." Seguramente tenemos tendencias egoístas. La libertad espiritual una bella meta. Pedimos al Espíritu nos conforme como hijos de Dios, generosos y libres en Él.

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  19. También nos recuerda Teresa de Jesús el "Venga a nosotros Tu Reino". El camino de la oración que Santa Teresa va recorriendo está unido a ese deseo del Reino de Dios. Dios siendo el Señor de nuestras vidas las va limpiando y liberando para ser como Él quiere. Dejemos que entre y nos atraiga hacia si.

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  20. "Dios va purificando a la persona, de apegos y afectos desordenados." En la oración, posiblemente vamos necesitando al Señor y su gracia. Pidámosle que nos fortalezca en la fe, la esperanza y el amor.

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  21. "Venga a nosotros Tu Reino" Va llegando poco a poco. Lo pedimos en el Padre nuestro. Ayer fue Cristo Rey del Universo. ¿Actualizamos esta petición y disposición de que el Reino de Dios se haga efectivo en cada uno de nosotros? Lo hacemos extensivo a toda la humanidad.

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  22. "Dios no se da a Sí del todo, hasta que no nos damos del todo" Aquí estamos, Señor. Esperamos tu venida. Confiamos en que vendrás y os transformarás.

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  23. "También nos recuerda Teresa de Jesús que el "Venga a nosotros Tu Reino" (donación de Dios al alma) va, en el Padre Nuestro, junto al "Hágase Tu Voluntad" (donación del alma a Dios)." Un trabajo de donación.Todo es gracia, decía San Pablo. Que el don de Dios nos conforme según Él nos quiere. Acojamos su gracia y amistad.

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  24. "La vida de oración debe ser un balance entre María y Marta, las hermanas de Lázaro(cfr. Lc. 10, 38-41), entre la vida contemplativa y la activa." Contemplativas en la acción es otra expresión que nos ayuda a vivir. Dios y el prójimo llenan nuestro día. Un elixir maravilloso. ¿Qué os parece?

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  25. "Vuestra soy, para vos nací,¿Qué mandáis hacer de mí?" En nuestra oración aceptamos a Dios que nos da la vida, nos cuida y protege. En algún momento podemos hacer nuestra la oración de Santa Teresa. ¿Qué mandáis hacer de mí?. En silencio escuchamos su voz y nuestros deseos.

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  26. "La Oración es transformante: si no cambia nuestra forma de ser, nuestro modo de vivir, nuestros valores, no está siendo provechosa, pues ORAR ES CAMBIAR DE VIDA." Dios nos ayuda en esta transformación del mundo y de nosotros mismos. Confiemos en su palabra, escuchemos el: Levántate y anda.

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  27. Seguimos en nuestra oración, escuchando al Espíritu que se hace presente. Santa Teresa decía que al principio hay que sacar el agua del pozo. Luego, Dios la regala con su lluvia. Confiemos nuestros encuentros al Espíritu y Él animará el encuentro con Jesús.

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  28. "Dios ha infundido en nosotros las virtudes en el Bautismo, sin mérito nuestro, no las hace crecer sin nuestra colaboración, siempre con la ayuda de Su Gracia." La fuerza de Dios nos hace posible cosas que nos parecían imposibles. Confiemos.

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  29. “No apaguen el Espíritu, no desprecien lo que dicen los profetas. Examínenlo todo y quédense con lo bueno” (1a. Tes. 5, 19-21). El Espíritu sigue actuando. No apaguemos su luz, ni en nosotros ni en los demás. Avivar la pequeña llama del bien siempre es presencia del Espíritu. ¿Lo vemos?

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  30. Santa Teresa nos dice que "Dios no se da a Sí del todo, hasta que no nos damos del todo".Una frase que nos pone ante Dios y nos hace esperar su amor en nosotros. Confiamos, pedimos perdón por nuestros alejamientos, creemos en su misericordia.

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  31. "Vuestra soy, para vos nací,¿Qué mandáis hacer de mí?" Teresa se ofrece totalmente al Señor. Nuestra oración nos lleva a confiar en Dios y su amor. "Vosotros sois mi pueblo y Yo seré vuestro Dios." Es otra frase que nos apoya y da seguridad.

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  32. "es menester no sólo orar, porque si no procuráis virtudes, os quedaréis enanas". Santa Teresa recomienda el esfuerzo de las virtudes. Jesús se da al Padre y a los hermanos. Este es el camino. Que Él transforme nuestra vida con el poder de su resurrección.

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  33. "La actitud de Teresa de total entrega a la Voluntad de Dios, no importa lo que Dios pida. Vuestra soy, para vos nací, ¿Qué mandáis hacer de mí?" Ante el Señor reconocemos su amor y su entrega. Podemos decir las palabras de Santa Teresa: ¿Qué mandáis hacer de mí?

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  34. "Dad tiniebla o claro día;pues del todo me rendí.¿Qué mandáis hacer de mí?" La presencia de Dios nos hará vivir en su verdad. Hagamos el ejercicio de reconocimiento, de aceptación, de su verdad. Nos hará bien y será oración.

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  35. La oración: camino de transformación. Santa Teresa quiere transformación, quiere intimidad con aquel que nos ama. Él va transformando la vida del orante. En el evangelio, Jesús habla de ser uno con Él, con el Padre y el Espíritu. ¿Vamos haciendo camino?

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  36. "lleva a la transformación de la persona en el modelo que es Cristo" El Espíritu va transformando nuestras vidas. Cristo es el enlace de la persona humana con Dios. Si estamos unidos a Él, seremos también enlace con Dios. Jesús aquí estamos, sigue viviendo en nosotros. confiamos en Ti.

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  37. Identificación de la persona con Dios. Ser uno con Cristo. Eso quieren Jesús, el Padre y el Espíritu. Confiemos en su amor hacia cada uno de nosotros. Dios irá haciendo su camino.

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  38. "es menester no sólo orar, porque si no procuráis virtudes, os quedaréis enanas"Dice Teresa a sus monjas. Hacer ejercicio y confiar en la acción de Dios. Todo es gracia y también la fe sin obras es fe muerta. Gracias, Jesús, conduce nuestros pasos.

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  39. "Una persona totalmente entregada a la Voluntad de Dios, no puede sino vivir en paz, que es uno de los frutos del Espíritu." Santa Teresa confía en el Señor y vive en paz en sus manos. En la oración crecemos en la confianza. Nos fiamos y esperamos en el que nos quiere y llama. Hagamos ejercicio de confianza en Dios y su paz nos cubrirá totalmente.

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  40. ¿Parece locura ? Pero San Pablo nos advierte: "A nivel humano uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece locura; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu" (1ª Cor. 2, 12). Si somos atribulados es para nuestro consuelo. Pongo a Dios por testigo y en él tenemos puesta las esperanza.

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  41. "La paz es, ante todo, estar en serenidad en medio de la tormenta". Decimos: Guarda mi alma en la paz junto a Tí, Señor. El Espíritu se hace presente también en la tormenta. ¡Sólo Dios basta!.

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  42. "Dadme infierno o dadme cielo, Vida dulce, sol sin velo, Que a todo digo que sí.¿Qué mandáis hacer de mí?" Es una oración de Santa Teresa. Está totalmente entregada a su amor. Dispuesta a lo Él quiera. En nuestra medida, repitamos la oración y confiadamente respondamos a lo que Dios quiere en nuestra vida.

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  43. "Dios no se muda, La paciencia todo lo alcanza; Quien a Dios tiene nada le falta: Sólo Dios basta". La oración nos pone en las manos de Dios y acrecienta la confianza en su amor. Con Él lo tenemos todo. Que el Espíritu llene nuestros corazones de su amor y sacie nuestro deseos de Dios.

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  44. “En cada uno el Espíritu revela su presencia con un don que es también un servicio"Toda gracia es don y es regalo para el mundo. El Creced y multiplicaos del principio de la creación, sigue impulsando le corazón de cada persona. Hace que la naturaleza y la vida se vaya transformando para el bien de la humanidad. ¿Estás de acuerdo?

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  45. "todo es obra del mismo y único Espíritu, el cual reparte a cada uno según quiere” (1ª Cor. 12, 7). Es bonito ver a cada ser agraciado por el don de Dios. Impulsado al bien por su mismo Espíritu. En la oración conectando con su amor, derramado en nosotros, podemos sembrar luz y vida en el mundo que la necesita. Somos instrumentos para iluminar a otros.

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  46. "No apaguéis el Espíritu" Si pasas por aquí y Dios te llama con su amor, escucha y no apagues o dejes pasar esa voz. El Espíritu sopla donde quiere, y el agraciado por su don es regalo para la humanidad. Acojamos el don de Dios.

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  47. San Juan de la Cruz nos enseña también la oración y el amor de Dios. Es un místico junto con Santa Teresa. Hoy es su fiesta. Que nos ayude a caminar en el camino de la oración y del amor de Dios.

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  48. “En cada uno el Espíritu revela su presencia con un don que es también un servicio" ¿Cuál es el tuyo? Tus dones son para desarrollarlos a tu alrededor. La oración acerca a Dios a todas sus criaturas. Cuando le escuchamos y dejamos que se revele en la vida, somos instrumentos de su acción. Agradezcamos su regalo y presencia.

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  49. "Quien a Dios tiene, Nada le falta" Esto decía Santa Teresa de Jesús. ¿Has llegado a decir esta frase desde tu interior? Confiando en Dios podemos alcanzar esa seguridad.

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  50. "su manifestación está dirigida hacia la edificación de la fe y como auxilio a la evangelización"Seguimos confiando en Dios que nos regala con su presencia. Que este día que empezamos sea el tiempo favorable para fortalecer al fe, dar respuesta a Jesús y acompañar a otros.

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