GUÍA DE ORACIÓN 13-04-2017
GUÍA: Es Jueves Santo. Jesús encarga preparar la celebración de la Pascua. La
celebra en Jerusalén. Acompañamos a los amigos de Jesús en esa celebración.
Aquí estamos, Jesús. Nos unimos a vuestra celebración. Compartimos los
sentimientos de este momento. Prevés
que tu hora se acerca. Tus amigos también están preocupados. En nuestro
interior queremos estar cerca y vivir el gran momento de la Pascua. SILENCIO
DE PARTICIPACIÓN, DE TOMA DE CONCIENCIA.
De la primera carta del apóstol san
Pablo a los Corintios (11,23-26):
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
GUÍA: San Pablo nos transmite lo que él recibió: Tu momento de entrega en el
pan y el vino, tu propuesta de hacerlo en tu memoria, tu palabra de quedarte
con nosotros. Queremos oírlo de nuevo, repetirlo de nuevo, asegurarnos una y
otra vez de tu presencia con nosotros. Queremos confirmar nuestra fe en tu
palabra y tu Eucaristía, queremos rezar,
estar contigo en estos momentos de despedida. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO Y ADORACIÓN.
Del santo evangelio según san Juan
(13,1-15)
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.»
Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás.»
Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.» Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.»
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.»
Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás.»
Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.» Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.»
GUÍA: Otro momento es cuando te quitas el
manto, coges la toalla y te dispones a lavar los pies a tus discípulos. Todo un
signo de servicio y atención a tus amigos. Quieres que aprendamos a cuidar del
hermano, a hacernos cargo de él, a estar limpios de todo lo que nos aleja de
ti. Jesús, grábalo en nuestros corazones. Ya sabes que a la primera te dejamos
solo. En silencio te observamos,
acogemos tu lección, queremos aprenderla. Ayúdanos. SILENCIO DE ESTAR CON JESÚS, DE ACOGER SUS GESTOS, DE COMPARTIR SU
SITUACIÓN.
DESPUÉS DE UN RATO DE ESTAR AHÍ, SINTETIZAMOS LOS MENSAJES.
OFRECEMOS, PEDIMOS, ALABAMOS, ACOMPAÑAMOS
MARÍA ESTÁ CON NOSOTROS. ¿Qué nos dice?
PADRE NUESTRO desde
tu corazón, Jesús, y desde el de todos.
CANTAMOS
Donde
hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Jesús nos ha reunido,
amémonos hermanos,
temamos al Señor,
que marcha a nuestro lado.
Donde
hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Que
cesen ya las guerras,
que cese ya el dolor,
que en medio de nosotros
esté Cristo, el Señor, Cristo, el Señor.
que cese ya el dolor,
que en medio de nosotros
esté Cristo, el Señor, Cristo, el Señor.
Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Jesús nos ha reunido,
ahora sólo formamos
un solo corazón,
amémonos, hermanos.
Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Acaben ya rencores,
que no haya división,
que en medio de nosotros
esté Cristo, el Señor, Cristo, el Señor.
Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Cantemos al Dios vivo,
unamos nuestras manos,
pidamos al Señor
que un día le veamos.
Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Buena Semana Santa a todos vosotros que nos acompañáis en estas páginas. La Pascua del Señor nos reúne y envía para ser testigos en nuestro mundo.
ResponderEliminar"Donde hay amor, allí está Dios". Hoy Jueves Santo, Jesús nos enseña la lección del amor, con su regalo de la Eucaristía,con su entrega por nosotros, con el sacerdocio, y el amor fraterno. Interioricemos su don.
ResponderEliminarHaced esto en memoria mía. Jesús nos da el regalo de su cuerpo y de su sangre derramada. Lo recibimos y actualizamos cada día en el sacrificio de la Santa Misa. Que nos limpie, nos salve y fortalezca. Gracias, Jesús. Gracias, Padre Dios.
ResponderEliminar«Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»Jesús nos lava, nos quiere con Él. Lávanos, Jesús, agradecemos tu agua y tu pan. Queremos tener parte contigo. Pedimos por todos los que necesitan su agua y su pan.
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