viernes, 28 de enero de 2022

NO LES TENGAS MIEDO

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NO LES TENGAS MIEDO

GUÍA DE ORACIÓN 30-01-22 Domingo 4º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

GUÍA: La Palabra de Dios llega a Jeremías. Hoy la escuchamos nosotros. Nos disponemos a oírte, darnos cuenta de lo que tú, Señor, nos dices. Nuestro oído es duro y no capta lo que dices, o no consigue ponerlo en acción. Ante ti, te reconocemos como Padre y hermano que nos llamas y nos educas en tus caminos. Danos tu luz y tu verdad. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE PRESENCIA, DE FE.

Lectura del libro de Jeremías (1,4-5.17-19):

EN los días de Josías, el Señor me dirigió la palabra:

«Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones.

Tú cíñete los lomos: prepárate para decirles todo lo que yo te mande.

No les tengas miedo, no seré yo quien te intimide.

Desde ahora te convierto en plaza fuerte, en columna de hierro y muralla de bronce,

frente a todo el país:  frente a los reyes y príncipes de Judá,

frente a los sacerdotes y al pueblo de la tierra.

Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte

—oráculo del Señor—».

GUÍA: No les tengas miedo. Te he elegido desde siempre. Serás plaza fuerte frente a ellos. Confiamos en el Señor. Creemos en su elección, su mandato y su fortaleza. Padre, confiamos. Estás con nosotros, nos elevas con tu palabra y nos conviertes en instrumentos tuyos. Aquí estamos. La vida te pertenece y tu palabra nos anima. SILENCIO DE CONFIANZA, DE ESPERANZA, DE CONSUELO.

Sal 70,   R/. Mi boca contará tu salvación, Señor.


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,31–13,13):

Hermanos:  Ambicionad los carismas mayores. Y aún os voy a mostrar un camino más excelente.

Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde.

Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.

Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría.

El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca.

Las profecías, por el contrario, se acabarán; las lenguas cesarán; el conocimiento se acabará.

Porque conocemos imperfectamente e imperfectamente profetizamos; mas, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará.

Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño.

Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es ahora limitado; entonces conoceré como he sido conocido por Dios.

En una palabra, quedan estas tres: la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor.

GUÍA: Oímos a san Pablo. El amor no acaba nunca, todo lo excusa, todo lo cree, todo lo soporta. ¿Qué podemos decir nosotros? ¿Cuál es nuestra experiencia? Padre Dios, necesitamos ese amor que es capaz de amar desinteresadamente. Busca el bien de la otra persona. Sin amor nada soy. Te presentamos nuestro amor, como es. Haz que crezca y se mejore. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE PETICIÓN, DE ENCUENTRO.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,21-30):

En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca.
Y decían:
«¿No es este el hijo de José?».
Pero Jesús les dijo:
«Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”, haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».
Y añadió:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

GUÍA: Hoy se ha cumplido la Escritura que acabáis de oír, dice Jesús. Se siente ungido por el Espíritu Santo y enviado a evangelizar a los pobres, a liberar a los cautivos. Primero le aprueban, luego no se siente aceptado por su pueblo. Pero él se abrió paso y siguió su camino. Una serie de pasos que pueden pasar hoy. Los visualizamos, entramos entre la multitud y caminamos con Jesús. ¿Cómo nos sentimos, con quién nos identificamos? SILENCIO DE UNIÓN, DE PARTICIPACIÓN, DE RESPUESTA.

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN. ¿CON QUÉ FRASE TE QUEDAS?

SENTIMOS LA PRESENCIA DE JESÚS, NOS UNIMOS A ÉL, COMPARTIMOS SU CAMINO.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA COMPAÑERA DE FE.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO...

CANTAMOS:

1-Quiero Jesús/ Darte gracias por tu amor/quiero cantar/Y entregarte el corazón.

2-Gracias por la vida/Por la libertad/Por cada sonrisa/Y la fraternidad.

3-Tu Jesús me das la paz/Contigo soy libre Señor/Tu Jesús me dices hoy/

Construye mi Reino de amor.

4-Te escucharé/Tu palabra es la verdad/Te seguiré/Junto a mí siempre estarás.

5-Gracias por tus dones/ Por tu gran bondad/Porque tú compartes/

Nuestra humanidad.

https://www.youtube.com/watch?v=mVZM2slXeXs

7 comentarios:

  1. "No les tengas miedo" Oración hacia la confianza en el señor que nos fortalece. Hacemos el camino y pausadamente reconocemos la presencia de Dios en nuestra vida y en nuestro mundo. Gracias, y compromiso.

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  2. "Yo estoy contigo para librarte" El libro de Jeremías nos ayuda a recobrar la confianza. La presencia del Señor con el profeta sigue en su pueblo, llega a nosotros hoy. La acogemos y activamos día a día. Gracias, Señor.

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  3. «Antes de formarte en el vientre, te elegí". Palabra dirigida a Jeremías. Nos la dirige también a cada persona. Somos amados y elegidos para la vida antes de nacer. Agradecemos el amor derramado en nosotros. Lo visualizamos y acogemos para compartirlo con otros.

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  4. "Gracias por tus dones/ Por tu gran bondad/Porque tú compartes/ Nuestra humanidad." Adoramos y acogemos agradecidos. Buen día.

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  5. Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.

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  6. "prepárate para decirles todo lo que yo te mande". El Señor quiere la disponibilidad. Que abramos el corazón y seamos capaces de acogerle.

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  7. "Desde ahora te convierto en plaza fuerte" Dios llama y capacita. Visualizamos nuestra situación, invocamos su favor.

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