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- DOMINGO DE RAMOS
GUÍA DE
ORACIÓN 13-04-25 Domingo de Ramos en la Pasión del Señor
GUÍA: Estamos a las puertas de la Semana Santa. Jesús entra en
Jerusalén para celebrar la Pascua. Entra como el rey que ha de venir. En un
borriquillo se sube y el pueblo le aclama como Rey. La gloria de Dios está
sobre él. Nos unimos al pueblo y a los discípulos para aclamarle y cantar al
Hijo de David. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE ESPERANZA, DE MANIFESTACIÓN.
Lectura
del libro de Isaías (50,4-17):
El Señor
Dios me ha dado una lengua de discípulo; para saber decir al abatido una
palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los
discípulos.
El Señor
Dios me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás. Ofrecí la espalda a los
que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no escondí el rostro
ante ultrajes ni salivazos.
El Señor me
ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como
pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.
GUÍA: Isaías
presenta al siervo ultrajado que se fía de Dios y confía porque no será
defraudado. En el interior lo conocemos, sentimos su situación, nos unimos al
dolor del mundo sufriente. Jesús será ese siervo, el cordero sacrificado por el
pecado del mundo. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE CONOCIMIENTO, DE ESCUCHA.
Salmo
Sal
21,2a.8-9.17-18a.19-20.23-24
R/. Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Al verme, se
burlan de mí,
hacen
visajes, menean la cabeza:
«Acudió al
Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre
si tanto lo quiere». R.
Me acorrala
una jauría de mastines,
me cerca una
banda de malhechores;
me taladran
las manos y los pies,
puedo contar
mis huesos. R.
Se reparten
mi ropa,
echan a
suertes mi túnica.
Pero tú,
Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía,
ven corriendo a ayudarme. R.
Contaré tu
fama a mis hermanos,
en medio de
la asamblea te alabaré.
«Los que
teméis al Señor, alabadlo;
linaje de
Jacob, glorificadlo;
temedlo,
linaje de Israel». R.
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):
Cristo
Jesús, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al
contrario, se despojó de si mismo tomando la condición de esclavo, hecho
semejante a los hombres.
Y así,
reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente
hasta la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios
lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al
nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
GUÍA:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Humillado se hace uno de los
nuestros. Ofrecemos su vida, muerte y resurrección para satisfacer los pecados
de todos. SILENCIO DE APERTURA, DE
UNIÓN, DE PERDÓN.
Pasión de
nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (22,14–23,56):
En aquel
tiempo, los ancianos del pueblo, con los jefes de los sacerdotes y los escribas
llevaron a Jesús a presencia de Pilato.
No encuentro
ninguna culpa en este hombre
C. Y se
pusieron a acusarlo diciendo
S. «Hemos
encontrado que este anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que se
paguen tributos
al César, y
diciendo que él es el Mesías rey».
C. Pilatos
le preguntó:
S. «¿Eres tú
el rey de los judíos?».
C. El le
responde:
+ «Tú lo
dices».
C. Pilato
dijo a los sumos sacerdotes y a la gente:
S. «No
encuentro ninguna culpa en este hombre».
C. Toda la
muchedumbre que había concurrido a este espectáculo, al ver las cosas que
habían ocurrido, se volvía dándose golpes de pecho.
Todos sus
conocidos y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea se mantenían a
distancia, viendo todo esto.
C. Pero
ellos insitían con más fuerza, diciendo:
S.
«Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde que comenzó en Galilea
hasta llegar aquí».
C. Pilato,
al oírlo, preguntó si el hombre era galileo; y, al enterarse de que era de la
jurisdicción de Herodes,
que estaba
precisamente en Jerusalén por aquellos días, se lo remitió.
Herodes, con
sus soldados, lo trató con desprecio
C. Herodes,
al vera a Jesús, se puso muy contento, pues hacía bastante tiempo que deseaba
verlo, porque oía hablar de él y esperaba verle hacer algún milagro. Le hacía
muchas preguntas con abundante verborrea; pero él no le contestó nada.
Estaban allí
los sumos sacerdotes y los escribas acusándolo con ahínco.
Herodes, con
sus soldados, lo trató con desprecio y, después de burlarse de él, poniéndole
una vestidura blanca, se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron
amigos entre sí Herodes y Pilato, porque antes estaban enemistados entre si.
Pilato
entregó a Jesús a su voluntad
C. Pilato,
después de convocar a los sumos sacerdotes, a los magistradosy al pueblo, les
dijo:
S. «Me
habéis traído a este hombre como agitador del pueblo; y resulta que yo lo he
interrogadodelante de vosotros y no he encontrado en este hombre ninguna de las
culpas de que lo acusáis; pero tampoco Herodes, porque nos lo ha devuelto: ya
veis que no ha hecho nada digno de muerte. Así que le daré un escarmiento y lo
soltaré».
C. Ellos
vociferaron en masa:
S. «¡Quita
de en medio a ese! Suéltanos a Barrabás».
C. Este
había sido metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un
homicidio.
Pilato
volvió a dirigirles la palabra queriendo soltar a Jesús, pero ellos seguían
gritando:
S.
«¡Crucifícalo, crucifícalo!».
C. Por
tercera vez les dijo:
S. «Pues
¿qué mal ha hecho este? No he encontrado en él ninguna culpaque merezca la
muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré».
C. Pero
ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba
creciendo su griterío.
Pilato
entonces sentenció que se realizara lo que pedían: soltó al que le reclamaban
(al que había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo
entregó a su voluntad.
Hijas de
Jerusalén, no lloréis por mí.
C. Mientras
lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo,
y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús.
Lo seguía un
gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban
lamentos por él.
Jesús se
volvió hacia ellas y les dijo:
+ «Hijas de
Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque
mirad que vienen días en los que dirán: «Bienaventuradas las estériles y los
vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado». Entonces
empezarán a decirles a los montes: «Caed sobre nosotros», y a las colinas:
«Cubridnos»; porque, si esto hacen con el leño verde, ¿que harán con el seco?».
C. Conducían
también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con él.
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen
C. Y cuando
llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los
malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Jesús decía:
+ «Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen».
C. Hicieron
lotes con sus ropas y los echaron a suerte.
Este es el
rey de los judíos
C. El pueblo
estaba mirando, pero los magistrados le hacían muecas diciendo:
S. «A otros
ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
C. Se
burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre,
diciendo:
S. «Si eres
tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
C. Había
también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos».
Hoy estarás
conmigo en el paraíso
C. Uno de
los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
S. «¿No eres
tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
C. Pero el
otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
S. «¿Ni siquiera
temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos
justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este
no ha hecho nada».
C. Y decía:
S. «Jesús,
acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
C. Jesús le
dijo:
+ «En verdad
te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».
Padre, a tus
manos encomiendo mi espíritu
C. Era ya
como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la
hora nona, porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y
Jesús, clamando con voz potente, dijo:
+ «Padre, a
tus manos encomiendo mi espíritu».
C. Y, dicho
esto, expiró.
Todos se
arrodillan, y se hace una pausa
C. El
centurión, al ver lo ocurrido, daba gloria a Dios diciendo:
S.
«Realmente, este hombre era justo»
GUÍA: La pasión nos muestra el camino que
sigue Jesús en su vuelta al Padre. Danos, Señor, un corazón arrepentido, para
volver a ti y reconocer nuestras culpas. Danos tu Espíritu que nos conduzca a
la vida. Aviva nuestra esperanza y nuestro amor para conocerte mejor y
librarnos del mal. SILENCIO DE ARREPENTIMIENTO, DE PERDÓN Y ENCUENTRO.
RECOGEMOS
NUESTROS SENTIMIENTOS, LA FE Y ESPERRANZA QUE SE AVIVA EN NOSOTROS, EL AMOR QUE
NOS DA EL PADRE EN JESÚS. INTERIORIZAMOS.
CON MARIA
RECORREMOS EL CAMINO DE JESÚS Y AGRADECEMOS SU ENTREGA AL PADRE Y A LOS
HERMANOS.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO…
CANTAMOS:
Rem Mi La
¡Hosanna! ¡Hosanna al Hijo de David!
Rem Mi La
Rem
¡Hosanna! ¡Hosanna al Hijo de David!
Solm Do Fa Sib
¡Bendito
el que viene en nombre del Señor,
Solm
La Rem
Bendito
el Rey de Israel!
Solm Do Fa Sib
Con ramos
de olivo los hijos de Israel
Solm La Rem
Clamaban
¡Hosanna al Señor!
Solm Do Fa Sib
Con
mantos vestían el paso del Señor,
Solm La Rem
Gritando:
¡Hosanna al Señor!
Solm
Do Fa Sib
Tu eres
el Rey, el Rey de Israel;
Solm
La Rem
Honor y
gloria a ti.
Solm Do Fa Sib
Con
palmas en manos el pueblo de Israel
Solm La Rem
Clamaba:
¡Hosanna en el cielo!
Solm
Do Fa Sib
Si ellos
se callan las piedras gritarán:
Solm
La Rem
¡Hosanna al Hijo de Dios!
https://www.youtube.com/watch?v=sBpBHSVtvTA
"Domingode Ramos" Acompañamos a Jesús en su Semana Santa, hoy en la entrada en Jerusalén. todo se va tramando y acaba con la muerte. Él vuelve a la vida y está con nosotros. A lo largo de la semana, nos unimos especialmente a él. Buena Semana.
ResponderEliminar"Si ellos se callan las piedras gritarán: ¡Hosanna al Hijo de Dios!" Nos unimos a toda la Iglesia que aclama la venida de Jesús a nuestro mundo, nuestros hogares y a cada uno de nosotros. ¡Buena Semana Santa!
ResponderEliminarIs. 50, 4 "Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los discípulos." Dios nos llama también cada día de alguna forma. Nos estimula con su palabra, y con sus acciones. Nos sentimos atraídos por él. Oramos.
ResponderEliminar"Jesús, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz". Contemplamos su persona, y reconocemos su ser Hijo de Dios. Pedimos perdón.
ResponderEliminar"La pasión nos muestra el camino que sigue Jesús en su vuelta al Padre." Acompaña, Señor, nuestro camino y llévanos a ti.
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