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viernes, 12 de abril de 2019

BENDITO EL REY QUE VIENE

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BENDITO EL REY QUE VIENE

GUÍA DE ORACIÓN 14-04-19

GUÍA: Es en la oración donde hacemos espacio al Rey que viene. La liturgia nos ayuda a vivir estos misterios. Jesús sobre un pollino entra en Jerusalén. Un rey humilde que viene en nombre del Señor. Nos unimos a la gente. Aclamamos a Jesús. Nos sentimos súbditos de su reinado. Liberados de la esclavitud y gozosos de su victoria sobre el mal. Jesús, aquí estamos. Queremos estar contigo. SILENCIO DE GLORIA, DE CAMINO, DE CONVERSIÓN.

Del libro de Isaías (50,4-17):

El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo; para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los discípulos.
El Señor Dios me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no escondí el rostro ante ultrajes ni salivazos.
El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

GUÍA: Bendito el que viene en nombre del Señor. Nuestra oración sigue acompañándote. Te vemos identificado con las palabras de Isaías: Yo no me resistí, ni me eché atrás. Contemplamos tu situación, estamos ahí contigo Nos alejamos de ti  con frecuencia. . Limpia nuestro pecado, conviértenos hacia el  Padre. SILENCIO DE ACLAMACIÓN, DE CONTEMPLACIÓN DE  PERDÓN.

De la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):

Cristo Jesús, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se despojó de si mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres.
Y así, reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.



GUÍA: Se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo. Ahí muestras tu grandeza.  Te admiramos dispuesto a ser obediente al Padre. Nos unimos a tu obediencia. Reconocemos “tu nombre sobretodo nombre”. Acogemos  tu presencia salvadora y decimos: Jesucristo es el Señor,  para gloria de Dios Padre. SILENCIO DE ADMIRACIÓN DE UNIÓN Y DE RECONOCIMIENTO.
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (22,14–23,56):

En aquel tiempo, los ancianos del pueblo, con los jefes de los sacerdotes y los escribas llevaron a Jesús a presencia de Pilato.
No encuentro ninguna culpa en este hombre
C. Y se pusieron a acusarlo diciendo
S. «Hemos encontrado que este anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que se paguen tributos
al César, y diciendo que él es el Mesías rey».
C. Pilatos le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?».
C. El le responde:
+ «Tú lo dices».
C. Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente:
S. «No encuentro ninguna culpa en este hombre».
C. Toda la muchedumbre que había concurrido a este espectáculo, al ver las cosas que habían ocurrido, se volvía dándose golpes de pecho.
Todos sus conocidos y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea se mantenían a distancia, viendo todo esto.
C. Pero ellos insitían con más fuerza, diciendo:
S. «Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde que comenzó en Galilea hasta llegar aquí».
C. Pilato, al oírlo, preguntó si el hombre era galileo; y, al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes,
que estaba precisamente en Jerusalén por aquellos días, se lo remitió.
Herodes, con sus soldados, lo trató con desprecio
C. Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, pues hacía bastante tiempo que deseaba verlo, porque oía hablar de él y esperaba verle hacer algún milagro. Le hacía muchas preguntas con abundante verborrea; pero él no le contestó nada.
Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándolo con ahínco.
Herodes, con sus soldados, lo trató con desprecio y, después de burlarse de él, poniéndole una vestidura blanca, se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos entre sí Herodes y Pilato, porque antes estaban enemistados entre si.
Pilato entregó a Jesús a su voluntad 
. Pilato, después de convocar a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo, les dijo:
S. «Me habéis traído a este hombre como agitador del pueblo; y resulta que yo lo he interrogado delante de vosotros y no he encontrado en este hombre ninguna de las culpas de que lo acusáis; pero tampoco Herodes, porque nos lo ha devuelto: ya veis que no ha hecho nada digno de muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré».
C. Ellos vociferaron en masa:
S. «¡Quita de en medio a ese! Suéltanos a Barrabás».
C. Este había sido metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra queriendo soltar a Jesús, pero ellos seguían gritando:
S. «¡Crucifícalo, crucifícalo!».
C. Por tercera vez les dijo:
S. «Pues ¿qué mal ha hecho este? No he encontrado en él ninguna culpa que merezca la muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré».
C. Pero ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo su griterío.
Pilato entonces sentenció que se realizara lo que pedían: soltó al que le reclamaban (al que había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo entregó a su voluntad.
Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí.
C. Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús.
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él.
Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:
+ «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que vienen días en los que dirán: "Bienaventuradas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado". Entonces empezarán a decirles a los montes: "Caed sobre nosotros", y a las colinas: "Cubridnos"; porque, si esto hacen con el leño verde, ¿que harán con el seco?».
C. Conducían también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con él.
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen
C. Y cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera»,
 lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Jesús decía:+ «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
C. Hicieron lotes con sus ropas y los echaron a suerte.
Este es el rey de los judíos
C. El pueblo estaba mirando, pero los magistrados le hacían muecas diciendo:
S. «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
C. Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
S. «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
C. Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos».
Hoy estarás conmigo en el paraíso
C. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
S. «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
C. Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
S. «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada».
C. Y decía:
S. «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
C. Jesús le dijo:
+ «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu
C. Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora nona, porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo:
+ «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu».
C. Y, dicho esto, expiró.
Todos se arrodillan, y se hace una pausa
C. El centurión, al ver lo ocurrido, daba gloria a Dios diciendo:
S. «Realmente, este hombre era justo».

GUÍA:  Las escenas se suceden: Traición, acusación, condena, camino del calvario, crucifixión. ¿Qué parte ponemos en cada una de ellas?  Nuestro pecado ha caído sobre ti. No merecemos ser llamados hijos. Cambia nuestro corazón .  Te acompañamos, aceptamos tu perdón y misericordia.
Danos fe para confesarte, amor para quererte, fortaleza para  estar contigo.  SILENCIO DE FE, DE AMOR, DE COMPROMISO.

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN CON UNA FRASE PARA RECORDAR.

CON EL ESPÍRITU CONFIAMOS, DAMOS GRACIAS, OFRECEMOS

INVOCAMOS A MARÍA, MADRE QUE ENSEÑA.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE  JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS

¡Qué alegría cuando me dijeron:
Vamos a la casa del Señor.
Ya están pisando nuestros pies,
 Tus umbrales, Jerusalén!

Jerusalén está fundada,
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
 las tribus del Señor.

Según la costumbre de Israel,
 a celebrar  el nombre del Señor.
 En ella están los tribunales de justicia,
 en el palacio de David.
  

viernes, 23 de marzo de 2018

ENTRADA EN JERUSALÉN



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ENTRADA EN JERUSALÉN


GUÍA DE ORACIÓN 25-03-18

GUÍA: Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un pollino de borrica. La multitud le recibe como rey. No se presenta como los grandes reyes. Jesús se presenta como rey humilde. Bendito el que viene en nombre del Señor. Le aclamamos también nosotros hoy y le reconocemos como Señor. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, ACLAMACIÓN Y SEGUIMIENTO

 Del libro de Isaías (50,4-7):

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

GUÍA: Se me ha dado lengua de iniciado, para decir al abatido una palabra de aliento. Jesús, rey humilde, levanta a los abatidos, no se echa atrás ante el oprobio. Sabe que no será avergonzado.
Son palabras de Isaías, que habla  refiriéndose a los sufrimientos del siervo de Dios. Las pensamos, las contemplamos cumplidas en Jesús. SILENCIO DE UNIÓN, DE INTERIORIZACIÓN.

De la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.


GUÍA: Cristo no hace alarde de su categoría de Dios, tomó la condición de esclavo, se rebajó hasta la muerte de cruz. Pero Dios lo levantó sobe todo y es proclamado Señor, para gloria de Dios Padre. Descubramos los sentimientos de Jesús, aclamándole Señor y demos con él, gloria al Padre. SILENCIO DE PRESENCIA, UNIÓN Y AGRADECIMIENTO.

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (15,1-39):

C. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Él respondió:
+ «Tú lo dices.»
C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:
S. «¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti.»
C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado…

GUÍA: Hemos visto las palabras de Isaías, las palabras de San Pablo y ahora San Marcos narra la pasión y muerte de Jesús. Se va tramando a lo largo de la semana, después de la entrada triunfal en Jerusalén: Traición de Judas, entrega en el Huerto de los Olivos, condena a muerte, crucifixión, sepulcro. Acompañemos a Jesús en este itinerario y expresemos nuestro arrepentimiento por las veces que le dejamos, demos gracias por su perdón. SILENCIO DE COMPAÑÍA, PERDÓN, AGRADECIMIENTO.

SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN, FRASE PARA RECORDAR

ACOMPAÑAMOS, AGRADECEMOS, OFRECEMOS

INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE

LLAMAMOS A DIOS PADRE, CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS

Hosanna al hijo de David.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
el rey de Israel.
Hosanna, hosanna en el cielo.


Aclamad al Señor, tierra entera.
Tocad en honor de Su Nombre.
Hacer resonar Sus alabanzas.
Cantad himnos a Su gloria.

Hosanna al hijo de David...

Pueblos todos, batid palmas.
Aclamad a Dios con gritos de jubilo
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.

Hosanna al hijo de David...