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viernes, 22 de marzo de 2024

DOMINGO DE RAMOS

 

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DOMINGO DE RAMOS


GUÍA DE ORACIÓN 24-03-24 Domingo de Pasión - Ciclo B


GUÍA: Estamos acompañando a Jesús en su llegada a Jerusalén. El pueblo le recibe con alegría y le aclama con ramos, palmas, sus mantos se extienden para que pase el Hijo de David. Es el pórtico de la semana Santa y Jesús es aclamado rey. Le acompañamos en sus momentos de gloria y vamos con él también a lo largo de la semana. Padre, enséñanos a reconocerle y a seguirle en todo momento. SILENCIO DE COMPAÑÍA, DE RECONOCIMIENTO, DE AMISTAD.

Lectura del libro de Isaías (50,4-7):


Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

GUÍA: Mi señor me espabila el oído. No resistí ni me eché atrás. Jesús, que comprendamos tu posición, tu respuesta, tu amor. Momento de triunfo y de comienzo de la hora de la entrega. Te reconocemos, seguimos tus pasos, queremos que seas rey de nuestras vidas. Limpia nuestro ser y libéranos de todo mal. SILENCIO DE ENTREGA, DE ATENCIÓN A TU PALABRA, DE CUMPLIMIENTO DE LAS PROFECÍAS.


Salmo

Sal 21,8-9.17-18a.19-20.23-24


R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?


Al verme, se burlan de mí, hacen visajes,

menean la cabeza: «Acudió al Señor,

que lo ponga a salvo;

que lo libre, si tanto lo quiere.» R/.

Me acorrala una jauría de mastines,

me cerca una banda de malhechores;

me taladran las manos y los pies,

puedo contar mis huesos. R/.


Se reparten mi ropa,

echan a suertes mi túnica.

Pero tú, Señor, no te quedes lejos;

fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R/.


Contaré tu fama a mis hermanos,

en medio de la asamblea te alabaré.

Fieles del Señor, alabadlo;

linaje de Jacob, glorificadlo;

temedlo, linaje de Israel. R/.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):


Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.


GUÍA: Te contemplamos en el dolor y en el escarnio. Te sometes a la muerte y obedeces al Padre para salvar a tus hermanos, para salvarnos a todos. Pero eres levantado sobre todo y enaltecido para atraer todo hacia ti. Que sigamos tus pasos y acojamos el amor que nos  repartes. Eres Señor, para gloria de dios Padre. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE PERDÓN, DE AMOR.


Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (15,1-39):


C. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó:

S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»

C. Él respondió:

+ «Tú lo dices.»

C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:

S. «¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti.»

C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó:

S. «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»

C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:

S. «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?»

C. Ellos gritaron de nuevo:

S. «¡Crucifícalo!»

C. Pilato les dijo:

S. «Pues ¿qué mal ha hecho?»

C. Ellos gritaron más fuerte:

S. «¡Crucifícalo!»

C. Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio –al pretorio– y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:

S. «¡Salve, rey de los judíos!»

C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo. Y a uno que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz. Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos.» Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: «Lo consideraron como un malhechor.» Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:

S. «¡Anda!, tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz.»

C. Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo:

S. «A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.»

C. También los que estaban crucificados con él lo insultaban. Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, jesús clamó con voz potente:

+ «Eloí, Eloí, lamá sabaktaní.»

C. Que significa:

+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»

C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:

S. «Mira, está llamando a Elías.»

C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo:

S. «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo.»

C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:

S. «Realmente este hombre era Hijo de Dios.»

GUÍA: Es la lectura de tu pasión. La repasamos y queremos acompañarte en este camino de sufrimiento. Perdona nuestros gritos que te abandonan y escogen a otros. Que aprendamos tu lección de humildad y generosidad. Haz que te reconozcamos como hijo de dios. SILENCIO DE CERCANÍA, DE COMPASIÓN, DE VOLVER A TI.


SEGUIMOS LOS SENTIMIENTOS DE JESÚS, SU DOLOR, SU ENTREGA AL PADRE. 

ACOMPAÑAMOS A JESÚS EN SU TRIUNFO, SU MUERTE, EN SU RESURRECCIÓN.

INVOCAMOS a MARÍA LA MADRE, QUE NOS ENSEÑE A ACOMPAÑAR A JESÚS.

NOS ACERCAMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.


CANTAMOS: 

 Arriba nuestros ramos

Arriba nuestros ramos 

cantando al Señor

Arriba nuestros ramos 

cantando al Señor

Bendito el que viene

en el nombre del Señor

Jesús nuestra esperanza

Jesús liberador.


Era un domingo

allá en Jerusalén

cuando en un burrito

Jesús entra a padecer

Todo el pueblo humilde

lo salió a recibir

y con entusiasmo 

comenzaron a decir.


Pero el mejor canto

que Jesús quiso escuchar

fue el canto puro

de los niños del lugar

Ellos saludaban

a Jesús liberador

Cristo el esperado

de los pobres del Señor.


Hoy también nosotros

te queremos recibir

y por tu camino

serte fieles hasta el fin

Cristo nos conduces

hacia el reino de la luz

marcas nuestra huella

con la sangre de la cruz.


Llegan ya los días

de la Pascua del señor

Cristo con su muerte

nos da vida y salvación

Juntos revivamos

el misterio de la cruz

y compartiremos

el triunfo de Jesús.

https://www.youtube.com/watch?v=QZnFwsVNDAg

viernes, 31 de marzo de 2023

DOMINGO DE RAMOS Y DE PASIÓN

 

REZA Y COMPARTE

DOMINGO DE RAMOS Y DE PASIÓN

GUÍA DE ORACIÓN Domingo de Pasión - Ciclo A

 

GUÍA: El domingo de Ramos nos habla de la gloria del triunfo de Jesús en la entrada a Jerusalén. Todos aclaman al Hijo de David. Lo admiramos y nos unimos a su gloria. Domingo de Pasión nos habla de la cercanía de la Pasión. Su lectura nos pone entre el pueblo que grita: Crucifícale. Estamos allí y sentimos el dolor de Jesús. SILENCIO DE ACLAMACIÓN, DE PEDIR PERDÓN, DE MISTERIO.

 

Lectura del libro de Isaías (50,4-7):

 

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído. Y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

 

GUÍA: Isaías nos presenta al siervo condenado,  que no se echa atrás, que está presente, que enmudece ante las ofensas. Representa a Jesús que carga con el pecado del mundo. Él sabe que no quedará defraudado. El Padre está con él. Contemplamos la escena. Vemos a Jesús sometido a  muerte cruel. Nos arrepentimos del mal cometido. SILENCIO DE UNIÓN, CONFIANZA, DE PRESENCIA.




Sal 21,8-9.17-18a.19-20.23-24

R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

 

Al verme, se burlan de mí,

hacen visajes, menean la cabeza:

«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;

que lo libre, si tanto lo quiere.» R/.

 

Me acorrala una jauría de mastines,

me cerca una banda de malhechores;

me taladran las manos y los pies,

puedo contar mis huesos. R/.

 

Se reparten mi ropa,

echan a suertes mi túnica.

Pero tú, Señor, no te quedes lejos;

fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R/.

 

Contaré tu fama a mis hermanos,

en medio de la asamblea te alabaré.

Fieles del Señor, alabadlo;

linaje de Jacob, glorificadlo;

temedlo, linaje de Israel. R/.

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):

 

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

 

GUÍA: Se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo. Tomamos conciencia de la situación. El pecado cubre al inocente. Pero Dios le levantó y hace que la rodilla se doble y adore en todo lugar.  Somos la multitud que contempla la condena. Pedimos perdón. SILENCIO DE ESTAR CON ÉL, DE HUMILDAD, DE SER TESTIGOS.

 

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo (26,14–27,66):

Jesús fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó:

S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»

C. Jesús respondió:

+ «Tú lo dices.»

C. Y, mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos, no contestaba nada. Entonces Pilato le preguntó:

S. «¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?»

C. Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el gobernador solía soltar un preso, el que la gente quisiera. Había entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, les dijo Pilato:

S. «¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?»

C. Pues sabía que se lo habían entregado por envidia. Y, mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó a decir:

S. «No te metas con ese justo, porque esta noche he sufrido mucho soñando con él.»

C. Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente que pidieran el indulto de Barrabás y la muerte de Jesús. El gobernador preguntó:

S. «¿A cuál de los dos queréis que os suelte?»

C. Ellos dijeron:

S. «A Barrabás.»

C. Pilato les preguntó:

S. «¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?»

C. Contestaron todos:

S. «Que lo crucifiquen.»

C. Pilato insistió:

S. «Pues, ¿qué mal ha hecho?»

C. Pero ellos gritaban más fuerte:

S. «¡Que lo crucifiquen!»

C. Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos en presencia de la multitud, diciendo:

S. «Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!»

C. Y el pueblo entero contestó:

S. «¡Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»

C. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la compañía; lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él, diciendo:

S. «¡Salve, rey de los judíos!»

C. Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y, terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz. Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir: «La Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa, echándola a suertes, y luego se sentaron a custodiarlo. Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Éste es Jesús, el rey de los judíos.» Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los que pasaban lo injuriaban y decían, meneando la cabeza:

S. «Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz.»

C. Los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también, diciendo:

S. «A otros ha salvado, y él no se puede salvar. ¿No es el rey de Israel? Que baje ahora de la cruz, y le creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere Dios, que lo libre ahora. ¿No decía que era Hijo de Dios?»

C. Hasta los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban. Desde el mediodía hasta la media tarde, vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde, Jesús gritó:

+ «Elí, Elí, lamá sabaktaní.»

C. (Es decir:

«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»)C. Al oírlo, algunos de los que estaban por allí dijeron:

S. «A Elías llama éste.»

C. Uno de ellos fue corriendo; en seguida, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio a beber. Los demás decían:

S. «Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.»

C. Jesús dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu.

Todos se arrodillan, y se hace una pausa

C. Entonces, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se rajaron. Las tumbas se abrieron, y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron. Después que él resucitó, salieron de las tumbas, entraron en la Ciudad santa y se aparecieron a muchos. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, el ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados:

S. «Realmente éste era Hijo de Dios.»

C. Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderlo; entre ellas, María Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los Zebedeos. Al anochecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús. Éste acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó. María Magdalena y la otra María se quedaron allí, sentadas enfrente del sepulcro. A la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, acudieron en grupo los sumos sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron:

S. «Señor, nos hemos acordado que aquel impostor, estando en vida, anunció: "A los tres días resucitaré." Por eso, da orden de que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo: "Ha resucitado de entre los muertos." La última impostura sería peor que la primera.»

C. Pilato contestó:

S. «Ahí tenéis la guardia. Id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis.»

C. Ellos fueron, sellaron la piedra y con la guardia aseguraron la vigilancia del sepulcro.

GUÍA: Escuchamos la Pasión según San Mateo. Toda la narración nos compromete y sentimos los distintos momentos  como entrega de muerte y de perdón. Jesús, gracias por tu pasión y por tu muerte. Gracias porque el Padre te elevó y nos eleva en ti. SILENCIO DE CONFIANZA, ARREPENTIMIENTO, PAZ.

PRESENTAMOS NUESTRA FE, CONFIANZA, PERDÓN, OFRENDA.

SALUDAMOS  A MARÍA QUE ACOMPAÑA A SU HIJO, COMPARITMOS SU DOLOR.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO-

CANTAMOS:

Arriba nuestros ramos

Arriba nuestros ramos

cantando al Señor

Arriba nuestros ramos

cantando al Señor

Bendito el que viene

en el nombre del Señor

Jesús nuestra esperanza

Jesús liberador.

 

Era un domingo

allá en Jerusalén

cuando en un burrito

Jesús entra a padecer

Todo el pueblo humilde

lo salió a recibir

y con entusiasmo

comenzaron a decir.

 

Pero el mejor canto

que Jesús quiso escuchar

fue el canto puro

de los niños del lugar

Ellos saludaban

a Jesús liberador

Cristo el esperado

de los pobres del Señor.

 

Hoy también nosotros

te queremos recibir

y por tu camino

serte fieles hasta el fin

Cristo nos conduces

hacia el reino de la luz

marcas nuestra huella

con la sangre de la cruz.

 

Llegan ya los días

de la Pascua del señor

Cristo con su muerte

nos da vida y salvación

Juntos revivamos

el misterio de la cruz

y compartiremos

el triunfo de Jesús.

https://www.youtube.com/watch?v=QZnFwsVNDAg

viernes, 3 de abril de 2020

DOMINGO DE RAMOS



REZA Y COMPARTE

DOMINGO DE RAMOS

GUÍA DE ORACIÓN 05-04-20


GUÍA
: Venimos a la oración. Subimos camino de Jerusalén. Nos unimos al momento en que Jesús sube a un asno y cabalga entre las aclamaciones de los discípulos y del pueblo. Acompañamos la hora del triunfo pasajero de Jesús. Sus sentimientos son diversos triunfo y entrega a la voluntad del Padre. Compartimos la alegría y la preocupación. Jesús, haz que comprendamos tu hora y sepamos acompañarte. SILENCIO DE FE, DE CONFIANZA, DE ENTREGA.

Del libro de Isaías (50,4-7):

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído. Y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

GUÍA: Isaías presenta al siervo de Yahvé  abatido por el dolor, los golpes, el desprecio. Piensa que tiene lengua de iniciado para consolar, no se echa atrás y aguanta. Sabe que no será defraudado por el señor.  Contemplamos a Jesús sometido a la prueba, oprimido pero confiado en su Padre. Gracias, Jesús, por tu aguante, por tu perdón, por tu misericordia. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE PERDÓN, DE AMOR.

De la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

 GUÍA: No hizo alarde de su categoría de Dios. un triunfo pasajero y una pasión que se avecina. Se somete a la muerte y una muerte de cruz. El Padre te levanta sobre todo nombre, toda rodilla se dobla ante ti, en el cielo y en la tierra. Doblamos nuestras rodillas y te reconocemos como Señor de nuestras vidas. Te reconocemos  capaz de limpiar nuestras conciencias. SILENCIO DE ADORACIÓN, AGRADECIMIENTO Y GLORIA A TI Y AL PADRE.

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo (26,14–27,66):

 GUÍA: Leemos la Pasión de Jesucristo según san Mateo. Seguimos la celebración de la Pascua judía. Visualizamos su ofrecimiento en el pan y en el vino, como sacrificio por los pecados del mundo. Instituye la eucaristía  y se ofrece  al Padre. Los detalles de la condena a muerte, el camino del Calvario y de  la cruz. Pedimos perdón porque con nuestros pecados hemos participado en tanto dolor. SILENCIO DE TESTIGOS, DE REOS Y DE PERDONADOS

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, RECORDAMOS UNA FRASE.

CONFIANZA, ALEGRÍA, GRACIAS, ADORACIÓN.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE EN LA ALEGRÍA Y EN EL DOLOR.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE POR MEDIO DE JESÚS, SU HIJO: PADRE NUESTRO

CANTAMOS
Hosanna al Hijo de David
Lourdes C. Montgomery
¡Hosanna, hosanna al Hijo de David!
¡Hosanna, hosanna al Hijo de David!
Bendito el que viene en nombre del Señor
Bendito el Rey de Israel
Con ramos de olivo los hijos de Israel
Clamaban: ¡Hosanna al Señor!

Con mantos vestían el paso del Señor
Gritando: ¡Hosanna al Señor!
Tu eres el Rey, el Rey de Israel
Honor y Gloria a ti…



viernes, 23 de marzo de 2018

ENTRADA EN JERUSALÉN



                                                              REZA Y COMPARTE

ENTRADA EN JERUSALÉN


GUÍA DE ORACIÓN 25-03-18

GUÍA: Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén montado en un pollino de borrica. La multitud le recibe como rey. No se presenta como los grandes reyes. Jesús se presenta como rey humilde. Bendito el que viene en nombre del Señor. Le aclamamos también nosotros hoy y le reconocemos como Señor. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, ACLAMACIÓN Y SEGUIMIENTO

 Del libro de Isaías (50,4-7):

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

GUÍA: Se me ha dado lengua de iniciado, para decir al abatido una palabra de aliento. Jesús, rey humilde, levanta a los abatidos, no se echa atrás ante el oprobio. Sabe que no será avergonzado.
Son palabras de Isaías, que habla  refiriéndose a los sufrimientos del siervo de Dios. Las pensamos, las contemplamos cumplidas en Jesús. SILENCIO DE UNIÓN, DE INTERIORIZACIÓN.

De la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.


GUÍA: Cristo no hace alarde de su categoría de Dios, tomó la condición de esclavo, se rebajó hasta la muerte de cruz. Pero Dios lo levantó sobe todo y es proclamado Señor, para gloria de Dios Padre. Descubramos los sentimientos de Jesús, aclamándole Señor y demos con él, gloria al Padre. SILENCIO DE PRESENCIA, UNIÓN Y AGRADECIMIENTO.

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (15,1-39):

C. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Él respondió:
+ «Tú lo dices.»
C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:
S. «¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti.»
C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado…

GUÍA: Hemos visto las palabras de Isaías, las palabras de San Pablo y ahora San Marcos narra la pasión y muerte de Jesús. Se va tramando a lo largo de la semana, después de la entrada triunfal en Jerusalén: Traición de Judas, entrega en el Huerto de los Olivos, condena a muerte, crucifixión, sepulcro. Acompañemos a Jesús en este itinerario y expresemos nuestro arrepentimiento por las veces que le dejamos, demos gracias por su perdón. SILENCIO DE COMPAÑÍA, PERDÓN, AGRADECIMIENTO.

SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN, FRASE PARA RECORDAR

ACOMPAÑAMOS, AGRADECEMOS, OFRECEMOS

INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE

LLAMAMOS A DIOS PADRE, CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS

Hosanna al hijo de David.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
el rey de Israel.
Hosanna, hosanna en el cielo.


Aclamad al Señor, tierra entera.
Tocad en honor de Su Nombre.
Hacer resonar Sus alabanzas.
Cantad himnos a Su gloria.

Hosanna al hijo de David...

Pueblos todos, batid palmas.
Aclamad a Dios con gritos de jubilo
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.

Hosanna al hijo de David...