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viernes, 10 de enero de 2020

MIRAD A MI SIERVO


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MIRAD A MI SIERVO

GUÍA DE ORACIÓN 12-01-20

GUÍA: El bautismo en el Jordán  dirige nuestra mirada a Jesús que es bautizado por Juan. Nos situamos entre la gente que acude a ver a Juan  Bautista y a recibir el bautismo. Allí está Jesús. Nuestra oración es observación, atracción hacia la Palabra que se nos comunica y acogida para acompañarla, ponernos a su disposición. El silencio purifica  nuestra mente y nos encamina hacia Jesús.  SILENCIO DE OBSERVACIÓN, ADMIRACIÓN Y CONVERSIÓN.

Del libro de Isaías (42,1-4.6-7):

ESTO dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo;mi elegido, en quien me complazco.
He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará.
Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas.
Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos,
saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas».

GUÍA: Mirad a mi siervo, a quien sostengo, a quien prefiero. Estamos sorprendidos por su presencia, su humildad. Nos acogemos a ella y nos sentimos tocados por su dignidad, su sencillez.
He puesto sobre él mi Espíritu para que traiga el derecho a la tierra. Nos centramos, sentimos ese Espíritu y su acción salvadora.
Te he hecho alianza de mi pueblo, luz de las naciones. Con él trataremos de ser alianza, unión, perdón en los lugares en  que vivimos. SILENCIO DE ALIANZA, UNIÓN, PERDÓN.

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz

Del libro de los Hechos de los apóstoles (10,34-38):

EN aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
«Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él».

GUÍA:  Dios no hace distinciones. Acepta al que le teme y recibe. Sentimos la acogida de Dios. Agradecemos al Padre su amor, su confianza en nosotros.
Padre, somos débiles en la fe, en el amor, en la esperanza. Gracias por estar con nosotros, por  darnos a tu Hijo, ungido con la fuerza del Espíritu. Que pasó haciendo el bien. Sana nuestra debilidad y acércanos a ti. SILENCIO DE ATENCIÓN AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU.
 
Del santo evangelio según san Mateo (3,13-17):

EN aquel tiempo, vino Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?».
Jesús le contestó:
«Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia».
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él.
Y vino una voz de los cielos que decía:
«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».

GUÍA:  Jesús llega al Jordán. Juan le reconoce y quiere disuadirlo, pero él sigue adelante. El Espíritu baja  a él. Se oye una voz: Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Contemplemos  la escena y acojamos su palabra. Jesús es el escogido  para  nuestra salvación. El espíritu también bajo sobre nosotros. Nos sentimos unidos al proyecto de Jesús, a su misión.  SILENCIO DE ACEPTACIÓN, ADORACIÓN Y CONFIANZA.

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN. UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDARLA.

DAMOS GRACIAS, NOS UNIMOS A LA VOLUNTAD DE DIOS, PERDÓN, Y OFRECIMIENTO.

INVOCAMOS A MARÍA MADRE SE LA FE Y DEL AMOR.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO
CANTAMOS:

ESTRIBILLO:
¡Un solo Señor, una sola Fe,
un solo Bautismo,
un solo Dios y Padre!


Llamados a guardar
la unidad del Espíritu,
por el vínculo de la paz,
cantamos y proclamamos:

ESTRIBILLO.
Llamados a formar
un solo cuerpo,
en un mismo Espíritu,
cantamos y proclamamos:

ESTRIBILLO.

Llamados a compartir
una misma esperanza en Cristo,
cantamos y proclamamos:

ESTRIBILLO.