viernes, 16 de octubre de 2015

ORACIÓN 18-10-2015




                                                                           DOMUND

ORACIÓN 18-10-2015

GUÍA: Buenos días, Señor. Aquí estoy, estamos, los que queremos hacer esta oración. Padre, envía tu Espíritu de amor sobre nosotros, para que acompañe nuestro encuentro. Jesús, Tú,  que dices: estoy  con vosotros, enséñanos el camino para llegar al Padre. En silencio acogemos la presencia del Dios, uno y trino. Le presentamos nuestra vida tal cual está en nuestro sentir y pensar. Le ofrecemos lo que ha sido esta semana de encuentros y desencuentros, de amor y de olvidos. Le pedimos perdón por todo lo que ha faltado en nuestro camino y pedimos nos ayude a encontrarle más plenamente. SILENCIO ACOGEDOR

 Del libro de Isaías (53,10-11):

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. 

GUÍA: ¿Qué nos dice la lectura? Parece que es el camino del justo. Un final de sufrimiento explicado con los pasos intermedios: verá, prosperará, saciará, justificará, cargó con los crímenes de ellos. Aplicado a Jesús parece que está muy de acuerdo con lo que fue su vida terrena. Nos sentimos unidos a su pasión y reconciliados por su muerte. El camino del creyente ¿se parece en algo a esto?. Veamos nuestra andadura en el camino hacia el Padre, y en el cumplimiento de nuestra misión en la tierra. SILENCIO ADORADOR

De la carta a los Hebreos (4,14-16):

Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

GUÍA: Mantengamos la confesión de la fe, dice la Palabra de la carta a los Hebreos. En nuestro silencio reconozcamos a Jesús y confesemos la fe. Él es quien dirige nuestras vidas. Le seguimos en el camino que nos indica. Pedimos amor y confianza para nosotros y para todo el mundo. SILENCIO DE CONFIANZA Y AMOR.

Del santo evangelio según san Marcos (10,35-45):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron: «Lo somos.»
Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»

GUÍA: Sentarnos a la derecha de Jesús. Esto deseaban Santiago  y Juan. Era amor y también preferencia, protagonismo. En nuestro hacer ¿cómo actuamos? ¿nos preocupamos de lo nuestro sólo?. Veamos en qué momentos nos parecemos a los dos hermanos. Escuchemos las palabras de Jesús. El que quiera ser grande que sea el servidor de los otros. ¿En qué altura nos encontramos respecto a la medida de la grandeza?. Observemos a nuestro alrededor para ver las necesidades y poder servir. SILENCIO ADORADOR y petición del estilo de Jesús para nosotros.

AGRADECEMOS la presencia de Dios Padre en nuestra oración, la presencia del Espíritu, la presencia de Jesús.

PETICIONES para las necesidades del mundo. Pedimos por el DOMUND. Domingo de las Misiones. Misioneros de la Misericordia.

PADRE NUESTRO unidos a toda la Iglesia.

INVOCAMOS A MARÍA con nuestro canto


María, tú
María, tú que velas junto a mí
y ves el fuego de mi inquietud,
María, madre, enséñame a vivir 
la vida alegre de juventud.
Ven, Señora, a nuestra soledad, 
ven a nuestro corazón, 
a tantas esperanzas que se han muerto, 
a nuestro caminar con ilusión. 
Ven y danos la alegría 
que nace de la fe y del amor, 
el gozo de las almas que confían 
en medio del esfuerzo y el dolor. 
Ven y danos tu esperanza 
para sonreír en la aflicción,
la mano que del suelo nos levanta, 
la gracia de la paz en el perdón. 
Ven y danos confianza, 
sonrisa que en tu pena floreció, 
sabiendo que en la duda y las tormentas 
jamás nos abandona nuestro Dios

jueves, 15 de octubre de 2015

CAMINO DE ORACIÓN







ORACIÓN 15-10-15

EL CAMINO DE LA ORACIÓN según Santa Teresa de Jesús 

1. La oración: camino de amistad con Dios 

Ha habido variadas definiciones de Oración a lo largo de la historia. Santa Teresa de Jesús nos dejó una: "No es otra cosa oración mental, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama". 

La Oración, entonces, es tratar como un Amigo a Aquél que nos ama. Y"tratar de amistad" y"tratar a solas"implica buscar estar a solas con Aquél que"sabemos nos ama".

Y a Dios le agrada estar con el hombre -como el amigo se goza en el amigo y un padre con su hijo. Dios siempre se agrada cuando el orante decide "estar a solas con El", orando, tratando con el Amigo. 

La Oración, como la amistad, es un camino que comienza un día y va en progreso. El orante comienza a tratar al Amigo que le ha amado desde toda la eternidad, y así empieza a conocerle, a amarle, a entregarse a El, en una relación que sabe no finalizará, pues en la otra vida será un trato "cara a cara" y en felicidad infinita y perpetua. 

2. La oración: camino de interiorización 

"Tratar a solas" es indicativo de búsqueda de soledad y de silencio, para poder estar con el Amigo. "Acostumbrarse a la soledad es gran cosa para la oración", dice la Santa. Y a los principiantes dirá: "... han de menester irse acostumbrando a ... estar en soledad". Y, apoyándose en el Evangelio nos recuerda: "Ya sabéis que enseña Su Majestad que sea a solas, que así lo hacía El siempre que oraba". 

La soledad/silencio debe verse como tiempos en los que el alma, sola y a solas, se vuelve a su Dios. Así, la soledad/silencio no es ausencia, sino presencia del Amigo. 

En la soledad/silencio podemos captar la voz de Dios y las inspiraciones de Su Santo Espíritu. Orar no es tanto hablar nosotros a Dios, sino guardar silencio ante El: abrirle la puerta para que El se comunique a nosotros desde nuestro interior. 

La Oración nos exige momentos específicos en el día para estar a solas con El que sabemos nos ama. Y tan importante es esto, que Teresa de Jesús presenta la búsqueda de soledad como prueba de la autenticidad de la Oración, al decirnos que la Oración acrecienta el deseo de soledad: "Desea ratos de soledad para gozar más de aquel bien". 

Al estar a solas y en silencio, la persona va interiorizándose, o sea, va uniéndose a Dios que está en su interior. 


Santa Teresa describe ese camino de interiori-zación en su obra "Las Moradas" o "Castillo Interior", y en ella compara al alma con un castillo que tiene muchos aposentos o Moradas, 


"y en el centro y mitad de todas éstas tiene la más principal, que es adonde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma". 

Las Moradas son siete, equivalentes a siete diferentes niveles de interiorización, desde donde nos relacionamos con Dios. (Ver"Etapas o niveles en la vida de oración contemplativa" y APENDICE "Tres etapas en la Vida Contemplativa"). 

3. La oración: camino de purificación 

Santa Teresa nos dice que "Dios no se da a Sí del todo, hasta que no nos damos del todo". Así que si queremos que el Señor se apodere de nosotros con la Oración de Quietud y de Unión, debemos darnos por entero a El. 

Y en esta donación total, nuestro peor enemigo es nuestro "yo". Dice la Santa que"no hay peor ladrón" que "nosotros mismos".Se refiere a las tendencias egoístas que tenemos que combatir, pues impiden nuestra libertad espiritual. El amar la voluntad propia antes que la de Dios nos carga de "tierra y plomo". 

No siempre se tratará del deseo de cosas ilícitas; puede tratarse de cosas buenas, pero que están conforme a nuestra voluntad, a nuestro criterio. Hay que mirar por encima de nuestros conceptos humanos, por buenos que puedan parecer, y atender a la Voluntad de Dios antes que a la nuestra,porque dice el Señor: "Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son Mis Caminos. Como el cielo es más alto que la tierra, Mis Caminos son más altos que los vuestros; Mis Planes que vuestros planes" (Is. 55, 8-9). 

También nos recuerda Teresa de Jesús que el "Venga a nosotros Tu Reino" (donación de Dios al alma) va, en el Padre Nuestro, junto al "Hágase Tu Voluntad" (donación del alma a Dios). Y nuestra donación a Dios es siempre una donación dolorosa, pues en ella Dios va purificando a la persona de apegos y afectos desordenados. Esta purificación a veces hace llorar el alma y sangrar el corazón, pero termina por dejarnos completamente libres para Dios. 

El sufrimiento no hay que rechazarlo, pues cuando esto hacemos la cruz se vuelve más pesada. Tampoco debe verse como un peso que hay que aceptar necesariamente. En el sufrimiento hemos de reconocer la cruz que Dios nos brinda para nuestra purificación y para nuestra unión con El. 

Si el Señor nos envía algo de sufrir, según Santa Teresa, eso es prenda de Su predilección. Jesús pasó por ese camino, siendo "Su Hijo Amado" (Lc.4, 17). Por eso, cuando Dios trata a un alma como a Jesús, es precisamente porque mucho la ama. 

¿Parece locura, quizá masoquismo? Pero San Pablo nos advierte: "A nivel humano uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece locura; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu" (1ª Cor. 2, 12). 

La actitud de Teresa de total entrega a la Voluntad de Dios, no importa lo que Dios pida, no importa lo que Dios mande, viene mejor expresada en este poema, del cual hemos extraído algunas estrofas: 

Vuestra soy, para vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme riqueza o pobreza,
Dad consuelo o desconsuelo, 

Dadme alegría o tristeza,
Dadme infierno o dadme cielo,
Vida dulce, sol sin velo,
Que a todo digo que sí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme, pues sabiduría,
O por amor, ignorancia,
Dadme años de abundancia
o de hambre y carestía;
Dad tiniebla o claro día;
pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme Calvario o Tabor,
Desierto o tierra abundosa,
Sea Job en el dolor,
O Juan que al pecho reposa;
Sea la viña fructuosa
O estéril, si cumple así.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Si queréis, dadme oración, 
Si no, dadme sequedad,
Si abundancia y devoción,
Y si no, esterilidad.
Soberana Majestad,
Sólo hallo paz aquí.
¿Qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, para vos nací,
¿Qué mandáis hacer de mí? 

4. La oración: camino de transformación 

La Oración es transformante: si no cambia nuestra forma de ser, nuestro modo de vivir, nuestros valores, no está siendo provechosa, pues ORAR ES CAMBIAR DE VIDA. 

El camino de Oración va siendo trazado por una secuencia de acciones que Dios va realizando en la persona que Lo busca sinceramente. La total entrega a Dios, la total identificación de la persona con Dios, no puede ser fruto sólo de nuestro esfuerzo personal, pues excede nuestra capacidad. Es fruto de la acción de Dios en el alma que se deja guiar por El, por el camino estrecho de la purificación interior, que lleva a la transformación de la persona en el modelo que es Cristo. 

Sin embargo, Teresa de Jesús nos dice que es esencial la práctica de la virtud, pues es imposible ser contemplativo sin tener virtudes y que "es menester no sólo orar, porque si no procuráis virtudes, os quedaréis enanas". 

Aunque Dios ha infundido en nosotros las virtudes en el Bautismo, sin mérito nuestro, no las hace crecer sin nuestra colaboración, siempre con la ayuda de Su Gracia. 

Al practicar las virtudes, facilitamos la acción de Dios en nosotros y el alma se hace más apta para sentir y seguir las mociones del Espíritu Santo. 

Tan importante es para Santa Teresa el crecimiento de las virtudes, que ha llegado a decir: "Yo no desearía otra oración, sino la que me hiciese crecer las virtudes". Y también:"Si (la oración) es con grandes tentaciones y sequedades y tribulaciones, y esto me dejase más humilde, esto tendría por buena oración". 

La mejor oración, entonces, será la que más cambie nuestra vida, la que más nos lleva a imitar a Cristo, la que más no haga crecer en los "frutos del Espíritu", que refiere San Pablo en su carta a los Gálatas (5, 22). 

5. La oración: camino de paz 

Una persona totalmente entregada a la Voluntad de Dios, no puede sino vivir en paz, que es uno de los frutos del Espíritu. 

No importa cuál sea la situación, propia o de nuestros hijos o familiares, si estamos entregados a Dios, si estamos en Sus Manos, estaremos en paz. 

La paz no se prueba estando fuera de la tormenta. La paz es, ante todo, estar en serenidad en medio de la tormenta. Y la experiencia propia y/o de otros nos muestra que vendrán ratos de tormenta. Pero si tenemos confianza en el "Amigo que nunca falla", si nuestra voluntad es una con la Suya, ¿qué podemos temer? 

"Señor: Tu nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas Tú" (Is.26, 12). San Pablo corrobora esto en su"Todo lo puedo en Aquél que me conforta" (Fil.4, 13). Y Santa Teresa sintetiza la Oración como Camino de Paz en su breve poema: 

"Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa, 

Dios no se muda, 
La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta". 

6. La oración: camino de servicio al prójimo 

Las gracias místicas, aún las más elevadas, no son un regalo de Dios sólo para que el alma las disfrute, sino que son para fortalecerla, hacerla generosa y animarla a servir a los demás. 

Para ayudar en el servicio al prójimo, en algún momento en la vida de oración, pueden comenzar a surgir en algunos orantes -como un auxilio especialísimo del Señor- losCARISMAS O DONES CARISMATICOS,llamados por los Místicos Gracias Extraordinarias, que son dados para utilidad de la comunidad, pues su manifestación está dirigida hacia la edificación de la fe y como auxilio a la evangelización y como un servicio a los demás, tal como lo indica San Pablo: 

“En cada uno el Espíritu revela su presencia con un don que es también un servicio. A uno se le da hablar con sabiduría,por obra del Espíritu. Otro comunica enseñanzas conformes con el mismo Espíritu. Otro recibe el don de la fe, en que actúa el Espíritu. Otro recibe el don de hacer curaciones, y es el mismo Espíritu. Otro hace milagros; otro es profeta; otro conoce lo que viene del bueno o del mal espíritu; otro habla en lenguas, y otro todavía interpreta lo que se dijo en lenguas. Y todo esto es obra del mismo y único Espíritu, el cual reparte a cada uno según quiere” (1ª Cor. 12, 7). 

Los Carismas son, pues, dones espirituales, gratuitamente derramados, que no dependen del mérito ni de la santidad personal, ni tampoco son necesarios para llegar a la santidad. Sin embargo, el ejercicio abnegado de ellos de hecho produce progreso en la vida espiritual por ser actos de servicio al prójimo. 

En cuanto a los Carismas o Gracias Extraordinarias, hay que tener muy presente otro consejo de San Pablo: 

“No apaguen el Espíritu, no desprecien lo que dicen los profetas. Examínenlo todo y quédense con lo bueno” (1a. Tes. 5, 19-21). 

Y es así que mientras más se adelanta en la Oración, más debe acudirse a las necesidades del prójimo. La Oración que adormece, que ensimisma, no es genuina, pues la verdadera oración genera servicio a los hermanos. Para saber qué clase de oración se tiene, debemos medir cómo es nuestro compromiso con los demás, antes que apreciar cómo pasamos los ratos de oración. 

La vida de oración debe ser un balance entre María y Marta, las hermanas de Lázaro(cfr. Lc. 10, 38-41), entre la vida contemplativa y la activa. A las almas de oración sin obras reprende la Santa, sin dejar a un lado su humor característico: "Cuando yo veo almas muy diligentes en entender la oración que tienen y muy encapotadas cuando están en ella, ... porque no se les vaya un poquito el gusto y devoción que han tenido, háceme ver cuán poco entienden del camino por donde se alcanza la unión, y piensan que allí está todo el negocio. Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor, y si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio ... te compadezcas de ella ... no tanto por ella, como porque sabes que Tu Señor quiere aquello". 

Pero nuestra acción apostólica debe estar enraizada en Cristo, pues el apostolado no es labor humana, sino divina, a la cual prestamos nuestra colaboración, sólo como humildes instrumentos. Por ello el orante/apóstol debe sentir con Dios, debe poner su corazón en contacto con el de Dios, para que una vez lleno con el Amor de Dios por los hombres, se derrame en sus hermanos. Así, será el Amor de Dios y no el propio, imperfecto, el que continúe ayudando, sirviendo, actuando en el mundo. De allí que nuestro compromiso con los demás deba ser pasado por la oración, que si es genuina, es sitio desde donde se ven verdades, para evitar estar revelándonos a nosotros mismos, en vez de revelar a Aquél que es Todo Amor. 

La Oración, así entendida, es presencia en los hombres y en la historia, desde Dios. 
(Oración Cristiana e influencias paganas en la oración)

viernes, 9 de octubre de 2015

ORACIÓN 11-10-15








ORACIÓN 11-10-15

GUÍA: Buenos días Jesús. Estamos aquí. Queremos avivar nuestra fe. Tú dijiste: “Donde hay dos o más reunidos en mi nombre allí estoy Yo, en medio de ellos” Estamos más de dos. Un buen grupo de personas nos acompañamos en este rato de encuentro contigo. Aquí cerca y también en distintos puntos de la tierra. Y Tú en medio de nosotros. Dejemos que la presencia de Jesús toque nuestro corazón y que el Espíritu Santo nos enseñe a relacionarnos con el Padre Dios. Gracias, Padre, por darnos este nuevo día, por estar junto a nosotros en los pasos de cada jornada. Perdona nuestras faltas y enséñanos a ser tus hijos con fidelidad. SILENCIO ADORADOR Y CONFIADO 

Del libro de la Sabiduría (7,7-11):

Supliqué, y se me concedió la prudencia; invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza. No le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena, y, junto a ella, la plata vale lo que el barro. La quise más que la salud y la belleza, y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables. 

GUÍA: Al leer el texto del libro de la Sabiduría, escrito en primera persona, podemos interiorizarlo y hacerlo nuestro. Vino sobre mí el espíritu de sabiduría. Lo podemos decir nosotros pero sobre todo lo dice Jesús. La oración de Jesús sería de total apertura a Dios. Hemos dicho al principio, que está con nosotros. La gloria de Dios a través de la sabiduría, presente en Jesús, nos lleva a la apertura, el encuentro, el camino de oración, adoración y acción de gracias del mismo Jesús hacia el Padre y de cada uno de nosotros con toda la humanidad. SILENCIO CONFIADO Y DE ESCUCHA

 De la carta a los Hebreos (4,12-13):

La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

GUÍA: Dejemos que la Palabra de Dios empape nuestra tierra. Todo está claro ante sus ojos. Jesús haciendo esta oración sentiría totalmente al Padre. Y su respuesta fue plena. ¿Qué nos dice a nosotros? ¿Cuál es nuestra respuesta? La Palabra entra hasta lo más íntimo de nuestro ser. Dispongámonos a acogerla. SILENCIO ACOGEDOR

 Del santo evangelio según san Marcos (10,17-30):


En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego síguerne.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!»
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando. y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»
Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
Jesús dijo: «Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.»

GUÍA: Jesús sigue recorriendo las ciudades y caminos. En la vida Jesús pasa muchas veces a nuestro lado. Oímos sus palabras. Nos sentimos movidos por ellas. Como aquel del Evangelio, vamos hacia Él y le decimos ¿Qué he de hacer para alcanzar la vida eterna? La respuesta es cumple los mandamientos. Y en un segundo momento también nos dice: sígueme. Pidámosle luz para descubrir su voluntad sobre nosotros. Que nos dé su fuerza para dar la mejor respuesta. Que seamos tierra buena que dé fruto a su palabra. SILENCIO ACOGEDOR Y CONFIADO

RECOGEMOS los sentimientos y decisiones que hemos ido desgranando a lo largo de la oración. Hacemos un pequeño compromiso que nos ayude a ponerlo en práctica y recordarla el día de hoy y más adelante. Pedimos al Espíritu Santo que nos acompañe y sostenga nuestra voluntad en el camino  que nos indica.

HACEMOS NUESTRAS PETICIONES

COMPARTIMOS la oración

Nos unimos a todos los cristianos en el rezo del PADRE NUESTRO

INVOCAMOS  a nuestra madre, a nuestro lado, en el camino de la vida.

”Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven”





viernes, 2 de octubre de 2015

ORACIÓN 04-10-15







ORACIÓN 04-10-15

GUÍA: Nos llamas, Señor, aquí estamos. Nos buscas por todos los caminos. También nosotros queremos encontrarte. Estamos aquí. Quizás en un camino perdido en el monte o en la ciudad. En casa o en un suburbio. ¿Dónde nos situamos? Hacemos silencio para encontrarte en nuestro corazón. Y encontrarte a Ti, que nos buscas. Dios, Padre, Hijo y Espíritu. Queremos adorarte, reconocer tu gloria en nuestra vida, aunque sea con pequeñas cosas por nuestra parte, pero estás plenamente actuando con tu amor generoso. Gracias por todo lo que nos lleva a Ti. SILENCIO CONTEMPLATIVO Y AGRADECIDO

Del libro del Génesis (2,18-24):

El Señor Dios se dijo: «No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude.»
Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera. Así, el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontraba ninguno como él que lo ayudase. Entonces el Señor Dios dejó caer sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo una mujer, y se la presentó al hombre.
El hombre dijo: «Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Mujer, porque ha salido del hombre. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.»

GUÍA: Tu palabra nos presenta el momento de crear al hombre y a la mujer. Consideras que no es bueno que el varón esté solo y creas una compañera. Serán una sola carne. En algún momento Dios dio su Espíritu a la  familia humana. Dar la vida, dar su Espíritu nos lleva a sentirnos en sus manos y acoger ese momento en nosotros en la aparición de nuestra vida y nuestra realidad. Admiramos la gran obra de la creación y la gran obra del varón y la mujer, la especie humana. SILENCIO DE ADMIRACIÓN Y AGRADECIDO.

De la carta a los Hebreos (2,9-11):

Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos. Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al gula de su salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avengüenza de llamarlos hermanos. 

GUÍA: El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Dios creador y santificador. Jesús coronado de gloria por su muerte y resurrección. Nos quedamos en silencio y reconocemos a Dios capaz de crearnos y hacernos hermanos en Jesús, su Hijo. 
SILENCIO MEDITATIVO Y DE ADORACIÓN

 Del santo evangelio según san Marcos (10,2-16):

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron: «Moisés Permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.»
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

GUÍA: Seguimos aquí abiertos, en nuestro interior, a tu Palabra. Sigue diciendo que varón y mujer unidos, son una misma carne. Participan del don de la unidad. Don y tarea. El matrimonio como sacramento es don pero la pareja queda comprometida en la tarea de ser uno solo por el amor verdadero, el respeto, y la entrega mutuos. 
También se puede decir esta unión de las personas que se entregan a Dios.  Participan del don y de la tarea de ser uno solo.
Bendice a los niños. De los que son como ellos es el reino de Dios. Tenemos un camino que recorrer de hacernos sencillos como niños y de aceptar el reino de Dios en nosotros. 

SILENCIO DE RECONOCIMIENTO Y COMPROMISO.

¿QUÉ FRASE RECORDARÍAMOS?

PRESENTACIÓN DE PETICIONES

DECIMOS: PADRE NUESTRO con Jesús y con todos las personas del mundo.

CANTAMOS A MARÍA:
ESTRELLA Y CAMINO 

Estrella y camino prodigio de amor 
De tu mano, Madre, vayamos a Dios. 

Todo los siglos están mirando hacia tí. 
Todos escuchan tu voz 
temblando en un "sí." 
Cielos y tierra se dan en tu corazón 
Un abrazo de paz, ternura y amor. 

Estrella y camino prodigio de amor.. 

Tú nos lo diste en Belén, en pobre portal 
En tu regazo le ven el rey y el zagal. 
Tú nos diste en la cruz, altar de dolor 
Muerto en tus brazos está
un Dios Redentor. 


Estrella y camino prodigio de amor.. 


viernes, 25 de septiembre de 2015

ORACIÓN 27-09-15




ORACIÓN 27-09-15

GUÍA: Vamos a rezar, a hablar con Dios junto con Moisés. Hoy, en el desierto caminamos con los israelitas. Llegamos al monte donde está Moisés para hablar con Dios. En el monte, en la nube,  el Espíritu de Dios se hace presente. Se comunica a Moisés y a los que estaban con él. Hoy estamos aquí Señor contigo. Queremos oír tu voz. Ábrenos el oído para que tu Palabra nos impregne y cale como la lluvia cae sobre la tierra. Silenciamos todo lo que nos agita y nos abrimos al Espíritu de Dios.  Silencio pacificador.

Del libro de los Números (11,25-29):

El Señor bajó en la nube y habló a Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos, comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento. 
Un muchacho corrió a decir a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.»
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo: «¡Señor mío, Moisés, prohíbeselo!»
Moisés replicó: «¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su espíritu!»


GUÍA: ¿Qué nos dices hoy, Señor? El Señor baja a la nube. Habla a Moisés. Bajas a nuestro pequeño templo interior y nos hablas. Queremos escucharte. El Señor da parte del espíritu de Moisés a sus elegidos. Él se comparte con todos nosotros. Nos da su Espíritu. Ven Señor, llena al alma de tus fieles. Enciéndenos en tu amor. Damos gracias por su presencia. Damos gracias por comunicarse con nosotros. Pedimos su gracia para todos los hombres y mujeres del mundo. Que el Señor infunda en todos su Espíritu. Silencio de admiración y acogida.

 De la carta de Santiago (5,1-6):

Vosotros los ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego. ¿Para qué amontonar riquezas si estamos en los últimos días? Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso. En la tierra habéis vivido lujosamente y os habéis entregado al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, y ya no os ofrece resistencia.


GUÍA: La Palabra enfoca a los ricos que oprimen al inocente, que abusan de él. Veamos nuestras actitudes. ¿Estamos entre los que ofenden a los otros?¿ Actuamos como los ricos que dice Santiago?¿Somos los poderosos para aquellos que dependen de nosotros?. En silencio pedimos perdón por nuestros momentos malos y gracia para enderezar lo que hay de torcido en nuestra vida. Silencio para el perdón y la conversión.

Del santo evangelio según san Marcos (9,38-43.45.47-48):

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»
Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»


GUÍA: Tomados por la Palabra, sentimos su acción sobre nosotros. ¿Qué nos dice? Por una parte Jesús acoge al que hace milagros en su nombre. Se fía de él y espera que sea de los suyos. Todo el bien que hacemos está impulsado por Dios. Reconozcamos que otros también lo pueden hacer y ser movidos por el mismo Espíritu. Agradecemos al Señor su obra a través de nosotros y a nuestro alrededor.
 Por otra parte no quiere que seamos ocasión de pecado para otros. El respeto a la persona merece que se dejen otras cosas aunque sean muy valiosas para nosotros. Silencio contemplativo.

PRESENTACIÓN DE PETICIONES

COMENTARIO DE ALGUNA FRASE

UNIDOS  EN LA RECITACIÓN DEL PADRE NUESTRO

MARÍA NOS ENSEÑA A ORAR Y NOS ACOMPAÑA La hacemos presente en nuestro silencio y escuchamos su oración

Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven. (bis) / Aunque digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad. Ven./ Si por el mundo los hombres sin conocerse van, no niegues nunca tu mano al que contigo está./ Ven con. Aunque parezcan tus  pasos  inútil caminar, tú vas haciendo camino, otros los seguirán. Ven



viernes, 18 de septiembre de 2015

ORACIÓN 20-09-15


ORACIÓN 20-09-15




GUÍA: Hacemos silencio interior. Saludamos al Señor que está dentro de nosotros y nos impulsa a la oración. Observamos nuestros sentimientos. Ponemos nuestra vida ante Dios y dejamos que la purifique con su mirada. ¿Cómo te encuentras después de esta semana vivida en la actividad?. La mirada de Dios nos hace conocer mejor nuestros sentimientos, deseos, situaciones. Repasando algunas circunstancias comprendemos el momento, a las personas, las necesidades. El Espíritu de Dios nos acoge, nos ilumina y fortalece para seguir sus inspiraciones. Dejamos tiempo en silencio para reconocerle.

Del libro de la Sabiduría (2,12.17-20):

Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»

GUÍA: Acechar al justo. Hay veces que sucede. Hay justos perseguidos. Nuestro mundo sufre de persecución en ocasiones. Dejemos que la paz de Dios habite en nuestros corazones. Que se ocupe de nuestra vida si nos vemos perseguidos. Confiemos en su palabra de fidelidad a los oprimidos. Procuremos no perseguir. Dios es quien juzga las acciones. No estar al acecho para ver la paja en el ojo ajeno. Vivir con la libertad de los hijos de Dios. Pedimos perdón si nos sentimos perseguidores. Silencio de confianza, examen  y perdón.

De la carta del apóstol Santiago (3,16–4,3):

Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.

GUÍA: El apóstol Santiago nos hace un buen examen. Dejemos que su palabra nos ilumine y haga reconocer nuestras actitudes. Contrapone las envidias y rivalidades con la sabiduría. Ésta es pura, comprensiva, amante de la paz. Está la lucha del hombre viejo y el hombre resucitado, el hombre nuevo. ¿Cómo nos vemos reflejados en el texto? ¿A cuál de las parte pertenecemos? Que la sabiduría de Dios nos lleve a vivir según ella quiere. Silencio meditativo y reverente.  

 Del Evangelio según san Marcos (9,30-37):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a
mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

GUÍA: Jesús va de camino, enseña a sus discípulos. Pero no entendían. También  nos pasa a nosotros, a veces. Oímos la Palabra pero luego discutimos de ser importantes. ¿Es así?. Dejemos que Jesús nos convierta el corazón y que podamos ser sencillos para buscar la fraternidad y la unidad.  Acogiendo a los pequeños acogemos al mismo Jesús. Habrá que hacer ejercicio en este programa. Silencio de acogida, encuentro, petición.

La frase que queremos recordar es…

Presentamos nuestras peticiones al  Padre

Nos unimos a la oración de Jesús y de toda la Iglesia:
Padre nuestro.

Pedimos a María, la Madre de Jesús, que nos acompañe en la vida.


ESTRELLA Y CAMINO
(Espinosa)
CORO
Estrella y camino, prodigio de amor.
De tu mano, Madre, hallamos Dios.
Todos los siglos están mirando hacia Tí,
todos escuchan tu voz temblando en un sí.
Cielos y tierra se dan en tu corazón,
como un abrazo de paz, ternura y perdón.
CORO
Tú nos lo diste en Belén, en pobre portal,
en tu regazo lo ven el rey y el zagal.
Tú nos lo diste en la cruz, altar de dolor,
muerto en tus brazos está un Dios Redentor.
CORO
Toda la Iglesia con fe eleva un clamor,
puestos los ojos en Tí, la Madre de Dios.
Puente y sendero de amor, sublime misión,
la de traernos a Dios en tu corazón.
CORO

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