viernes, 14 de octubre de 2016

NOS SALES AL ENCUENTRO


                                                                                                                      ORACIÓN 16-10-2016


GUÍA: Comenzamos nuestra oración en el nombre, del Hijo y del Espíritu Santo. Estamos ante ti, Señor, creador del cielo y de la tierra, creador del universo. Estamos ante ti, Jesús, Hijo amado del Padre. Estamos ante ti, Espíritu Santo, amor verdadero del Padre y del Hijo. Somos tus hijos, Nos sales al encuentro y esperamos tu misericordia, tu presencia amorosa y transformadora. Llena nuestra mente y nuestra voluntad para que te conozcamos mejor a través de tu Palabra. Haznos abiertos a tu voluntad. Enséñanos a orar. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE ESCUCHA Y OBEDIENTE.

Del libro del Éxodo (17,8-13):

En aquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín. Moisés dijo a Josué: «Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón maravilloso de Dios en la mano.» 
Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; mientras Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte. Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja, vencía Amalec. Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada.

GUÍA: Moisés y el pueblo confían en el Señor. Moisés eleva sus brazos invocando a Dios y el pueblo lucha por conseguir su propósito. Dios se manifiesta en la victoria. Un ejemplo de constancia en la  oración, de confianza en Dios. Él espera nuestra oración que elevamos como hijos confiando en él. También un ejemplo de mediación de Moisés para interceder por su pueblo. La oración puede ser  para nosotros o para otros. De todas formas también  somos mediadores para nuestro  hermanos, podemos pedir para los necesitados y unir nuestro esfuerzo en la petición y nuestra confianza. Analizamos nuestra oración. ¿Cómo es nuestra confianza en el Señor, para nosotros y para los demás? SILENCIO DE CONFIANZA Y PETICIÓN.

 De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (3,14–4,2:

Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena. Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir.

GUÍA: ¿Qué nos dice esta Palabra a nosotros? La Palabra puede darte la sabiduría que  conduce a la salvación. Con ella insiste, proclama, exhorta. Nos lo podemos aplicar a nosotros mismos. La Palabra es maestra de vida. Y también nosotros, practicándola, experimentamos su sabiduría. Sintamos cómo la Palabra nos toma y mejora, cómo podemos hacer que transforme  a otros y los acerque a  Dios. Con corazón dócil escuchemos y actuemos. SILENCIO DE ACOGIDA Y DISPUESTO A SER SU DÓCIL TESTIGO.

Del santo evangelio según san Lucas (18,1-8):

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario." Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."» 
Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

GUÍA: La mujer insiste al juez para que le haga justicia. Jesús la pone como ejemplo de oración. Hemos de perseverar. Nuestra fe nos lleva a pedir con insistencia y Dios se muestra generoso en la misericordia. ¿Este Año de la Misericordia, estamos  siendo intensos en la oración?.  ¿Nuestra acogida de  la misericordia de Dios está siendo efectiva? Abramos el corazón y recibámosla personalmente. Preparemos nuestro encuentro con el Dios de la misericordia en el sacramento de la Reconciliación y en el paso de la Puerta de la Misericordia, en alguna de las iglesias señaladas para esta celebración. Gocemos del abrazo del Padre Dios que nos regala su paz y perdón total. SILENCIO DE PREPARACIÓN Y RECONCILIACIÓN PARA EL ENCUENTRO DE MISERICORDIA

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS.

OFRECEMOS AL PADRE

PETICIONES

PADRE NUESTRO

INVOCAMOS A MARÍA

CANTAMOS

 Gracias, Señor, por tus misericordias,
 que me cercan en número mayor
que las arenas de los anchos mares
y que los rayos de la luz del sol.
 Porque te tengo tan a mano,
 en el sagrario y en mi corazón……
Porque nunca fui a Ti que o te hallase
 Gracias Señor.
 Porque estoy en la casa de tu Madre

 y porque me has llenado el corazón,
de una felicidad nunca soñada,
 Gracias, Señor ...



viernes, 7 de octubre de 2016

CASI SIN DARNOS CUENTA


ORACIÓN 09-10-16


GUÍA: Domingo 28 Tiempo Ordinario. Ciclo C. Vamos avanzando en el calendario litúrgico. Paso a paso el tiempo sigue adelante y nosotros lo recorremos casi sin darnos cuenta. Aquí estamos Padre, nos confiamos a tu misericordia y esperamos descubrirte en nuestro interior y en lo que sucede a nuestro alrededor. Jesús, nos acompañas en la oración para dirigirte como Hijo a Dios Padre. Te diriges desde cada uno de nosotros para presentar a cada persona y cada situación. Espíritu Santo, que estás presente con el Padre y con el Hijo Jesús. Enséñanos a orar, aumenta nuestra fe, ven sobre nosotros. SILENCIO DE INTERIORIZACIÓN Y CONFIANZA.

Del segundo libro de los Reyes (5,14-17):

En aquellos días, Naamán de Siria bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta Elíseo, y su carne quedó limpia de la lepra, como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: «Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.» 
Eliseo contestó: «¡Vive Dios, a quien sirvo! No aceptaré nada.» Y aunque le insistía, lo rehusó. 
Naamán dijo: «Entonces, que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de un par de mulas; porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor.»

GUÍA: Naamán, que buscaba ser curado de la lepra,  se fía del profeta Eliseo, se lava en el Jordán y queda limpio. Muy agradecido quiere darle regalos. Eliseo no los recibe. Naamán hace un acto de fe en el Dios de Eliseo, el Señor. Trasladamos esta narración a nuestros días. Somos los protagonistas. ¿Nos vemos reflejados en sus comportamientos? ¿Actuamos como Naamán? Situados ante el Padre presentémosle nuestras necesidades, acojamos su respuesta  y demos la nuestra. Amados por Dios nos confiamos a Él. En el sí o en el no: El es nuestro Padre. SILENCIO FILIAL, CONFIADO Y AGRADECIDO.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2,8-13):

Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. Éste ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada: Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna. Es doctrina segura: Si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.

GUÍA: Esta segunda lectura nos presenta a Jesús en quien Pablo cree y por quien ha llegado a ser perseguido. Lo aguanta todo para que también sus oyentes alcancen la salvación en Cristo Jesús. Él permanece fiel. Planea sobre nosotros la fe de Pablo, la fe de los oyentes, la figura de Jesús  fiel a los que viven y mueren con Él. Sintamos su presencia, Recorramos los pasos de nuestra fe confiada o más débil. Adoremos al señor y sigamos diciendo: Aumenta nuestra fe. SILENCIO DE APERTURA, CONFIANZA, ADORACIÓN

Del santo evangelio según san Lucas (17,11-19):

Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.» 
Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.» 
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?» 
Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»

GUÍA: Jesús pasa por nuestra vida, Le gritamos: Jesús, ten piedad de nosotros. Nos dice lo que tenemos que hacer. Quedamos curados y volvemos agradecidos. También nos dice: Tu fe te ha salvado. ¿Nos vemos identificados con el leproso agradecido? ¿Pasamos rápidamente y nos olvidamos del Padre Dios? En silencio nos reconocemos encontrados por Jesús y amados por el Padre. SILENCIO DE HIJOS NECESITADOS Y AGRADECIDOS.

RECORREMOS DE NUEVO los pasos de la oración.

PETICIONES

AGRADECEMOS

PADRE NUESTRO con Jesús y toda la humanidad.

INVOCAMOS A MARÍA

CANTAMOS

Cantamos: Mientras recorres la vida/, tú nunca solo estás/ contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven. (bis)/Aunque digan algunos /que nada puede cambiar/lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad/ Ven con ./ Si por el mundo los hombres sin conocerse van, no niegues nunca tu mano/ al que contigo está./ Ven con/Aunque parezcan tus pasos/ inútil caminar/ tú vas haciendo caminos, otros los seguirán. / Ven con..





viernes, 30 de septiembre de 2016

EL JUSTO VIVIRÁ DE SU FE


ORACIÓN 02-10-16
GUÍA: Domingo 27. Tiempo Ordinario. Ciclo C  Aquí estamos, Señor. Hemos vivido la semana bajo tu mirada, teniendo en cuenta las Lecturas del Domingo. Algunos hemos participado en los comentarios de la Palabra, después de hacer un tiempo de oración. Ahora nos disponemos a descubrirte en tu Palabra de este domingo. Queremos hacer silencio para encontrarte en nosotros mismos, en nuestro interior.  Tú eres el Dios que nos salva, la luz que nos ilumina. Muestra, Señor tu misericordia con nosotros. Agradecemos tu presencia y tu amor. SILENCIO DE ENCUENTRO, AGRADECIDO  Y DISPONIBLE

De la profecía de Habacuc (1,2-3; 2,2-4):

¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches? ¿Te gritaré: «Violencia», sin que me salves? ¿Por qué me haces ver desgracias, me muestras trabajos, violencias y catástrofes, surgen luchas, se alzan contiendas? 
El Señor me respondió así: «Escribe la visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido. La visión espera su momento, se acerca su término y no fallará; si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse. El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe.»

GUÍA: El profeta ante el Señor, se queja de tantas desgracias. Se las presenta en su oración. La visión le hace comprender que el injusto tiene el alma hinchada pero el justo vive de fe. ¿Cómo nos sentimos en nuestra oración y encuentro con Dios? ¿Sentimos injusticia en nosotros, o vivimos de fe? En silencio reconocemos nuestra culpa y pedimos un corazón humilde, confiado, fiel. SILENCIO HUMILDE, CONFIADO, FIEL

De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (1,6-8.13-14):

Reaviva el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Ten delante la visión que yo te di con mis palabras sensatas y vive con fe y amor en Cristo Jesús. Guarda este precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.
GUÍA: En esta Lectura Pablo anima a Timoteo a reavivar el don de Dios que ha recibido. Que el Espíritu obra con energía, amor y buen juicio. Le aconseja que tome parte en los trabajos por el Evangelio, ayudado por Dios. Estas palabras son dirigidas a cada uno de nosotros. Oigámoslas con el corazón y dejemos que se introduzcan en nosotros con más intensidad. Es nuestro tiempo, tiempo de gracia y de colaboración. Con la ayuda del Espíritu  Santo podemos dar una respuesta personal, convencida y entregada. SILENCIO DE INTERIORIZACIÓN, DE CONVENCIMIENTO Y ENTREGA GENEROSA

Del santo evangelio según san Lucas (17,5-10):

En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.» 
El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y os obedecería. Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."»

GUÍA: Los apóstoles sienten la necesidad de la fe. También nosotros la pedimos con cierta frecuencia. ¿Te ves necesitado de aumentarla? Jesús confirma lo que ellos necesitan. Si tuvierais fe como un grano de mostaza … dejemos que nuestro ser exprese lo que siente y creamos con la fuerza del Espíritu. Digamos como los apóstoles: Auméntanos la fe. Pero recordemos el final: Cuando hayáis hecho todo lo mandado… Hemos hecho lo que teníamos que hacer.  Acogemos al Espíritu de Dios en nosotros y el amor que derrama sobre cada uno. SILENCIO CREYENTE, DE ACOGIDA, DE RESPUESTA

PRESENTAMOS nuestros deseos al Padre

RECIBIMOS su amor y nos dejamos amar por Él

COMPROMISO

PADRE NUESTRO con Jesús y  todas las personas del mundo.

INVOCAMOS A MARÍA


/Auxiliadora y Madre, Virgen María,
Mientras busco la senda, eres mi guía

 En tu templo yo mi historia comencé;
Que eres Madre, yo lo supe desde niña,
Me enseñaste, Auxiliadora,
 Que la fe y la esperanza,
Que el amor nos da la vida.

 En mis ojos tu mirada se prendió,
 Y aprendí a descubrir en cada niño,
El rostro de aquel pobre, en la mano del mendigo,
 su dolor y el de tu Hijo.

En tus manos yo mi vida entregué,
 Tu presencia es lo que siempre yo anhelo;
Por la vida voy sembrando,
 por la vida voy cantando,

porque eres mi consuelo.


viernes, 23 de septiembre de 2016

ORACIÓN POR LA PAZ EN ASÍS


ORACIÓN 25-09-16

GUÍA: Domingo 26º. Tiempo Ordinario. Ciclo C. Aquí estamos, Señor, Una nueva llamada para estar contigo. Tus palabras nos mueven y alientan a emprender nuevos caminos que lleven a tu  Reino. Durante esta semana hemos vivido acontecimientos distintos: Los diálogos sobre la paz, la oración en Asís con el Papa Francisco y los Líderes Religiosos, pidiendo la paz. Por otro lado atentados, pobreza, guerra. Un tercero, trabajo, sobrevivir y vida distraída. A  nivel personal ¿Qué detalles han sido  los más importantes para tí? Presentamos al Padre todo lo vivido. Invocamos al Espíritu y a Jesús que acompañen nuestra oración. SILENCIO DE UNIÓN CON LOS HERMANOS Y CON DIOS PADRE, HIJO Y ESPÍRITU.

De la profecía de Amós (6,1a.4-7):

Así dice el Señor todopoderoso: «¡Ay de los que se fían de Sión y confían en el monte de Samaría! Os acostáis en lechos de marfil; arrellenados en divanes, coméis carneros del rebaño y terneras del establo; canturreáis al son del arpa, inventáis, como David, instrumentos musicales; bebéis vino en copas, os ungís con perfumes exquisitos y no os doléis del desastre de José. Pues encabezarán la cuerda de cautivos y se acabará la orgía de los disolutos.»

GUÍA: Tu Palabra nos quiere despertar del adormilamiento en banquetes y fiestas. Nos llama a la vigilancia, a confiar en Dios y a ver la experiencia del pueblo. Puede aumentar la fila de los cautivos y acabarán las orgías. El dormitar sin mirar lo que hay alrededor nos evade de la realidad. Señor, Padre de todos, despierta nuestra despreocupación, haznos sensatos en la vida que nos toca recorrer, ayúdanos a actuar con verdad, responsabilidad, justicia, solidaridad. Que confiemos en Ti y que reconstruyas nuestro mundo, como Tú solo sabes hacerlo. SILENCIO CREYENTE, CONFIADO  Y ARREPENTIDO.


De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (6,11-16):

Hombre de Dios, practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza. Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos. En presencia de Dios, que da la vida al universo, y de Cristo Jesús, que dio testimonio ante Poncio Pilato con tan noble profesión: te insisto en que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A él honor e imperio eterno. Amén.

GUÍA. Se nos avisa para combatir el buen combate de la fe. La manifestación de Jesucristo llegará. Estar despierto en cada situación para actuar sin mancha ni reproche. La Lectura anterior y ésta tienen cosas en común, Son llamadas a una vida íntegra y esperanza en nuestro Señor Jesucristo que habita en el Padre y nos salva. Presentemos lo que somos, al Padre, y acojamos el don de Jesús para nosotros y el mundo en que vivimos. SILENCIO  DE OFRENDA, PRESENCIA Y PETICIÓN

Del santo evangelio según san Lucas (16,19-31):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: "Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas." Pero Abrahán le contestó: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros." El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento." Abrahán le dice: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen." El rico contestó: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán." Abrahán le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto."»

GUÍA: El contraste de la vida que  toca vivir a unos y a otros es claro en la primera y última  lectura. La buena vida a los ojos humanos y las consecuencias. La segunda lectura viene a ser la respuesta propia para actuar como Dios quiere y esperar la manifestación de Jesús plenamente para el creyente. Pero escucharle es importante y poner en práctica su estilo de vida. ¿Cómo nos vemos reflejados en cada una de las lecturas? ¿Damos alguna respuesta en nuestra oración? SILENCIO REFLEXIVO, DE ACOGIDA Y RESPUESTA.

GRACIAS, PADRE, porque…

OFRECEMOS nuestra oración  y compromiso

PEDIMOS por las necesidades del mundo

INVOCAMOS A MARÍA nuestra madre.

CANTAMOS


Somos un pueblo que camina
y juntos caminando,
podremos alcanzar,
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas,
ciudad de eternidad.

Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo,
buscando otra ciudad.
Somos errantes peregrinos,
en busca de un destino,
destino de unidad.
Siempre seremos caminantes,
pues sólo caminando,
podremos alcanzar,
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas,
ciudad de eternidad.

Danos valor para la lucha,
valor en las tristezas,
valor en nuestro afán.
Danos la luz de tu Palabra,
que guíe nuestros pasos,
en este caminar.
Marcha Señor junto a nosotros,
pues sólo en tu presencia,
podremos alcanzar,
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas,
ciudad de eternidad.




viernes, 16 de septiembre de 2016

ENCUENTRO CONTIGO, SEÑOR



 ORACIÓN 18-09-16

GUÍA: Domingo 25. Tiempo Ordinario. Ciclo C. Nos preparamos a hacer la oración hoy. Encuentro contigo, Señor, que nos amas. Nuestra semana ha pasado teniendo presente el encuentro contigo, con las personas con la naturaleza. Hoy   seguimos en la idea del encuentro. Valoramos nuestros encuentros y cómo recibimos al otro que se acerca o está en nuestra compañía. Obrar en rectitud y verdad favorece el encuentro con las personas. Haz que conozcamos cómo vamos en estas dos virtudes. En  tu presencia, deja que nos conozcamos y te ofrezcamos lo que somos. SILENCIO DE ACOGIDA Y CONOCIMIENTO.  

De la profecía de Amos (8,4-7):

Escuchad esto, los que exprimís al pobre, despojáis a los miserables, diciendo: «¿Cuándo pasará la luna nueva, para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el grano?» Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa, compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo. Jura el Señor por la gloria de Jacob que no olvidará jamás vuestras acciones.


GUÍA: Verdad y rectitud. ¿Cómo las vemos reflejadas en las personas que intervienen en este fragmento? Dos medidas. Una para sí mismos y otra para los demás. El Señor tiene en cuenta las acciones de cada cual. Analizamos las nuestras en lo que tienen que ver con este tema. SILENCIO REFLEXIVO Y QUE PIDE PERDÓN.

De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2,1-8):

Te ruego, lo primero de todo, que hagáis oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que ocupan cargos, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible, con toda piedad y decoro. Eso es bueno y grato ante los ojos de nuestro Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Pues Dios es uno, y uno solo es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos: éste es el testimonio en el tiempo apropiado: para él estoy puesto como anunciador y apóstol –digo la verdad, no miento–, maestro de los gentiles en fe y verdad. Quiero que sean los hombres los que recen en cualquier lugar, alzando las manos limpias de ira y divisiones.

GUÍA: Se nos habla de rezar y rezar por todos. Mediadores ante Dios del don del encuentro. Alzando las manos limpias de ira y divisiones. Ahora que estamos ante ti, Señor, concédenos el don de la paz, del encuentro, de la misericordia,  pero también del respeto ante los otros. SILENCIO DE ENCUENTRO CONTIGO, CON NOSOTROS Y CON LOS DEMÁS.

Del santo evangelio según san Lucas (16,1-13):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador, y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido." El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa." Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" Éste respondió: "Cien barriles de aceite." Él le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta." Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" Él contestó: "Cien fanegas de trigo." Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta." Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz. Y yo os digo: Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.»

GUÍA: El ejemplo de hoy nos coloca frente a la fidelidad, la lealtad, la nobleza de corazón. Virtudes muy valoradas, las deseamos en los otros ¿Pero  las ofrecemos generosamente a los demás? Son un verdadero tesoro para la persona que las tiene. ¿Estás de acuerdo? Veamos los momentos u ocasiones en que nos podemos considerar leales, fieles, con nobleza de corazón. ¿Podemos mejorar? Hablamos con Jesús sobre estas virtudes en nosotros. SILENCIO DE EXAMEN Y COMPROMISO, DE MEJORA.

RECOGEMOS LO HECHO

AGRADECEMOS al Señor su presencia

COMPROMISO

INVOCAMOS A MARÍA


Estrella y camino prodigio de amor 
De tu mano, Madre, vayamos a Dios. 

Todos los siglos están mirando hacia tí. 
Todos escuchan tu voz 
temblando en un "sí." 
Cielos y tierra se dan en tu corazón 
Un abrazo de paz, ternura y amor. 

Estrella y camino prodigio de amor.. 

Tú nos lo diste en Belén, en pobre portal 
En tu regazo le ven el rey y el zagal. 
Tú nos diste en la cruz, altar de dolor 
Muerto en tus brazos está
un Dios Redentor. 

Estrella y camino prodigio de amor... 

Toda la iglesia con fe eleva un clamor 
Puestos los ojos en ti, la Madre de Dios. 
Puente y sendero de amor, sublime misión 
La de traernos a Dios en tu corazón. 

Estrella y camino prodigio de amor..



viernes, 9 de septiembre de 2016

RENOVAR LA TIERRA

                                                                                    ORACIÓN 11-09-16


GUÍA: Buenos días, Señor, Estamos aquí, nos llamas con amor de Padre. Un nuevo día para hablar contigo y encontrarte en nuestro interior, donde habitas. Hemos pasado una semana y vamos a preparar el encuentro del domingo. Aquí estamos, Padre. Gracias por tu presencia en la vida  y por tu amor a todas las criaturas que has creado. Jesús Tú nos convocas como hermanos a renovar la tierra. Espíritu santo,  te encontramos impulsando nuestra vida y toda acción para gloria del Padre. SILENCIO DE ENCUENTRO Y RECONOCIMIENTO.

Del libro del Éxodo (32,7-11.13-14):

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés: «Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un novillo de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: "Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto."» 
Y el Señor añadió a Moisés: «Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo.» 
Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios: «¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto con gran poder y mano robusta? Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: "Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre."» Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo.

GUÍA: Recibimos en nuestro interior  la Palabra que se nos ha dado. Nos habla del pueblo que se olvida de Dios y se busca otros dioses. ¿Nos pasa también esto hoy? ¡Cuántas veces nos ha sacado del mal y cuántas veces volvemos a olvidarle y creamos nuevos dioses! Dios se queja ante Moisés y se enciende su ira. Moisés intercede por el pueblo y Dios retira su ira. Nos alejamos pero Dios sigue esperando nuestra vuelta, manda mensajeros, personas, situaciones, que nos ayudan a cambiar, a  pedir perdón  y misericordia, a volver al buen camino. ¿Nos hacemos otros dioses? SILENCIO DE IDENTIFICACIÓN, DE PERDÓN Y VUELTA A DIOS.

De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (1,12-17):
Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio. Eso que yo antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía. El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor en Cristo Jesús. Podéis fiaros y aceptar sin reserva lo que os digo: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero. Y por eso se compadeció de mí: para que en mí, el primero, mostrara Cristo Jesús toda su paciencia, y pudiera ser modelo de todos los que creerán en él y tendrán vida eterna. Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.


GUÍA: ¿Qué entendemos de estas palabras? Pablo es perseguidor y por la gracia de Dios, se hace creyente. Cristo Jesús vino para salvar a los pecadores y yo el primero, confiesa. Dios tuvo compasión de mí. Más de una vez habremos dicho eso: Dios ha tenido compasión de mí. Agradezcamos su misericordia y desde el corazón presentemos nuestro deseo de estar con Él. SILENCIO DE PERDÓN Y AGRADECIMIENTO

Del santo evangelio según san Lucas (15,1-32):

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los pecadores y come con ellos.» 
Jesús les dijo esta parábola: «Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido." Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: "iFelicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido." Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.»

También les dijo: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna." El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba comer. Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros." Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebramos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado." Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud." Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tu bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado." El padre le dijo: "Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."»
GUÍA: Tres parábolas, ejemplos, con los que Jesús explica la alegría del Padre Dios al recibir al pecador. Dios se alegra como el pastor que encuentra la oveja perdida, o como la mujer que ha perdido una moneda y la encuentra, o como el padre que recibe de nuevo  a su hijo que se ha ido de casa. Hermosos ejemplos que nos dicen la misericordia y amor del Padre, su corazón bueno. Sintamos este corazón del Padre, de la mujer o del pastor alegrándose de nuestra vuelta a casa. SILENCIO AGRADECIDO, Y DE ENCUENTRO CON QUIEN NOS AMA.

¿QUÉ HEMOS VISTO EN NUESTRA ORACIÓN?

AGRADECEMOS, OFRECEMOS

INVOCAMOS A MARÍA





               CANTAMOS

Escucha, tú, la Palabra de Dios,
no sólo con tus oídos,
también con tu corazón.
Escucha, tú, la Palabra de Dios
y estate siempre atento a su Voz. (bis)

Déjala entrar dentro de tu corazón,
pásala a tu mente y a tu situación,
vívela, vívela en tu realidad,
haz que por tu vida llegue a los demás.

Si tus manos son instrumento de Dios,
da tu pan al pobre, préstale tu voz,
ama a Dios, ama a Dios con tu caridad;


oye su Palabra con sinceridad. (Xaquín R.)