martes, 6 de noviembre de 2018

"SORPRENDERSE"


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POESÍA

"SORPRENDERSE"
Hay que saber "sorprenderse"
de los pequeños gestos de amor,
en ellos nos llega envuelto
la ternura del Señor.

Surgen chispas de alegría,
si contemplas el nuevo sol,
que te ofrece cada día
su belleza y resplandor.

Salta de gozo la vida
en el nuevo nacimiento,
cuando los padres se abrazan
en tal acontecimiento.

Sorprenderse al ver pasar,
una pareja de ancianos,
que van los dos muy juntitos,
agarrados de la mano.

Sorprendernos por la noche
con ese cielo estrellado,
que te deja sin palabras,
y el corazón asombrado.

Descubrir todo el cariño,
de quien se encuentra a tu lado,
ofreciéndote su ayuda,
en el momento adecuado.

 Sorprenderse de la lluvia,
que deja el suelo mojado,
y el aire que respiramos,
queda limpio y bien lavado.

Muchas veces nada vemos,
andamos ajetreados,
con la mente preocupada,
y el corazón alejado.


Dejamos correr la vida,
vamos pasando de largo,
y no disfrutamos de aquello,
que Dios nos ha regalado.

Hagamos la revisión,
de cómo estamos viviendo,
de aquello que es importante,
y que dejamos de lado.

Descubriremos el gozo,
de sabernos muy amados,
porque Dios se encuentra siempre,
caminando a nuestro lado.
María


¿QUÉ VEMOS?

·       Sorprenderse por las cosas.
         ¿Cuáles?
·       Gestos de amor, la vida, la noche, el cariño, la lluvia…

¿QUÉ VES TÚ?

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viernes, 2 de noviembre de 2018

AMARÁS A TU DIOS


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AMARÁS A TU DIOS
 
GUÍA DE ORACIÓN 04-11-18

GUÍA: En silencio, nos ponemos en la presencia de Dios. Creemos y confiamos en él. Revisamos nuestro ser y actuar. ¿Cómo ha sido nuestra semana?. Escuchamos: Amarás al Señor tu Dios. Lo reconocemos como Dos y sentimos su amor y presencia en el día a día. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, AGRADECIMIENTO Y ADORACIÓN.

Del libro del Deuteronomio (6,2-6):

En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: «Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: "Es una tierra que mana leche y miel." Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria.»

GUÍA: Amarás a tu Dios, con  todo el corazón, con toda el alma…¿Experimentamos  este amor? Vemos que tiene fallos. Hay momentos en que aparecen otros dioses: Comodidad, poder, afán excesivo de tener. Limpia, Padre, nuestro corazón. Libéranos de adorar a otros dioses. Líbranos del mal. SILENCIO D EARREPENTIMIENTO, CONFIANZA Y AMOR.

De la carta a los Hebreos (7,23-28):

Ha habido multitud de sacerdotes del antiguo testamento, porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día «como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo,» porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidades. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre.

GUÍA: Cristo, sacerdote, permanece para siempre. Intercede continuamente por nosotros ante el Padre. Su sacrificio es ofrecido para salvar a cuantos acuden a él. Visualizamos el sacrificio, la ofrenda, su presencia ante el Padre Dios. Nos unimos a él. Con él agradecemos al Padre y al Espíritu tanto don y presencia. Nuestro sacrificio es purificado y ofrecido por Cristo, con él y en él. SILENCIO DE ORACIÓN, OFRECIMIENTO, PRESENCIA.



Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,28b-34):

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

GUÍA: Amarás a Dios y al prójimo como a ti mismo. Valoramos nuestro amor en las dos formas. Padre Dios, necesitamos purificar y fortalecer nuestro amor hacia ti. Necesitamos purificar el amor hacia nuestros hermanos. Líbranos del odio,  de la indiferencia o de un amor que no es amor. SILENCIO DE  CONFIANZA, RENOVACIÓN Y COMPROMISO


 SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE PARA RECORDAR.

INTERIORIZAMOS. AGRADECEMOS AMAMOS.


INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE Y MAESTRA.

HABLAMOS CON EL PADRE Y CON LAS PALABRAS DE JESÚS, DECIMOS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS
Si me falta el amor
1. Aunque yo dominara las lenguas arcanas
y el lenguaje del cielo supiera expresar,
solamente sería una hueca campana
si me falta el amor.

SI ME FALTA EL AMOR/ NO ME SIRVE DE NADA
SI ME FALTA EL AMOR/NADA SOY (BIS TODO)

2. Aunque todos mis bienes dejase a los pobres
y mi cuerpo en el fuego quisiera inmolar,
todo aquello sería una inútil hazaña
si me falta el amor.

[ESTRIBILLO]

3. Aunque yo desvelase los grandes misterios
y mi fe las montañas pudiera mover,
no tendría valor, no me sirve de nada
si me falta el amor.



martes, 30 de octubre de 2018

CLAUSURA SÍNODO

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CLAUSURA DEL SÍNODO DE LOS JÓVENES
Ofrecemos una síntesis de la homilía del Papa Francisco al finalizar el Sínodo. Reflexionamos con él.
El Papa clausura el Sínodo: «en la cruz, Dios se hizo nuestro prójimo»
El Pontífice clausuró el Sínodo de los Obispos con una misa celebrada en la Basílica de San Pedro. En su homilía, Francisco indicó tres pasos fundamentales para acompañar el camino de la fe: escuchar, hacernos prójimos y testimoniar en nombre de Jesús.

Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
La mañana del domingo 28 de octubre, el Papa Francisco presidió en la Basílica de San Pedro del Vaticano, la misa de clausura de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos dedicado al tema de los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
Inspirado en la liturgia dominical, en la que el evangelista San Marcos narra el episodio sobre el ministerio itinerante de Jesús, quien poco después entrará en Jerusalén para morir y resucitar; el Pontífice centró su homilía en la figura del ciego Bartimeo, “el último que sigue a Jesús en el camino, que pasa de ser un mendigo al borde de la vía en Jericó y se convierte en un discípulo que va con los demás a Jerusalén”.
En este sentido, el Papa señaló que también nosotros hemos caminado juntos, "hemos hecho sínodo y ahora este evangelio sella tres pasos fundamentales para el camino de la fe".
Escuchar el grito del que sufre
En primer lugar, Jesús escucha el grito de Bartimeo: un pobre, solo, sin amor y abandonado.
Jesús pone en práctica el ejercicio de la escucha atenta y al encontrarse con él, lo deja hablar: «Este es el primer paso para facilitar el camino de la fe: escuchar. Es el apostolado del oído: escuchar, antes de hablar», subrayó Francisco exhortando a seguir el ejemplo de Jesús, para quien el grito del que pide ayuda no es algo molesto que dificulta el camino, sino una pregunta vital.
«¡Qué importante es para nosotros escuchar la vida! Los hijos del Padre celestial escuchan a sus hermanos: no las murmuraciones inútiles, sino las necesidades del prójimo», añadió.
Hacernos prójimos 
En segundo lugar, para acompañar en el camino de la fe hay que hacerse prójimos. «Miremos a Jesús, que no delega en "alguien de la multitud" que lo seguía, sino que se encuentra con Bartimeo en persona. Le dice: ¿Qué quieres que haga por ti?», explicó el Santo Padre, haciendo hincapié en que así actúa Dios, implicándose en primera persona con un amor de predilección por cada uno: «Ya en su modo de actuar transmite su mensaje: así la fe brota en la vida».
«Hacerse prójimos es llevar la novedad de Dios a la vida del hermano, es el antídoto contra la tentación de las recetas preparadas», aseveró el Sucesor de Pedro, invitando a preguntarnos si somos cristianos capaces de ser prójimos, de salir de nuestros círculos para abrazar a los que “no son de los nuestros” y que Dios busca ardientemente.
Y en este contexto, Francisco puso en guardia sobre la tentación siempre existente, y que se repite tantas veces en las Escrituras: “lavarse las manos”.
Ante el sufrimiento, Jesús no se lava las manos
A diferencia de tantos, el Obispo de Roma subrayó que Jesús se ensucia las manos... no se las lava: se implica, se la juega:
«Reconozcamos que el Señor se ha ensuciado las manos por cada uno de nosotros, y miremos la cruz y recomencemos desde allí, del recordarnos que Dios se hizo mi prójimo en el pecado y la muerte. Se hizo mi prójimo: todo viene de allí».
Testimoniar en nombre del Señor
Por último, el tercer paso que propuso el Papa en su homilía fue testimoniar.
“Fijémonos en los discípulos que llaman a Bartimeo: no van a él, que mendigaba, con una moneda tranquilizadora o a dispensar consejos; van en el nombre de Jesús. De hecho, le dirigen solo tres palabras, todas de Jesús: «Ánimo, levántate, que te llama» (v. 49), explicó Francisco indicando que no es cristiano esperar que los hermanos que están en busca llamen a nuestras puertas; tendremos que ir donde están ellos, “no llevándonos a nosotros mismos, sino a Jesús”.
Por ello, el Pontífice señala que la Iglesia no debe pasar por una ONG o una organización paraestatal, “sino por la comunidad de los salvados que viven la alegría del Señor”.
Fe: cuestión de encuentro no de teoría
“Escuchar, hacerse prójimos, testimoniar. El camino de fe termina en el Evangelio de una manera hermosa y sorprendente, con Jesús que dice: «Anda, tu fe te ha salvado» (v. 52)”, dijo el Papa destacando que sentirse necesitados de salvación es el comienzo de la fe.
“Es el camino más directo para encontrar a Jesús. La fe que salvó a Bartimeo no estaba en la claridad de sus ideas sobre Dios, sino en buscarlo, en querer encontrarlo. La fe es una cuestión de encuentro, no de teoría. En el encuentro Jesús pasa, en el encuentro palpita el corazón de la Iglesia. Entonces, lo que será eficaz es nuestro testimonio de vida, no nuestros sermones”, concluyó.


ACCIÓN
¿Seleccionas alguna idea importante? Envíala a Reza y Comparte, las comentaremos.
https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2018-10/sinodo-jovenes-2018-misa-clausura-homilia-papa-francisco.html





viernes, 26 de octubre de 2018

¡GRITAD DE ALEGRÍA!



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¡GRITAD DE ALEGRÍA!

GUÍA DE ORACIÓN 28-10-18  
GUÍA: Padre Dios, aquí estamos. Tu presencia nos cubre y alienta nuestro ser y actuar. Te damos gracias por estar junto a nosotros, por la fuerza que impulsasen nuestro vivir. Nos alegramos por todo lo bueno que hemos hecho y pedimos perdón por nuestros fallos. SILENCIO DE PRESENCIA, AGRADECIMIENTO, PERDÓN.

Del libro de Jeremías (31,7-9):

Así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los pueblos; proclamad, alabad y decid: El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel. Mirad que yo os traeré del país del norte, os congregaré de los confines de la tierra. Entre ellos hay ciegos y cojos, preñadas y paridas: una gran multitud retorna. Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos; los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán. Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito.»


GUÍA: Gritad de alegría por el mejor de los pueblos. El Señor ha salvado al resto de Israel. Los gritos de alegría entusiasman al pueblo y reconocen la obra salvadora del Señor. Los gritos de alegría y el gozo toman la delantera, sacian la sed  de felicidad en lo profundo de nuestro ser. La saboreamos y agradecemos al Señor su acción. SILENCIO DE VICTORIA Y  GLORIA AL PADRE, AL HIJO Y AL ESPÍRITU.

De la carta a los Hebreos (5,1-6):

Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

GUÍA: Jesús, Sumo Sacerdote, escogido entre los hombres, presente con el Padre. Te contemplamos elevado para salvarnos. Eres gracia y perdón, regalo del Padre y ofrenda de sacrificio. Limpia nuestro pecado y líbranos del mal. SILENCIO DE PETICIÓN, CONFIANZA, AMOR.

Del santo evangelio según san Marcos (10,46-52):

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí.»
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama.» Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?»
El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver.»
Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado.» Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

GUÍA: Jesús, hijo de David, ten compasión de mí. Nos ponemos ante Jesús con esta frase, con esta petición. El Maestro nos pregunta qué queremos. Se lo decimos y él añade: Anda tu fe te ha curado. Hagamos nuestra la escena y recibamos esa curación que se nos ofrece por la fe. Dejemos que nuestro espíritu se sienta tocado por las palabras. Glorifiquemos a Dios que hace obras grandes a favor nuestro SILENCIO DE FE, CONFIANZA, ALEGRÍA.

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE PARA REPETIR

ADORAMOS, AGRADECEMOS, PEDIMOS PERDÓN, OTRAS PETICIONES

INVOCAMOS A MARÍA QUE NOS ACOMPAÑE EN EL CAMINO.

ORAMOS AL PADRE CON JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS  SALMO 125
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,/nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,/la lengua de cantares. R/.

Hasta los gentiles decían:/ «El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,/y estamos alegres. R/.

Que el Señor cambie nuestra suerte,/como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas/cosechan entre cantares. R/.

Al ir, iba llorando,/llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,/trayendo sus gavillas. R/.





martes, 23 de octubre de 2018

POESÍA: LA MIRADA DE JESÚS



Mira a Jesús que te mira,                 
y déjate mirar por El,
que en su mirar hay amor
que te sostiene en la fe.

Haz silencio en tu interior,
deja a un lado tus quehaceres
porque el mirar de Dios
es siempre hacer favores.

Señor me siento agradecida,
por tu inmensa bondad,
por tu cariño inagotable,
porque Tú siempre estás,
de día y de noche,
y en cualquier lugar.
 
En el aire que respiro,
en el sol que me calienta,
se perciben tus caricias,
que a mi corazón alientan,
para seguir caminando,
con la mente siempre atenta.

Que mi vida vaya siendo,
un canto de amor y fiesta,
de alabanza y gratitud,
porque mi gozo y mi todo eres TÚ.
María

¿QUÉ VEMOS?
·        Una invitación a mirar y ser mirada o mirado.
·       Silencio y agradecimiento.
·       Consecuencias, resultado.
¿QUÉ VES TÚ?
·       Subraya una frase que te gusta



viernes, 19 de octubre de 2018

JUSTIFICARÁ A MUCHOS


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JUSTIFICARÁ A MUCHOS

GUÍA DE ORACIÓN 21-10-18

GUÍA: Oración de encuentro contigo, de identificación con aquel que nos ama. Queremos identificarnos contigo, Padre, con Jesús que se nos presenta como ejemplo de todo hombre y de toda mujer. Te reconocemos como Dios, como Padre, defensor de la justicia y de la bondad. Lo vamos haciendo en la verdad. Abrimos el corazón a la acogida. SILENCIO DE IDENTIFICACIÓN, DE ACOGIDA, DE ACCIÓN DE GRACIAS.

Del libro de Isaías (53,10-11):

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. 

GUÍA: Justificará a muchos, les aportará su justicia en la entrega d ela vida por amor a  los hermanos. Nos dejamos tocar de esta justicia redentora que nos limpia y perdona. Recibimos su vida y su amor. En la Eucaristía, se hace presente su sacrificio y justificación. Lo aceptamos y ofrecemos al Padre Dios. SILENCIO QUE NOS ABRE A LA VIDA DE JESÚS, A SU ENTREGA AL PADRE Y A LOS HERMANOS.

De la carta a los Hebreos (4,14-16):

Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un no sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

GUÍA: Jesús, sacerdote para Dios y para los humanos, mediador. Él participa en todo con la humanidad y nos representa ante el Padre. Releamos estas frases. Sacerdote para Dios, siendo portador de amor. Sacerdote para la humanidad, identificándose con todos nosotros. Gracias, Jesús, por tu entrega. Gracias Padre, por tu perdón y tu amor. SILENCIO DE PROFUNDIZACIÓN, DE ADORACIÓN Y DE FE ESPERANZADA.

Del santo evangelio según san Marcos (10,35-45):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron: «Lo somos.»
Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»

GUÍA: El que quiera ser grande sea  servidor. “Justificar a muchos” se cumple en abajarse y dar la vida. Jesús no ha venido a ser servido  sino a servir, dice él. Es el camino que nos indica, el camino que lleva a la liberación y a la hermandad. Es la misión que Jesús recibe para él y para los cristianos. Preguntémonos por nuestra situación personal y como cristianos. ¿Avanzamos o nos echamos para atrás? SILENCIO DE ESCUCHA, CLARIDAD Y RESPUESTA.

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, RECORDAMOS UNA FRASE

ACEPTAMOS,  DAMOS GRACIAS, PEDIMOS, OFRECEMOS

INVOCAMOS A MARÍA, MADRE Y AMIGA

NOS DIRIGIMOS AL PADRE JUNTO CON JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS:

JESÚS ES SEÑOR. CANTA KAIROI. 

Jesús es, Jesús es Señor, Jesús es, Jesús es Señor, Jesús es, Jesús es Señor... 

Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, aleluya... 

Gloria a Dios, gloria, gloria a Dios, gloria a Dios, gloria, gloria a Dios, gloria a Dios, gloria, gloria a Dios... 

Jesús es, Jesús es Señor...