REZA Y COMPARTE
¿QUIÉN PUEDE HOSPEDARSE EN TU TIENDA?
GUÍA DE ORACIÓN 17-07-22 Domingo 16º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
GUÍA: Abrahán frece el don de la
hospitalidad. Recibe a aquellos visitantes. El Salmista se pregunta quién puede
ser recibido en la tienda del Señor. En el silencio interior nos unimos al
Salmista y descubrimos las actitudes que necesitamos para ser acogidos en ella.
Reflexionamos, admiramos el encuentro y nos presentamos con un corazón recto. SILENCIO
DE ADMIRACIÓN, DE RECTITUD, DE ACOGIDA.
Lectura
del libro del Génesis (18,1-10a):
En aquellos
días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él
estaba sentado a la puerta de la tienda, en lo más caluroso del día. Alzó la
vista y vio tres hombres frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la
puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo:
«Señor mío,
si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan
agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré
un bocado de pan para que recobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis
pasado junto a la casa de vuestro siervo».
Contestaron: «Bien, haz lo que dices».
Abrahán
entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo:
«Aprisa,
prepara tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz unas tortas».
Abrahán
corrió enseguida a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un
criado para que lo guisase de inmediato. Tomó también cuajada, leche y el
ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba bajo el árbol, ellos comían.
Después le
dijeron: «Dónde está Sara, tu mujer?».
Contestó:
«Aquí, en la tienda».
Y uno
añadió: «Cuando yo vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre Sara habrá
tenido un hijo».
GUÍA:
Abrahán recibe al Señor en aquellos hombres. Ellos le hacen una promesa:
Habrás tenido un hijo. Dios se le hace presente también en la promesa. Abrimos
nuestro corazón, acogemos la presencia de Dios, escuchamos su palabra y su
promesa. SILENCIO DE APERTURA, DE ESCUCHA, DE CONFIANZA.
Sal
14,2-3ab.3cd-4ab.5
R/. Señor,
¿Quién puede hospedarse en tu tienda?
V/. El que
procede honradamente
y practica
la justicia,
el que tiene
intenciones leales
y no
calumnia con su lengua. R/.
V/. El que
no hace mal a su prójimo
ni difama al
vecino,
el que
considera despreciable al impío
y honra a
los que temen al Señor. R/.
V/. El que
no presta dinero a usura
ni acepta
soborno contra el inocente.
El que así
obra nunca fallará. R/.
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (1,24-28):
Hermanos:
Ahora me
alegro de mis sufrimientos por vosotros: así completo en mi carne lo que falta
a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia, de la
cual Dios me ha nombrado servidor, conforme al encargo que me ha sido
encomendado en orden a vosotros: llevar a plenitud la palabra de Dios, el
misterio escondido desde siglos y generaciones y revelado ahora a sus santos, a
quienes Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este
misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la
gloria. Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a
todos, con todos los recursos de la sabiduría, para presentarlos a todos
perfectos en Cristo.
GUÍA: Completo lo que falta a la pasión de
Cristo, en favor del cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Pablo se hace portador
de la necesidad de la Iglesia. Él que ha
sido nombrado su servidor la perfecciona y la completa por medio de Cristo,
muerto y resucitado. Todos los cristianos somos perfeccionados en él. SILENCIO
DE VERDAD, DE ENCUENTRO, DE TRANSFORMACIÓN.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (10, 38-42):
EN aquel
tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su
casa.
Esta tenía
una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba
su palabra.
Marta, en
cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose,
dijo:
«Señor, ¿no
te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una
mano».
Respondiendo,
le dijo el Señor:
«Marta,
Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria.
María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».
GUÍA: Acogida, hospitalidad,
transformación. Actitudes que unen, que hacen la vida. Te ofrecemos, Padre, el
don de Jesús para la salvación de cada persona, la llegada a tu presencia, la
escucha a tu Palabra. Visualizamos, asimilamos y compartimos. SILENCIO DE
PRESENCIA, DE FIDELIDAD, DE CAMINO.
SINTETIZAMOS
NUESTRA ORACIÓN. UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDAR.
SENTIMOS
LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU, AGRADECEMOS SU PAZ, SU ENTREGA.
INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS ENSEÑE A ORAR Y A COMPARTIR.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE Y NOS SENTIMOS HIJOS SUYOS, HERMANOS CON LOS DEMÁS. PADRE NUESTRO.
CANTAMOS:
Anunciaremos
tu reino, señor/ Tu reino, Señor, tu reino
+Reino de paz y justicia/ Reino de vida y verdad/Tu reino, señor, tu reino
+Reino de
amor y de gracia/Reino que habita en nosotros/Tu reino, señor, tu reino
+Reino que
sufre violencia/Reino que no es de este mundo/Tu reino, señor, tu reino
Reino que ya
ha comenzado/Reino que no tendrá fin/Tu reino, señor, tu reino
"¿Quién puede hospedarse en tu tienda?" «Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo" Lo dice Abrahán. En aquella misma escena lo decimos nosotros: No pases de largo, Señor. Confiamos en tu gracia y bendición.
ResponderEliminarDía de la hospitalidad y convivencia. La buena acogida es valorada y promovida por todos. Trabajamos por la familia humana y la construimos en la paz.
ResponderEliminar"Abrimos nuestro corazón, acogemos la presencia de Dios, escuchamos su palabra y su promesa." La Palabra se cumple en nuestro mundo. Jesús se encarna y anuncia el amor del Padre. Caminamos con él.
ResponderEliminar«Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Al practicarlo recorremos el camino de la paz y de la justicia.
ResponderEliminar"Señor, ¿Quién puede hospedarse en tu tienda? El que procede honradamente y practica la justicia..." Hospedarse en tu casa, Señor. Necesitamos el misterio de tu gracia. Confiamos en ti.
ResponderEliminar«Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo." Abrahán hospeda al que llega a su casa, no quiere que pase sin entrar. Que abramos los ojos y el corazón para recibirle bien.
ResponderEliminarReflexionamos, admiramos el encuentro y nos presentamos con un corazón recto. Oramos.
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