viernes, 12 de julio de 2024

VE Y PROFETIZA

 

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VE Y PROFETIZA

 

GUÍA DE ORACIÓN, 14- 07-24  XV Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B

 

GUÍA: Vamos a la oración. Disponemos nuestro corazón y mente para recibir la Palabra de Dios. Preparamos la escucha y la presencia. Padre, Dios, aquí estamos. Limpia nuestros ojos y llénalos de tu luz. Dirige nuestro camino por tus pasos. Acércanos a ti, a los demás y a nosotros mismos. SILENCIO DE ESCUCHA, DE PRESENCIA, DE CAMINO.

 

Lectura de la profecía de Amós (7,12-15):

En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós: «Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país.»
Respondió Amós: «No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: «Ve y profetiza a mi pueblo de Israel.»»

GUÍA: Amós es expulsado del santuario real. Pero Dios  le fortalece y urge para que profetice a su pueblo. En silencio oímos las palabras. Son lluvia que cae sobre el alma y envían a profetizar al pueblo de Dios. Interiorizamos, acogemos, sentimos su llamada en cada momento frente a los que cierran los  oídos o el corazón. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE DECISIÓN, DE COMPROMISO.

Salmo

Sal 84

R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. 
R/.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. 
R/.

El Señor nos dará lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. 
R/.

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,3-14):

 

Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.

 

GUÍA: Él, el Padre, nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos. Nos ha designado a ser alabanza y gloria. Abrimos los oídos y acogemos la Palabra. Su sabiduría y prudencia ha sido un derroche para nosotros. Somos marcados por Cristo con el Espíritu. Su gracia y don se extiende a toda la tierra. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE FE, DE DON.

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13):

 

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

 

GUÍA: Jesús llama a los Doce y los envía a predicar la conversión. Curan a los enfermos. El Reino de Dios está cerca. Los acompañamos en su tarea de extender el mensaje de Jesús. Profundizamos los momentos que van sucediendo, lo trasladamos a nuestro tiempo y a la tarea de evangelizar de hoy. Nos sentimos unidos a Jesús y su misión. SILENCIO DE ACOMPAÑAMIENTO, DE REALIDAD, DE MISIÓN.

 

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, DESEOS, VISIÓN.

ACOMPAÑAMIENTO, REALIDAD, MISIÓN.

NOS DIRIGIMOS A MARÍA, LA MADRE DE JESÚS Y NUESTRA. ¿QUÉ LE DECIMOS?

PRESENTAMOS AL PADRE EL CAMINO DE JESÚS Y LE DECIMOS: PADRE NUESTRO…

NUESTRA ACCIÓN CONCLUSIVA PUEDE SER…

CANTAMOS 

/Nos envías por el mundo

a anunciar la Buena Nueva /2

/Mil antorchas encendidas
y una nueva primavera /2

/Si la sal se vuelve sosa,
¿Quién podrá salar al mundo? /2

/Nuestra vida es levadura,
nuestro amor será fecundo /2

/Siendo siempre tus testigos
cumpliremos el destino /2

/Sembraremos de esperanza
y alegría los caminos /2

Fuente:

https://youtu.be/8o1Dczp4l8s  

7 comentarios:

  1. "Ve y profetiza" Amós es enviado a profetizar. Jesús envía a los Doce. El Bautismo nos envía a ser testigos de Cristo. Visualizamos y respondemos. Buen día.

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  2. S, 84, "El Señor nos dará lluvia, y nuestra tierra dará su fruto". Él sigue siendo generoso y nos ama. Confiamos.

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  3. "También vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo". Se lo dice Pablo a los Efesios. Escuchamos y hacemos nuestro ese Espíritu que nos marca por Jesucristo. En silencio oramos y acogemos.

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  4. : Él, el Padre, nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos

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  5. "Amós es expulsado del santuario real. Pero Dios le fortalece y urge para que profetice a su pueblo." Dios sigue llamando y nos invita a seguir sus pasos. Pedimos al Espíritu Santo que nos haga comprender cuál es nuestro camino.

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  6. "Los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria" Lo interiorizamos, nos visualizamos y valoramos nuestras posiciones en el grupo de Jesús. Agradecemos y escuchamos.

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  7. «Ve y profetiza a mi pueblo de Israel.» Dios envía a Amós. Cada una de sus criaturas, nosotros, somos enviados para glorificar al Padre y colaborar con los hermanos. Veamos nuestra respuesta. Oramos.

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