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martes, 25 de diciembre de 2018

¡FELIZ NAVIDAD!



REZA Y COMPARTE

¡FELIZ NAVIDAD!

Ha nacido Dios en un portal. Viene a nosotros para hacerse uno de los nuestros. Nos alegramos con su misterio y su presencia. Lo adoramos y recibimos en nuestro corazón y nuestra vida. ¡¡Feliz Navidad!!
 
Noche de paz 
noche de Dios 
claro el sol 
brilla ya 
y los ángeles cantando están 
y los ángeles cantando están 
gloria a Dios, gloria al Dios celestial 
duerme mi niño Jesús 

Noche de paz 
noche de fe 

el portal 
de belén 
vibra en cánticos al redentor 
dulces cánticos al redentor



FELICIDAD PARA TODOS LOS VISITANTES,
 SEGUIDORES Y AMIGOS.
GRACIAS POR VUESTRA PRESENCIA.


viernes, 29 de diciembre de 2017

SAGRADA FAMILIA



SAGRADA FAMILIA


GUÍA DE ORACIÓN 31-12-17

GUÍA: Día de la Sagrada Familia y último día del año 2017, se unen en nuestra oración. Nuestra mente se centra en la familia formada por Jesús, María, José. Admiramos su relación, su amor y respeto. Sentimos nuestro estar en familia. ¿Cuidamos  la relación, el amor, el respeto? Dejemos espacio para desarrollarlas.
El último día del año nos lleva a vivirlo con intensidad. Saborear el bien hecho, los acontecimientos favorables y lo negativo para corregir, asumir, pedir perdón o darlo. SILENCIO AGRADECIDO, DE AMOR, RESPETO, PERDÓN 

Del libro del Eclesiástico (3,2-6.12-14):

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

GUÍA: Respetar, amar a la madre, respetar y amar al padre es bendecido por Dios. El hijo agradece, ama. Es don y mandato de Dios. Recorramos gestos de amor dados y recibidos. Agradezcamos el don de la familia y contribuyamos a que sea un vínculo de amor para la humanidad. SILENCIO DE AGRADECIMIENTO, DE ENTREGA Y AMOR.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,12-21):

Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y celebrad la Acción de Gracias: la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

GUÍA: Uniforme de misericordia, bondad, humildad, dulzura y comprensión. Perdonaos cuando tenéis quejas contra otro. Estas virtudes envuelven nuestros comportamientos. ¿Su ambiente nos protege? Es una  ofrenda mutua que fortalece las relaciones y la convivencia.
Esposos, hijos, amad, obedeced como Dios quiere. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón. Acojamos cada frase y sembremos en nuestro interior. Construyamos una convivencia cordial. SILENCIO DE ACOGIDA, DE MISERICORDIA, COMPRENSIÓN.

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (2,22-40):

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor. (De acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor"), y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones". Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el Consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

GUÍA: María presenta a su hijo en el templo. Simeón lo reconoce como luz de las naciones. Nosotros también lo reconocemos y admiramos. El niño iba creciendo en sabiduría y al gracia de Dios lo acompañaba. La familia de Nazaret se desarrolla y crece en la presencia de Dios. Agradecemos nuestro crecimiento y la presencia de Dios en nuestro vivir. Valoramos el don de Dios en la familia y valoramos nuestra aportación a su crecimiento y desarrollo. SILENCI O  DE RECONOCIMIENTO, GRATITUD Y COLABORACIÓN

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS.

AGRADECEMOS, PEDIMOS, OFRECEMOS

INVOCAMOS A MARÍA nuestra madre.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE con la oración de Jesús: PADRE NUESTRO.

CANTAMOS

Nace el niño en un portal, él nos trae la paz, él nos trae la Navidad, nos trae la felicidad.

CORO: Venid que es hoy Nochebuena, venid que es hoy Navidad, los pastores ya van caminando al portal, gloria a Dios y en la tierra paz.

Los ángeles vienen cantando, la estrella empieza a brillar, y en la torre las campanas no cesan de tocar, gloria a Dios y en la tierra paz.

 María cuida a su niño, José prepara el portal, los pastores de rodillas adoran al zagal, gloria Dios y en la tierra paz.









domingo, 24 de diciembre de 2017

¡FELIZ NAVIDAD!




NAVIDAD, DIOS SE HIZO NIÑO



 GUÍA: Dios ha llegado a nuestra tierra. Jesús, Niño Dios nace para todos. Le acogemos y sentimos su presencia salvadora. “La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad”.

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,1-18):

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

GUÍA: Que contemplemos su gloria, gloria del Hijo único del Padre Dios, Nuestra contemplación nos extiende por todos los siglos y lugares. El mismo hijo de Dios nos lo ha dado a conocer.
SILENCIO CONTEMPLATIVO, DE AMOR, DE CONFIANZA Y ADORACIÓN

Sobre la noche reina,
la luz de Tu esplendor,
en medio del silencio,
del eco de Tu voz.

ESTRIBILLO:
¡Misterio del Amor!
En medio del silencio,
el Verbo se encarnó.


Nos ha nacido un Niño:
un Hijo se nos dio;
hoy brilla la esperanza,
de nuestra salvación.

ESTRIBILLO.

Huyó de nuestra carne,
la densa oscuridad,
florece la luz nueva,
de Tu inmortalidad.

¡Misterio del Amor!
En medio del silencio,
el Verbo se encarnó.  
https://www.youtube.com/watch?v=GLfYU8_JQ_w