REZA Y
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SAGRADA
FAMILIA
GUÍA DE
ORACIÓN Domingo 31
de Diciembre. Octava de Navidad. SAGRADA FAMILIA
GUÍA: Celebramos la octava de Navidad y la
fiesta de la Sagrada Familia. Es modelo para las familias cristianas y recibimos
sus enseñanzas. En el Génesis, Abram recibe la promesa de Dios. Tendrá una
descendencia como el número de las estrellas. La carta a los Hebreos nos
explica el cumplimiento de la promesa. En el evangelio se le anuncia a María
que será madre del salvador. Acogemos la Palabra y confiamos como Abram y
María. SILENCIO DE PRESENCIA, DE FE, DE CONFIANZA.
Lectura
del libro del Génesis Gn 15, 1-6; 21,
1-3
En aquel
tiempo, el Señor se le apareció a Abram y le dijo: “No temas, Abram. Yo soy tu
protector y tu recompensa será muy grande”. Abram le respondió: “Señor, Señor
mío, ¿qué me vas a poder dar, puesto que voy a morir sin hijos? Ya que no me
has dado descendientes, un criado de mi casa será mi heredero”.
Pero el
Señor le dijo: “Ése no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus entrañas”.
Y haciéndolo salir de la casa, le dijo: “Mira el cielo y cuenta las estrellas,
si puedes”. Luego añadió: “Así será tu descendencia”. Abram creyó lo que el
Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo.
Poco tiempo
después, el Señor tuvo compasión de Sara, como lo había dicho y le cumplió lo
que le había prometido. Ella concibió y le dio a Abraham un hijo en su vejez,
en el tiempo que Dios había predicho. Abraham le puso por nombre Isaac al hijo
que le había nacido de Sara.
GUÍA: Así será tu descendencia. Como el número de
las estrellas. Abram lo cree y se fía. Vivir de fe nos ayuda a hacer realidad, las promesas de Dios. Todos podemos confiar y recibir las promesas.
Lo interiorizamos en nosotros y nos fiamos de Dios. SILENCIO DE
RECONOCIMIENTO, DE ESCUCHA, DE ACEPTACIÓN.
Hb 11, 8.
11-12. 17-19
Hermanos:
Por su fe, Abraham, obediente al llamado de Dios, y sin saber a dónde iba,
partió hacia la tierra que habría de recibir como herencia.
Por su fe,
Sara, aun siendo estéril y a pesar de su avanzada edad, pudo concebir un hijo,
porque creyó que Dios habría de ser fiel a la promesa; y así, de un solo
hombre, ya anciano, nació una descendencia, numerosa como las estrellas del
cielo e incontable como las arenas del mar.
Por su fe,
Abraham, cuando Dios le puso una prueba, se dispuso a sacrificar a Isaac, su
hijo único, garantía de la promesa, porque Dios le había dicho: De Isaac nacerá
la descendencia que ha de llevar tu nombre. Abraham pensaba, en efecto, que
Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos; por eso le fue devuelto
Isaac, que se convirtió así en un símbolo profético.
GUÍA: La obediencia de Abraham nos señala
el camino para el cumplimiento de la promesa. Sara concibe un hijo y Abraham,
puesto a prueba responde al Señor con obediencia. Vamos en el camino de la
obediencia, de la confianza y de la fe. SILENCIO DE VISUALIZACIÓN, DE
OBEDIENCIA, DE CUMPLIMIENTO.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas
Lc 1,
26-38
En aquel
tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado
José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia,
el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se
preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios.
Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será
grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su
reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo
permanezco virgen?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo
descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso,
el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu
parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el
sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para
Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí
lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.
GUÍA: María, estamos contigo y vemos el
momento de tu “sí”. Has hallado gracia ante Dios. Él hará que tu hijo sea Hijo
del Altísimo. Formas tu familia y ayudas
a que todo vaya bien. Cuida a las familias del mundo y ayúdales en el amor, en
el cuidado de los hijos. SILENCIO DE AGRADECIMIENTO, DE PETICIÓN, DE
COMPROMISO.
RECOGEMOS
NUESTRA ORACIÓN: Una frase nos ayuda a recordarla.
INVOCAMOS
A MARÍA, MADRE Y AMIGA, QUE NOS AYUDE.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE COMO JESÚS: PADRE NUESTRO…
CANTAMOS
El
Tamborilero
El camino
que lleva a belén
Baja hasta el valle que la nieve cubrió
Los pastorcillos quieren ver a su rey,
Le traen regalos en su humilde zurrón
Al redentor, al redentor.
Ha nacido en un portal de belén el niño dios.
Algún presente que te agrade, señor.
Más, tú ya sabes que soy pobre también,
Y no poseo más que un viejo tambor,
Viejo tambor, viejo tambor.
En tu honor frente al portal tocaré,
Con mi tambor.
El camino
que lleva a belén,
Yo voy marcando con mi viejo tambor.
Nada mejor hay que yo pueda ofrecer,
Su ronco acento es un canto de amor,
Al redentor, al redentor.
Cuando dios me vio tocando ante el,
Me sonrió.