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viernes, 15 de enero de 2021

HABLA, SEÑOR



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HABLA, SEÑOR

GUÍA DE ORACIÓN 17-01-21               Domingo 2º Tiempo Ordinario- Ciclo B

GUÍA: Nos hemos sensibilizado ante el  tema de la oración, esta semana. Un encuentro con Dios que ahora queremos realizar. Hemos sido llamados a su presencia. Hemos acudido y nos sentimos totalmente invadidos por su luz y su amor. Agradecemos la semana, todas las realidades experimentadas y nos disponemos a escuchar su palabra. Ven Espíritu Santo y enséñanos a orar. SILENCIO DE PRESENCIA, AGRADECIMIENTO, DISPONIBILIDAD.

Del primer libro de Samuel (3,3b-10. 19):En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió: «Aquí estoy.»

Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Respondió Elí: «No te he llamado; vuelve a acostarte.»
Samuel volvió a acostarse. Volvió a llamar el Señor a Samuel.
Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Respondió Elí: «No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.»
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel: «Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha."»
Samuel fue y se acostó en su sitio.
El Señor se presentó y le llamó como antes: «¡Samuel, Samuel!»
Él respondió: «Habla, que tu siervo te escucha.»
Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.

GUÍA: Aún no conocía Samuel al Señor. No conocía su palabra. Estamos ante ti y escuchamos. Haz que te conozcamos, que sepamos distinguir tu voz ante todas las otra voces. Te decimos como Samuel: Habla Señor, que tu siervo escucha.  Limpia toda impureza que pueda oscurecer tu voz. SILENCIO DE ESCUCHA, DE CONOCIMIENTO, DE AFIANZAMIENTO.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (6,13c-15a.17-20):


El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el cuerpo. Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!

GUÍA: Te escuchamos, Señor. Nos has dado un cuerpo para vivir, para ser tu manifestación ante la asamblea. Habitas en nosotros, la vida es tuya. Gracias por la presencia y por desarrollar en nosotros tu amor de Padre, de hermanos en Jesús, de santidad en el Espíriitu. SILENCIO  DE CONFIANZA, DE ENCUENTRO, APERTURA.

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,35-42):

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús.
Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»

GUÍA: En la oración escuchamos: Este es el cordero de Dios. Lo contemplamos y queremos descubrirte, como aquellos discípulos queremos conocerte más. También tú nos preguntas ¿Qué buscáis? Aquí en este encuentro te sabemos amigo, hermano, Salvador, Jesús. Te buscamos y necesitamos como fuerza, paz, amor. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE ESTAR EN AMISTAD, EN TOTALIDAD.

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDARLA.

PRESENCIA, PERDÓN, CONFIANZA, COMPROMISO.

INVOCAMOS A MARÍA, MADRE Y MAESTRA DE ORACIÓN.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS

SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR,
A HABLAR CON NUESTRO PADRE DIOS.
SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR,
A ABRIR LAS MANOS ANTE TI.

Orar con limpio corazón,
que sólo cante para Ti,
con la mirada puesta en Ti,
dejando que hables, Señor.
Orar buscando la verdad.
Cerrar los ojos para ver.
Dejarnos seducir, Señor,
andar por tus huellas de paz.
ESTRIBILLO.

Orar hablándote de Ti,
de tu silencio y de tu voz,
de tu presencia que es calor,
dejarnos descubrir por Ti.
Orar también en sequedad,
las manos en tu hombro, Señor,
mirarte con sinceridad:
aquí nos tienes, háblanos.
ESTRIBILLO

https://www.cristomania.org/cantos-para-misa/comunion/ensenanos-a-orar-con-acordes-y-video


 

 

viernes, 7 de agosto de 2020

¡SAL, PONTE DE PIE!



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¡SAL,  PONTE DE  PIE!

GUÍA DE ORACIÓN  09-08-20

GUÍA: Antes de comenzar la oración invocamos al Espíritu Santo para recibir su luz y su verdad. Quizás estamos agitados. Dios,  en  Jesús, es nuestra paz. Dejamos que nos empape de su paz y su luz traiga la verdad a nuestro corazón, a nuestra vida. SILENCIO DE PETICIÓN, DE ACOGIDA Y DE PAZ.

Del primer libro de los Reyes (19,9a.11-13a):

En aquellos días, cuando Elías llegó al Horeb, el monte de Dios, se metió en una cueva donde pasó la noche. El Señor le dijo: «Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va pasar!»
Vino un huracán tan violento que descuajaba los montes y hizo trizas las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto, salió afuera y se puso en pie a la entrada de la cueva.

GUÍA: ¡Sal y ponte de pie! Dios va a pasar por tu vida, por tu silencio y por tu verdad. Elías que llega al monte Horeb  es invitado por el Señor, para verle. En el huracán, en el viento y en el fuego no vio al Señor. Lo sintió en la brisa suave. Nuestra experiencia nos lleva a esa brisa que comunica a Dios. Recibamos su presencia, transmitamos su ser en nuestras acciones. SILENCIO DE PRESENCIA, DE SER, Y DE COMPARTIR.

De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (9,1-5):

Digo la verdad en Cristo; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante, en mi corazón, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo. Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según la carne, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén.

 GUÍA  San Pablo siente pena por no ser acogida su predicación en Israel. Han sido elegidos pero no reciben al Mesías anunciado. No basta la elección, es necesaria la respuesta y la acogida. También nosotras somos llamadas, la respuesta depende de cada uno/a. Jesús tú nos llamas, damos pasos. Haznos tierra fértil y acogedora, capaz de  dar el fruto que tú esperas. SILENCIO DE REFLEXIÓN, DE CONSTANCIA, DE FIDELIDAD.

Del santo evangelio según san Mateo (14,22-33):

Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.
Jesús les dijo en seguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!»
Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.»
Él le dijo: «Ven.»
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame.»
En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?» En cuanto subieron a la barca, amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él, diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios.»

GUÍA: Jesús envía a los discípulos a la otra orilla. Él va a orar. El viento era contrario. Jesús andando sobre el agua  llega a ellos. Miedo…Ánimo, soy yo. Pedro siente la fuerza del viento y oye: ¿Por qué has dudado?. Jesús le agarra y el viento cesa. Ellos exclaman: Realmente eres Hijo de Dios. Acompañamos cada momento y nos identificamos con Pedro. Visualizamos. SILENCIO DE FE, DE CONFIANZA, DE PERDÓN.   

SILENCIO  DE ADMIRACIÓN, ILUMINACIÓN, AMOR RENOVADO.

RECOGEMOS LA ORACIÓN: UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDAR.

ADORACIÓN, CONFIANZA, ILUMINACIÓN, AGRADECIMIENTO.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE, MUJER DE ESPERANZA.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE, CON JESÚS Y DECIMOS: PADRE NUESTRO.

CANTAMOS: 
Iba Jesús caminando sobre las aguas del mar,
Pedro le dice voy y Jesús le dice ven 



viernes, 8 de mayo de 2020

VENGA SOBRE NOSOTROS


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VENGA SOBRE NOSOTROS

GUÍA DE ORACIÓN 10-05-20

GUÍA: Venga sobre nosotros tu misericordia. Así lo esperamos. Ven, Señor, con tu gracia y sacia nuestra sed. Limpia nuestro pecado  y endereza nuestros pasos por tu camino. Te reconocemos  Señor de la vida y de la muerte. Te  alabamos por tu bondad y tu favor en nuestras vidas.  Sentimos tu protección amorosa de Padre bueno. Te confiamos nuestra oración, enséñanos a orar. SILENCIO DE ACOGIDA, DE PETICIÓN Y DISPONIBILIDAD.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (6,1-7):

EN aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, porque en el servicio diario no se atendía a sus viudas. Los Doce, convocando a la asamblea de los discípulos, dijeron:
«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos del servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea; nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra».
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo; a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba creciendo y en Jerusalén se multiplicaba el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.

 GUÍA: La Palabra de Dios se extendía. Crecía mucho el número de los discípulos. La Palabra  de Dios crecía. ¿Cómo crece hoy? Examinamos cómo crece en nosotros y cómo crece a nuestro alrededor. Tu Palabra nos interroga por la vida, los pensamientos, las acciones. ¿Va de acuerdo lo que  somos y lo que tú quieres para cada uno de nosotros? Danos fortaleza  en la fe y compromiso en el amor.SILENCIO DE PRESENTACIÓN, DE  BÚSQUEDA Y RESPUESTA.

De la primera carta del apóstol san Pedro (2,4-9):

QUERIDOS hermanos:Acercándoos al Señor, piedra viva rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa para Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.
Por eso se dice en la Escritura: «Mira, pongo en Sion una piedra angular, elegida y preciosa;quien cree en ella no queda defraudado».
Para vosotros, pues, los creyentes, ella es el honor, pero para los incrédulos «la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular», y también «piedra de choque y roca de estrellarse»; y ellos chocan al despreciar la palabra. A eso precisamente estaban expuestos.
Vosotros, en cambio, sois un linaje elegido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.

GUÍA: Tú Jesús, eres la piedra angular que desecharon los constructores. Eres piedra angular para nosotros y puedes ser  piedra de tropiezo cuando no te acogemos o te rechazamos en nuestra vida. El camino es constante y nos descubre las resonancias  que Nos acercan o alejan de ti. Proclamamos tus hazañas a favor de tu pueblo, nos escoges para entrar en tu luz. SILENCIO DE AFIRMACIÓN, DE TOMA DE CONCIENCIA, DE ACLAMACIÓN

De la primera Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-12):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre».
 
GUÍA: No perdáis la calma. Creed  en Dios y creed en mí, nos lo pide Jesús. Proclamamos nuestra fe sinceramente. Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. Unimos nuestro sí y te reconocemos. Haz, Señor, tu obra en nosotros y nuestro mundo.   eres camino, dirige nuestros pasos. Verdad que nos da seguridad, vida que nos resucita cada día a la vida nueva. SILENCIO DE  RECONOCIMIENTO, ACEPTACIÓN, PRESENCIA.

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, NUESTRA ORACIÓN EN UNA FRASE.

AVIVAMOS LA FE, ESPERANZA, AMOR, CONFIANZA.

INVOCAMOS A MARÍA MADRE Y GUÍA.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS.

CANTAMOS

Jesús resucita hoy (Letra/Lyrics)
Mirad, Jesús resucita hoy
Mirad, la tumba está vacía
El Padre ha pensado en el

De los hombres es señor,
De la vida, salvador

Mirad, Jesús resucita hoy
Mirad, vive a nuestro lado
La muerte no tiene poder
Proclamad por la fe
Que está, vive y somos libres porque

El resucita hoy 
él vive entre nosotros es Cristo el Señor
Aleluya… aleluya (bis)


https://www.youtube.com/watch?v=1IrtcI2x_Sg       

viernes, 24 de abril de 2020

DIOS LE ACREDITÓ



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DIOS LE ACREDITÓ

GUÍA  DE  ORACIÓN  26-04-20

GUÍA:  Dios Padre acreditó a Jesús con milagros y signos. En tu presencia hacemos nuestra oración. Te presentamos los pensamientos, palabras y obras, para que con tu gracia se conviertan en clara presencia de tu amor. Que te manifiestes y nos conviertas  en instrumentos de misericordia. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE ADMIRACIÓN, DE ESPERANZA.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,14.22-33):

EL día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró:
«Judíos y vecinos todos de Jerusalén, enteraos bien y escuchad atentamente mis palabras.
A Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis, a este, entregado conforme al plan que Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte, por cuanto no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él:
“Veía siempre al Señor delante de mí, pues está a mi derecha para que no vacile. Por eso se me alegró el corazón,   exultó mi lengua, y hasta mi carne descansará esperanzada. Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos, ni dejarás que tu Santo experimente corrupción. Me has enseñado senderos de vida, me saciarás de gozo con tu rostro”.
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: el patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios “le había jurado con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo”, previéndolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que “no lo abandonará en el lugar de los muertos” y que “su carne no experimentará corrupción”. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo».

GUÍA:  Dios le acredita con signos y milagros. Jesús elevado en la cruz y elevado en la resurrección. Su vida nos eleva.  Él recibe el Espíritu de  Dios y lo derrama sobre los discípulos y sobre nosotros. Esto es lo que estáis viendo, dice Pedro. Lo vemos y aclamamos su gloria,  por el poder de Dios. Sintamos su acción y dispongamos el corazón para  la transformación que él quiere. SILENCIO DE ACEPTACIÓN, DE FE Y DE CAMBIO.

De la primera carta del apóstol san Pedro (1,17-21):

QUERIDOS hermanos: Puesto que podéis llamar Padre al que juzga imparcialmente según las obras de cada uno, comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación, pues ya sabéis que fuisteis liberados de vuestra conducta inútil, heredada de vuestros padres, pero no con algo corruptible, con oro o plata, sino con una sangre preciosa, como la de un cordero sin defecto y sin mancha, Cristo, previsto ya antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros, que, por medio de él, creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios.

 GUÍA: Os rescataron de vuestro inútil proceder, con la sangre de Cristo. Por él hemos sido liberados, por él ponemos en el Padre nuestra fe y nuestra esperanza. El Padre juzga a cada unos según sus obras, sin parcialidad. Visualizamos  nuestro  ser  rescatados,  liberados, amados por Jesucristo. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE PETICIÓN Y CONFIANZA.

Del santo evangelio según san Lucas (24,13-35):

AQUEL mismo día (el primero de la semana), dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios;
iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido, Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:
«Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».
Él les dijo: «¿Qué?».
Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».
Entonces él les dijo:
«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.
Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

GUÍA:  ¿No sabes lo que ha pasado, dicen los de Emaús a Jesús? . Y él les explica las Escrituras. Estaba predicho lo que sucedería al Mesías. También hoy Jesús nos explica las escrituras. Hace que le conozcamos al partir el Pan.  Acogemos su manifestación y nos dejamos deslumbrar por so presencia. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, ILUMINACIÓN, AMOR RENOVADO.

RECOGEMOS LA ORACIÓN: UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDAR.

ADORACIÓN, CONFIANZA, ILUMINACIÓN, AGRADECIMIENTO.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE, MUJER DE ESPERANZA.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE, CON JESÚS Y DECIMOS: PADRE NUESTRO.

CANTAMOS:

Aleluya, Aleluya, Aleluya,/Aleluya, Aleluya, Aleluya.

Por que Cristo nuestro hermano,/ha resucitado, María alégrate.
Por que Cristo nuestro hermano,/ha resucitado, María alégrate.

Por que Cristo nuestro hermano,/nos ha redimido, María alégrate.
Por que Cristo nuestro hermano,/nos ha redimido, María alégrate. 

Por que en Cristo nuestro hermano,/hemos renacido, María alégrate.
Por que en Cristo nuestro hermano,/hemos renacido, María alégrate.

Porque en Cristo, nuestro hermano,/todos somos hijos, María alégrate.
Porque en Cristo, nuestro hermano, todos somos hijos, María alégrate.


viernes, 17 de abril de 2020

ERAN CONSTANTES



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  ERAN CONSTANTES  

GUÍA DE ORACIÓN 19-04-20

GUÍA: “Eran constantes”. Demos gracias a Dios porque es buena y eterna su misericordia. Se derrama sobre nosotros, la acogemos con agradecimiento. Su bondad nos acoge y nos perdona. Este canto de alabanza se extienda por toda la tierra. Nuestra oración y apertura se renueven e intensifiquen. SILENCIO DE PRESENCIA, AGRADECIMIENTO Y ALABANZA.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (2,42-47): 
LOS hermanos perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.
Todo el mundo estaba impresionado, y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.
Con perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y eran bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando a los que se iban salvando.

 GUÍA: Eran constantes en escuchar  la  enseñanza de los apóstoles.  La gente estaba impresionada de la unión y amor entre ellos, de la vida que hacían. El Espíritu los reunía  y los hacía constantes en la fe. ¿Podemos trasladar esta imagen a nuestras Parroquias y grupos? Danos, señor, tu Espíritu y haz que como al principio seamos Iglesia unida en la oración, en la convivencia y en la fracción del pan. SILENCIO DE AUTOCONOCIMIENTO, DE CERCANÍA, DE RESPETO MUTUO

De la primera carta del apóstol san Pedro (1,3-9):
BENDITO sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesucristo, que, por su gran misericordia, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha regenerado para una esperanza viva; para una herencia incorruptible, intachable e inmarcesible, reservada en el cielo a vosotros, que, mediante la fe, estáis protegidos con la fuerza de Dios; para una salvación dispuesta a revelarse en el momento final.
Por ello os alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un Poco en pruebas diversas; así la autenticidad de vuestra fe, más preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe: la salvación de vuestras almas.

  GUÍA: Nacidos  para a una esperanza viva  por la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Avivemos la fe, custodiemos la esperanza y que la fuerza de dios nos guarde hasta la manifestación final. Somos llamados a una vida nueva en Cristo. El Bautismo nos abre las puertas de la filiación par ser hijos. Repasemos esa vida en Cristo y nuestra vida dispersa, olvidadiza. Pedimos perdón. SILENCIO  DE TOMA DE CONCIENCIA DE SER CRISTIANOS. SILENCIO DE COMPROMISO RENOVADO.

Del santo evangelio según san Juan (20,19-31):
AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en
medio y les dijo: «Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

 GUÍA: Jesús llega y da su paz: Recibid el Espíritu Santo. Como el Padre me envió, yo os envío. Nos sentimos confortados por tu venida, Jesús. Tu paz y misericordia se hace viva cuando tú estás presente. Dichoso los que crean sin haber visto. Que tu presencia abra nuestros ojos y caliente nuestro corazón. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, VIVENCIA Y DON.

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDARLA.

PRESENCIA, AGRADECIMIENTO, CONFIANZA,  ESPERANZA.

INVOCAMOS A MARÍA MADRE DE MISERICORDIA

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS:

¡Aleluya, aleluya!/ Es la fiesta del Señor.
¡Aleluya, aleluya!/el Señor resucitó.  (2 veces).
Ya no hay miedo, ya no hay muerte,/ya no hay penas que llorar;
porque Cristo sigue vivo,/ la esperanza abierta está.
ESTRIBILLO.
Cuando un hombre a tu lado/ya no sabe caminar,
no le dejes de la mano,/dale tu felicidad.
ESTRIBILLO.
Cuando alguien te pregunte/dónde está la libertad,
que en tus obras él descubra/que Jesús es quien la da.
ESTRIBILLO.
Si delante de los hombres/encendemos nuestra luz,
abriremos mil caminos/para la Resurrección.
ESTRIBILLO.