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jueves, 13 de noviembre de 2025

OS ILUMINARÁ UN SOL DE JUSTICIA

 

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OS ILUMINARÁ UN SOL DE JUSTICIA

 

GUÍA DE ORACIÓN 16-11-25 XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C

GUÍA: Nos preparamos para orar, En el interior nos ponemos ante el Padre y reconocemos su gracia y su gloria en favor de la humanidad, y en favor de cada uno de nosotros. La mirada de misericordia nos rodea y protege. Su presencia nos eleva y nos salva. Jesús nos acompaña y nos reconoce como hermanos. El Espíritu Santo nos atrae y purifica. SILENCIO DE LUZ, DE CONOCIMIENTO, DE CERCANÍA.

 

Lectura de la profecía de Malaquias (3,19-20a):

 

HE aquí que llega el día, ardiente como un horno, en el que todos los orgullosos y malhechores serán como paja; los consumirá el día que está llegando, dice el Señor del universo, y no les dejará ni copa ni raíz.

Pero a vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra.

 

GUÍA: La luz del Altísimo nos ilumina y enciende en su búsqueda, en su ser. Él cubrirá las faltas y purificará todo mal en los corazones sinceros. Los que temen su nombre y viven en la fe, hallarán salud y paz. Ante estas promesas nos sentimos consolados y pedimos la misericordia que nos salva. SILENCIO DE ILUMINACIÓN, DE CONCORDIA, DE AMISTAD.

 

SALMO

Sal 97,5-6.7-9a.9bc

 

R/. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

 

V/. Tañed la cítara para el Señor,

suenen los instrumentos:

con clarines y al son de trompetas,

aclamad al Rey y Señor. R/.

 

V/. Retumbe el mar y cuanto contiene,

la tierra y cuantos la habitan;

aplaudan los ríos,

aclamen los montes. R/.

 

V/. Al Señor, que llega

para regir la tierra.

Regirá el orbe con justicia

y los pueblos con rectitud. R/.

 

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,7-12):

 

Hermanos:

Ya sabéis vosotros cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: No vivimos entre vosotros sin trabajar, no comimos de balde el pan de nadie, sino que con cansancio y fatiga, día y noche, trabajamos a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros.

No porque no tuviéramos derecho, sino para daros en nosotros un modelo que imitar.

Además, cuando estábamos entre vosotros, os mandábamos que si alguno no quiere trabajar, que no coma.

Porque nos hemos enterado de que algunos viven desordenadamente, sin trabajar, antes bien metiéndose en todo.

A esos les mandamos y exhortamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con sosiego para comer su propio pan.

 

GUÍA: Escuchamos con atención a Pablo que habla a los de Tesalónica. Les explica su forma de actuar y cómo trabaja para vivir sin depender de otra persona. Él ofrece su mensje, el evangelio de Jesús, para que vivan una vida digna y de cara a la voluntad de Dios. Que ganen el pan con su trabajo, que trabajen con sosiego para comer su propio pan. Reflexionamos sobre nuestra forma de vida y de compromiso. SILENCIO DE REFLEXIÓN, DE TOMA DE CONCIENCIA, DE SOLIDARIDAD.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-19):

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:

«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».

Ellos le preguntaron:

«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».

Él dijo:

«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.

Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.

Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».

Entonces les decía:

«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes.

Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.

Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.

Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre.

Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

 

GUÍA: Jesús habla del tiempo que vendrá. Serán perseguidos por causa de su nombre. Él les ayudará en la defensa. Con su perseverancia salvarán sus almas. La fe nos da una vida nueva de confianza y compromiso. Visualizamos cómo se realiza el transcurso de la Historia. El resistir en la fe, en la esperanza y en el amor hará crecer como personas y conseguirán los bienes futuros. SILENCIO DE VISIÓN, DE FE, DE ESPERANZA, DE AMOR.

 

RECIBIMOS AL ESPÍRITU QUE NOS FORTALECE.

 

PEDIMOS, ALABAMOS, DAMOS GRACIAS, PRESENTAMOS UN COMPROMISO.

 

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE

 

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON JESÚS: PADRE NUESTRO

 

CANTAMOS

 

GLORIA A DIOS (Vamos hacia Ti...)

1. Vamos hacia Ti, Señor, Jesús,



seducidos por tu fiel amor.
Siempre confiando en tu palabra
que habla al corazón.
Junto a Ti, Señor, caminaremos,
sólo tu mirada bastará
y nos llenarás de tu alegría,
de gozo y de paz.

Gloria a Dios, gloria a Dios,
siempre serás nuestro Señor (bis)

2. Tú serás la luz de nuestra vida,
nos darás tu amor y tu perdón
Nos inundará con su presencia
tu Espíritu, Señor.
Crecerá en nosotros la esperanza,
viviremos en fraternidad
y proclamaremos por la tierra
que Tú eres nuestro Dios.

https://www.youtube.com/watch?v=mVRw48hyyUY

 

viernes, 7 de noviembre de 2025

DEL TEMPLO MANABA AGUA ABUNDANTE

 

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DEL TEMPLO MANABA AGUA ABUNDANTE

GUÍA DE ORACIÓN 09-11-25  Dedicación de la Basílica de Letrán

 

GUÍA:  El agua  nace del templo. Recorre los alrededores, fecunda la tierra y las aguas. Será saneado aquello que es tocado por ella. Es principio de bendición. Nuestra oración nace de Dios y fecunda toda la vida. Nos sentimos en presencia del Dios de la vida. Vemos su presencia en lo que nos rodea. Nos lleva a toda la creación y hacia la humanidad. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE CONTEMPLACIÓN, DE ARRAIGO.

 

Lectura de la profecía de Ezequiel (47,1-2.8-9.12):

 

En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo. Del zaguán del templo manaba agua hacia levante –el templo miraba a levante–. El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del altar. Me sacó por la puerta septentrional y me llevó a la puerta exterior que mira a levante. El agua iba corriendo por el lado derecho.

Me dijo: «Estas aguas fluyen hacia la comarca levantina, bajarán hasta la estepa, desembocarán en el mar de las aguas salobres, y lo sanearán. Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboque la corriente, tendrán vida; y habrá peces en abundancia. Al desembocar allí estas aguas, quedará saneado el mar y habrá vida dondequiera que llegue la corriente. A la vera del río, en sus dos riberas, crecerán toda clase de frutales; no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada luna, porque los riegan aguas que manan del santuario; su fruto será comestible, sus hojas medicinales.»

 

GUÍA: Nos trasladamos al templo. Honramos al Señor y su templo nos purifica con el don de la vida. Sus aguas purifican y renuevan las cosas. Hoy queremos sentirte cerca y sentir tu sanación. Lo visualizamos y junto con toda la creación damos gracias por su mano bondadosa que cuida todas las cosas. SILENCIO DE MANIFESTACIÓN, DE PLENITUD, DE ALEGRÍA.

 

Salmo

Sal 45,2-3.5-6.8-9

 

R/. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,

el Altísimo consagra su morada

 

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,

poderoso defensor en el peligro.

Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,

y los montes se desplomen en el mar. R/.

 


El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,

el Altísimo consagra su morada.

Teniendo a Dios en medio, no vacila;

Dios la socorre al despuntar la aurora. R/.

 

El Señor de los ejércitos está con nosotros,

nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Venid a ver las obras del Señor,

las maravillas que hace en la tierra:

pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe. R/.

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (3,9c-11.16-17):

 

Sois edificio de Dios. Conforme al don que Dios me ha dado, yo, como hábil arquitecto, coloqué el cimiento, otro levanta el edificio. Mire cada uno cómo construye. Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo. ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros.

 

GUÍA: Honramos el templo material y también el espiritual que es nuestro cuerpo, nuestro ser personas. Sois templo de Dios, nos dice San Pablo. El templo físico es santo y también lo es el espiritual de cada persona. Hay materia para reflexionar y admitir que somos un gran don en la creación y somos los cuidadores de nuestro ser y del ser de cada persona.  Oramos con la luz del Espíritu Santo y agradecemos su presencia en nosotros y en cada ser humano. SILENCIO DE DARSE CUENTA, DE UNIRSE A LO QUE DIOS QUIERE PARA NOSOTROS, DE COLABORAR CON ÉL EN EL ÁMBITO DE LA VIDA.

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (2,13-22):

 

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.

Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»


Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?»

Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»

Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

 

GUÍA: Jesús en el templo de Jerusalén ve el templo de Dios, su Padre. Echa fuera a los cambistas y vendedores. Quiere recuperar la dignidad para el lugar sagrado. ¿Cómo nos vemos en aquella escena? ¿Dónde estamos? Jesús, enséñanos a vivir de acuerdo con tus deseos. Que respetemos el templo material y el templo espiritual de cada persona. El amor del Padre le hace estar alerta ante los abusos. Ayúdanos a estar atentos y ser cuidadores del templo, la gloria de Dios y el respeto a las personas. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE UNIÓN, DE PRESENCIA.

 

RECOGEMOS LO MÁS IMPORTANTE DE LA ORACIÓN

OFRECEMOS, PEDIMOS, AGRADECEMOS,  NOS SENTIMOS PERDONADOS

INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE

NOS PRESENTAMOS CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS

 

107 / SÓLO EN DIOS

(Sal 61)


SÓLO EN DIOS DESCANSA MI ALMA

PORQUE DE ÉL VIENE MI SALVACIÓN.

SÓLO ÉL ES MI ROCA Y MI ALCÁZAR,

JUNTO A ÉL NO VACILARÉ.

¿Quién sostiene la esperanza?

¿Quién consuela el dolor?

¿A quién confiar la vida?

¿En quién poner el corazón?

¿Quién acoge sin reservas?

¿Quién comparte su ración?

¿Quién acompaña la noche?

¿Quién se parte por amo

 

https://www.youtube.com/watch?v=YmZR-UhTY2E 

viernes, 25 de abril de 2025

SE ADHERÍAN AL SEÑOR

 

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SE ADHERÍAN AL SEÑOR

GUÍA DE ORACIÓN 27-04-25, II Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia

 

GUÍA:  Estamos en tiempo de Pascua. La resurrección de Jesús se nos manifiesta. Como aquellos primeros cristianos la acogemos y avivamos la fe. Nos adherimos a su presencia y vivimos de acuerdo con su llamada a la vida. Se celebra el domingo de la Divina misericordia. Agradecemos la misericordia de Dios para con nosotros y para el mundo entero. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE BÚSQUEDA, DE AGRADECIMIENTO.

 

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,12-16):

 

Los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los fieles se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón; los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente se hacia lenguas de ellos; más aún, crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor. La gente sacaba los enfermos a la calle, y los ponía en catres y camillas, para que, al pasar Pedro, su sombra, por lo menos, cayera sobre alguno. Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén, llevando a enfermos y poseídos de espíritu inmundo, y todos se curaban.

 

GUÍA: Los apóstoles hacían muchos signos en medio del pueblo. Pedro predicaba el mensaje de Jesús y hacía sus signos. La gente creía. Nuestro mundo también se admira de los signos de Cristo, alaba las acciones de sus testigos. El Papa es reconocido por mucha gente. Sembramos alegría, esperanza y resurrección. SILENCIO DE FE, DE PRESENCIA, DE TESTIGOS.

  

Salmo

Sal 117,2-4.22-24.25-27a

 

R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia

 

Diga la casa de Israel:

eterna es su misericordia.

Diga la casa de Aarón:

eterna es su misericordia.

Digan los fieles del Señor:

eterna es su misericordia. R/.

 

La piedra que desecharon los arquitectos

es ahora la piedra angular

Es el Señor quien lo ha hecho,

ha sido un milagro patente.

Éste es el día en que actuó el Señor:

sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.

 

Señor, danos la salvación;

Señor, danos prosperidad.

Bendito el que viene en nombre del Señor,

os bendecimos desde la casa del Señor;

el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.

 

Lectura del libro del Apocalipsis (1,9-11a.12-13.17-19):

 

Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la constancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra, Dios, y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente que decía: «Lo que veas escríbelo en un libro, y envíaselo a las siete Iglesias de Asia.» Me volví a ver quién me hablaba, y, al volverme, vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos una figura humana, vestida de larga túnica, con un cinturón de oro a la altura del pecho. Al verlo, caí a sus pies como muerto. Él puso la mano derecha sobre mí y dijo: «No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo. Escribe, pues, lo que veas: lo que está sucediendo y lo que ha de suceder más tarde.»

 

GUÍA: “No temas, soy el primero y el último. Vivo por los siglos.” Con Juan vemos al que vive. Escuchamos su voz y la acogemos en nosotros. Jesús se hace presente en la vida y en la Historia.  Lo adoramos y agradecemos su presencia. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE COMPRENSIÓN, DE SABIDURÍA.

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

 

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.

Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.

Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»

Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados! quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»

Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.»

Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»

Contestó Tomás: «¡Señor Mío y Dios Mío!»

Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo tengáis vida en su nombre.

 

GUÍA: Paz a vosotros. Les da la paz y derrama su Espíritu sobre ellos. Nos unimos al hecho, a la presencia de Jesús en aquel momento y reconocemos su estar con nosotros. Nuestro corazón se abre a la esperanza, al amor, al compromiso. Vamos hacia la nueva vida y la llenamos de paz y misericordia. SILENCIO DE ENCUENTO, DE RECONOCIMIENTO, DE ESPERANZA

 

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, LA FE Y ESPERANZA QUE SE AVIVA EN NOSOTROS, EL AMOR QUE NOS DA EL PADRE EN JESÚS. INTERIORIZAMOS.

 

CON MARIA RECORREMOS EL CAMINO DE JESÚS Y AGRADECEMOS SU ENTREGA AL PADRE Y A LOS HERMANOS.

 

 CREEMOS EN SU RESURRECCIÓN.

 

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO…

 

CANTAMOS

Vive el Señor, vive… llega…

 

https://www.youtube.com/watch?v=zdg5lVkPIVE



 

sábado, 28 de diciembre de 2024

SAGRADA FAMILIA

 


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SAGRADA FAMILIA


GUÍA DE ORACIÓN 29-12-24 La Sagrada Familia de Jesús, María y José



GUÍA: Celebramos la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José. Las Lecturas nos invitan a amar a los padres y madres de las familias. Ellos construyen el lugar donde nos educamos y crecemos como personas. Jesús también tuvo esta familia que le ayudó a crecer en lo humano y en su adaptación a la vida de su entorno. Aprendió a ser hijo y hermano. SILENCIO DE OBSERVACIÓN, DE COMPRENSIÓN, DE EXPERIENCIA.



Lectura del libro del Eclesiástico (3,2-6.12-14):


El Señor honra más al padre que a los hijos y afirma el derecho de la madre sobre ellos.
Quien honra a su padre expía sus pecados, y quien respeta a su madre es como quien acumula tesoros.
Quien honra a su padre se alegrará de sus hijos y cuando rece, será escuchado.
Quien respeta a su padre tendrá larga vida, y quien honra a su madre obedece al Señor.
Hijo, cuida de tu padre en su vejez y durante su vida no le causes tristeza.
Aunque pierda el juicio, sé indulgente con él y no lo desprecies aun estando tú en pleno vigor.
Porque la compasión hacia el padre no será olvidada y te servirá para reparar tus pecados.

GUÍA: Son consejos que se dan en el libro del Eclesiástico. Se reflejan en muchas culturas y también en la nuestra. Como cristianos respetamos y amamos al padre y a la madre. Imaginamos la vida de Jesús en su familia, y cómo fue creciendo en sabiduría y en gracia. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DESENCILLEZ Y DE RESPETO.


Salmo

Sal 127,1-2.3.4-5

R/. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.

V/. Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.

V/. Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.

V/. Ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sion,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.



Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,12-21):


Hermanos:
Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta.
Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo.
Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.
Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso agrada al Señor.
Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan el ánimos.

GUÍA: Una bella página de respeto y convivencia. Podemos aprender muchas cosas y practicar el amor. Visualizamos en qué medida lo ponemos en práctica y nos ejercitamos en estas normas y consejos. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE VALORACIÓN, DE COMPROMISO.



Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,41-52)


Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.

Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

GUÍA: Jesús aprende la Ley con sus padres. Él va creciendo en sabiduría y en gracia. Surge algún momento de dificultad. Jesús dice: ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Ellos no entendieron, dice el texto. Pero luego bajó y estaba con ellos. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE OBEDIENCIA, DE AMOR.


HACEMOS SÍNTESIS DE LO ESCUCHADO Y ORADO. AGRADECEMOS SU PRESENCIA Y PALABRA.


PEDIMOS A MARÍA QUE ACOMPAÑE EL CAMINO DEL ADVIENTO Y NOS FORTALEZCA EN LA FE.


NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.


CANTAMOS:

RE SOL RE

Todos unidos formando un solo cuerpo,

LA

un Pueblo que en la Pascua nació;

RE SOL RE

miembros de Cristo en sangre redimidos,

LA7 RE

Iglesia Peregrina de Dios.

RE SOL RE

Vive en nosotros la fuerza del Espíritu

LA

que el Hijo desde el Padre envió,

RE SOL RE

él nos conduce, nos guía y alimenta,

LA7 RE

Iglesia peregrina de Dios.


LA7

Somos en la tierra

RE

semilla de otro Reino,

SOL LA7 RE

somos testimonio de amor.

SOL

Paz para las guerras

SIm FA#m

y luz entre las sombras

LA7 RE

Iglesia peregrina de Dios.

SOL

Paz para las guerras

SIm FA#m

y luz entre las sombras

LA7 RE

Iglesia peregrina de Dios.


Rugen tormentas y a veces nuestra barca

parece que ha perdido el timón,

miras con miedo, no tienes confianza,

Iglesia peregrina de Dios.

Una esperanza nos llena de alegría:

presencia que el Señor prometió.

Vamos cantando, él viene con nosotros,

Iglesia peregrina de Dios.


Todos nacidos en un solo bautismo,

unidos en la misma comunión,

todos viviendo en una misma casa,

Iglesia peregrina de Dios.

Todos prendidos en una misma suerte,

ligados a la misma salvación.

Somos un cuerpo y Cristo es la Cabeza,

Iglesia peregrina de Dios.

https://music.youtube.com/watch?v=B593y6iPS4Y

viernes, 23 de agosto de 2024

¿A QUIÉN QUERÉIS SERVIR?

 

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¿A QUIÉN QUERÉIS SERVIR?

GUÍA DE ORACIÓN, 25 -08- 24 XXI Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B

 



GUÍA:
En presencia del Señor, nos disponemos a hacer nuestra oración. Escuchamos la Palabra de Dios y abrimos nuestros oídos para captar lo que quiere en este día, lo que espera de nosotros. Presentamos nuestras manos con los frutos logrados o perdidos. Pedimos perdón para entrar con corazón puro. SILENCIO DE VISIÓN, DE ESCUCHA, DE BÚSQUEDA.

 

Lectura del libro de Josué (24,1-2a.15-17.18b):

 

En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor. Josué habló al pueblo: «Si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir: a los dioses que sirvieron vuestros antepasados al este del Éufrates o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis; yo y mi casa serviremos al Señor.»
El pueblo respondió: «¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros! El Señor es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la esclavitud de Egipto; él hizo a nuestra vista grandes signos, nos protegió en el camino que recorrimos y entre todos los pueblos por donde cruzamos. También nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!»

 

GUÍA: Josué propone al pueblo si le parece bien servir al Señor. El pueblo contesta recordando los beneficios recibidos: Serviremos al Señor, es nuestro Dios. En este momento nos unimos al grupo, reconocemos lo que Dios ha hecho en nuestro favor y elegimos el camino a seguir. SILENCIO DE UNIÓN, DE RECONOCIMENTO, DE DECISIÓN.

Salmo

Sal 33,2-3.16-17.18-19.20-21.22-23

R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Bendigo al Señor en todo momento,



su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R/.

Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra fe sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R/.

Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor;
él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará. R/.

La maldad da muerte al malvado,
y los que odian al justo serán castigados.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R/.

 


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (5,21-32):

 

Sed sumisos unos a otros con respeto cristiano. Las mujeres, que se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres corno Cristo amó a su Iglesia. Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son. Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.» Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

 

GUÍA: Misterio de amor el amor de Cristo a la Iglesia. En el matrimonio también es así en amor mutuo. Cristo se entrega a la Iglesia. El hombre a la mujer formando una sola carne. Renovamos ese amor, esta unión y somos miembros del cuerpo místico de Cristo. Interiorizamos. SILENCIO DE ENTREGA, DE OFRECIMIENTO, DE UNIÓN.

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,60-69):

 

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»
Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.»
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.» Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?»
Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»


 

GUÍA: Nos unimos a los Doce y escuchamos las palabras de Jesús. Le pedimos que nos haga comprender su discurso, que sepamos caminar con él. Se nos plantea el dilema estar con Jesús o alejarnos de él. Pedimos al Espíritu Santo nos fortalezca en la fe, que vivamos en la esperanza y seamos constantes en el amor. Que le reconozcamos como Dios y Señor. SILENCIO DE PRESENCIA, DE CERCANÍA, DE CONFIRMACIÓN.

 

ESCUCHAMOS A JESÚS, COMPRENDEMOS SUS PALABRAS, OFRECEMOS LO QUE SOMOS Y TENEMOS.

 

INVOCAMOS A MARÍA, QUE ELLA NOS ENSEÑE El CAMINO HACIA JESÚS Y HACIA EL PADRE.

 

NOS DIRIGIMOS AL PADRE COMO HIJOS, CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.

 

CANTAMOS:

 

Bm    F#      Bm      G    D

Gustad y ved que bueno es el Señor,

  Em              Em6     F#

dichoso el que se acoge a él.

   B7    Em       A            D

Gustad y ved que bueno es el Señor,

  Em              Bm    F#7     Bm

dichoso el que se acoge  a      él.

 

     Bm          Em        Bm

La palabra del Señor es sincera,

  G             A          Bm

y todas sus acciones son leales;

   G         A            D

El ama la justicia y el derecho

        Em         Em6      F#

y de su amor está llena la tierra.

CORO

 

     Bm      Em             Bm

El Señor es fiel    a sus palabras,

     G       A            Bm

bondadoso en todas sus acciones;

        G       A               D

cerca está de aquellos que lo invocan,

        Em      Em6       F#

y lo buscan de todo  corazón.

https://www.youtube.com/watch?v=R9cHcqexNQA