viernes, 27 de noviembre de 2015

ORACIÓN 29-11-15






ORACIÓN 29-11-15

GUÍA: Comenzamos el Adviento. Es tiempo de gracia y de venida del Dios viviente. Hoy estamos aquí, ante Ti, Señor. Queremos preparar tu camino de venida, sentir tu presencia, oír tu voz.  Serena nuestro interior, para que podamos oírte mejor y reconocerte entre tantos sonidos que nos llegan. Espíritu de Dios, ven sobre nosotros, ilumina nuestras mentes y nuestro corazón. SILENCIO ADORADOR, FILIAL Y DE ESPERA.

Del libro de Jeremías (33,14-16):

Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra. En aquellos días se salvará Judá y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: Señor-nuestra-Justicia.

GUÍA: ¿Qué subrayamos cada uno en esta lectura? Podemos apreciar el cumplimiento de la promesa para Israel y Judá. Suscitaré un vástago  que hará justicia y derecho en la tierra. Ahí en el interior nos cubre la promesa del Señor, su venida. Vemos cómo experimentamos su justicia, su santidad, y el derecho, en nosotros y en nuestro mundo. Dejemos que nos toque, que empapen nuestro ser y sembremos algo de todo lo que Dios nos da. Anunciemos y descubramos su venida. SILENCIO CONFIADO Y ESPERANZADO

 De la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,12–4,2)
Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente; para que, cuando Jesús nuestro Señor vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios nuestro padre. Para terminar, hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios: pues proceded así y seguid adelante. Ya conocéis las instrucciones que os dimos en nombre del Señor Jesús.

GUÍA: El apóstol desea para todos la abundancia de amor mutuo. Que cuando venga el Señor, nos presentemos ante él santos e irreprensibles. En el silencio interior revisamos nuestro amor mutuo. El Espíritu de Dios envía sobre nosotros su amor. Acojámoslo. Él se da en abundancia. Con una actitud serena y confiada, preparemos la venida de Jesús en el Adviento. SILENCIO SERENO Y AMOROSO.

 Del santo Evangelio según san Lucas (21,25-28.34-36):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros temblarán. Entonces, verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.»

GUÍA: Al leer este texto, ¿Qué queda en nuestro interior? ¿Cuáles son los signos que hoy tenemos de la venida del Señor?. Hay cosas que nos sorprenden pero ¿cómo leemos su significado? El Hijo del Hombre sigue viniendo. Descubramos sus signos de amor, entrega, superación, fe, en nuestras acciones y en las de tantas personas. Seamos personas activas en su venida. El Papa Francisco, mensajero de paz en África, para los cristianos y para los que nos lo son, nos anima a participar en la venida del Señor. Hagamos nuestro plan, veamos lo que a nuestro alrededor necesita de nosotros. Pedimos la cercanía de Jesús y del Espíritu. SILENCIO ACOGEDOR Y GENEROSO.

PRESENTAMOS nuestras inquietudes a Dios.

PETICIONES

PADRE NUESTRO con todos los hombres y mujeres de la tierra.

MARÍA nos acompaña en el camino de Adviento. Invoquémosla.

CANTAMOS


VEN, VEN, SEÑOR NO TARDES.
VEN, VEN, SEÑOR, NO TARDES:VEN, VEN, QUE TE ESPERAMOSVEN, VEN, SEÑOR NO TARDES:VEN, PRONTO, SEÑOR.
El mundo muere de frío, el alma perdió el calor; Los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor.
Envuelto en sombría noche, el mundo sin paz no ve, Buscando va una esperanza, buscando, Señor, tu fe.
Al mundo le falta la vida, al mundo le falta la luz, Al mundo le falta el cielo, el mundo le faltas Tú.

viernes, 20 de noviembre de 2015

ORACIÓN 22-11-15




ORACIÓN 22-11-15

GUÍA: Domingo de Cristo Rey. Así termina el Año Litúrgico cristiano. Jesús Resucitado triunfando de la muerte y del pecado. Estamos ante ti, Señor. Gloria a ti, gloria al Padre y al Espíritu. Un año viviendo los principales   hechos de la vida de Jesús y avivando en nosotros la fe, la esperanza y el amor. Nuestra oración de hoy nos pone ante el Padre Dios, que nos ama y cuida de nosotros. Queremos que Él sea el Señor de la vida, de nuestra vida y de la vida de toda la tierra. Sólo su amor nos salvará. Dejemos que su amor nos cubra a todos y haga que nos convirtamos al camino que lleva a Él. SILENCIO FILIAL, CONFIADO Y ESPERANZADO

 De la profecía de Daniel (7,13-14):

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

GUÍA: Daniel nos presenta la grandeza de Dios y el respeto que le dan todos los pueblos.  ADORACIÓN, GLORIA Y ALABANZA para Dios Padre, que nos ama, nos entrega a su Hijo y se queda con nosotros con el Espíritu que nos santifica. SILENCIO ADORADOR EN NUESTRO INTERIOR y los lugares que más sugieren la presencia de Dios.

Del libro del Apocalipsis (1,5-8):
Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra. Aquel que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Mirad: Él viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por su causa. Sí. Amén. Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.»
GUÍA: En este encuentro con Jesús, el testigo fiel, agradecemos su presencia, su amor, su entrega. Alabemos a Dios por su cercanía. Acojamos lo que quiere decirnos hoy en este mundo agitado. SILENCIO AGRADECIDO Y NECESITADO

Del santo evangelio según san Juan (18,33b-37):

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?»
Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»
Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?»
Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.»
Pilato le dijo: «Conque, ¿tú eres rey?»
Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»

GUÍA: Jesús no niega que sea rey. Pero dice que su reino no es de este mundo. Es testigo de la verdad. Nos admira tanta valentía y humildad. Dejemos que esa verdad nos cale y nos haga testigos de su presencia. Todo el que es de la verdad escucha mi voz. ¿Qué podemos decir ante Jesús, ante el Padre y ante los hermanos? SILENCIO HUMILDE, COMPROMETIDO, CONFIADO.

HACEMOS SÍNTESIS, AGRADECEMOS, NOS COMPROMETEMOS

COMPARTIMOS alguna frase

NUESTRAS PETICIONES SON ÉSTAS:….

NOS DIRIGIMOS AL PADRE: PADRE NUESTRO, que estás en el cielo…

PEDIMOS A MARÍA QUE NOS ACOMPAÑE.

CANTAMOS
Jesús es, Jesús es Señor,
Jesús es, Jesús es Señor,
Jesús es, Jesús es Señor.
(2 veces).

Aleluya, aleluya,
Aleluya, aleluya,
Aleluya, aleluya.
Gloria a Dios, gloria, gloria a Dios,
Gloria a Dios, gloria, gloria a Dios,
Gloria a Dios, gloria, gloria a Dios.

Jesús es, Jesús es Señor,
Jesús es, Jesús es Señor,
Jesús es, Jesús es Señor.
(2 veces).


viernes, 13 de noviembre de 2015

ORACIÓN 15-11-15







ORACIÓN 15-11-15

GUÍA: Nos vamos acercando al final del Año Litúrgico. Estamos aquí, Señor. Descúbrenos tu presencia y haz que te conozcamos. Que tu Espíritu llene nuestros corazones y encienda el fuego de tu amor en nosotros  y en toda la tierra. Limpia lo manchado, fortalece lo débil, cambia nuestro corazón según tú  quieres de cada uno de nosotros. La belleza de tu Palabra nos cubra y tu bondad y misericordia nos sostengan en el paso y la existencia de cada día. Acogemos a tu Espíritu y deseamos que nos ilumine con tu  gracia y amor. SILENCIO ORANTE, CONFIADO, DE ENTREGA

De la profecía de Daniel (12,1-3):
Por aquel tiempo se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora. Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para ignominia perpetua. Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.
GUÍA: Dejamos que el mensaje de la Palabra nos llene y sentimos el amor que Dios nos tiene. El arcángel Gabriel que se ocupa de tu pueblo, sigue ocupándose del pueblo de Dios. Y nosotros estamos ahí, cada uno puede verse e imaginar en qué parte está. Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento. Los que enseñaron la justicia, la santidad, brillarán como estrellas. Pensemos en nuestro hacer y vivir. ¿Seremos una pequeña luz en ese gran pueblo de Dios?. Que nuestro ser y actuar sean luz que ilumina en el espacio que nos toca vivir. SILENCIO AGRADECIDO, DE PETICIÓN Y ABIERTO A LA Palabra.


De la carta a los Hebreos (10,11-14.18):

Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados. Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a lo que van siendo consagrados. Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.
GUÍA: Cristo ofrece su sacrificio por los pecados y hace que vayamos siendo consagrados en el perdón y en la ofrenda por el mundo. Nos ponemos en la presencia del Señor. Le ofrecemos lo que somos y seremos disponibles para su obra en nosotros y cooperando para mejorar la vida en nuestro mundo. Veamos qué nos dice y qué caminos podemos seguir. SILENCIO ADORADOR, GENEROSO Y ESPERANZADO
 Del santo evangelio según san Marcos (13,24-32):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.»
GUÍA: ¿Qué nos dice Jesús en esta Palabra? La venida del Hijo del hombre es una realidad. Viene cada día a nuestra vida. Acojámosle y avivemos nuestra fuerza y fe en su presencia. Al final de los tiempos también vendrá para reunir a sus elegidos y glorificar al Padre. El camino de la vida va reuniendo al Pueblo de Dios y los va perfeccionando en Cristo y en el Reino de Dios. El silencio nos ayuda a reconocer las venidas diarias y a preparar la última venida. SILENCIO ACOGEDOR, ADORADOR E ILUMINADO
RECOGEMOS en nuestro interior lo que más nos ha ayudado y pedimos al Espíritu nos llene con su gracia para que seamos buena tierra que dé fruto.
COMPARTIMOS alguna frase.
PETICIONES
PADRE NUESTRO Unidos a todos los hombres y mujeres del mundo.



MARÍA nos acompaña

María tú que velas junto a mi Y ves el fuego de mi inquietud María madre enséñame a vivir Con ritmo alegre de juventud. Ven señora a nuestra soledad Ven a nuestro corazón A tantas ilusiones que se han muerto A nuestro caminar sin ilusión. Ven y danos la alegría, que nace de la fe Y del amor. El gozo de las almas que confían En medio del esfuerzo y del dolor. Ven y danos la esperanza Para sonreír en la aflicción Las manos que del suelo nos levanta La gracia de la paz en el perdón. Ven y danos confianza, Sonrisa que en tu pena floreció Sabiendo que en las dudas y tormentas Jamás nos abandona nuestro Dios

viernes, 6 de noviembre de 2015

ORACIÓN 08-11-15




ORACIÓN 08-11-15
GUÍA: Estamos ante Ti, Señor. Nuestro ser es silencio, encuentro, amor. Acepta nuestro corazón, nuestra vida que quiere conocerte y escucharte. Habla, Señor. Aquí todo es paz. La vida se concentra en tu Palabra. Hoy vemos a la viuda de Sarepta y a la viuda de Jerusalén. Vida entregada en silencio y con generosidad. Las dos son alabadas. Nosotros presentamos nuestra ofrenda. Veamos cómo nos sentimos y cómo la entregamos. Escuchemos también la palabra del Señor que nos mira con cariño en el corazón y acepta lo que somos. SILENCIO CONFIADO
Del primer libro de los Reyes (17,10-16):

En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.»
Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.»
Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.»
Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: "La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra."»
Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo. Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.
GUÍA: El Señor, Dios, Elías, la viuda, su hijo. Son los personajes que intervienen en la escena. Dios que quiere salvar, ayudar a Elías. Se vale de la viuda. Ésta es una mediación para Dios y para Elías. Por medio de la viuda llega el pan y el agua que faltaba. Elías que va huyendo encuentra ayuda en la viuda, fiado de Dios, le promete a la mujer que no faltará harina en la artesa, ni aceite en la alcuza. La mujer se fía y todo sucede bien, según Elías había prometido. A veces las cosas son complicadas pero Dios se vale de distintas circunstancias para resolverlas de acuerdo con su voluntad. Pero necesitamos la confianza en Dios y la colaboración en ese plan de Dios. ¿Lo podemos aplicar a la vida? ¿Con quién nos identificamos más? Confiemos en Dios que no falla. SILENCIO CREYENTE Y COLABORADOR

De la carta a los Hebreos (9,24-28):

Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres imagen del auténtico, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros. Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo. De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo. Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio. De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos. 
GUÍA: ¿Qué decimos ante este Cristo ofrecido por nosotros? Contempladlo y quedaréis radiantes, dice el salmo 33. Contemplemos a Jesús en la cruz ofreciendo su sacrificio al Padre. Todos salvados en Él. La gran multitud que contemplábamos en el Apocalipsis hace unos días, hoy la seguimos contemplando en el mismo sacrificio de Cristo. Recorramos toda la tierra envuelta por el amor de Dios, que nos salva en Cristo Jesús. Experimentemos ese amor misericordioso. SILENCIO ADORADOR, AGRADECIDO Y REVERENCIAL
 Del santo evangelio según san Marcos (12,38-44):

En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.»
Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. 
Llamando a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»
GUÍA: ¡Cuidado con los escribas! Aquellos, pero sobre todo si hoy estamos tocados por sus formas de actuar. Veamos si hay algo de eso en nosotros y rectifiquemos. Luego la figura de la viuda echando su limosna. Jesús la observa y la alaba por su generosidad. Aplicamos el momento a nuestra vida. Observamos cuántas veces hemos sido como la viuda y cómo actuamos en la vida real. Señor, cuida nuestra realidad de cada día. Que seamos generosos en las necesidades de nuestro alrededor. Que Tú cambies nuestro corazón y lo hagas semejante al tuyo. SILENCIO AMOROSO, CONFIADO Y DE PERDÓN
CONCLUSIÓN: ¿Qué ha significado este rato de oración para nosotros?. Lo resumimos en una frase. Ofrecemos al Padre lo que somos, le pedimos nos acompañe para confiar en Él y seguir los pasos de Jesús durante la semana. Que el Espíritu nos fortalezca en llevar a cabo lo que quiere de nosotros.
COMPARTIMOS alguna frase.
PRESENTAMOS NUESTRAS PETICIONES.
PADRE NUESTRO Unidos a todos los cristianos.
OFRECIMIENTO A MARÍA

MADRE OYEME 
Madre óyeme, mi plegaria es un grito en la noche 
Madre guíame en la noche de mi juventud 

Madre sálvame, mil peligros acechan mi vida 
Madre lléname, de esperanza, de amor y de fe. 

Madre guíame, en las sombras no encuentro el camino 
Madre llévame, que a tu lado feliz estaré 

Madre una flor, una flor con espinas que es bella 
Madre una amor, un amor que ha empezado a nacer 

Madre sonreír, sonreír aunque llore en el alma 
Madre construir, caminar aunque vuelva a caer. 
Madre solo soy el anhelo y la carne que lucha 
Madre tuyo soy, en tus manos me vengo a poner 

Madre óyeme, mi plegaria es un grito en la noche 
Madre guíame en la noche de mi juventud.

viernes, 30 de octubre de 2015

ORACIÓN 01-11-15




                                                       
ORACIÓN 01-11-15

GUÍA: Estoy, estamos aquí, Padre. Estoy, estamos aquí, Hijo. Estoy, estamos aquí Espíritu Santo. Queremos empezar nuestra oración. Tomamos conciencia de nuestro ser. Es una pequeña luz ante tu inmensidad. Una pequeña llama ante tu plenitud. Un hijo/a pequeño ante Ti, Padre, creador y amigo. Te vemos llenando de bien, misericordia, amor y confianza nuestra vida. Queremos dejarte derramar tu gracia sobre cada uno de nosotros, este tu pueblo que te necesita y espera momento a momento. Te presentamos nuestra vida con lo bueno y lo malo que hemos recorrido esta semana. Purifica todo lo que no es de tu agrado y acompáñanos hacia el bien. La Fiesta de Todos los Santos nos llama a ser santos.

SILENCIO ACOGEDOR Y ESPERANZADO


Del libro del Apocalipsis (7,2-4.9-14):

Yo, Juan, vi a otro Ángel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes había encomendado causar daño a la tierra y al mar: «No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.» 
Y oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel. Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. 
Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.» Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios diciendo: «Amén, alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos, amén.»
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas quiénes son y de dónde han venido?»
Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.»
Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la Sangre del Cordero.»


GUÍA: El escritor sagrado está deslumbrado ante tan gran visión. Dios llena el cielo y la tierra. Una muchedumbre inmensa delante del trono y del Cordero. Claman: «La salvación es de nuestro Dios”. El Anciano dice: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la Sangre del Cordero.» La gran multitud, el pueblo de Dios lavado y blanqueado con el sacrificio del Cordero. Nuestro mundo, este gran pueblo de Dios también hoy aclama al Señor, Dios. Y nosotros con todos nos sentimos salvados. Acojamos al Dios que salva y extendamos su misericordia en la vida. SILENCIO ADORADOR, AGRADECIDO,COMPARTIDO

De la primera carta del apóstol san Juan (3,1-3):
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es. Todo el que tiene esta esperanza en él se purificará a sí mismo, como él es puro. 

GUÍA: ¿Cómo nos sentimos ante la Palabra de Dios en esta Lectura? El Padre nos llama hijos suyos. ¡Qué amor nos ha tenido!. Captemos este amor y esta palabra de “hijos”. Purifiquemos nuestra vida, dejemos que Dios Padre nos guarde como hijos y seamos verdaderos hijos y hermanos para los demás.
SILENCIO FILIAL Y CONFIADO 

Del santo evangelio según san Mateo (5,1-12):

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.» 




GUÍA: Jesús en el monte presenta todo un programa en sus bienaventuranzas. Son las que purifican a los hijos de Dios. Las que han purificado a la multitud que sigue a Jesús, Cada una de ellas puede servir para clarificar nuestra posición en relación con ella. Dediquemos un tiempo a recorrer cada una y encaminarnos si estamos perdido o alejados. Los Santos que han seguido al Cordero se han purificado y han seguido estas Bienaventuranzas. Jesús da la plenitud a cada uno de ellos con su vida, muerte y resurrección. Acojamos esta plenitud también en nosotros.

AGRADECEMOS la presencia de Dios en nuestra oración, el encuentro que hemos tenido con Él, sus llamadas.

NUESTRO CAMINO de esta semana puede ser…

PETICIONES

UNIDOS A TODOS LOS CRISTIANOS recitamos el Padre Nuestro.

INVOCAMOS A MARÍA la Madre de Jesús que nos acompañe en el camino de la semana.

A ti madre de esperanza
a ti madre del amor
a ti madre de los hombres
a ti canto mi canción
Tú pones alegría en nuestras vidas
tu eres ternura y comprensión
sonríes, esperas y nos llamas
cada día eres nueva ilusión
Si todo fracaso en nuestro camino
si olvidamos de dar a Dios el sí
tú das nuevo valor a nuestras vidas
y todo nos vuelve a sonreír
A ti madre de ...

CORO JESUS ESPERA

viernes, 23 de octubre de 2015

ORACIÓN 25-10-15

ORACIÓN 25-10-15


GUÍA: En nuestro camino de silencio e interiorización hacemos espacio para conocerte, estar contigo y escuchar tu Palabra. Padre estamos aquí, deseamos tu presencia y queremos acogerte en nosotros. Estamos en la vida de cada día y aquí queremos escucharte. Dejamos por un rato los quehaceres y con Teresa de Jesús decimos: escuchar y amar es nuestro ejercicio. Espíritu de Dios ven sobre nosotros, calienta nuestros corazones con tu amor. SILENCIO ADORADOR Y CONFIADO.

Del libro de Jeremías (31,7-9):

Así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los pueblos; proclamad, alabad y decid: El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel. Mirad que yo os traeré del país del norte, os congregaré de los confines de la tierra. Entre ellos hay ciegos y cojos, preñadas y paridas: una gran multitud retorna. Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos; los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán.
Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito.»
GUÍA: Nos sentimos ese pueblo querido por Dios. Nos alegramos como amados de Dios, protegidos y reunidos junto a Él. Venimos de todos los puntos del mundo. Él nos conduce, Allana los caminos y nos lleva a sus torrentes de agua. Escuchamos: Seré tu padre, Serás mi hijo. Dejamos que nuestro corazón lo sienta y responda amor a tan gran noticia. Nos dejamos envolver por la Palabra, acariciar por el don de Dios, por su misericordia para nosotros y todo el pueblo. Tratamos de compartir con los que podemos hacerlo. SILENCIO ADORADOR, AMOROSO Y ALEGRE



De la carta a los Hebreos (5,1-6):

Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»
GUÍA: Jesucristo, Hijo amado del Padre, escogido por Él como Sumo Sacerdote. Elegido para representar a los hombres en el culto a Dios. Nos unimos a Jesús ofrecido y sacrificado por el pueblo, por cada uno de nosotros. En nuestro silencio le reconocemos portador de toda la humanidad hasta Dios Padre. Nosotros mismos también portadores de la humanidad redimida al Padre Dios. Presentamos nuestro ser junto con Jesús, y presentamos al mundo dolorido, agitado y caminante. Pedimos la bondad y la misericordia para todos. Pedimos perdón por nuestros fallos. SILENCIO ACOGEDOR, RECONOCIDO Y FRATERNO.



Del santo evangelio según san Marcos (10,46-52):

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí.»
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama.» Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?»
El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver.»
Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado.» Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

GUÍA: Estamos en Jericó entre la multitud que acompaña a Jesús. Vemos al ciego. Oímos sus voces: “Hijo de David, ten compasión de mí”. Jesús le oye y pide a alguno que lo llame. “¿Qué quieres que haga por ti?”Le dice. Y valorando su fe le dijo: “Anda, tu fe te ha curado”. ¿Cómo nos quedamos? Sorprendidos, admirados, arrebatados. Pero también hoy somos el ciego que clama a Jesús. Veamos cómo es nuestra fe. Que podamos escuchar también: “Anda, tu fe te ha curado”.  SILENCIO ADMIRADO Y AGRADECIDO

El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

RECOGEMOS nuestros sentimientos, nos presentamos con Jesús al Padre. Agradecemos su presencia, su Palabra y su acción en nosotros. Le pedios que extienda su amor a todos los hermanos que lo necesitan. Que nos acompañe a lo largo de la semana.

PRESENTACIÓN DE PETICIONES

COMENTARIO DE ALGUNA FRASE

UNIDOS  EN LA RECITACIÓN DEL PADRE NUESTRO

MARÍA NOS ENSEÑA A ORAR Y NOS ACOMPAÑA

Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven”