viernes, 10 de junio de 2016

ORACIÓN 12-06-16



GUÍA: Es el Domingo 11º del Tiempo Ordinario, ciclo C. Nuestro blog sigue animándoos a la oración. El encuentro con Jesús, seguro que da sus frutos. Algunos entráis y comunicáis experiencias. Otros nos visitáis y animáis con  esa participación que siempre es buena y alegra el corazón, sabiendo que os gusta y os hace bien la reflexión y la oración. Gracias, por estar ahí y acompañarnos día a día. Seguimos contando con cada uno. Podéis pasar la dirección a otros y poner alguna frase que os gusta o que os anima a algún comentario. Así irá aumentando la participación y lo aprovecharemos mejor.
Espíritu de Dios, Padre Dios y Jesús Hijo de Dios, Santa Trinidad, gracias por vuestra presencia en nosotros y en la vida. Hacemos nuestra oración. Estamos aquí, en  vuestra presencia. Nos disponemos a escuchar la Palabra y hacerle sitio en nosotros.  Recorremos los momentos de encuentro tenidos durante la semana. Vamos haciendo la vida y queremos que quede con la mejor realidad. En SILENCIO AGRADECEMOS la semana, pedimos PERDÓN por los fallos y NOS ABRIMOS a la luz del Espíritu.

Del segundo libro de Samuel (12,7-10.13):

En aquellos días, Natán dijo a David: «Así dice el Señor, Dios de Israel: "Yo te ungí rey de Israel, te libré de las manos de Saúl, te entregué la casa de tu señor, puse sus mujeres en tus brazos, te entregué la casa de Israel y la de Judá, y, por si fuera poco, pienso darte otro tanto. ¿Por qué has despreciado tú la palabra del Señor, haciendo lo que a él le parece mal? Mataste a espada a Urías, el hitita, y te quedaste con su mujer. Pues bien, la espada no se apartará nunca de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de Urías."» David respondió a Natán: «¡He pecado contra el Señor!» 
Natán le dijo: «El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás.»

GUÍA: El pecado toca la vida de David. Olvida los beneficios de Dios. Peca. Cuando el profeta le echa en cara su pecado, Él lo reconoce, pide perdón y el Señor le perdona. Es la trayectoria del arrepentido. Dios perdona al que vuelve a casa de corazón. Vemos nuestras reacciones ante el pecado y cómo somos perdonados por la misericordia de Dios. Agradezcamos esta misericordia y perdón, aprendamos a perdonar. SILENCIO AGRADECIDO Y QUE PIDE PERDÓN.

 De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (2,16.19-21):

Sabemos que el hombre no se justifica por cumplir la Ley, sino por creer en Cristo Jesús. Por eso, hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe de Cristo y no por cumplir la Ley. Porque el hombre no se justifica por cumplir la Ley. Para la Ley yo estoy muerto, porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí. Yo no anulo la gracia de Dios. Pero, si la justificación fuera efecto de la ley, la muerte de Cristo sería inútil.

GUÍA: San Pablo nos explica cómo recibimos la justificación por medio de la fe. La fe en Cristo es la que cambia la vida del creyente. Se siente crucificado con Cristo y vive en él. Dejemos que calen estas palabras de nosotros y resuenen plenamente. No anulamos la gracia de  Dios que nos regala su amor. Él puede transformar nuestra vida. Acojámosle. SILENCIO QUE ACOGE EL AMOR DE DIOS.

 Del evangelio según san Lucas (7,36–8,3):

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. 
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.» 
Jesús tomó la palabra y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» 
Él respondió: «Dímelo, maestro.» 
Jesús le dijo: «Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?» 
Simón contestó: «Supongo que aquel a quien le perdonó más.» 
Jesús le dijo: «Has juzgado rectamente.» 
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.» 
Y a ella le dijo: «Tus pecados están perdonados.» 
Los demás convidados empezaron a decir entre sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?» 
Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.» 
Después de esto iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.

GUÍA: Estamos en la casa del fariseo. Oímos y vemos todo lo que pasa. La mujer que ama a Jesús y el fariseo que censura. Jesús se pone del lado de la mujer y le da la razón. Se le perdonan muchos pecados porque  ama mucho. El corazón tiene sus razones. ¿Nuestros comportamientos son críticos, distantes, o amigos  que se entregan? SILENCIO ADORADOR, DE AMIGO.

AGRADECEMOS EL ENCUENTRO.

PRESENTAMOS lo que somos, con nuestras necesidades y las necesidades del mundo. Amamos.

PETICIONES

COMUNICAMOS ALGUNA REFLEXIÓN.

PADRE NUESTRO  con Jesús y con toda la humanidad.

CANCIÓN
El Espíritu de Dios está sobre mí, 
El Espíritu de Dios está sobre mí. 


Por que El me ha ungido, 
El me ha enviado, 
para dar la buena noticia a los pobres, 
y anunciar a los cautivos la libertad, 
y anunciar a los cautivos la libertad. 



Y a los ciegos la vista, 
la libertad al oprimido, 
y a anunciar la salvación, del Señor, 
y a anunciar la salvación, del Señor.




viernes, 3 de junio de 2016

ORACIÓN 05-06-16




  


GUÍA: Vamos caminando en el año. La liturgia nos acompaña. Padre, estamos aquí. Nos llamas a la oración y queremos entrar en el interior para silenciar todo y estar contigo. Jesús acompáñanos y danos tus sentimientos de Hijo. Espíritu Santo, ilumina nuestra mente, transforma nuestro corazón, conviértenos a Tí.  La semana está finalizando. Te ofrecemos todo lo que ha ido envolviendo y tocando nuestra vida. Ahora danos la capacidad de encontrarte y oír tu Palabra.
Hacemos SILENCIO DE CONCENTRACIÓN EN LO QUE HACEMOS. SILENCIO CREYENTE.

Del primer libro de los Reyes:

En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la señora de la casa. La enfermedad era tan grave que se quedó sin respiración. Entonces la mujer dijo a Elías: «¿Qué tienes tú que ver conmigo? ¿Has venido a mi casa para avivar el recuerdo de mis culpas y hacer morir a mi hijo?» Elías respondió: «Dame a tu hijo.» Y, tomándolo de su regazo, lo subió a la habitación donde él dormía y lo acostó en su cama. Luego invocó al Señor: «Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me hospeda la vas a castigar, haciendo morir a su hijo?» Después se echó tres veces sobre el niño, invocando al Señor: «Señor, Dios mío, que vuelva al niño la respiración.» El Señor escuchó la súplica de Elías: al niño le volvió la respiración y revivió. Elías tomó al niño, lo llevó al piso bajo y se lo entregó a su madre, diciendo: «Mira, tu hijo está vivo.» Entonces la mujer dijo a Elías: «Ahora reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad.»

GUÍA: Elías se encuentra en apuros. Se dirige a Dios con fe y con miedo de no ser escuchado. Pero vence la fe y el niño es curado. La madre reconoce al profeta y al Dios de Israel. A veces podemos estar en el límite. Nos parece que todo falla. Dios siempre  está ahí y estimula nuestra fe. En la duda, en el dolor Él nos acompaña. Confiemos y sigamos firmes en la fe. Aunque no veamos los resultados. SILENCIO DE FE, DE CONFIANZA Y SEGURIDAD.

 De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas:

Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.
Habéis oído hablar de mi conducta pasada en él judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas, y me quedé quince días con él.
Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor.
GUÍA: Pablo se comunica con los Gálatas. Está convencido de que recibió la revelación de Jesucristo. Dios se digno revelar a su Hijo en él. Reconoce la acción de Dios en el proceso de su fe. Echemos una mirada al cómo hemos ido evolucionando nosotros, en esa fe en Jesús, en el Padre y en el Espíritu. Es una mirada pacificadora y que nos indica los pasos que vamos dando y dónde estamos. Acojamos el don de Dios y compartámoslo. Pablo se entrega totalmente.  ¿Cuál es nuestra forma de hacerlo? En SILENCIO dialogamos con Jesús y le escuchamos. Le pedimos aumenta nuestra fe.
 Del evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío.
Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.» Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!» El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.


GUÍA: Vemos el dolor de la madre. Jesús se conmueve. Muchacho, levántate. Y todos daban gloria a Dios. ¿Hemos visto dar gloria a Dios desde los corazones favorecidos y confiados? ¿Descubrimos esa acción de Dios cerca de nosotros? 

En SILENCIO, Recorremos momentos en que nos sentimos agradecidos y en los que nuestra fe se  ha fortalecido. Alabamos a Dios por su misericordia.

En la paz del corazón, AGRADECEMOS, OFRECEMOS.

INVOCAMOS a María como Madre.

PADRE NUESTRO con Jesús y todas las personas del mundo.


CANTAMOS
Espíritu Santo ven ven,
Espíritu Santo ven ven,
Espíritu Santo ven ven,
En el nombre del señor
 
Acompáñame ilumíname 
toda la vida
Acompáñame ilumíname
Espíritu Santo, ven, ven
 
Alcemos los brazos al cielo
Alcemos los brazos al cielo
Y pidámosle a Dios
su paz su gracia y su perdón
 Y pidámosle a Dios
 su paz su gracia y su perdón.
 
Espíritu Santo ven ven,
En el nombre del Señor
Espíritu Santo ven ven.


jueves, 26 de mayo de 2016

CORPUS CICLO C


REZA Y COMPARTE

CORPUS

GUÍA DE ORACIÓN






GUÍA: Día del Cuerpo y Sangre de Cristo. Es domingo. En algunos sitios lo han celebrado el jueves pasado. Nuestro reconocimiento y adoración a nuestro Hermano, Jesús, presente en la Eucaristía y que nos acompaña en todo momento con su presencia. Hay pueblos y ciudades que le honran en procesión por las calles. Jesús bendice a todos y el pueblo expresa su amor y su fe. Gracias, Jesús, por tu presencia en la Eucaristía, tu estar día y noche en los sagrarios del mundo, por venir a nosotros cada vez que te recibimos en el pan consagrado, por ser nuestro compañero de camino a lo largo de la vida. En nuestro interior te adoramos, te alabamos, te damos gracias, te presentamos nuestras necesidades y las de todo el mundo. En cada frase ponemos la fuerza de nuestra fe SILENCIO CONTEMPLATIVO, AGRADECIDO.

 Del libro del Génesis (14,18-20):

En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abran, diciendo: «Bendito sea Abrahán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos.» Y Abran le dio un décimo de cada cosa.
GUÍA: El rey sacerdote bendice a Abrahán en nombre de Dios altísimo. Él da a Dios un décimo de cada cosa. En nuestro interior recibimos la bendición de Dios. Nos sentimos bendecidos, amados por el Padre, Dios. Recibimos su amor y experimentamos la grandeza de su presencia misericordiosa. Nuestra respuesta también el don de lo que somos y tenemos. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO Y DE ENTREGA

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (11,23-26):

Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

GUÍA: Jesús instituye la Eucaristía con el pan y el vino. Se queda en ellos para ser compañero nuestro. Se ofrece al Padre siendo Hijo y en nombre de la humanidad. Mediador entre Dios y la humanidad. Grandes hechos realizados de forma sencilla. Sacerdote, Víctima y Altar donde se plasma la Nueva Alianza. Captemos el significado de las palabras y agradezcamos tan gran don. SILENCIO ADORADOR, AGRADECIDO.  

 Del santo evangelio según san Lucas (9,11b-17):

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban. 
Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.» 
Él les contestó: «Dadles vosotros de comer.» 
Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.» Porque eran unos cinco mil hombres. 
Jesús dijo a sus discípulos: «Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.» 
Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.

GUÍA: Dadles de comer vosotros. Es posible que hoy también diga lo mismo: Dadles de comer.  Nuestra respuesta de: sólo tenemos cinco panes y dos peces, es muy posible. Pero Él multiplica los panes y los peces y todos se sacian. Nuestra ofrenda multiplicada y capaz de saciar el hambre de muchos. Sobre todo multiplica su pan, su cuerpo, para seguir dándolo a todos. Jesús, el pan que se entrega y da la vida a quien lo recibe. ¿Qué nos dice este pan, esta entrega? Nos sentimos saciados cuando recibimos a Jesús Eucaristía? ¿Lo recibimos con frecuencia, le acompañamos con visitas de amigo? SILENCIO ABIERTO, ADORADOR, ENTREGADO.

PRESENTAMOS nuestro camino de oración hoy.

AGRADECEMOS...

MARÍA NOS ACOMPAÑA

CANTEMOS 



Cantemos al Amor de los Amores 
cantemos al Señor, 

Dios está aquí, ¡venid adoradores, 

adoremos, a Cristo Redentor! 



¡Gloria a Cristo Jesús, 

cielos y tierra, bendecid al Señor 
honor y gloria a Ti, rey de la gloria 
amor por siempre a Ti 
Dios del Amor! 



Unamos nuestra voz a los cantares 

del Coro Celestial, 
Dios está aquí, al Dios de los Altares 
alabemos con gozo angelical.

miércoles, 25 de mayo de 2016

MARÍA MAZZARELLO



MARÍA MAZZARELLO,
 COFUNDADORA CON SAN JUAN BOSCO

 DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA, SALESIANAS.
  "Estad siempre alegres .
La alegría es fruto deun corazón que ama mucho a Jesús

NUESTRO POZO DE MORNESE

Es el pozo de Mornese
signo de profundidad,
de agua fresca y cristalina,
 que salta hasta el más allá.

Es el pozo de Mornese,
testigo de santidad,
de María Mazzarello,
mujer de entrega total.

De ese pozo de Mornese,
ha brotado agua viva,
que las hermanas llevaron
incorporada a sus vidas.

A ese pozo de Mornese,
acude tú con frecuencia,
para sacar de esa agua
que renueva la existencia.

Jesús también fue hasta el pozo,
en busca de agua fresca,
se la pidió a la mujer
que había por allí cerca.



Hoy nos la pide a nosotras,
y espera nuestra respuesta:
" Dar de beber al sediento,
que pase por nuestra puerta" 
También a quien tenga sed
en nuestra querida tierra.

FELIZ FIESTA CON CARIÑO. María







¡GRACIAS, MAIN!

viernes, 20 de mayo de 2016

SANTÍSIMA TRINIDAD

REZA Y COMPARTE
SANTÍSIMA TRINIDAD 22-05-16
GUÍA DE ORACIÓN 



GUÍA: Fiesta de la Santísima Trinidad. La Iglesia honra al Padre, al Hijo y  al Espíritu Santo. En nuestra oración, nos abrimos a la Trinidad que nos llena de su amor. Ahí en el silencio, la reconocemos presente en nosotros, en la vida, en el universo. Padre, estamos aquí, en tu presencia. Eres la energía que da poder a nuestras vidas y las une a tu acción creadora. Queremos acogerte y vivir en el inmenso mar de tu ser. Jesús, Hijo de Dios, encarnado en un cuerpo como el nuestro, muerto por nosotros  y resucitado por el Padre. Eres la cabeza de la Iglesia, sigues glorificando al Padre y amando a los hombres y mujeres del mundo. Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, Amor del Padre y del Hijo. En vuestra presencia os adoramos, os damos gracias por vuestra vida y por la nuestra. SILENCIO QUE PROFUNDIZA CADA FRASE Y LA HACE REALIDAD.

Del libro de los Proverbios 8, 22-31

Así dice la sabiduría de Dios: «El Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas.
En un tiempo remotísimo fui formada, antes de comenzar la tierra.
Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas.
Todavía no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada.
No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe.
Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes abismales.
Cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres.»

GUÍA: Un canto a la sabiduría de Dios. Releamos el texto. Repitamos varias veces las frases que más nos estimulan y nos trasladan a la grandeza de Dios. Imaginemos su belleza. Dios creador y que hoy sigue actuando como belleza, sabiduría y también en la debilidad de la persona humana. Dios Uno y Trino en quien vivimos, nos movemos y existimos. SILENCIO DE PRESENCIA, DE BELLEZA DE FIDELIDAD.

De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1-5

Hermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.
Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.

GUÍA: La experiencia de San Pablo nos enriquece. Hemos recibido la justificación, por la fe en Jesús. El Padre nos acoge, derrama el Espíritu Santo, en nuestros corazones. Creemos con Pablo esta realidad que nos da la fe. La intuimos y la saboreamos. Contemplamos la presencia de Dios en todo el mundo. SILENCIO CONTEMPLATIVO, ADORADOR Y AGRADECIDO.

Del santo evangelio según san Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.

GUÍA: También el Evangelio habla del Padre, del Hijo y del Espíritu. Nos ayuda a profundizar sus funciones. Jesús nos ha hablado del Padre y del Espíritu. Los tres están presentes en nuestra vida interior y nos perfeccionan en la fe. Gracias, Jesús por tu palabra y por acercarnos al Padre y al Espíritu. SILENCIO DE ACOGIDA, DE HIJOS, DE AMOR.

PRESENTAMOS la oración al Señor.

AGRADECEMOS….COMPROMISO

PADRE NUESTRO  con toda la humanidad

PEDIMOS A MARÍA…

CANTAMOS

Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria al Padre. (2)
A El que sea la gloria. (2)
Aleluya, amén. (2)
Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria al Hijo. (2)
A El que sea la gloria. (2)
Aleluya, amén. (2)
Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria al Espíritu. (2)

A El que sea la gloria. (2)
Aleluya, amén. (2)

viernes, 13 de mayo de 2016

ORACIÓN 15-05-16



GUÍA: Todavía en tiempo de Pascua, nos encontramos en este rato de oración. ¿os imagináis a todos los que visitan nuestro blog unidos por el mismo impulso y movidos por el mismo Espíritu?  Dios se vale de pequeña cosas y sabe sacar luz y vida de ellas. En nuestro interior vemos al Padre, el Hijo y el Espíritu que nos convocan e impulsan este momento. Ven Espíritu Santo alienta nuestra fe, fortalece la esperanza, llénanos de tu amor. Nos dejamos iluminar y fortalecer. SILENCIO DE ADORACIÓN Y  ACOGIDA.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11):

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.
Enormemente sorprendidos, preguntaban: «¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.»
GUÍA.: Se nos narra la experiencia del día de Pentecostés. Hoy ¿Cómo comunicamos la venida del Espíritu a la Iglesia, a cada uno de nosotros? En el silencio de nuestro corazón contemplemos su venida hoy y en el día  a día de las comunidades. Todos entendemos su riqueza de dones, su presencia en la vida, su cambio de mentalidad. SILENCIO DE MANIFESTACIÓN DE DIOS Y TRANSFORMACIÓN 

 De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
GUÍA: Dios se manifiesta en un solo Espíritu, Distintas funciones pero Él es quien hace todo en todos. Con paz, dejemos que venga sobre nosotros. Jesús y el Padre nos lo envían. Vayamos a la calle y sembremos los dones de Dios que se nos han concedido  para el bien común. SILENCIO DE ALABANZA, DE COMPROMISO.

Del evangelio según san Juan (20,19-23):

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

GUÍA: Paz a vosotros. Como Yo he sido enviado así Yo os envío. Descubramos qué quiere decir esto en lo referente a nosotros. ¿A dónde somos enviados? ¿Estamos preparados? Pidamos a María y al mismo Espíritu que nos enseñe el camino y la forma. SILENCIO DE BÚSQUEDA Y PETICIÓN.

PRESENTAMOS  nuestros deseos.

PEDIMOS …

INVOCAMOS A MARÍA.

PADRE NUESTRO con Jesús y la humanidad.

CANTAMOS


Ven, Espíritu de Dios, sobre mí
Me abro a tu presencia
Cambiarás mi corazón. (2)

Toca mi debilidad,
Toma todo lo que soy.
Pongo mi vida en tus manos
Y mi fe.

  Ven, Espíritu de Dios, sobre mí

Me abro a tu presencia
Cambiarás mi corazón. (2)

Poco a poco llegarás
A llenarme de tu luz.
Tú cambiarás mi pasado.
Cantaré.

Ven, Espíritu de Dios, sobre mí
Me abro a tu presencia
Cambiarás mi corazón. (2)