viernes, 18 de noviembre de 2016

CRISTO REY

                                                          ORACIÓN 20-11-16

GUÍA: Es el último domingo del calendario litúrgico. Fiesta de Cristo Rey. Estamos ante Jesús resucitado, le visualizamos glorioso y aclamado como rey. Nos unimos a la manifestación de toda la humanidad. Nosotros ahí entre todos. Reconozcamos a Jesús como Señor de cielo y tierra. En el silencio del corazón proclamamos su realeza, aunque a veces sea rechazado. SILENCIO ADORADOR, DE AMIGO.

Del segundo libro de Samuel (5,1-3):
En aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebrón y le dijeron:
«Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”».
Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.

GUÍA: Las tribus de Israel buscan a David, quieren que sea su rey. Nuestra oración nos lleva a buscar a Jesús. Queremos que sea nuestro rey. Ellos estaban muy decididos. Nosotros ¿también lo estamos? Seguimos visualizando a Jesús entre nuestros amigos, nuestra gente. ¿Le decimos que sea nuestro rey?¿Qué dificultades tenemos para decírselo? Reflexionamos nuestro estado actual. Buscamos cómo afianzar nuestra fe y compromiso. SILENCIO REFLEXIVO, ESPERANZADO

De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (1,12-20):

Hermanos: Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor,
por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura;
porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles.
Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas,
las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

GUÍA: Es un Himno a Jesucristo. Ya en tiempo de San Pablo se transmite. El Padre comparte la herencia de su Hijo entre nosotros.  Nos traslada al reino del Hijo de su amor. Todo se mantiene en Él, es la cabeza de la Iglesia. Por él y para él quiso reconciliar todas las cosas. Son muchas aclamaciones a Jesús. Un derroche de amor por parte del Padre y una disponibilidad total del Hijo a favor nuestro.  Repasamos estas palabras, las hacemos nuestras y nos confiamos al Padre, a Jesús y al Espíritu que cambia nuestras vidas por sus caminos. SILENCIO ACOGEDOR, FILIAL, AMOROSO.

Del santo evangelio según san Lucas (23,35-43):

En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:
«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo».
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

GUÍA: San Lucas recoge el momento de la crucifixión de Jesús. Momento en que se le proclama rey de los judíos. Reina desde la cruz pero será exaltado en la resurrección. El Padre está con él. Hoy reina en muchos hombres y mujeres, pero también es rechazado por otros. Hablemos con Jesús en nuestro interior y presentemos nuestra situación, ¿Le aceptamos como rey? Hagamos camino con él en la transformación del mundo. ¿Cómo podemos colaborar en la extensión de su reinado? SILENCIO DE ENTREGA, DE COMPAÑÍA Y DISPONIBILIDAD.

OFRECEMOS AL PADRE nuestra disponibilidad

PEDIMOS…

ALGO PARA  RECORDAR
INVOCAMOS A MARÍA

PADRE NUESTRO 
te agradecemos el don de Jesús, con su oración.

CANTAMOS

 PUEBLO DE REYES, ASAMBLEA SANTA,
PUEBLO SACERDOTAL, PUEBLO DE DIOS,
BENDICE A TU SEÑOR

 1. Te cantamos, oh Hijo amado del Padre,
Te alabamos, eterna palabra salida de Dios.
Te cantamos, oh Hijo de la Virgen María,
Te alabamos, oh Cristo, nuestro hermano, nuestro Salvador.

2.Te cantamos a ti, esplendor de la gloria,
Te alabamos, estrella radiante que anuncias el día.
Te cantamos, oh luz que iluminas nuestras sombras.
Te alabamos, antorcha de la nueva Jerusalén.






lunes, 14 de noviembre de 2016

SU MISERICORDIA ES ETERNA








                                                                                                    ORACIÓN 14-11-16

El Salmo canta a un Dios misericordioso que perdona a su pueblo, que cuida de Él como un padre. Le acaricia como una madre, le defiende como un guerrero.
Jesús presenta el reino de los cielos, como un Padre Dios  que sale al encuentro del hijo que vuelve a casa. Como el pastor que busca a la oveja perdida, la coge a hombros, la cura y la lleva al redil.
Un padre que se comunica con los pobres y sencillos, y les da la luz para contemplar su gloria. Hace salir el sol sobre justos e injustos, sobre buenos y malos. Da belleza al universo, cuida de los gorriones y mucho más cuida de todos sus hijos.
¿Le has contemplado cada mañana, ofreciéndote el don de la vida, esperando y potenciando la andadura de tu día? ¿Le sientes junto ti en lo bueno y en lo malo?¿Le encuentras a tu lado, satisfecho de  cada uno de tus pasos y expectante ante tus decisiones?
¿Al acabar el día ves cómo recoge tu ofrenda, tu esfuerzo, tus alegrías y tus penas, regalándote su amor y su paz? Su misericordia te envuelve y sustenta.
Este Año de la Misericordia, proclamado por el Papa Francisco, ha ido abriendo las puertas de los corazones. Ha facilitado el paso de las puertas de la Misericordia, ha abierto el corazón a Dios que perdona y acoge a cada persona como a su hijo amado.
La iglesia Católica concede el perdón de los pecados, en nombre de Dios, especialmente en este año. Acoge al que se reconcilia en la confesión con arrepentimiento, celebrando la Eucaristía, rezando por las intenciones del Papa y estando dispuesto a una mejora de vida.
La misericordia y el perdón de Dios está llegando a todos los rincones de la tierra. Aprovecha tu oportunidad y recíbela con fe y mucho amor.
 El día 20 de noviembre, será la clausura del Año de la Misericordia. Recibe la misericordia del Padre en tu vida y agradece su bondad para ti y para toda la humanidad. María, Madre de la Iglesia, Auxiliadora de  los cristianos, nos acompañe en la marcha de la multitud de los perdonados en su Hijo Jesús.  





  

viernes, 11 de noviembre de 2016

DIOS ES EL DEFENSOR

                                                                              ORACIÓN 13-11-16

GUÍA:  Dios  es el defensor de su pueblo. Somos pueblo suyo. Visualizamos nuestro puesto en esa gran multitud. Somos conscientes de lo que decimos en el Credo: Creo en Dios Padre, todo poderoso, creador del cielo y de la tierra. Toda la multitud es portadora de la fe  y también nosotros. En nuestro interior reconocemos a Dios como Padre, y defensor de su pueblo. Aunque camine por oscuras cañadas, nada temo, porque tú vas conmigo. Dejamos un tiempo de presencia, de consciencia, de confianza.  Pedimos al Espíritu Santo que guíe nuestra oración. SILENCIO DE PRESENCIA, CONSCIENCIA, CONFIANZA, PETICIÓN.

De la profecía de Malaquias (3,19-20a):

Mirad que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir –dice el Señor de los ejércitos–, y no quedará de ellos ni rama ni raíz. Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.


GUÍA: En la vida y en la muerte somos de Dios. Ante el Señor nos situamos, en alerta ante el día ardiente que viene, ante Dios,  sol que iluminará toda oscuridad, ante nuestro interior desconocido a veces, ante el Padre que ama a su hijo. ¿Cuál es nuestra situación? Honramos su nombre, buscamos su verdad, confiamos en Él. SILENCIO CONFIADO, DE VERDAD Y HONOR A SU NOMBRE.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,7-12):

Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar. Cuando vivimos con vosotros os lo mandamos: El que no trabaja, que no coma. Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada. Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan.

GUÍA: Seguimos en nuestro interior, despiertos ante el Señor que a través del apóstol nos habla del esfuerzo. Es necesario ponerse manos a la obra, haciendo fructificar los talentos que se nos han dado. Responsables de nuestro tiempo y de nuestras acciones. Colaboradores con Jesús en la obra de Dios. Seguros del sol que ilumina y fortalece nuestro ser. SILENCIO CREYENTE, COLABORADOR Y DE HIJOS.
Del santo evangelio según san Lucas (21,5-19):

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. 
Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.» 
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?» 
Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.» 
Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»


GUÍA: Es tiempo de presencia ante el Señor. Seguimos en nuestro interior iluminados por el sol, que hace justas todas las cosas. Jesús considera la belleza del templo y ve el paso de las cosas. Alerta a los suyos de no dejarse llevar por palabras, signos o persecuciones. Yo os daré palabras de sabiduría. Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas. Acogemos estas palabras, las repetimos dichas a nosotros, Habrá nuevos sentimientos de  fe  y de esperanza. Jesús está ahí. ABRIMOS SILENCIO ACOGEDOR Y ESPERANZADO


PRESENTAMOS al Padre nuestra oración.

PETICIONES:

INVOCAMOS A MARÍA Y AL ESPÍRITU

ALGO PARA RECORDAR, 

COMPROMISO.

PADRE NUESTRO con todos los creyentes

CANTAMOS


Somos un pueblo que camina
y juntos caminando
podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba
sin penas ni tristezas
ciudad de eternidad.

Somos un pueblo que camina
que marcha por el mundo
buscando otra ciudad.
Somos errantes peregrinos
en busca de un destino
destino de unidad.
Siempre seremos caminantes
pues sólo caminando
podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba
sin penas ni tristezas
ciudad de eternidad.

Danos valor para la lucha
valor en las tristezas
valor en nuestro afán.
Danos la luz de tu Palabra
que guíe nuestros pasos
en este caminar.
Marcha Señor junto a nosotros
pues sólo en tu presencia
podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba
sin penas ni tristezas
ciudad de eternidad.





viernes, 4 de noviembre de 2016

MACABEOS



ORACIÓN 06-11-2016
GUÍA: Espíritu de Dios, ven sobre nosotros. Ilumina nuestro ser con tu luz. Abre nuestros corazones a tu Palabra. Padre Dios, Jesús, Hijo del Padre,  estamos ante ti como  hijos que buscan la casa del Padre, y su amor misericordioso.  Como pequeño que se fía del abrazo seguro de quien sabe que le quiere. Perdona nuestros fallos, sana nuestras heridas, conviértenos a ti.  SILENCIO ATENTO Y ARREPENTIDO

GUÍA: La Palabra de Dios nos presenta el martirio de los hermanos Macabeos. 

 Del segundo libro de los Macabeos (7,1-2.9-14):

En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. 
Uno de ellos habló en nombre de los demás: «¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres.» 
El segundo, estando para morir, dijo: «Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna.» 
Después se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo en seguida, y alargó las manos con gran valor. Y habló dignamente: «De Dios las recibí, y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios.» 
El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos. Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto. Y, cuando estaba para morir, dijo: «Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida.»

GUÍA: ¿Qué mensaje nos deja la lectura? Dios mismo nos resucitará. Dejamos que empape nuestra mente y surja la confianza en el Padre que salva y da vida. Prefieren el cumplimiento de la Ley de Moisés que el mandato del rey. ¿Cuáles son nuestras convicciones, nuestros principios, y opciones en la vida?. ¿Somos fieles a la fe recibida en el Bautismo? SILENCIO REFLEXIVO, CLARIFICADOR DE NUESTRA UNIÓN CON JESUCRISTO

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (2,16–3,5):

Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, os consuele internamente y os dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas. Por lo demás, hermanos, rezad por nosotros, para que la palabra de Dios siga el avance glorioso que comenzó entre vosotros, y para que nos libre de los hombres perversos y malvados, porque la fe no es de todos. El Señor, que es fiel, os dará fuerzas y os librará del Maligno. Por el Señor, estamos seguros de que ya cumplís y seguiréis cumpliendo todo lo que os hemos enseñado. Que el Señor dirija vuestro corazón, para que améis a Dios y tengáis constancia de Cristo.

GUÍA: El agua del Bautismo y la luz de Cristo nos limpia y transforma nuestra vida, haciéndonos capaces de buenas obras. La fuerza de Dios sigue estando con los suyos y avanzando en un mundo necesitado de verdad, de justicia, de paz. Pablo desea que amemos a Dios  y tengamos constancia de Cristo. Envueltos por su presencia, hacemos nuestra la Palabra y pedimos fuerza para vivirla. SILENCIO DE ACOGIDA Y ASIMILACIÓN

Del santo evangelio según san Lucas (20,27-38):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.» 
Jesús les contestó: «En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob." No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.»

GUÍA: El evangelio nos habla de ser juzgados dignos de la vida futura, de resurrección. Creemos en la resurrección de los muertos. Nuestra vida no acaba con la muerte. Cristo nos resucita junto con Él. Hacemos oración sobre la vida y la muerte. El Padre nos acoge en su abrazo de amor, más allá de la frontera de la muerte. Sentimos el amor del Padre que nos cuida a lo largo de la vida y en el más allá. SILENCIO CONFIADO DE HIJOS CREYENTES, LLENOS DE ESPERANZA.

OFRECEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS AL PADRE DIOS

PETICIONES


ALGO PARA RECORDAR


INVOCAMOS A MARÍA



PADRE NUESTRO


Cantamos:

Hacia ti, morada santa, hacia ti, tierrra del salvador,
peregrinos, caminantes, vamos hacia ti.

venimos a tu mesa sellaremos tu pacto,
comeremos tu carne, tu sangre nos limpiara.

reinaremos contigo, en tu morada santa,
beberemos tu sangre, tu fe nos salvara.

somos tu pueblo santo que hoy camina unido
tu vas entre nosotros, tu amor nos guiara

tu eres el camino, tu eres la esperanza, 
hermano de los pobres.

amen, gloria y honor..aleluya

viernes, 14 de octubre de 2016

NOS SALES AL ENCUENTRO


                                                                                                                      ORACIÓN 16-10-2016


GUÍA: Comenzamos nuestra oración en el nombre, del Hijo y del Espíritu Santo. Estamos ante ti, Señor, creador del cielo y de la tierra, creador del universo. Estamos ante ti, Jesús, Hijo amado del Padre. Estamos ante ti, Espíritu Santo, amor verdadero del Padre y del Hijo. Somos tus hijos, Nos sales al encuentro y esperamos tu misericordia, tu presencia amorosa y transformadora. Llena nuestra mente y nuestra voluntad para que te conozcamos mejor a través de tu Palabra. Haznos abiertos a tu voluntad. Enséñanos a orar. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE ESCUCHA Y OBEDIENTE.

Del libro del Éxodo (17,8-13):

En aquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín. Moisés dijo a Josué: «Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón maravilloso de Dios en la mano.» 
Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; mientras Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte. Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja, vencía Amalec. Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada.

GUÍA: Moisés y el pueblo confían en el Señor. Moisés eleva sus brazos invocando a Dios y el pueblo lucha por conseguir su propósito. Dios se manifiesta en la victoria. Un ejemplo de constancia en la  oración, de confianza en Dios. Él espera nuestra oración que elevamos como hijos confiando en él. También un ejemplo de mediación de Moisés para interceder por su pueblo. La oración puede ser  para nosotros o para otros. De todas formas también  somos mediadores para nuestro  hermanos, podemos pedir para los necesitados y unir nuestro esfuerzo en la petición y nuestra confianza. Analizamos nuestra oración. ¿Cómo es nuestra confianza en el Señor, para nosotros y para los demás? SILENCIO DE CONFIANZA Y PETICIÓN.

 De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (3,14–4,2:

Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena. Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir.

GUÍA: ¿Qué nos dice esta Palabra a nosotros? La Palabra puede darte la sabiduría que  conduce a la salvación. Con ella insiste, proclama, exhorta. Nos lo podemos aplicar a nosotros mismos. La Palabra es maestra de vida. Y también nosotros, practicándola, experimentamos su sabiduría. Sintamos cómo la Palabra nos toma y mejora, cómo podemos hacer que transforme  a otros y los acerque a  Dios. Con corazón dócil escuchemos y actuemos. SILENCIO DE ACOGIDA Y DISPUESTO A SER SU DÓCIL TESTIGO.

Del santo evangelio según san Lucas (18,1-8):

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario." Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."» 
Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

GUÍA: La mujer insiste al juez para que le haga justicia. Jesús la pone como ejemplo de oración. Hemos de perseverar. Nuestra fe nos lleva a pedir con insistencia y Dios se muestra generoso en la misericordia. ¿Este Año de la Misericordia, estamos  siendo intensos en la oración?.  ¿Nuestra acogida de  la misericordia de Dios está siendo efectiva? Abramos el corazón y recibámosla personalmente. Preparemos nuestro encuentro con el Dios de la misericordia en el sacramento de la Reconciliación y en el paso de la Puerta de la Misericordia, en alguna de las iglesias señaladas para esta celebración. Gocemos del abrazo del Padre Dios que nos regala su paz y perdón total. SILENCIO DE PREPARACIÓN Y RECONCILIACIÓN PARA EL ENCUENTRO DE MISERICORDIA

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS.

OFRECEMOS AL PADRE

PETICIONES

PADRE NUESTRO

INVOCAMOS A MARÍA

CANTAMOS

 Gracias, Señor, por tus misericordias,
 que me cercan en número mayor
que las arenas de los anchos mares
y que los rayos de la luz del sol.
 Porque te tengo tan a mano,
 en el sagrario y en mi corazón……
Porque nunca fui a Ti que o te hallase
 Gracias Señor.
 Porque estoy en la casa de tu Madre

 y porque me has llenado el corazón,
de una felicidad nunca soñada,
 Gracias, Señor ...



viernes, 7 de octubre de 2016

CASI SIN DARNOS CUENTA


ORACIÓN 09-10-16


GUÍA: Domingo 28 Tiempo Ordinario. Ciclo C. Vamos avanzando en el calendario litúrgico. Paso a paso el tiempo sigue adelante y nosotros lo recorremos casi sin darnos cuenta. Aquí estamos Padre, nos confiamos a tu misericordia y esperamos descubrirte en nuestro interior y en lo que sucede a nuestro alrededor. Jesús, nos acompañas en la oración para dirigirte como Hijo a Dios Padre. Te diriges desde cada uno de nosotros para presentar a cada persona y cada situación. Espíritu Santo, que estás presente con el Padre y con el Hijo Jesús. Enséñanos a orar, aumenta nuestra fe, ven sobre nosotros. SILENCIO DE INTERIORIZACIÓN Y CONFIANZA.

Del segundo libro de los Reyes (5,14-17):

En aquellos días, Naamán de Siria bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta Elíseo, y su carne quedó limpia de la lepra, como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: «Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.» 
Eliseo contestó: «¡Vive Dios, a quien sirvo! No aceptaré nada.» Y aunque le insistía, lo rehusó. 
Naamán dijo: «Entonces, que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de un par de mulas; porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor.»

GUÍA: Naamán, que buscaba ser curado de la lepra,  se fía del profeta Eliseo, se lava en el Jordán y queda limpio. Muy agradecido quiere darle regalos. Eliseo no los recibe. Naamán hace un acto de fe en el Dios de Eliseo, el Señor. Trasladamos esta narración a nuestros días. Somos los protagonistas. ¿Nos vemos reflejados en sus comportamientos? ¿Actuamos como Naamán? Situados ante el Padre presentémosle nuestras necesidades, acojamos su respuesta  y demos la nuestra. Amados por Dios nos confiamos a Él. En el sí o en el no: El es nuestro Padre. SILENCIO FILIAL, CONFIADO Y AGRADECIDO.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2,8-13):

Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. Éste ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada: Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna. Es doctrina segura: Si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.

GUÍA: Esta segunda lectura nos presenta a Jesús en quien Pablo cree y por quien ha llegado a ser perseguido. Lo aguanta todo para que también sus oyentes alcancen la salvación en Cristo Jesús. Él permanece fiel. Planea sobre nosotros la fe de Pablo, la fe de los oyentes, la figura de Jesús  fiel a los que viven y mueren con Él. Sintamos su presencia, Recorramos los pasos de nuestra fe confiada o más débil. Adoremos al señor y sigamos diciendo: Aumenta nuestra fe. SILENCIO DE APERTURA, CONFIANZA, ADORACIÓN

Del santo evangelio según san Lucas (17,11-19):

Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.» 
Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.» 
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?» 
Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»

GUÍA: Jesús pasa por nuestra vida, Le gritamos: Jesús, ten piedad de nosotros. Nos dice lo que tenemos que hacer. Quedamos curados y volvemos agradecidos. También nos dice: Tu fe te ha salvado. ¿Nos vemos identificados con el leproso agradecido? ¿Pasamos rápidamente y nos olvidamos del Padre Dios? En silencio nos reconocemos encontrados por Jesús y amados por el Padre. SILENCIO DE HIJOS NECESITADOS Y AGRADECIDOS.

RECORREMOS DE NUEVO los pasos de la oración.

PETICIONES

AGRADECEMOS

PADRE NUESTRO con Jesús y toda la humanidad.

INVOCAMOS A MARÍA

CANTAMOS

Cantamos: Mientras recorres la vida/, tú nunca solo estás/ contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven. (bis)/Aunque digan algunos /que nada puede cambiar/lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad/ Ven con ./ Si por el mundo los hombres sin conocerse van, no niegues nunca tu mano/ al que contigo está./ Ven con/Aunque parezcan tus pasos/ inútil caminar/ tú vas haciendo caminos, otros los seguirán. / Ven con..