viernes, 10 de marzo de 2023

EL PUEBLO MURMURÓ CONTRA MOISÉS

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EL PUEBLO MURMURÓ CONTRA MOISÉS


GUÍA DE ORACIÓN  12-03-23  Domingo 3º de Cuaresma - Ciclo A

GUÍA: Murmuró contra Moisés. Se queja de que les sacó de Egipto y ahora mueren de sed. Cuántas quejas salen de nuestro corazón. No entendemos los caminos de Dios. Padre Dios, ayúdanos a conocerte mejor, a comprender y confiar en tus proyectos. Enséñanos a confiar en ti. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE COMPRENSIÓN Y CONFIANZA.


Lectura del libro del Éxodo (17,3-7):


En aquellos días, el pueblo, torturado por la sed, murmuró contra Moisés: «¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?»

Clamó Moisés al Señor y dijo: «¿Qué puedo hacer con este pueblo? Poco falta para que me apedreen.»

Respondió el Señor a Moisés. «Preséntate al pueblo llevando contigo algunos de los ancianos de Israel; lleva también en tu mano el cayado con que golpeaste el río, y vete, que allí estaré yo ante ti, sobre la peña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo.»

Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel. Y puso por nombre a aquel lugar Masá y Meribá, por la reyerta de los hijos Israel y porque habían tentado al Señor, diciendo: «¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?»


GUÍA: ¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?. Ayuda nuestra fe, la confianza de que no nos abandonas. Moisés hace sus signos y Dios por medio de él, se manifiesta al pueblo. Somos tu pueblo, Padre, confiamos en tu bondad y misericordia. Nos abruma el pecado y toda clase de males. Muéstranos tu gloria y tu compasión. SILENCIO DE PERDÓN, DE CONOCIMIENTO, DE PRESENCIA.


Sal 94,1-2.6-7.8-9


R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:

«No endurezcáis vuestro corazón.»

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos. R/.


Entrad, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.


Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R/.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5,1-2.5-8):


Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. En efecto, cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.


GUÍA: Estamos en paz con Dios, por medido de Nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos conseguido el acceso al Padre. La fe nos justifica. Ofrecemos Padre nuestra fe, fecúndala con tu gracia. Tu Hijo muere por nosotros y nos presenta a tu misericordia. Visualizamos, creemos, agradecemos. SILENCIO DE FE, DE AGRADECIMIENTO, DE SEGURIDAD.


Lectura del santo evangelio según san Juan (4,5-42):


En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía.

Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: «Dame de beber.» Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida.

La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.

Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.»

La mujer le dice: «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»

Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.»

La mujer le dice: «Señor, dame de esa agua así no tendré más sed ni tendré que venir aquí a sacarla.»

Él le dice: «Anda, llama a tu marido y vuelve.»

La mujer le contesta: «No tengo marido».

Jesús le dice: «Tienes razón que no tienes marido; has tenido ya cinco y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad.»

La mujer le dijo: «Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén.»

Jesús le dice: «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.»

La mujer le dice: «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo.»

Jesús le dice: «Soy yo, el que habla contigo.»

En aquel pueblo muchos creyeron en él. Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.»


GUÍA: Jesús pide agua a la mujer samaritana. Tiene sed de agua y de presencia de aquella mujer en el camino del reino de Dios. Descubre su identidad Jesús y la mujer le anuncia a los suyos. Aquí estamos Jesús. También nosotros buscamos el agua viva. Sacia nuestra sed con tu agua misteriosa. SILENCIO DE BÚSQUEDA, DE PETICIÓN, DE ENVÍO.


RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, LOS PRESENTAMOS A JESÚS.

ADMIRACIÓN, CONTEMPLACIÓN, ESCUCHA, UNIÓN.

NOS DIRIGIMOS A MARÍA QUE PREPARA EL CAMINO A SU HIJO.

ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN AL PADRE, JUNTO CON JESÚS: PADRE NUESTRO…


CANTAMOS

/ ¡QUÉ SUERTE ES TENER UN CORAZÓN SIN PUERTAS!

¡QUÉ SUERTE ES TENER LAS MANOS SIEMPRE ABIERTAS! / (2)

Manos abiertas para estrechar las de un amigo.

Manos abiertas para ayudar en el camino.

ESTRIBILLO.


Manos abiertas para buscar un mundo nuevo.

Manos abiertas para un hacer, no para un sueño.

ESTRIBILLO.


Manos abiertas, las de Jesús, las del Maestro.

Manos abiertas, las del que supo amar primero.

ESTRIBILLO.


Manos abiertas, llenas de amor las de María.

Manos abiertas, ellas son nuestra luz y guía.

ESTRIBILLO.

https://www.youtube.com/watch?v=qsazmOwqtZ0

martes, 7 de marzo de 2023

TEMA. CUARESMA 23, 3

 

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TEMA. CUARESMA 23, 3


Completamos el Mensaje de Cuaresma del Papa Francisco para el 2023. Vamos leyendo paso a paso el documento y    nos va motivando pasa avanzar a la Pascua con una nueva alegría.

 

 MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO

PARA LA CUARESMA 2023

 

Ascesis cuaresmal, un camino sinodal

El camino ascético cuaresmal, al igual que el sinodal, tiene como meta una transfiguración personal y eclesial. Una transformación que, en ambos casos, halla su modelo en la de Jesús y se realiza mediante la gracia de su misterio pascual. Para que esta transfiguración pueda realizarse en nosotros este año, quisiera proponer dos “caminos” a seguir para ascender junto a Jesús y llegar con Él a la meta.

 

El primero se refiere al imperativo que Dios Padre dirigió a los discípulos en el Tabor, mientras contemplaban a Jesús transfigurado. La voz que se oyó desde la nube dijo: «Escúchenlo» (Mt 17,5). Por tanto, la primera indicación es muy clara: escuchar a Jesús. La Cuaresma es un tiempo de gracia en la medida en que escuchamos a Aquel que nos habla. ¿Y cómo nos habla? Ante todo, en la Palabra de Dios, que la Iglesia nos ofrece en la liturgia. No dejemos que caiga en saco roto. Si no podemos participar siempre en la Misa, meditemos las lecturas bíblicas de cada día, incluso con la ayuda de internet. Además de hablarnos en las Escrituras, el Señor lo hace a través de nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los rostros y en las historias de quienes necesitan ayuda. Pero quisiera añadir también otro aspecto, muy importante en el proceso sinodal: el escuchar a Cristo pasa también por la escucha a nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia; esa escucha recíproca que en algunas fases es el objetivo principal, y que, de todos modos, siempre es indispensable en el método y en el estilo de una Iglesia sinodal.

 

Al escuchar la voz del Padre, «los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: “Levántense, no tengan miedo”. Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo» (Mt 17,6-8). He aquí la segunda indicación para esta Cuaresma: no refugiarse en una religiosidad hecha de acontecimientos extraordinarios, de experiencias sugestivas, por miedo a afrontar la realidad con sus fatigas cotidianas, sus dificultades y sus contradicciones. La luz que Jesús muestra a los discípulos es un adelanto de la gloria pascual y hacia ella debemos ir, siguiéndolo “a Él solo”. La Cuaresma está orientada a la Pascua. El “retiro” no es un fin en sí mismo, sino que nos prepara para vivir la pasión y la cruz con fe, esperanza y amor, para llegar a la resurrección. De igual modo, el camino sinodal no debe hacernos creer en la ilusión de que hemos llegado cuando Dios nos concede la gracia de algunas experiencias fuertes de comunión. También allí el Señor nos repite: «Levántense, no tengan miedo». Bajemos a la llanura y que la gracia que hemos experimentado nos sostenga para ser artesanos de la sinodalidad en la vida ordinaria de nuestras comunidades.

 

Queridos hermanos y hermanas, que el Espíritu Santo nos anime durante esta Cuaresma en nuestra escalada con Jesús, para que experimentemos su resplandor divino y así, fortalecidos en la fe, prosigamos juntos el camino con Él, gloria de su pueblo y luz de las naciones.

Roma, San Juan de Letrán, 25 de enero de 2023, Fiesta de la Conversión de san Pablo

 Francisco

ACCIÓN:

Caminar con Jesús y avanzar en el camino sinodal que se propone la Iglesia es una buena realidad para llegar a la cima de  la Pascua con Jesús. Detalla cómo puedes hacerlo tú y estudia la forma de llevarlo a cabo.

viernes, 3 de marzo de 2023

SAL DE TU TIERRA


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SAL DE TU TIERRA

GUÍA DE ORACIÓN 05-03-23 Domingo 2º de Cuaresma - Ciclo A


GUÍA: Vamos a orar. La Palabra de Dios nos dice: Sal de tu tierra, como a Abrán. La Cuaresma es tiempo de  cambio, desprendernos del antiguo pecado y caminar por donde Dios nos indica. Nos espera un tiempo nuevo de transformación y adhesión al misterio de Jesús, en su muerte y resurrección. SILENCIO DE ESCUCHA, OBEDIENCIA, MEJORA.


Lectura del libro del Génesis (12,1-4a):


En aquellos días, el Señor dijo a Abrán: «Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo.»

Abrán marchó, como le había dicho el Señor.


GUÍA: Abrán escucha a Dios que le dice: Sal de tu tierra, hacia la tierra que te mostraré. Se fía de él, sale hacia lo desconocido confiado en la promesa de Dios. Es nuestro camino también. Se nos da un destino y la promesa de presencia y compañía. Visualizamos nuestros caminos, nuestros retos, nuestra confianza. SILENCIO DE PRESENCIA, CONFIANZA, PERSEVERANCIA.


Sal 32,4-5.18-19.20.22


R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,

como lo esperamos de ti


La palabra del Señor es sincera,

y todas sus acciones son leales;

él ama la justicia y el derecho,

y su misericordia llena la tierra. R/.


Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,

en los que esperan en su misericordia,

para librar sus vidas de la muerte

y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.


Nosotros aguardamos al Señor:

él es nuestro auxilio y escudo.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,

como lo esperamos de ti. R/.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (1,8b-10):


Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal, por medio del Evangelio.


GUÍA:  Tomar parte en los trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios, se nos pide. Confirmarnos por la fe en Jesucristo, en este tiempo de Cuaresma, con una vida santa. Pedimos al Espíritu Santo su fortaleza y constancia. Él transforma nuestro corazón y le llena de paz para compartir a nuestro alrededor. SILENCIO DE FE, DE PRESENCIA, DE UNI


Lectura del santo evangelio según san Mateo (17,1-9):


En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.

Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Sí quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»

Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.» Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.

Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levantaos, no temáis.» Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»


GUÍA: Jesús va descubriendo su camino. Se retira a orar, lleva a algunos al monte. Les permite ver su rostro transformado, iluminado por la gloria de Dios. Habla de su resurrección de entre los muertos. Lo contemplamos  entregado a la voluntad del Padre. Oímos: Es mi Hijo el amado, escuchadle. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE CERCANÍA, CONTEMPLACIÓN. 


RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, LOS PRESENTAMOS A JESÚS.

TEMORES, ESPERANZAS, PROYECTOS, CONFIANZA

NOS DIRIGIMOS A MARÍA QUE NOS CUIDA.

ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN AL PADRE, JUNTO CON JESÚS: PADRE NUESTRO…


CANTAMOS:


Errante voy, soy peregrino,

como un extraño voy bajo el sol.

Encuentro a Dios en mi camino,

consuelo y paz de mi dolor.


Unido a Dios en alianza

el nuevo pueblo en marcha va,

luchando aquí por la esperanza

de un mundo nuevo que vendrá.


Recorro el fin de mi camino,

voy a mi patria, Jerusalén.

Nada me inquieta ya mi destino

porque el Señor guarda mi fe.


Unido a Dios en alianza. Estribillo


https://www.youtube.com/watch?v=gpwVPGQWqkk

martes, 28 de febrero de 2023

TEMA: CUARESMA 23, 2

 

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TEMA: CUARESMA 23, 2

 

Seguimos viendo el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2023. Nos anima a vivir con la esperanza puesta en Jesús y en el camino sinodal de comunión en la Iglesia: Novedad y tradición.

 

 

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO

PARA LA CUARESMA 2023

 

Ascesis cuaresmal, un camino sinodal

En el “retiro” en el monte Tabor, Jesús llevó consigo a tres discípulos, elegidos para ser testigos de un acontecimiento único. Quiso que esa experiencia de gracia no fuera solitaria, sino compartida, como lo es, al fin y al cabo, toda nuestra vida de fe. A Jesús hemos de seguirlo juntos. Y juntos, como Iglesia peregrina en el tiempo, vivimos el año litúrgico y, en él, la Cuaresma, caminando con los que el Señor ha puesto a nuestro lado como compañeros de viaje. Análogamente al ascenso de Jesús y sus discípulos al monte Tabor, podemos afirmar que nuestro camino cuaresmal es “sinodal”, porque lo hacemos juntos por la misma senda, discípulos del único Maestro. Sabemos, de hecho, que Él mismo es el Camino y, por eso, tanto en el itinerario litúrgico como en el del Sínodo, la Iglesia no hace sino entrar cada vez más plena y profundamente en el misterio de Cristo Salvador.

 

Y llegamos al momento culminante. Dice el Evangelio que Jesús «se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz» (Mt 17,2). Aquí está la “cumbre”, la meta del camino. Al final de la subida, mientras estaban en lo alto del monte con Jesús, a los tres discípulos se les concedió la gracia de verle en su gloria, resplandeciente de luz sobrenatural. Una luz que no procedía del exterior, sino que se irradiaba de Él mismo. La belleza divina de esta visión fue incomparablemente mayor que cualquier esfuerzo que los discípulos hubieran podido hacer para subir al Tabor. Como en cualquier excursión exigente de montaña, a medida que se asciende es necesario mantener la mirada fija en el sendero; pero el maravilloso panorama que se revela al final, sorprende y hace que valga la pena. También el proceso sinodal parece a menudo un camino arduo, lo que a veces nos puede desalentar. Pero lo que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y sorprendente, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de su Reino.

 

La experiencia de los discípulos en el monte Tabor se enriqueció aún más cuando, junto a Jesús transfigurado, aparecieron Moisés y Elías, que personifican respectivamente la Ley y los Profetas (cf. Mt 17,3). La novedad de Cristo es el cumplimiento de la antigua Alianza y de las promesas; es inseparable de la historia de Dios con su pueblo y revela su sentido profundo. De manera similar, el camino sinodal está arraigado en la tradición de la Iglesia y, al mismo tiempo, abierto a la novedad. La tradición es fuente de inspiración para buscar nuevos caminos, evitando las tentaciones opuestas del inmovilismo y de la experimentación improvisada…

 

 ACCIÓN:

¿Qué parte te gusta más? ¿Cuál resaltas tú? La experiencia con Jesús y su convivencia nos enriquece. Hagamos oración con lo que más nos impresiona. Buen día.

 

jueves, 23 de febrero de 2023

ALIENTO DE VIDA

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ALIENTO DE VIDA

GUÍA DE ORACIÓN 26-02-23 Domingo 1º de Cuaresma - Ciclo A


GUÍA: Dios les dio aliento de vida. El soplo de Dios hace vivo al hombre. Ante ti, Padre, recibimos ese soplo que nos recrea y rejuvenece. Aliento de vida que nos da vida nueva. Nuestra oración también es soplo de vida que nos consolida en la fe, en la esperanza, en el amor. Saboreamos tu presencia. SILENCIO DE VIDA NUEVA, DE ESPERANZA PROFUNDA, DE AMOR COMPARTIDO.


Lectura del libro del Génesis (2,7-9;3,1-7):


EL Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo.

Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.

El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.

La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer:

«¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?».

La mujer contestó a la serpiente:

«Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios:

“No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis”».

La serpiente replicó a la mujer:

«No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal».

Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió.

Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.


GUÍA: Colocas al hombre y a la mujer en le jardín del Edén. Todo es belleza pero surge el pecado, la desobediencia. Participamos de la gracia y también de la desobediencia. Nuestras experiencias son variadas. Purifica, Señor, nuestro pecado. Líbranos del mal. Perdona nuestras culpas. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE PERDÓN, DE ENCUENTRO.


Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17

R/. Misericordia, Señor: hemos pecado


V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,

por tu inmensa compasión borra mi culpa;

lava del todo mi delito,

limpia mi pecado. R/.


V/. Pues yo reconozco mi culpa,

tengo siempre presente mi pecado.

Contra ti, contra ti solo pequé,

cometí la maldad que aborreces. R/.


V/. Oh, Dios, crea en mi un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme.

No me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu. R/.


V/. Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso.

Señor, me abrirás los labios,

y mi boca proclamará tu alabanza. R/.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5,12-19):


HERMANOS:

Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron...

Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que tenía que venir.

Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos.

Y tampoco hay proporción entre la gracia y el pecado de uno:

pues el juicio, a partir de uno, acabó en condena, mientras que la gracia, a partir de muchos pecados, acabó en justicia.

Si por el delito de uno solo la muerte inauguró su reinado a través de uno solo, con cuánta más razón los que reciben a raudales el don gratuito de la justificación reinarán en la vida gracias a uno solo, Jesucristo.

En resumen, lo mismo que por un solo delito resultó condena para todos, así también por un acto de justicia resultó justificación y vida para todos.

Pues, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, todos serán constituidos justos.


GUÍA: No hay proporción entre la gracia y el pecado. La gracia sobreabunda allí donde se halla el pecado. Padre Dios, agradecemos tu gracia, tu don de cercanía. Visualizamos el don de Dios hecho gracia en Jesucristo, alabamos con el Espíritu Santo. Confiamos en ti. SILENCIO DE TOMA DE CONCIENCIA, DE JUSTIFICACIÓN, DE AGRADECIMIENTO.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (4,1-11):


EN aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.

El tentador se le acercó y le dijo:

«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».

Pero él le contestó:

«Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».

Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:

«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».

Jesús le dijo:

«También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».

De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los

reinos del mundo y su gloria, y le dijo:

«Todo esto te daré, si te postras y me adoras».

Entonces le dijo Jesús:

«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».

Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.


GUÍA: Jesús es tentado por el diablo. Imaginamos el hecho, vemos el contraste entre el mal y el bien que habita en Jesús.  Admiramos su sabiduría y poder de sumisión al Padre. Aplicamos sus respuesta a nuestra tentaciones. ¿Quién como Dios? SILENCIO DE VISIÓN, ADORACIÓN, HUMILDAD.

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, LOS PRESENTAMOS A JESÚS.

ADMIRACIÓN, CONTEMPLACIÓN, ESCUCHA, UNIÓN.

NOS DIRIGIMOS A MARÍA QUE HA VIVIDO CON SU HIJO.

ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN AL PADRE, JUNTO CON JESÚS: PADRE NUESTRO...


CANTAMOS

Libertador de Nazaret (Erdozain)


Libertador de Nazaret, 

ven junto a mí, ven junto a mí. 

Libertador de Nazaret, 

¿Qué puedo hacer sin Ti?


Yo sé que eres camino, 

que eres la Vida y la Verdad. 

Yo sé que el que te sigue 

sabe a dónde va. 

Quiero vivir tu vida, 

seguir tus huellas, tener tu luz. 

Quiero beber tu cáliz, 

quiero llevar tu cruz.


Quiero encender mi fuego,

alumbrar mi vida y seguirte a Ti. 

Quiero escucharte siempre, 

quiero luchar por Ti. 

Busco un mensaje nuevo, 

te necesito: Libertador. 

No puedo estar sin rumbo, 

no puedo estar sin Dios.

https://www.youtube.com/watch?v=BzDEa7hA8EI

martes, 21 de febrero de 2023

TEMA CUARESMA 23

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                                                        TEMA: CUARESMA 23

 

 

El Papa Francisco nos ofrece su mensaje para la Cuaresma 2023. Actualiza el trabajo de la Cuaresma y el camino que recorre la Iglesia en su trabajo sinodal. Nos metemos en el tema y sacamos el ánimo para preparar la Pascua de Jesús y la nuestra.

 

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO

PARA LA CUARESMA 2023

 

Ascesis cuaresmal, un camino sinodal

 

Queridos hermanos y hermanas:

 

Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas concuerdan al relatar el episodio de la Transfiguración de Jesús. En este acontecimiento vemos la respuesta que el Señor dio a sus discípulos cuando estos manifestaron incomprensión hacia Él. De hecho, poco tiempo antes se había producido un auténtico enfrentamiento entre el Maestro y Simón Pedro, quien, tras profesar su fe en Jesús como el Cristo, el Hijo de Dios, rechazó su anuncio de la pasión y de la cruz. Jesús lo reprendió enérgicamente: «¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres» (Mt 16,23). Y «seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado» (Mt 17,1).

 

El evangelio de la Transfiguración se proclama cada año en el segundo domingo de Cuaresma. En efecto, en este tiempo litúrgico el Señor nos toma consigo y nos lleva a un lugar apartado. Aun cuando nuestros compromisos diarios nos obliguen a permanecer allí donde nos encontramos habitualmente, viviendo una cotidianidad a menudo repetitiva y a veces aburrida, en Cuaresma se nos invita a “subir a un monte elevado” junto con Jesús, para vivir con el Pueblo santo de Dios una experiencia particular de ascesis.

 

La ascesis cuaresmal es un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz. Era precisamente lo que necesitaban Pedro y los demás discípulos. Para profundizar nuestro conocimiento del Maestro, para comprender y acoger plenamente el misterio de la salvación divina, realizada en el don total de sí por amor, debemos dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades. Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña. Estos requisitos también son importantes para el camino sinodal que, como Iglesia, nos hemos comprometido a realizar. Nos hará bien reflexionar sobre esta relación que existe entre la ascesis cuaresmal y la experiencia sinodal. 

 

Vamos tomando el tema con interés y profundizando lo que se nos propone. Dios nos conduce en esta Cuaresma al monte y nos enseña su Palabra. La iremos viendo y asimilando. ¿Te gusta? Acompáñanos.