viernes, 24 de marzo de 2023

OS INFUNDIRÉ MI ESPÍRITU

 

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OS INFUNDIRÉ MI ESPÍRITU

GUÍA DE ORACIÓN, 26 – 03 – 23 Domingo 5º de Cuaresma - Ciclo A

 

GUÍA:  El profeta Ezequiel nos habla de la acción de Dios entre los hombres. San Pablo habla de la acción  en nuestro mundo. Jesús la manifiesta  en su tiempo. Padre Dios, todo te es posible. Necesitamos tu Espíritu para seguir tus indicaciones. No dejes que caigamos en tentación y nos alejemos de ti, Infunde nuevo impulso y transforma los corazones y el mundo. SILENCIO DE APERTURA, DE COMPRENSIÓN, DE ACCIÓN.

 

Lectura de la profecía de Ezequiel (37,12-14):

 

Así dice el Señor: «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago.» Oráculo del Señor.

 

GUÍA: Os infundiré mi espíritu y viviréis. Ya  desde  la creación nos diste tu  espíritu. Haces que todo ser sea hijo tuyo y haga tus obras. Con Jesús nos renuevas y mejoras lo débil, lo confuso. Confiamos en tu Palabra que lo dice y lo hace. Ayúdanos a responder con verdad y amor. SILENCIO DE CONFIANZA, DE ESPERANZA, DE OBRAS.

 

Sal 129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8

 

R/. Del Señor viene la misericordia,

la redención copiosa

 

Desde lo hondo a ti grito, Señor;

Señor, escucha mi voz,

estén tus oídos atentos

a la voz de mi súplica. R/.

 

Si llevas cuentas de los delitos, Señor,

¿quién podrá resistir?

Pero de ti procede el perdón,

y así infundes respeto. R/.

 

Mi alma espera en el Señor,

espera en su palabra;

mi alma aguarda al Señor,

más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor,

como el centinela la aurora. R/.

 

Porque del Señor viene la misericordia,

la redención copiosa;

y él redimirá a Israel

de todos sus delitos. R/.

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,8-11):

 

Los que viven sujetos a la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Pues bien, si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.

 

GUÍA: Vosotros estáis sujetos al Espíritu. La fe y el Bautismo nos hace criaturas nuevas en Cristo. La oración, en silencio, nos hace comprender la verdad de estas afirmaciones. Estar sujetos al misterio de Cristo nos fortalece y cambia para una vida más libre, e íntegra según el Espíritu de Dios. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE PRESENCIA, DE DESEO.

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (11,3-7.17.20-27.33b-45):

 

En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro mandaron recado a Jesús, diciendo: «Señor, tu amigo está enfermo.»

Jesús, al oírlo, dijo: «Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»

Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba.

Sólo entonces dice a sus discípulos: «Vamos otra vez a Judea.»

Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa.

Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»


Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.»

Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.»

Jesús le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»

Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»

Jesús sollozó y, muy conmovido, preguntó: «¿Dónde lo habéis enterrado?»

Le contestaron: «Señor, ven a verlo.»

Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!»

Pero algunos dijeron: «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?»

Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa.

Dice Jesús: «Quitad la losa.»

Marta, la hermana del muerto, le dice: «Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.»

Jesús le dice: «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?»


Entonces quitaron la losa.

Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.»

Y dicho esto, gritó con voz potente: «Lázaro, ven afuera.»

El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario.

Jesús les dijo: «Desatadlo y dejadlo andar.»

Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

 

GUÍA: Creación por el Espíritu, vida nueva por este mismo Espíritu, y resurrección en él. Las acciones de Dios se manifiestan a lo largo de la creación y de la historia. Todo es posible para él. Contemplamos sus manifestaciones: Creación, Bautismo, resurrección. Confiamos en ti, Padre, Hijo y Espíritu. SILENCIO DE FE, DE CONTEMPLACIÓN, DE PRESENCIA.

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, LOS PRESENTAMOS A JESÚS.

ADMIRACIÓN, CONTEMPLACIÓN, ESCUCHA, UNIÓN.

NOS DIRIGIMOS A MARÍA QUE HA VIVIDO CON SU HIJO.

ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN AL PADRE, JUNTO CON JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS

1. Cruzando el inmenso desierto/ peregrina el pueblo de Dios,

en busca de cielos abiertos/ a la luz, la paz y el amor.

 

Yahvé cambiará sus cadenas/ por la tierra de promisión;

allí será el fin de sus penas/y hallará consuelo el dolor.

 

POR TI, PATRIA ESPERADA/ ENCUENTRA LIGERA SU CRUZ.

POR TI, PATRIA ESPERADA/NO APAGA EL DESIERTO SU FE.

POR TI, PATRIA ESPERADA/ENCIENDE SU MARCHA EL AMOR.

POR TI, PATRIA ESPERADA./POR TI.

 

2. El nuevo Israel peregrino/va siguiendo en pos de una cruz:

la nube que alumbra el camino/a través de un mundo sin luz.

 

El cielo es el reino futuro,/nueva tierra de promisión,

que orienta los pasos seguros/de este nuevo Pueblo de Dios.


 

3. Los pueblos se agitan, sedientos,/bajo el peso de su dolor,

en busca de paz y de aliento,/de verdad, de luz y de amor.

 

Escucha su llanto angustiado,/que acompaña al triste marchar;

con ese su andar fatigado/van, Señor, buscando tu hogar.

 

https://www.youtube.com/watch?v=oj-7p3g35pY

5 comentarios:

  1. "Os infundiré mi Espíritu" La guía de Oración nos acompaña para ir acercándonos a la Palabra y acogerla en el corazón. Ven Espíritu Santo.

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  2. "Necesitamos tu Espíritu para seguir tus indicaciones." Aquí estamos, te esperamos, ven.

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  3. S. 129 "Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa" Lo contemplamos, agradecemos y actualizamos. Gracias, Padre.

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  4. "Cruzando el inmenso desierto/ peregrina el pueblo de Dios," Caminamos como pueblo de Dios. Él nos conduce hacia la tierra prometida. Nos protege y consuela.

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  5. S. 129 "Mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora."

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