viernes, 16 de junio de 2023

SI DE VERDAD ESCUCHÁIS MI VOZ

 

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SI DE VERDAD ESCUCHÁIS MI VOZ

GUÍA DE ORACIÓN 18-O6-23    Domingo 11º del Tiempo Ordinario - Ciclo A

 

GUÍA: Comenzamos nuestra oración. Limpiamos nuestro corazón y acogemos tu palabra. Como los israelitas perdemos a veces, el rumbo que nos lleva hacia ti. Damos vueltas y más vueltas. Tu nos propones la escucha y el cumplimiento de tus mandatos. Esperamos en el monte con Moisés. Tus palabras nos hablan de promesa. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE ESPERA, DE ENCUENTRO.

 

Lectura del libro del Éxodo (19,2-6a):

En aquellos días, los israelitas llegaron al desierto del Sinai. y acamparon allí, frente al monte. Moisés subió hacia Dios.
El Señor lo llamó desde el monte, diciendo: «Así dirás a la casa de Jacob, y esto anunciarás a los israelitas: "Ya habéis visto lo que he hecho con los egipcios, y cómo a vosotros os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mi. Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa."»

GUÍA: Padre, Nos hablas de elección, y de amor. Lo que hiciste con ellos también lo haces con nosotros. El amor nos sella como propiedad personal tuya, pueblo escogido y santo. En el monte hacemos nuestra oración y nos unimos a tu decisión de amor. Ayúdanos a realizar tus mandatos. SILENCIO DE PROPIEDAD, DE FILIACIÓN, DE FRATERNIDAD.

Salmo

Sal 99,2.3.5

R/.
 Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R/.

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5,6-11):

Cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos del castigo! Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.

 

GUÍA: Contemplamos lo que dice San Pablo a los Romanos. Cristo muere por nosotros cuando éramos pecadores. Ahora salvados, seremos salvos del castigo.  Nos gloriamos en nuestro Señor Jesucristo por quien hemos sido reconciliados con el Padre. Acción de entrega, de perdón y reconciliación. Sentimos los efectos de su amor. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE VALORACIÓN, DE UNIÓN.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,36–10,8):

En aquel tiempo, al ver Jesús a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»
Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judás Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaría, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»

 

GUÍA: Jesús se compadece de la gente que está como ovejas sin pastor. Vemos su preocupación hoy. También hoy siente la compasión y manda a los suyos a predicar, a llevar la buena nueva de su vida y  palabra. Les da autoridad para que vayan a otros gentes. Acogemos su envío. Aportamos nuestras posibilidades. SILENCIO DE ESCUCHA, DE ENVÍO, DE SOLIDARIDAD

 

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, NUESTROS SENTIMIENTOS Y LOS OFRECEMOS AL PADRE.

INVOCAMOS A MARÍA, MADRE Y MAESTRA DE ORACIÓN, CON ELLA NOS DIRIGIMOS A LA VIDA DE CADA DÍA.

CON JESÚS NOS DIRIGIMOS AL PADRE: PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO…

CANTAMOS: 

https://www.facebook.com/watch/?v=1997450166940424

4 comentarios:

  1. "Si de verdad escucháis mi voz" Dios se compromete a estar con nosotros. Presentamos nuestra oración. Cambiamos la conducta negativa y vamos hacia él, seguros de su amor.

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  2. S. 99 "Sabed que el Señor es Dios: /que él nos hizo y somos suyos,/su pueblo y ovejas de su rebaño." Disfruta de pertenecer a ese pueblo y ese rebaño. Visualízalo y agradece.

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  3. "Rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.» Él hace el bien de todos sus amigos. Rezamos y ofrecemos colaboración.

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  4. "Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.» La gracia de Dios se extiende por toda la tierra. Agradecemos y compartimos con otros el bien recibido.

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