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¡QUÉ
ABISMO DE GENEROSIDAD…EL DE DIOS!
GUÍA DE
ORACIÓN 27-08-23 Domingo 21º del
Tiempo Ordinario - Ciclo A
GUÍA: ¡Qué abismo de generosidad, el de
Dios! Se hace presente en el pueblo de
Judá. Él promete su poder a Eliacín, en la primera lectura. Glorifica a
Dios en la segunda, por la confesión de Pablo.
Pedro confiesa a Jesús como Mesías, Hijo de Dios vivo. Unidos a esta
manifestación de Dios, abrimos la mente y el corazón para acogerle y confesarle
Dios y Señor nuestro. Contemplamos a Dios, creador de la vida. Adoramos y
bendecimos su nombre. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE ILUMINACIÓN, DE ADORACIÓN
Lectura
del libro de Isaías (22,19-23):
Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: «Te echaré de tu puesto, te destituiré
de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacín, hijo de Elcías: le
vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los
habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave
del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie
lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la
casa paterna.»
GUÍA: Eliacín es escogido y aclamado como padre para los habitantes de
Jerusalén. Mantendrá el trono de David. La elección es grande. Lo que ate
quedará atado. Dios lo confirma. Repasamos las elecciones que conocemos, las
que hemos recibido por parte de Dios. Agradecemos su presencia en nuestra vida,
alabamos y bendecimos su santo nombre. SILENCIO DE VISIÓN, DE EXPERIENCIA,
DE FUTURO.
Salmo
Sal
137,1-2a.2bc-3.6.8bc
R/. Señor,
tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre. R/.
Por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.
El Señor es sublime,
se fija en el humilde
y de lejos conoce al soberbio.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (11,33-36):
¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué
insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la
mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que
él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por
los siglos. Amén.
GUÍA: Nos sentimos en la
presencia de Dios. Con Pablo proclamamos su sabiduría, su generosidad para el
universo y para cada uno de nosotros. Contemplamos su gloria, su misericordia.
Con Pablo confesamos para él la gloria por los siglos. Estamos en la unión de
toda su belleza, su verdad, su bondad. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE
PARTICIPACIÓN, DE REALIZACIÓN.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (16,13-20):
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a
sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías
o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha
revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te
digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder
del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo
que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la
tierra, quedará desatado en el cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
GUIA: Jesús
pregunta ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? Podemos escuchar la respuestas de entonces y
también de hoy. Hay muchas
contestaciones. Unas son creyentes, otras indiferentes, Como entonces, también
se nos pregunta y ¿vosotros quién decís soy yo?
En la oración
reflexionamos y tratamos de dar nuestra respuesta. Nos unimos a Pedro para
decir: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. En nuestro silencio interior
reconocemos su presencia y su realidad para nuestra fe. Confiamos, creemos,
amamos. SILENCIO DE FE, DE CONFIANZA, DE AMOR.
ESTAMOS
ANTE LA PRESENCA. RECOGEMOS EN LA FE NUESTROS SENTIMIENTOS Y NUESTRA UNIÓN A
ÉL.
INVOCAMOS
A MARÍA. PEDIMOS SU GRACIA PARA ORAR Y ACERCARNOS A LA REALIDAD, A LA VIDA Y A
DIOS.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE JUNTO CON JESÚS Y LE DIRIGIMOS LA ORACIÓN QUE ÉL NOS ENSEÑÓ:
PADRE NUESTRO
CANTAMOS:
Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
/la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija /2
/Te damos gracias, Señor/ 4
Te damos gracias, Señor,
porque has depuesto la ira
/y has detenido ante el pueblo
la mano que lo castiga /2
/Te damos gracias, Señor/4
Y sacaremos con gozo
del manantial de la vida
/las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita /2
/Te damos gracias, Señor/4
Entonces proclamaremos:
¡Cantadle con alegría!
/El nombre de Dios es grande
/Te damos gracias, Señor/4
¡Que alabe al Señor la tierra,
contadle sus maravillas!
/Qué grande en medio del pueblo
el Dios que nos justifica /2
/Te damos gracias, Señor/4
Buenos días, Mis saludos deseando para todos/as los que pasáis por estas paginas y nos seguís, un bonito encuentro con la Palabra de Dios que se nos ofrece este día. Deseamos que os ayude a avivar la fe y a compartirla con muchos otros. Vuestra colaboración nos ayuda a mejorar, cuando hacéis sugerencias con las que mejorar. Que disfrutes de este encuentro.
ResponderEliminar¡Qué abismo de generosidad...el de Dios! Un título precioso para contemplar su belleza. En oración admiramos su grandeza, su amor y su generosidad. Silencio y contemplación.
ResponderEliminar"La elección es grande. Lo que ate quedará atado. Dios lo confirma. Repasamos las elecciones que conocemos, las que hemos recibido por parte de Dios." Dejemos que la lluvia de Dios cale nuestra vida. Oramos.
ResponderEliminarS 137 "Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos" Bonita oración. Nos unimos al salmista y lo repetimos con intensidad, para todos.
ResponderEliminar«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo." Jesús se alegra con Simón, por esa comunicación del Padre. Cuando avivamos la fe también se alegrará.
ResponderEliminarS. 137 "El Señor es sublime, se fija en el humilde y de lejos conoce al soberbio." Ante su presencia la noche es clara como el día. Dejémonos iluminar por su luz.
ResponderEliminar"Como entonces, también se nos pregunta y ¿vosotros quién decís soy yo?" Escojamos nuestra respuesta. Que profundicemos en ellla.
ResponderEliminarEl amor de Dios nos acompaña cada. día. Agradecemos.
ResponderEliminar"Abismo de generosidad y sabiduria, el de Dios" Nos paramos ante él, contemplamos y agradecemos su presencia entre nosotros.
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