ORACIÓN A
LA INMACULADA
En este día, te saludamos María.
Alabamos tu belleza y nos alegramos con el gozo del Padre, del Hijo y del
Espíritu. Te encomendamos nuestras necesidades y las necesidades del mundo.
PAPA FRANCISCO
Oración a la Inmaculada*
Virgen Santa e Inmaculada,
a Ti, que eres el orgullo de nuestro
pueblo
y el amparo maternal de nuestra
ciudad,
nos acogemos con confianza y amor.
Eres toda belleza, María.
En Ti no hay mancha de pecado.
Renueva en nosotros el deseo de ser
santos:
que en nuestras palabras resplandezca
la verdad,
que nuestras obras sean un canto a la
caridad,
que en nuestro cuerpo y en nuestro
corazón brillen la pureza y la castidad,
que en nuestra vida se refleje el
esplendor del Evangelio.
Eres toda belleza, María.
En Ti se hizo carne la Palabra de
Dios.
Ayúdanos a estar siempre atentos a la
voz del Señor:
que no seamos sordos al grito de los
pobres,
que el sufrimiento de los enfermos y
de los oprimidos no nos encuentre distraídos,
que la soledad de los ancianos y la
indefensión de los niños no nos dejen indiferentes,
que amemos y respetemos siempre la
vida humana.
Eres toda belleza, María.
En Ti vemos la alegría completa de la
vida dichosa con Dios.
Haz que nunca perdamos el rumbo en
este mundo:
que la luz de la fe ilumine nuestra
vida,
que la fuerza consoladora de la
esperanza dirija nuestros pasos,
que el ardor entusiasta del amor
inflame nuestro corazón,
que nuestros ojos estén fijos en el
Señor, fuente de la verdadera alegría.
Eres toda belleza, María.
Escucha nuestra oración, atiende a
nuestra súplica:
que el amor misericordioso de Dios en
Jesús nos seduzca,
que la belleza divina nos salve, a
nosotros, a nuestra ciudad y al mundo entero.
Amén.
ACCIÓN
Unidos/as a toda la Iglesia te
bendecimos y damos gracias, Santa madre de Dios.
* Acto de veneración a la Inmaculada
en la Plaza de España (8 de diciembre de 2013)