viernes, 3 de mayo de 2019

¿ME QUIERES?


REZA Y COMPARTE

¿ME QUIERES?

GUÍA DE ORACIÓN 05-05-19

GUÍA: ¿ Me quieres? Le pregunta Jesús a Pedro. Hoy venimos ante ti, Señor, dispuestos a expresar nuestra amistad  y amor. En este rato, cerca de Jesús, escuchamos sus preguntas y damos nuestras respuestas. Veamos cómo contestamos, cómo recibimos al Señor resucitado. SILENCIO DE PRESENCIA, CONFIANZA, RESPUESTA.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (5,27b-32.40b-41):

En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: «¿No os hablamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.»
Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.»
Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.
                               GUÍA: Los apóstoles siguen confesando que Jesús ha resucitado y sigue haciendo nuevos creyentes. Jesús se extiende entre  el pueblo. El sumo sacerdote les prohíbe hablar en su nombre pero ellos consideran que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. Ante Jesús presentamos nuestra forma de hacer, nuestra fe y cómo anunciamos la experiencia. Confiamos en su ayuda para ser buenos testigos. SILENCIO DE FE, DE REFLEXIÓN, DE COMPARTIR.

Del libro del Apocalipsis (5,11-14):

Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.» Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar -todo lo que hay en ellos, que decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.» Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.» Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.

GUÍA:  “Digno es el cordero de recibir el poder, sabiduría, gloria y alabanza” También nosotros nos unimos a este canto de gloria. Nos unimos a la adoración y a la acción   de gracias para el Padre y para Jesús, elevado sobre la cruz y resucitado. Lo contemplamos y adoramos. SILENCIO DE UNIÓN, CONTEMPLACIÓN Y ADORACIÓN

Del santo evangelio según san Juan (21,1-19):

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.»
Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?»
Ellos contestaron: «No.»
Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. 

Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: «Vamos, almorzad.»
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

GUÍA: ¿Tenéis pescado? Les dice Jesús. Ellos no han conseguido nada. Pero por  la palabra de Jesús obedecen y obtienen una buena pesca. Le reconocen y comen con él pan y pescado. Comparten su vida y su pan. Nos situamos entre ellos y vemos cómo reaccionamos.
Pedro es preguntado por su amor,  Tres  veces le pregunta y tres veces le contesta, le asegura que le quiere. Entonces también se dirige a cada uno de nosotros y nos hace la misma pregunta: ¿Me quieres? ¿Nos unimos a la respuesta de Pedro? SILENCIO DE ENCUENTRO, DE AMIGOS, DE COMPROMISO

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN. Una frase para recordar.

DAMOS GRACIAS, AMAMOS, PEDIMOS, OFRECEMOS.

NOS UNIMOS A MARÍA EN ESTE MES DE MAYO Y LE DAMOS GRACIAS POR SU COMPAÑÍA EN NUESTRA VIDA.

CONFIAMOS EN EL PADRE DIOS. LE DECIMOS CON JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS        
Tú has venido a la orilla
no has buscado a sabios, ni a ricos
tan solo quieres que yo te siga

Tú necesitas mis manos
mis cansancios que a otros descansen
amor que quiero seguir amando

Tú sabes bien lo que quiero
en mi barca no hay oro ni espadas
tan sólo redes y mi trabajo 

Tú pescador de otros mares
ansia
eterna  de almas que esperan
amigo bueno que a
sí me llamas 


4 comentarios:

  1. "¿Me quieres?" Oración para esta semana. Jesús quiere asegurar su Iglesia. Pedro le confiesa su disponibilidad. ¿Qué hacemos nosotros? Ánimo y adelante con él.
    El día 5 de mayo será el evento anunciado en Facebook: Oración Grupo Reza y Comparte de 16:00 a 17:00 h.Madrid; Oración Grupo Reza y Comparte Juvenil, de 17:00 a 18:00 el mismo día. Invita a tus amigos si les gusta el encuentro con Jesús. Os esperamos.

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  2. «Muchachos, ¿tenéis pescado?» ¿Tenemos pescado? ¿Nuestro trabajo ha dado fruto?Jesús confiamos en tu palabra, queremos como ellos, echar de nuevo las redes en tu nombre. Ayúdanos.

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  3. El evento me gustó. Poca participación. Pero posiblemente lo ven hoy o mañana en el resumen que se suele publicar. Buen día.

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  4. «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»Jesús les invita con su palabra y la pesca fue abundante. Ellos obedecieron a la palabra del maestro. Su presencia nos estimula y la obediencia nos enseña nuevas formas. Gracias, Jesús.

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