REZA Y COMPARTE
EL ESPÍRITU DE SABIDURÍA
GUÍA DE
ORACIÓN 10-10-21 Domingo 28º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
GUÍA: Comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. En tu presencia te acogemos, buscamos tu
misericordia y el poder de tu bondad. Sabes llegar hasta el fondo de la vida,
del ser y del obrar. Tu cercanía nos llena de ti y nos encamina a la vida
verdadera. Sácianos de tu misericordia. Nuestro ánimo se colma de
alegría. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE MISERICORDIA, DE PERDÓN.
Lectura del libro de la Sabiduría (7,7-11):
Supliqué, y se me concedió la prudencia; invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza. No le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena, y, junto a ella, la plata vale lo que el barro. La quise más que la salud y la belleza, y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables.
GUÍA: Se me concedió la prudencia. Me vino el espíritu de sabiduría. Tu Espíritu es plenitud y gozo. Sacias de tus bienes al pobre y humilde. Confiamos en ti, Señor. Tu resplandor no tiene medida, ni ocaso. Todo está presente a tus ojos. Nos acogemos a tu bondad, guíanos por el camino recto. SILENCIO DE PRESENCIA, DE VERDAD, DE ATENCIÓN.
R/. Sácianos de tu misericordia, Señor.
Lectura de la carta a los Hebreos (4,12-13):
La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.
GUÍA: Todo está claro ante tus ojos. Nuestra vida es conocida y somos tus hijos amados. Libéranos del mal, entra con tu luz y fortalece nuestra debilidad. Son muchos los momentos perdidos en el vacío, si tú no estás. Esa Palabra viva y eficaz es capaz de transformar a la persona y mejorarla. Sana nuestro corazón para estar contigo. SILENCIO DE BÚSQUEDA, DE PETICIÓN, DE ESPERANZA.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,17-30):
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿Qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!»
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿Quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando. y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»
Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
Jesús dijo: «Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.»
GUÍA: Aquel joven buscaba la vida eterna. Jesús le propone dejar su vida cómoda y seguirle. No lo comprendió y se fue. Era muy rico. El apego a la riqueza y a los bienes, nos aleja del camino de Jesús. ¿Qué es lo que nos separa a nosotros de su camino? Una reflexión sencilla y pausada aclarará nuestra situación y lo que hemos de hacer para amar a Dios sobre todas las cosas. SILENCIO DE LUZ, DE CLARIFICACIÓN, DE DECISIÓN.
RECOGEMOS
LO MÁS IMPORTANTE DE LA ORACIÓN
OFRECEMOS,
PEDIMOS, AGRADECEMOS, NOS SENTIMOS
PERDONADOS, DECIDIMOS.
INVOCAMOS
A MARÍA NUESTRA MADRE
NOS
PRESENTAMOS CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO
CANTAMOS:
Siempre
confío en mi Dios.
"El Espíritu de Sabiduría" Oración para pedirlo y practicarlo. Dedicamos un tiempo a seguir la oración y acogerla en nuestra vida. ¿Nos hace bien? Damos gracias.
ResponderEliminar"El apego a la riqueza y a los bienes, nos aleja del camino de Jesús". Revisamos nuestros caminos.
ResponderEliminar"Supliqué, y se me concedió la prudencia; invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría". Invocamos al Señor y Él envía su Espíritu. Lo percibimos en nuestro interior y lo transmitimos a todos los que caminan a nuestro lado. El mundo se recupera.
ResponderEliminar"Invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza". Es del libro de la sabiduría. ¿Podemos constatar esto en nuestra vida? Plantemos pequeños gestos de la sabiduría de Dios y veamos su crecimiento. ¿Te gusta?
ResponderEliminar"Quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.» Jesús acoge en su compañía y está con creces.
ResponderEliminar"No hay nadie bueno más que Dios". La bondad y la sabiduría de este mundo participan de la de Dios, él se extiende a todas las criaturas. ¿La descubrimos en nosotros y los demás? Oramos y agradecemos.
ResponderEliminarEl apego a la riqueza y a los bienes, nos aleja del camino de Jesús. ¿Qué es lo que nos separa a nosotros de su camino? Una reflexión sencilla y pausada aclarará nuestra situación y lo que hemos de hacer para amar a Dios sobre todas las cosas. ¿De qué te vale ganar el mundo, si te pierdes tú?
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