TU SIERVO
ESCUCHA
GUÍA DE
ORACIÓN 14-04-24 Domingo 2º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
GUÍA: Oración que es escucha de Samuel en
el templo. Oración en el propio cuerpo, templo
del Espíritu Santo. Escucha de los primeros discípulos llamados
por Jesús. Abre, Señor, nuestros oídos para conocer tu voz, para seguirla y
anunciarla. Visualizamos nuestro momento de oración y de escucha. SILENCIO
DE ESCUCHA, DE ADMIRACIÓN, DE ACOGIDA.
Lectura
del primer libro de Samuel (3,3b-10. 19):
En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba
el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió: «Aquí estoy.»
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has
llamado.»
Respondió Elí: «No te he llamado; vuelve a acostarte.»
Samuel volvió a acostarse. Volvió a llamar el Señor a Samuel.
Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me
has llamado.»
Respondió Elí: «No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.»
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del
Señor.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Elí y le
dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel:
«Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: "Habla, Señor, que tu
siervo te escucha."»
Samuel fue y se acostó en su sitio.
El Señor se presentó y le llamó como antes: «¡Samuel, Samuel!»
Él respondió: «Habla, que tu siervo te escucha.»
Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de
cumplirse.
GUÍA:
Visualizamos a Samuel, llamado por Dios. Nos visualizamos ante el Señor que
llama a nuestro corazón, a nuestra vida. ¿Qué escuchamos? Prestamos atención a
nuestro ser, al ser de otras personas, al mundo. Padre, Dios, condúcenos por
tus sendas y que comprendamos tus acciones, tus llamadas. Que vayamos hacia ti.
SILENCIO DE OBSERVACIÓN, DE COMPRENSIÓN, DE RESPUESTA.
Salmo
Sal
39,2.4ab.7.8-9.10
R/. Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio. R/.
Entonces yo digo: «Aquí estoy
–como está escrito en mi libro–
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R/.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios;
Señor, tú lo sabes. R/.
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (6,13c-15a.17-20):
El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el
cuerpo. Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a
nosotros. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une
al Señor es un espíritu con él. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que
cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su
propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis
en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto,
¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
GUÍA: Sois
propiedad del Señor. Sois templo del Espíritu Santo. Glorificadle con vuestro
cuerpo. Admiramos la realidad de estas palabras. Sentimos su significado hecho
realidad en cada persona. Avivamos la fe en el corazón y nos sentimos habitados
por el Espíritu. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE ADORACIÓN, DE PAZ.
Lectura
del santo evangelio según san Juan (1,35-42):
En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús
que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las
cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que
oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le
dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús.
Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te
llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»
RECOGEMOS
NUESTRA ORACIÓN, LOS SENTIMIENTOS Y LOS DESEOS.
INVOCAMOS
A MARÍA PARA QUE NOS MUESTRE A JESÚS SU HIJO.
NOS DIRIGIMOS
AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.
CANTAMOS:
Hoy quiero
cantarte, Señora de los ángeles
Reina soberana, Madre celestial
Yo soy una alondra que ha puesto en ti su nido
Viendo tu hermosura te reza su cantar
Luz de la mañana, María, templo y cuna
Mar de toda gracia, fuego, nieve y flor
Puerta siempre abierta, rosa sin espinas
Yo te doy mi vida, soy tu trovador
Salve, surco
abierto donde Dios se siembra
Te eligió por madre Cristo el Redentor
Salve, esclava y reina, Virgen nazarena
Casa, pan y abrazo para el pecador
Luz de la
mañana, María, templo y cuna
Mar de toda gracia, fuego, nieve y flor
Puerta siempre abierta, rosa sin espinas
Yo te doy mi vida, soy tu trovador
Luz de la
mañana, María, templo y cuna
Mar de toda gracia, fuego, nieve y flor
Puerta siempre abierta, rosa sin espinas
Yo te doy mi vida, soy tu trovador
Fuente: Musixmatch
Autores de
la canción: Cesáreo Gabarain Azurmendi
https://www.youtube.com/watch?v=HdV9LsGeYRU
Nos visualizamos ante el Señor que llama a nuestro corazón, a nuestra vida. ¿Qué escuchamos? Prestamos atención a nuestro ser, al ser de otras personas, al mundo.
ResponderEliminar"He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;" El salmista lo proclama. Nos unimos a él y agradecemos a Dios sus beneficios y presencia en la vida.
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