viernes, 12 de enero de 2024

TU SIERVO ESCUCHA

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TU SIERVO ESCUCHA

GUÍA DE ORACIÓN 14-04-24  Domingo 2º del Tiempo Ordinario - Ciclo B

 

GUÍA: Oración que es escucha de Samuel en el templo. Oración en el propio cuerpo, templo  del Espíritu Santo. Escucha de los primeros discípulos llamados por Jesús. Abre, Señor, nuestros oídos para conocer tu voz, para seguirla y anunciarla. Visualizamos nuestro momento de oración y de escucha. SILENCIO DE ESCUCHA, DE ADMIRACIÓN, DE ACOGIDA.

 

Lectura del primer libro de Samuel (3,3b-10. 19):

En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió: «Aquí estoy.»
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Respondió Elí: «No te he llamado; vuelve a acostarte.»
Samuel volvió a acostarse. Volvió a llamar el Señor a Samuel.
Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Respondió Elí: «No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.»
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy; vengo porque me has llamado.»
Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel: «Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha."»
Samuel fue y se acostó en su sitio.
El Señor se presentó y le llamó como antes: «¡Samuel, Samuel!»
Él respondió: «Habla, que tu siervo te escucha.»
Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.

GUÍA: Visualizamos a Samuel, llamado por Dios. Nos visualizamos ante el Señor que llama a nuestro corazón, a nuestra vida. ¿Qué escuchamos? Prestamos atención a nuestro ser, al ser de otras personas, al mundo. Padre, Dios, condúcenos por tus sendas y que comprendamos tus acciones, tus llamadas. Que vayamos hacia ti. SILENCIO DE OBSERVACIÓN, DE COMPRENSIÓN, DE RESPUESTA.

Salmo

Sal 39,2.4ab.7.8-9.10

R/.
 Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio. R/.

Entonces yo digo: «Aquí estoy
–como está escrito en mi libro–
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R/.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios;
Señor, tú lo sabes. R/.

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (6,13c-15a.17-20):

El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el cuerpo. Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!

 

GUÍA: Sois propiedad del Señor. Sois templo del Espíritu Santo. Glorificadle con vuestro cuerpo. Admiramos la realidad de estas palabras. Sentimos su significado hecho realidad en cada persona. Avivamos la fe en el corazón y nos sentimos habitados por el Espíritu. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE ADORACIÓN, DE PAZ.

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,35-42):

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús.
Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»

 

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, LOS SENTIMIENTOS Y LOS DESEOS.

INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS MUESTRE A JESÚS SU HIJO.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.

 

CANTAMOS:

 

Hoy quiero cantarte, Señora de los ángeles
Reina soberana, Madre celestial
Yo soy una alondra que ha puesto en ti su nido
Viendo tu hermosura te reza su cantar

Luz de la mañana, María, templo y cuna

Mar de toda gracia, fuego, nieve y flor
Puerta siempre abierta, rosa sin espinas
Yo te doy mi vida, soy tu trovador

Salve, surco abierto donde Dios se siembra
Te eligió por madre Cristo el Redentor
Salve, esclava y reina, Virgen nazarena
Casa, pan y abrazo para el pecador

Luz de la mañana, María, templo y cuna
Mar de toda gracia, fuego, nieve y flor
Puerta siempre abierta, rosa sin espinas
Yo te doy mi vida, soy tu trovador

Luz de la mañana, María, templo y cuna
Mar de toda gracia, fuego, nieve y flor
Puerta siempre abierta, rosa sin espinas
Yo te doy mi vida, soy tu trovador

Fuente: Musixmatch

Autores de la canción: Cesáreo Gabarain Azurmendi

https://www.youtube.com/watch?v=HdV9LsGeYRU

 

2 comentarios:

  1. Nos visualizamos ante el Señor que llama a nuestro corazón, a nuestra vida. ¿Qué escuchamos? Prestamos atención a nuestro ser, al ser de otras personas, al mundo.

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  2. "He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;" El salmista lo proclama. Nos unimos a él y agradecemos a Dios sus beneficios y presencia en la vida.

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