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viernes, 24 de mayo de 2019

HAREMOS MORADA EN ÉL


REZA Y COMPARTE

HAREMOS MORADA EN ÉL

GUÍA DE ORACIÓN 26-05-19

GUÍA: Ven Espíritu Santo, ven, ilumina nuestra  mente y  nuestro corazón.  Aquí estoy, habla, Señor, que tu siervo escucha, queremos decir como Samuel. Dejamos que su presencia nos llene y derrame sus dones de paz y confianza. Espíritu Santo, ayuda nuestra oración, nuestro encuentro y nuestra respuesta. SILENCIO DE ORACIÓN, DE ESPERNZA Y DE ENCUENTRO.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (15,1-2.22-29):

En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia. Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé.
Eligieron a Judas Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo. Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado e inquietado con sus palabras.
Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Haréis bien en apartaros de todo esto. Salud.»

GUÍA: Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros… La fórmula pone de manifiesto el  estudio que han hecho. Padre, aquí estamos. A veces, tenemos que discernir y decidir. Te pedimos tu presencia y que estés con nosotros en toda situación de confrontación. Haz que veamos claro y nos unamos a lo que inspira el Espíritu.  SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE DECISIÓN Y COMPROMISO.

Del libro del Apocalipsis (21,10-14.21-23):

El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero. La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.

GUÍA: “Que te alaben los pueblos” Lo decimos con el salmista y deseamos que la gloria de Dios llene la tierra. Admiramos su presencia y la sentimos como don para  nosotros y para  todos los creyentes. El Padre llega al Hijo, lo plenifica, acoge su amor. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE ACOGIDA Y ESPERANZA.

Del santo evangelio según san Juan 14,23-29):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»

GUÍA:  El que me ama, guardará mi palabra. Mi Padre lo amará y vendremos a él. Haremos morada en él. Amados por el Padre, habitados por él, caminamos confortados y alegres por su presencia. Captamos las palabras de Jesús y contemplamos lo importante que es el guardar la palabra de Jesús. SILENCIO DE ESCUCHA, DE ENCUENTRO, DE ENTREGA.

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE PARA REPETIR.

AGRADECEMOS, CONFIAMOS, OFRECEMOS, DECIDIMOS.

INVOCAMOS A MARÍA MADRE Y MAESTRA DE FE Y ORACIÓN.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS

Creo en Jesús, creo en Jesús/Él es mi amigo, es mi alegría,/Él es mi amor.

Creo en Jesús, creo en Jesús,/Él es mi Salvador.

Él llamó a mi puerta,/me invitó a compartir su heredad./Seguiré a su lado,/llevaré su mensaje de paz.
Creo en Jesús, creo en Jesús/Él es mi amigo, es mi alegría,/Él es mi amor.

Creo en Jesús, creo en Jesús,/Él es mi Salvador.

Ayudó al enfermo y le trajo la felicidad./Defendió al humilde,/combatió la mentira y el mal.
Creo en Jesús, creo en Jesús/Él es mi amigo, es mi alegría,/Él es mi amor.
Día y noche (Creo en Jesús).
El está a mi lado (Creo en Jesús).
Sigo sus palabras (Creo en Jesús).
Doy por Él la vida (Creo en Jesús).
Es mi salvador.
Creo en Jesús, creo en Jesús/Él es mi amigo, es mi alegría,/Él es mi amor.
Creo en Jesús, creo en Jesús,/Él es mi Salvador.
Enseñó a Zaqueo a partir su hacienda y su pan./Alabó a la viuda porque dio cuanto pudo ella dar.

Creo en Jesús, creo en Jesús/Él es mi amigo, es mi alegría,/Él es mi amor

Creo en Jesús, creo en Jesús,/Él es mi Salvador.

Aleluya (Creo en Jesús).
Él es el mesías (Creo en Jesús).
Él es mi esperanza (Creo en Jesús).
Vive para siempre (Creo en Jesús).
Es mi salvador.
Creo en Jesús, creo en Jesús/Él es mi amigo, es mi alegría,/Él es mi amor
Creo en Jesús, creo en Jesús,/Él es mi Salvador.

Creo en Jesús, creo en Jesús/Él es mi amigo, es mi alegría,/Él es mi amor

Creo en Jesús, creo en Jesús,/Él es mi Salvador. 


viernes, 8 de junio de 2018

DIOS, EL PECADO Y YO


                                                                    REZA Y COMPARTE

DIOS, EL PECADO Y YO

GUÍA DE ORACIÓN 10-06-18

GUÍA: Estamos en la liturgia del Tiempo Ordinario, décimo domingo. Nuestra oración moviliza la fe, la esperanza y el amor. En el interior, abrimos la mente y el corazón para acoger la Palabra de Dios que se nos propone. Lo abrimos a la fe y nos adherimos a Jesús resucitado. Reconocemos y acogemos al Dios de la vida y al Espíritu que nos impulsa al amor. Damos espacio a cada una de estas afirmaciones, para que se hagan fuertes en nosotros.                                             
Del libro del Génesis. [Gén 39-15] 

Cuando Adán comió del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo:
«¿Dónde estás?».
Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El Señor Dios le replicó:
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?».
La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo;
te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida;
pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia;
esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».

 
GUÍA
: El Génesis nos habla del hombre, la mujer y Dios. El pecado, la discordia, entran  en sus relaciones. Dios interroga entonces y ahora: ¿Dónde estás? Y ahí están Adán y Eva o cualquiera de los vivientes. Seguramente es fácil disculparse, dar razones. Visualizamos la escena y nos sentimos protagonistas.
Dios ataca al mal y se pone de parte del ser humano. Pondré enemistad entre tu descendencia y la suya. Queda emplazado a resistir y vencer al mal. Emplazados también hoy  todos. Nos situamos del  lado de Dios y veamos nuestra posición en la actualidad, nuestra forma de actuar. SILENCIO DE REVISIÓN, ELECCIÓN Y CONFIANZA.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios. [2 Cor.  4, 13 — 5, 1]

Hermanos:
Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará con vosotros ante él.
Pues todo esto es para vuestro bien, a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.
Por eso, no nos acobardamos, sino que, aun cuando nuestro hombre exterior se vaya desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día.
Pues la leve tribulación presente nos proporciona una inmensa e incalculable carga de gloria, ya que no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve; en efecto, lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno.
Porque sabemos que si se destruye esta nuestra morada terrena, tenemos un sólido edificio que viene de Dios, una morada que no ha sido construida por manos humanas, es eterna y está en los cielos.

 GUÍA:  “Creí, por eso hablé” Pablo se lo aplica a si mismo. Creer y hablar, creer y anunciar a Jesús, son la fuerza de Dios en él. Nuestra fe conlleva la experiencia personal  y  la transmisión  a otros. Apoyados en Dios, ¿creemos, tratamos de vivir en cristiano los mandatos del Señor? ¿Cómo es nuestro trabajo en su viña, cómo llevamos adelante  su reino en nosotros y en los demás? Pensamos algunas cosas que podemos hacer por él. SILENCIO DE FE, DE EXPERIENCIA, DE COMPROMISO.

Del santo Evangelio según san Marcos. [Mc 3, 20-35]

En aquel tiempo, Jesús llegó a casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.
Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios».
El los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:

«Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».

 GUÍA: Jesús es perseguido, se le interpreta mal. Le acompañamos en estos momentos de controversia. Vemos dónde nos encontramos, de parte de quién estamos. Su madre y sus hermanos, dice Jesús, son éstos: El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, hermana y madre. Ante Jesús, recibimos este título de hermano, hermana y madre. Ofrezcamos nuestra realidad. 

SILENCIO DE  ACEPTACIÓN, DE PRESENCIA, ENTREGA

SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN

VALORAMOS, OFRECEMOS, PEDIMOS PERDÓN, DAMOS GRACIAS

INVOCAMOS A MARÍA,  QUE ACOGE LA PALABRA DE DIOS

NOS DIRIGIMOS A DIOS COMO PADRE NUESTRO: PADRE…

CANTAMOS

Querido Padre, cansado vuelvo a ti 
haz que conozca en don de tu amistad 
vivir por siempre el gozo del perdón 
y en tu presencia la fiesta celebrar, 
pongo en tus manos mis culpas Oh Señor 
estoy seguro de que eres siempre fiel 
dame las fuerzas para poder andar 
buscando en todo hacer tu voluntad 

Padre, yo busco tu amor, 
Padre vuelvo a ti 
mira que tu hijo soy 
Padre vuelvo a ti. (2) 


Lo reconozco, a veces olvide 
que eres mi Padre y que a mi lado estas 
que soy tu hijo y que me aceptas como soy 
solo me pides vivir en sinceridad, 
Quiero sentirme cercano a ti Señor 
oír tu voz que me habla al corazón 
sentirme libre desde tu libertad 
ser signo vivo de la fraternidad.
https://www.youtube.com/watch?v=EXUuplPhmSI