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martes, 19 de marzo de 2024

TEMA: MENSAJE CUARESMA 24, 3

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TEMA : MENSAJE CUARESMA 24, 3

 

Estamos terminando la Cuaresma. Llega la Semana Santa, la Pascua. Nos unimos a Jesús que camina hacia su hora y su muerte, resurrección. Nos arrastra con él y queremos vivir con él. Reflexionemos cambiemos los caminos extraviados.

 

 

La forma sinodal de la Iglesia, que en estos últimos años estamos redescubriendo y cultivando, sugiere que la Cuaresma sea también un tiempo de decisiones comunitarias, de pequeñas y grandes decisiones a contracorriente, capaces de cambiar la cotidianeidad de las personas y la vida de un barrio: los hábitos de compra, el cuidado de la creación, la inclusión de los invisibles o los despreciados. Invito a todas las comunidades cristianas a hacer esto: a ofrecer a sus fieles momentos para reflexionar sobre los estilos de vida; a darse tiempo para verificar su presencia en el barrio y su contribución para mejorarlo. Ay de nosotros si la penitencia cristiana fuera como la que entristecía a Jesús. También a nosotros Él nos dice: «No pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan» (Mt 6,16). Más bien, que se vea la alegría en los rostros, que se sienta la fragancia de la libertad, que se libere ese amor que hace nuevas todas las cosas, empezando por las más pequeñas y cercanas. Esto puede suceder en cada comunidad cristiana.

En la medida en que esta Cuaresma sea de conversión, entonces, la humanidad extraviada sentirá un estremecimiento de creatividad; el destello de una nueva esperanza. Quisiera decirles, como a los jóvenes que encontré en Lisboa el verano pasado: «Busquen y arriesguen, busquen y arriesguen. En este momento histórico los desafíos son enormes, los quejidos dolorosos —estamos viviendo una tercera guerra mundial a pedacitos—, pero abrazamos el riesgo de pensar que no estamos en una agonía, sino en un parto; no en el final, sino al comienzo de un gran espectáculo. Y hace falta coraje para pensar esto» (Discurso a los universitarios, 3 agosto 2023). Es la valentía de la conversión, de salir de la esclavitud. La fe y la caridad llevan de la mano a esta pequeña esperanza. Le enseñan a caminar y, al mismo tiempo, es ella la que las arrastra hacia adelante.[1]

Los bendigo a todos y a vuestro camino cuaresmal.

FRANCISCO

 

ACCIÓN:

Acojamos la palabra del Papa y colaboremos en este camino sinodal de la cuaresma. Con Jesús, podemos caminar en una vida nueva y resucitada.




martes, 8 de agosto de 2023

TEMA: PAPA FRANCISCO a los jóvenes, LISBOA

 

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TEMA: PAPA FRANCISCO a los jóvenes, LISBOA


 

El Papa saluda a los jóvenes en el comienzo de la JMJ.  Lee con atención y disfruta de su mensaje de llamada y de amor por parte de Dios. Escúchalo tú también y reacciona.

 

Queridos jóvenes: Boa tarde!

Bienvenidos y gracias por estar aquí, ¡me alegra verlos! Y también me alegra escuchar el simpático alboroto que hacen y poderme contagiar de su alegría. Es hermoso estar juntos en Lisboa; fueron llamados por mí, por el Patriarca —a quien agradezco sus palabras— por sus obispos, sacerdotes, catequistas y animadores. ¡Vamos a agradecerles a todos los que llamaron y a todos los que trabajaron para posibilitar esta reunión, y lo hacemos con un fuerte aplauso! Pero, sobre todo, es Jesús quien los llamó, ¡agradezcámosle a Jesús con otro fuerte aplauso!

Ustedes no están aquí por casualidad. El Señor los llamó, no sólo en estos días, sino desde el comienzo de sus vidas. A todos nos llamó desde el comienzo de la vida. Él los ha llamado por sus nombres. Escuchamos la palabra de Dios que los llamó por sus nombres. Intenten imaginar estas palabras escritas en letras grandes; y después piensen que están escritas dentro de cada uno de ustedes, en sus corazones, como formando el título de tu vida, el sentido de lo que sos: has sido llamado por tu nombre, vos, vos, vos, acá todos nosotros, yo, hemos sido llamados por nuestro nombre, no fuimos llamados automáticamente. 

El Papa Francisco marca un hito con su primer discurso en la JMJ Lisboa 2023

Fuimos llamados por el nombre, pensemos esto. Jesús me llamó por mi nombre. Son palabras escritas en el corazón y después pensemos que están escritas dentro de cada uno de nosotros.

Has sido llamado por tu nombre, has sido llamado por tu nombre, ninguno de nosotros es cristianos por casualidad. ¡Todos fuimos llamados por nuestros nombres!

Al principio de la trama de la vida, antes de los talentos que tenemos, antes de las sombras y de las heridas que llevamos dentro, hemos sido llamados. Hemos sido llamados ¿por qué? Porque somos amados. ¡Qué lindo!

A los ojos de Dios somos hijos valiosos, que Él llama cada día para abrazar, para animar; para hacer de cada uno de nosotros una obra maestra única y original, cada uno de nosotros es original y la belleza de todo esto no la podemos vislumbrar.

Queridos jóvenes, en esta Jornada Mundial de la Juventud, ayudémonos a reconocer esta realidad; que estos días sean ecos vibrantes de esa llamada amorosa de Dios porque somos valiosos a los ojos de Dios, a pesar de aquello que a veces ven nuestros ojos, empañados por la negatividad y deslumbrados por tantas distracciones. 

Que estos sean días en los que mi nombre, tu nombre, por medio de hermanos y hermanas de tantas lenguas y tantas naciones, vemos tantas banderas, que lo pronuncian amistosamente, resuene como una noticia única en la historia, porque único es el latido de Dios por ti. Que sean días en los que grabemos en el corazón que somos amados como somos, no como quisiéramos ser, como somos ahora. Este es el punto de partida de la JMJ, pero sobre todo el punto de partida de la vida.

ACCIÓN:

Un bonito discurso, emocionante que lanza el Papa a todos y cada uno de los asistentes en Lisboa. Reflexiona y graba en tu corazón las palabras de llamada de Dios a la vida, el amor de Dios a tu persona. Que sean punto de partida  para un camino de escucha y compañía: Somos amados como somos.

 

 

viernes, 14 de julio de 2023

EMPAPAR LA TIERRA

 

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EMPAPAR LA TIERRA

 

GUÍA DE ORACIÓN 16-07-23       XV Domingo Ordinario

 

GUÍA:  Espíritu Santo, ven e ilumina nuestra mente y corazón. Llega a nosotros y haz que te encontremos en tu amor y verdad. Enséñanos a orar. Te presentamos estos momentos y el ir y venir de la vida. Cambia todo que entorpece el camino y nos oscurece. SILENCIO DE APERTURA, DE ILUMINACIÓN, DE CERCANÍA.

 

Lectura del libro de Isaías, Is 55, 10-11

Esto dice el Señor:
"Como bajan del cielo la lluvia y la nieve
y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer,
así será la palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí sin resultado,
sino que hará mi voluntad
y cumplirá su misión".

 

GUÍA: Como el agua empapa la tierra. Así tu Palabra llega a nosotros y hace su misión.  Fecundiza, acompaña y renueva el fruto que esperas de cada uno de tus hijos. Nace la nueva semilla y el nuevo pan. La Palabra nos empapa y hace fieles a tu voluntad. SILENCIO DE ESCUCHA, DE ADMIRACIÓN, DE ESPERANZA.

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos  8, 18-23

Hermanos: Considero que los sufrimientos de esta vida no se pueden comparar con la gloria que un día se manifestará en nosotros; porque toda la creación espera, con seguridad e impaciencia, la revelación de esa gloria de los hijos de Dios.

La creación está ahora sometida al desorden, no por su querer, sino por voluntad de aquel que la sometió. Pero dándole al mismo tiempo esta esperanza: que también ella misma, va a ser liberada de la esclavitud de la corrupción, para compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

Sabemos, en efecto, que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

 

GUÍA: Toda la creación espera  la manifestación de la gloria de Dios en los hijos que viven tu Palabra.  Padre Dios, condúcenos hacia ti, haz nuevas todas las cosas y haz que crezcamos como hijos, bajo  tu mirada providente. SILENCIO DE INTERIORIZACIÓN, DE CONOCIMIENTO, DE LUZ.

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo  Mt 13, 1-23

Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo:

"Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga."

Después se le acercaron sus discípulos y le preguntaron: "¿Por qué les hablas en parábolas?" Él les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no. Al que tiene, se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.

En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.

Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.

Escuchen, pues, ustedes lo que significa la parábola del sembrador.

A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino.

Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.

Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y queda sin fruto.

En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta''.

 

GUÍA: La parábola nos habla de la semilla que cae en la tierra diversa. El resultado es también distinto. Sólo la que cae en buena tierra da el fruto bueno. Cuida,  Padre, nuestra tierra. Dale tu gracia para que dé el fruto bueno. Haz que las situaciones no ahoguen la buena semilla. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE APOYO, DE COMPROMISO.

 

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, LOS PRESENTAMOS A JESÚS.

 

TEMORES, ESPERANZAS, PROYECTOS, CONFIANZA.

NOS DIRIGIMOS A MARÍA QUE ENCIENDE LA  LUZ DE LA FE EN SU HIJO RESUCITADO

 

ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN AL PADRE, JUNTO CON JESÚS: PADRE NUESTRO…

 

CANTAMOS

Una mañana el sembrador,

 

https://www.youtube.com/watch?v=0rX-uS4hnhs

viernes, 19 de mayo de 2023

ASCENSIÓN DEL SEÑOR AL CIELO


 

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ASCENSIÓN DEL SEÑOR AL CIELO


GUÍA DE ORACIÓN Ascensión del Señor - Ciclo A - (Domingo VII de Pascua)


GUÍA: El Día de la Ascensión nos acerca al hecho de la elevación de Jesús al cielo. Estamos ante ti, Padre, llevas al Hijo y das tus encargos para seguir su tarea. Los dos junto con el Espíritu Santo seguís en la vida y transformáis las cosas. Danos un corazón nuevo para avanzar en el camino. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE PRESENCIA Y DE MANIFESTACIÓN.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (1,1-11):

 

EN mi primer libro, Teófilo, escribí de todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el comienzo hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido, movido por el Espíritu Santo. Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios.

Una vez que comían juntos, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino: «aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días».

Los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo:

«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino a Israel?».

Les dijo:

«No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y “hasta el confín de la tierra”».

Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:

«Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo».

GUÍA: Visualizamos el momento. Estamos allí y escuchamos las palabras de separación pero también el envío para anunciarlo hasta el confín de la tierra. Sentimos el tiempo de la separación y el tiempo de la acción, del compromiso. Espíritu de Dios, acompaña nuestros caminos, danos fortaleza en la fe. Calienta nuestros corazones en el amor, aviva nuestra esperanza. SILENCIO PARA EXPRESIÓN DE FE, DE AMOR, DE ESPERANZA.

 

Sal 46,2-3.6-7.8-9

 


R/. Dios asciende entre aclamaciones;

el Señor, al son de trompetas

 

Pueblos todos, batid palmas,

aclamad a Dios con gritos de júbilo;

porque el Señor altísimo es terrible,

emperador de toda la tierra. R/.

 

Dios asciende entre aclamaciones;

el Señor, al son de trompetas:

tocad para Dios, tocad;

tocad para nuestro Rey, tocad. R/.

 

Porque Dios es el rey del mundo:

tocad con maestría.

Dios reina sobre las naciones,

Dios se sienta en su trono sagrado. R/.

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,17-23):

 

HERMANOS:

El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro.

Y «todo lo puso bajo sus pies», y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos.

GUÍA: Oímos las palabras de San Pablo a los Corintios. Captamos la grandeza del hecho y la grandeza del poder del que resucitó a Jesucristo de entre los muerto para que esté a su derecha. Todo lo puso bajo sus pies. Él cabeza de la Iglesia y el que lleva a plenitud todas las cosas. SILENCIO DE ACOGIDA, DE ACEPTACIÓN, DE ESPERA.

 

Conclusión del santo evangelio según san Mateo (28,16-20):

 

EN aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.

Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron.

Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

«Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.

Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos».

GUÍA: Seguimos en el monte escuchando las palabras de Jesús.  Id y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Nos sentimos enviados, y acompañados por el Señor que promete su presencia hasta el fin de los tiempos. SILENCIO DE ENVÍO, DE FE, DE CONFIANZA.

 

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, LOS PRESENTAMOS A JESÚS, CONFIAMOS.

TEMORES, ESPERANZAS, PROYECTOS, CONFIANZA.

NOS DIRIGIMOS A MARÍA QUE ENCIENDE LA  LUZ DE LA FE  Y  ACOMPAÑA EN EL ANUNCIO.

ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN AL PADRE, JUNTO CON JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS

1. Cruzando el inmenso desierto

peregrina el pueblo de Dios,

en busca de cielos abiertos

a la luz, la paz y el amor.

 

Yahvé cambiará sus cadenas

por la tierra de promisión;

allí será el fin de sus penas

y hallará consuelo el dolor.

 

POR TI, PATRIA ESPERADA

ENCUENTRA LIGERA SU CRUZ.

POR TI, PATRIA ESPERADA

NO APAGA EL DESIERTO SU FE.

 

POR TI, PATRIA ESPERADA

ENCIENDE SU MARCHA EL AMOR.

POR TI, PATRIA ESPERADA.

POR TI.

 

2. El nuevo Israel peregrino

va siguiendo en pos de una cruz:

la nube que alumbra el camino

a través de un mundo sin luz.

 

El cielo es el reino futuro,

nueva tierra de promisión,

que orienta los pasos seguros

de este nuevo Pueblo de Dios.

 

3. Los pueblos se agitan, sedientos,

bajo el peso de su dolor,

en busca de paz y de aliento,


de verdad, de luz y de amor.

 

Escucha su llanto angustiado,

que acompaña al triste marchar;

con ese su andar fatigado

van, Señor, buscando tu hogar.

https://www.youtube.com/watch?v=oj-7p3g35pY