REZA Y COMPARTE
SANTÍSIMA TRINIDAD
GUÍA: A los
siete días de Pentecostés, celebramos la
fiesta de la Santísima Trinidad. Elevamos nuestras manos y el corazón al Dios
trinidad: Padre, Hijos y Espíritu santo. Alabamos y agradecemos, adoramos. Tú
eres grande, creador del cielo y tierra. Tú eres Hijo, Jesucristo, obediente y
salvador de tus hermanos. Espíritu Santo, tú, amor, Dios del consuelo y de la
paz. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, ALABANZA,
AGRADECIMIENTO.
Del libro del Éxodo (34,4b-6.8-9):
En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, como le había mandado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra. El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del Señor.
El Señor pasó ante él, proclamando: «Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad.»
Moisés, al momento, se inclinó y se echó por tierra. Y le dijo: «Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya.»
GUÍA: Moisés sube al monte Sinaí, mandado por el Señor. En su encuentro, le encuentra compasivo y misericordioso. Se dirige a dios pidiéndole que vaya con su pueblo de dura cerviz. Que los nombre heredad suya. ¿Qué pedimos nosotros ante Dios, que nos visita en la oración? ¿Qué pedimos para su pueblo? SILENCIO DE PRESENCIA, RECONOCIMIENTO, PETICIÓN.
En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, como le había mandado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra. El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del Señor.
El Señor pasó ante él, proclamando: «Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad.»
Moisés, al momento, se inclinó y se echó por tierra. Y le dijo: «Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya.»
GUÍA: Moisés sube al monte Sinaí, mandado por el Señor. En su encuentro, le encuentra compasivo y misericordioso. Se dirige a dios pidiéndole que vaya con su pueblo de dura cerviz. Que los nombre heredad suya. ¿Qué pedimos nosotros ante Dios, que nos visita en la oración? ¿Qué pedimos para su pueblo? SILENCIO DE PRESENCIA, RECONOCIMIENTO, PETICIÓN.
De la segunda carta del apóstol san
Pablo a los Corintios (13,11-13):
Alegraos, enmendaos, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros. Saludaos mutuamente con el beso ritual. Os saludan todos los santos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con todos vosotros.
GUÍA: Alegraos, tened un mismo sentir y vivid en paz. Nuestra oración se abre a la alegría por la presencia de Dios que nos lleva a la unión y a la paz. Vivamos estos momentos en el amor de Dios y en la comunión del Espíritu. Como un solo corazón todos los cristianos recibimos su presencia y nos abrimos a su gracia. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE COMPASIÓN Y DE AMOR DE DIOS.
Alegraos, enmendaos, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros. Saludaos mutuamente con el beso ritual. Os saludan todos los santos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con todos vosotros.
GUÍA: Alegraos, tened un mismo sentir y vivid en paz. Nuestra oración se abre a la alegría por la presencia de Dios que nos lleva a la unión y a la paz. Vivamos estos momentos en el amor de Dios y en la comunión del Espíritu. Como un solo corazón todos los cristianos recibimos su presencia y nos abrimos a su gracia. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE COMPASIÓN Y DE AMOR DE DIOS.
Del santo evangelio según san Juan
(3,16-18):
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
GUÍA: Se nos
presenta el misterio d la Trinidad: Dios Padre que ama a la humanidad, Jesús,
su Hijo, entregado para la salvación del mundo, Espíritu Santificador en la
verdad. Recibimos sus acciones, acogemos su amor, entrega y proximidad.
Colaboramos con amor para Dios y para los hermanos. Nos transforma su amor
misericordioso. SILENCIO DE ACOGIDA,
APERTURA, COMPROMISO.
RECOGEMOS NUESTROS
SENTIMIENTOS, NUESTRA ORACIÓN EN UNA FRASE.
INVOCAMOS A MARÍA MADRE Y
GUÍA.
NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON
LAS PALABRAS DE JESÚS.
CANTAMOS
/ Gloria a Dios, Gloria a
Dios, Gloria al Padre. / (2)
/ A Él le sea la gloria. /
(2)
/ ¡Aleluya! Amén. / (4)
/ Gloria a Dios, Gloria a
Dios, Gloria al Hijo. / (2)
/ A Él le sea la gloria. /
(2)
/ ¡Aleluya! Amén. / (4)
/ Gloria a Dios, Gloria a
Dios, Espíritu Santo. / (2)
/ A Él le sea la gloria. /
(2)
/ ¡Aleluya! Amén. / (4)