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viernes, 22 de marzo de 2019

YO SOY

REZA Y COMPARTE

YO SOY

GUÍA DE ORACIÓN

GUÍA:  Nos presentamos ante ti, Señor. Cada uno de nosotros te sentimos presencia, el “ Yo soy” que dijiste a Moisés es para nosotros,  Padre misericordioso y esperanzado.  Participamos de tu esperanza. Que tu ser y presencia se nos haga  visible y  cercana en la oración, en el encuentro personal. Aviva,  Señor, nuestra fe. SILENCIO CREYENTE, ADORADOR, ESPERANZADO.


Del libro del Éxodo (3,1-8a.13-15):


En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse.
Moisés se dijo: «Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza.»
Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: «Moisés, Moisés.»
Respondió él: «Aquí estoy.»
Dijo Dios: «No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.»
Y añadió: «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.» Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios.
El Señor le dijo: «He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a bajar a librarlos de los egipcios, a saca
rlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel.» 


Moisés replicó a Dios: «Mira, yo iré a los israelitas y les diré: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros." Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?»
Dios dijo a Moisés: «"Soy el que soy"; esto dirás a los israelitas: `Yo-soy' me envía a vosotros".»
Dios añadió: «Esto dirás a los israelitas: "Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Éste es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación".»

GUÍA: He oído las quejas de mi pueblo. Voy a bajar a librarlos. Dios ve que el pueblo sufre y decide librarlos. Se manifiesta atento  a la voz de su pueblo. Nos situamos con Moisés y escuchamos las palabras, la voz de Dios que nos envía a la vida, a la liberación del  pueblo, a cumplir nuestra misión. SILENCIO DE ESCUCHA, DE CONFIANZA, DE RESPUESTA.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10,1-6.10-12):

No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo hicieron aquéllos. No protestéis, como protestaron algunos de ellos, y perecieron a manos del Exterminador. Todo esto les sucedía como un ejemplo y fue escrito para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga.

GUÍA:  La mayoría de los que salen de Egipto  no agrada a Dios en el desierto. Allí perdieron su vida. Hoy somos nosotros los que vamos atravesando el desierto de la vida, los que se quejan de Dios en ocasiones, los que le olvidan. Padre, dirige nuestros pasos, sana nuestro corazón. Que el  Yo soy se quede en nosotros y nuestro corazón te responda con amor.  Danos la conversión hacia tus caminos, hacia ti. SILENCIO DE PRESENCIA, DE PERDÓN, DE CONVERSIÓN

Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,1-9):

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.»
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas".»

GUÍA: Si no os convertís acabaréis igual que ellos. El pecado es el mismo para todos. Cada uno da cuenta de sus acciones. Jesús, conviértenos a ti. Es necesario cambiar el mal camino, seguir tus sendas. Que seamos capaces de alejarnos del mal.
Dios espera el fruto de la higuera. Espera y si no da fruto, la cortará. ¿Con cuál nos identificamos?  SILENCIO DE IDENTIFICACIÓN, DE PERDÓN, DE DECISIÓN.

RECOGEMOS LA SÍNTESIS DE LA ORACIÓN EN UNA FRASE PARA RECORDAR.

ESCUCHAMOS, ADORAMOS, AMAMOS, OFRECEMOS

NOS DIRIGIMOS A MARÍA PARA QUE NOS ACOMPAÑE

INVOCAMOS AL PADRE CON LOS PALABRA DE JESÚS: PADRE NUESTRO

1. Cruzando el inmenso desierto/peregrina el pueblo de Dios,
en busca de cielos abiertos / la luz, la paz y el amor.

Yahvé cambiará sus cadenas/ por la tierra de promisión;
allí será el fin de sus penas /y hallará consuelo el dolor.

POR TI, PATRIA ESPERADA/ENCUENTRA LIGERA SU CRUZ.
POR TI, PATRIA ESPERADA/NO APAGA EL DESIERTO SU FE.

POR TI, PATRIA ESPERADA/ENCIENDE SU MARCHA EL AMOR.
POR TI, PATRIA ESPERADA./POR TI.

2. El nuevo Israel peregrino/va siguiendo en pos de una cruz:
la nube que alumbra el camino/a través de un mundo sin luz.

El cielo es el reino futuro,/nueva tierra de promisión,
que orienta los pasos seguros /de este nuevo Pueblo de Dios.

3. Los pueblos se agitan, sedientos, /bajo el peso de su dolor,
en busca de paz y de aliento, /de verdad, de luz y de amor.

Escucha su llanto angustiado, /que acompaña al triste marchar;
con ese su andar fatigado /van, Señor, buscando tu hogar.









viernes, 8 de marzo de 2019

ESCUCHÓ NUESTROS GRITOS



REZA Y COMPARTE

ESCUCHÓ NUESTROS GRITOS

GUÍA DE ORACIÓN 10-03-19

GUÍA: Vamos al desierto. Allí la soledad observa nuestra situación. Acompañamos a Jesús que es tentado. Nuestra oración necesita abrir la mente para comprender la situación de Jesús, su ayuno, su necesidad corporal, su lucha ante el mal. Sentimos admiración y descubrimos sus tentaciones. SILENCIO DE OBSERVACIÓN, RECONOCIMIENTO DE NUESTROS FALLOS, PETICIÓN DE PERDÓN.

Del libro del Deuteronomio (26,4-10):

Dijo Moisés al pueblo: «El sacerdote tomará de tu mano la cesta con las primicias y la pondrá ante el altar del Señor, tu Dios. Entonces tú dirás ante el Señor, tu Dios: "Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto, y se estableció allí, con unas pocas personas. Pero luego creció, hasta convertirse en una raza grande, potente y numerosa. Los egipcios nos maltrataron y nos oprimieron, y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra opresión, nuestro trabajo y nuestra angustia.

El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y portentos. Nos introdujo en este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel. Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me has dado." Lo pondrás ante el Señor, tu Dios, y te postrarás en presencia del Señor, tu Dios." 


GUÍA: Ofrecer a Dios las primicias, los mejores frutos. Lo mandaba la Ley. Esas primicias ofrecidas a Dios como acción de gracias, pueden ser ofrecidas hoy desde cada creyente. Los bienes recibidos bien merecen nuestra ofrenda agradecida. Haz tu ofrenda interior y reconoce que has sido escuchado/a, muchas veces por el Señor. SILENCIO AGRADECIDO, DE OFRENDA Y ALABANZA A DIOS QUE TANTO HACE POR SUS CRIATURAS.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (10,8-13):

La Escritura dice: "La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón." Se refiere a la palabra de la fe que os anunciamos. Porque, si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación. Dice la Escritura: "Nadie que cree en él quedará defraudado." Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues "todo el que invoca el nombre del Señor se salvará."

GUÍA: Aquí estoy, Señor, Reconozco que quien cree en ti no quedará confundido. Proclamar con los labios que Jesús es Señor. Creer que Dios lo resucitó de entre los muertos, lleva a la salvación.