viernes, 14 de febrero de 2025

BENDITO QUIEN PONE EN DIOS SU CONFIANZA

 

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BENDITO QUIEN PONE EN DIOS SU CONFIANZA

 

GUÍA DE ORACIÓN 16-02-25   VI Domingo del Tiempo Ordinario

 

GUÍA:  Confianza en Dios, y seguridad en su presencia salvadora. Es la luz que nos ilumina en este domingo. Cristo resucitado que nos traslada a  su reino, las Bienaventuranzas nos presentan el programa del reino de Dios. Somos ciudadanos del cielo, nos preparamos para conseguirlo y ser bienaventurados. EN SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE ESPERANZA, DE CONFIANZA

 

Lectura del libro de Jeremías (17,5-8):

Así dice el Señor: «Maldito quien confía en el hombre, y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor. Será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto.»

 

GUÍA: Será un árbol plantado junto al agua. Sentimos la verdad de la imagen y nos reconocemos llamados al agua que da vida y fecunda la existencia de cada persona. Espíritu de Dios, ven transforma la sequía en agua y buenos frutos. Llena el corazón de tu amor, belleza y verdad. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE VALORACIÓN, DE CONSTANCIA.

 

Salmo

Sal 1,1-2.3.4.6

R/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.

Será como un árbol plantado
al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.

No así los impíos, no así;

serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (15,12.16-20):

Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno de vosotros que los muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.

 

GUÍA: En fe nos unimos a ti, Señor. Te buscamos resucitado y lleno de vida para todos. Venga a nosotros tu reino, tu verdad. Nuestra esperanza está en ti. Guárdanos de todo mal. SILENCIO EN ENCUENTRO, DE ADORACIÓN, DE FUTURO.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,17.20-26):

En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis
 saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.»

 

GUÍA: Vemos a Jesús en ese monte. Le escuchamos lo que dice y lo que nos dice a cada uno/a. Dichosos … dichosos…En la presencia del Señor somos dichosos y confiamos en su mirada que también confía en nosotros y en nuestro mundo.  Un día nuevo para caminar o estar junto a él, para llevar su palabra a otros que lo necesitan. SILENCIO DE CONFIANZA, DE ESPERANZA, DE PERDÓN.

 

RECIBIMOS AL ESPÍRITU QUE NOS FORTALECE.

PEDIMOS, ALABAMOS, DAMOS GRACIAS, PRESENTAMOS UN COMPROMISO.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON JESÚS: PADRE NUESTRO

 

CANTAMOS Hna. Gelda

El señor es mi pastor, nada me falta.

https://www.youtube.com/watch?v=37CbEGS2iWA

 

viernes, 7 de febrero de 2025

AQUÍ ESTOY

 

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AQUÍ ESTOY

GUÍA DE ORACIÓN , 09-02-25,   V Domingo del Tiempo Ordinario

 

GUÍA: En el templo, en nuestro interior, contemplamos a Dios creador del universo. La gloria del señor es grande, nuestro ser le aleba y bendice con los ángeles y todo el universo. Somos criaturas creadas y amadas por ese Dios que nos amo como hijos y nos conduce por sus caminos con su amor. En el interior adoramos, agradecemos, amamos. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE ADMIRACIÓN, DE AGRADECIMIENTO. ORAMOS.

 

Lectura del libro de Isaías (6,1-2a.3-8):

EL año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo.
Junto a él estaban los serafines, y se gritaban uno a otro diciendo:
«¡Santo, santo, santo es el Señor del universo, llena está la tierra de su gloria!».
Temblaban las jambas y los umbrales al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo.
Yo dije:
«Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de gente de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Señor del universo».
Uno de los seres de fuego voló hacia mí con un ascua en la mano, que había tomado de! altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:
«Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado».
Entonces escuché la voz del Señor, que decía:
«A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?».
Contesté:
«Aquí estoy, mándame».

 

GUÍA: Escuchamos los cantos de los ángeles, nos unimos a ellos y adoramos al Dios de cielo y tierra. Oímos el deseo del Señor que  envía.  Con respeto  nos sentimos purificados,  enviados.  Señor, cuida tú nuestro corazón y nuestra mente para que te sirvamos con docilidad y amor. SILENCIO ENCUENTRO, ESPERA, VIDA.

Salmo

Sal 137

R/. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

V/. Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario. R/.

V/. Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

V/. Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande. R/.

V/. Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.

 

Lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios (15,1-11):

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados,
y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano.
Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.
Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así, y así lo creísteis vosotros.

 

GUÍA: Os recuerdo el evangelio que os anuncié y os está salvando. Pablo se lo dice a los Corintios. Nos lo puede decir también a nosotros. Lo hemos recibido. Intensificar la fe, vivirlo con esperanza, ser constantes en el amor, nos convierte cada día en discípulos de Jesús que se entrega a nosotros y a todos los hermanos. SILENCIO DE ESTAR, DE CONFIAR, DE COMPARTIR.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,1-11):

En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.
Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».
Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Y Jesús dijo a Simón:

«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».
Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

 

GUÍA:”Rema mar adentro, echad las redes para la pesca” Y ante la pesca milagrosa Pedro se siente asombrado. Jesús le dice: no temas, desde ahora serás pescador de hombres. Jesús se compromete a esto. Hoy sigue diciéndolo y haciendo el milagro. Confiemos en él. SILENCIO DE UNIÓN, DE CONFIANZA, DE SEGURIDAD.

  

RECIBIMOS AL ESPÍRITU QUE NOS FORTALECE.

PEDIMOS, ALABAMOS, DAMOS GRACIAS, PRESENTAMOS UN COMPROMISO.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON JESÚS: PADRE NUESTRO

 

CANTAMOS

 

Cantad a Dios y ensálcelo la tierra,

cuanto germine en ella cante a Dios.

Cantad a Dios las cumbres de los montes

los manantiales den su gloria a Dios.

Cantad a Dios, estrellas, sol y luna

lluvia y rocío, frios y heladas


Cantad a Dios rocío y nevadas

calor y fuego bendecid a Dios.

cantad a Dios los mares y los ríos

todos los peces y aves de los cielos,

cantad a Dios las fieras y ganados,

con vuestras voces, bendecid a Dios

cantad a Dios las razas de los hombres

y bendecid su nombre por los siglos.

Cantad a Dios rocas y minerales

bellos cristales, bendecid a Dios.

 https://www.youtube.com/watch?v=_JqTnJREwaM

sábado, 1 de febrero de 2025

ENVÍO A MI MENSAJERO

 

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ENVÍO A MI MENSAJERO

 

GUÍA DE ORACIÓN 02-02-25, Presentación del Señor

 

GUÍA: Estamos en la Presentación del Señor en el templo. Jesús presentado al Padre. Un acontecimiento en la historia del Hijo de Dios. María y José se lo presentan al Padre y el Padre lo acepta. Visualizamos el hecho y admiramos la gloria de Dios manifestada en su Hijo. SILENCIO DE INTERIORIZACIÓN, DE ADORACIÓN Y DE DOCILIDAD.

 

Lectura del libro de Malaquías (3,1-4):

Así dice el Señor: «Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar –dice el Señor de los ejércitos–. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos.»

 

GUÍA: Jesús presentado en el templo es el mensajero del Padre. Es manifestación de la gloria del Padre. Agradará al Padre y nos une a su ofrenda. Con María y José elevamos nuestra ofrenda  con él, por toda la humanidad y con amor siempre nuevo. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE ALABANZA, DE GLORIA.

 

Sal 23

R/. El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria.

¡Portones!, alzad los dinteles,

que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra. R/.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R/.

 

Lectura de la carta a los Hebreos (2,14-18):

Los hijos de una familia son todos de la misma carne y sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos. Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.

 

GUÍA: De nuestra carne y sangre participó Jesús. En cuerpo como el nuestro es ofrecido al Padre por toda la humanidad. Unido a ella da gloria y apoya a los hermanos caídos. Gracias, Jesús en tu Presentación y la consecución de tu ofrenda. SILENCIO DE DESCUBRIMIENTO, DE COMPRENSIÓN, DE GLORIA.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,22-40):

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará
 clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

 

GUÍA: Simeón y Ana alaban al niño y glorifican a Dios por él. Será bandera discutida. Lo interiorizamos y nos ponemos de su parte para cantar con él la gloria del Padre. Concédenos ojos limpios para ver tu verdad y anunciarla a otros. Oramos en silencio. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE PUREZA, DE ANUNCIO.

 

HACEMOS SÍNTESIS DE LO ESCUCHADO Y ORADO. AGRADECEMOS SU PRESENCIA Y PALABRA.

 

PEDIMOS A MARÍA QUE ACOMPAÑE EL CAMINO DEL ADVIENTO Y NOS FORTALEZCA EN LA FE.

 

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.

CANTAMOS:

 

VERSO
Quiero levantar a Ti mis manos, Maravilloso Jesús, milagroso Señor
Llena este lugar de Tu presencia, Y haz descender Tu poder
B/D#
A los que estamos aquí
VERSO
PreCORO
Recibe toda la gloria, Recibe toda la honra, Precioso Hijo de Dios
VERSO, PreCORO, CORO

 https://acordes.lacuerda.net/julio_melgar/creo_en_ti

sábado, 25 de enero de 2025

EL GOZO EN EL SEÑOR,

 

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EL GOZO EN EL SEÑOR, ES VUESTRA FORTALEZA

GUÍA DE ORACIÓN 26-01-25, III Domingo del Tiempo Ordinario

 

GUÍA: El gozo en el Señor es vuestra fortaleza. Estas palabras nos alientan y fortalecen. La oración que vamos a hacer nos enseña a conectar con Dios, a ser disponibles a su voluntad y a a coger a los otros. Que el gozo, la alegría y la paz sean el clima de nuestro ambiente y lo que anima la vida a nuestro alrededor. SILENCIO DE ATENCIÓN, DE CONOCIMIENTO, DE FIDELIDAD.

 

Lectura del libro de Nehemias (8,2-4a.5-6.8-10):

EN aquellos días, el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo el libro de la ley ante la comunidad: hombres, mujeres y cuantos tenían uso de razón. Leyó el libro en la plaza que está delante de la Puerta del Agua, desde la mañana hasta el mediodía, ante los hombres, las mujeres y los que tenían uso de razón. Todo el pueblo escuchaba con atención la lectura de la ley.
El escriba Esdras se puso en pie sobre una tribuna de madera levantada para la ocasión.
Esdras abrió el libro en presencia de todo el pueblo, de modo que toda la multitud podía verlo; al abrirlo, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo respondió con las manos levantadas:
«Amén, amén».
Luego se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.
Los levitas leyeron el libro de la ley de Dios con claridad y explicando su sentido, de modo que entendieran la lectura.
Entonces, el gobernador Nehemias, el sacerdote y escriba Esdras, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea:
«Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios: No estéis tristes ni lloréis» (y es que todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley).
Y añadieron:
«Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza».


GUÍA: El encontrar la Ley, conocerla y cumplirla conduce a la paz. No estéis tristes, les dice Nehemias. El gozo en el Señor será vuestra fortaleza. Si lo trasladamos a nuestra vida, también puede servirnos para conocer, confirmar la ley en nuestra vida y vivirla como don de paz y de alegría. El Espíritu del señor nos conforte. SILENCIO DE BÚSQUEDA, DE UNIÓN, DE PRESENCIA.

 

Salmo

Sal 18,8.9.10.15

R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

V/. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

V/. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

V/. La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

V/. Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia
el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R/.

 

 Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,12-30):

Hermanos:
Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Pues el cuerpo no lo forma un solo miembro sino muchos.
Si el pie dijera: «No soy mano, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el oído dijera: «No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería? Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso.
Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo.
El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No os necesito». Más aún, los miembros que parecen más débiles son más necesarios. Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan.
Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían.
Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros.
Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan.
Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
Y Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas.
¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan?


Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,1-4;4,14-21):

Ilustre Teófilo:
Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmiteron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos;
a proclamar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y él comenzó a decirles:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».

 

GUÍA:  Lucas comienza su evangelio, presenta su investigación y los primeros hechos. Jesús en la sinagoga de Nazaret se reconoce ungido por el Espíritu del Señor. Reconoce que esa palabra se ha cumplido. Visualizamos el momento, vivimos con Jesús su manifestación y la manifestación del Espíritu. En el interior, buscamos al dios de la vida que nos unge y fortalece día a día. SILENCIO DE ESCUCHA, RECONOCIMIENTO, APERTURA A LA REALIDAD.

 


HACEMOS SÍNTESIS DE LO ESCUCHADO Y ORADO. AGRADECEMOS SU PRESENCIA Y PALABRA.

 

PEDIMOS A MARÍA QUE ACOMPAÑE EL CAMINO Y NOS FORTALEZCA EN LA FE.

 

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.

 

CANTAMOS:

Yo canto al señor porque es grande.

https://www.oblatos.com/yo-canto-al-senor-porque-es-grande/

martes, 21 de enero de 2025

LA ESPERANZA NO DEFRAUDA

 

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LA ESPERANZA NO DEFRAUDA

 

Bula del Papa Francisco para el Jubileo 2025

 

A lo largo del Año Jubilar 2025 vamos a tener ocasión de reflexionar sobre lo que dice el Papa Francisco: no engaña. La esperanza no defrauda. Con el corazón y la mente abiertos a la gracia aprovechemos lo que nos dice.

 

3. La esperanza efectivamente nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz: «Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida» (Rm 5,10). Y su vida se manifiesta en nuestra vida de fe, que empieza con el Bautismo; se desarrolla en la docilidad a la gracia de Dios y, por tanto, está animada por la esperanza, que se renueva siempre y se hace inquebrantable por la acción del Espíritu Santo.

En efecto, el Espíritu Santo, con su presencia perenne en el camino de la Iglesia, es quien irradia en los creyentes la luz de la esperanza. Él la mantiene encendida como una llama que nunca se apaga, para dar apoyo y vigor a nuestra vida. La esperanza cristiana, de hecho, no engaña ni defrauda, porque está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos nunca del amor divino: «¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? [...] Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó. Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor»Rm 8,35.37-39). He aquí porqué esta esperanza no cede ante las dificultades: porque se fundamenta en la fe y se nutre de la caridad, y de este modo hace posible que sigamos adelante en la vida. San Agustín escribe al respecto:«Nadie, en efecto, vive en cualquier género de vida sin estas tres disposiciones del alma: las de creer, esperar, amar». [1]

 

 

ACCIÓN:

Reflexión, oración, acción nos ayudan a poner en práctica algo de lo que dice y nos interesa. Coméntalo con un amigo.

 

viernes, 17 de enero de 2025

-MI PREDILECTA-

 

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-MI PREDILECTA-

GUÍA DE ORACIÓN 19-01-25,  II Domingo del Tiempo Ordinario

GUÍA: El Tiempo Ordinario vuelve a ponernos en camino para seguir la vida de Jesús en la Liturgia. La primera Lectura con Isaías nos hace reconocer la elección de Dios y el amor hacia Jerusalén. Te prefiere a ti, le dice. Ese amor de predilección podemos reconocerlo con cada persona, con nosotros y avivarlo para hacerlo agradecido. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE GRACIAS, DE DISPONIBILIDAD.

 

Lectura del libro de Isaías (62,1-5):

Por amor a Sion no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que rompa la aurora de su justicia,
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo,
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.



Ya no te llamarán «Abandonada»,
ni a tu tierra «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi predilecta»,
y a tu tierra «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá un esposo.
Como un joven se desposa con una doncella,
así te desposan tus constructores.
Como se regocija el marido con su esposa,
se regocija tu Dios contigo.

GUÍA: El amor de Dios nos acompaña y protege. Dios se rogocijará con su elegida. Ofrecemos lo que somos y tenemos para volver día a día a su presencia y a su unión en la fe. Visualizamos y agradecemos. SILENCIO DE VISUALIZACIÓN, DE PRESENCIA, DE GRACIAS.

Salmo

Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.9-10a.c

R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

V/. Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

V/. Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.

V/. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey:
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,4-11):

Hermanos:
Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.
Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le ha concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas.
El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

GUÍA: Diversidad de carismas pero un solo Espíritu se nos ha dado. El mismo Espíritu obra todo en todos. En la fe, con esperanza y amor acogemos a este Espíritu y lo difundimos en nuestro mundo. Padre, guárdanos en tu verdad, sostennos con tu fuerza, fortalece nuestra debilidad. SILENCIO DE ILUMINACIÓN, DE CONFIANZA, DE COMPROMISO.

 

Lectura del santo evangelio segun san Juan (2,1-11):

EN aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice:
«No tienen vino».
Jesús le dice:
«Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora».
Su madre dice a los sirvientes:
«Haced lo que él os diga».
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dice:
«Llenad las tinajas de agua».
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les dice:
«Sacad ahora y llevadlo al mayordomo».
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice:
«Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».
Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

GUÍA: Vemos el primer milagro de Jesús  que ayuda a aquellos esposos con el milagro de convertir el agua en vino. María está atenta y se lo dice a su Hijo. Jesús aunque no ha llegado su hora lo dispone todo para conseguir el vino nuevo. Confiamos en la presencia de Jesús y ofrecemos nuestra alabanza. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE ADMIRACIÓN, DE ALABANZA.

 

SILENCIO DE ESPERANZA, DE COMUNICACIÓN, DE ENTREGA AL BIEN.

 

HACEMOS SÍNTESIS DE LO ESCUCHADO Y ORADO. AGRADECEMOS SU PRESENCIA Y PALABRA.

 

PEDIMOS A MARÍA QUE ACOMPAÑE EL CAMINO Y NOS FORTALEZCA EN LA FE.

 

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.

 

CANTAMOS:

 

  SOL    DO         RE7      SOL
1.Días y noches, cantad al Señor.
            DO        RE7      SOL
Cielos y tierra, cantad al Señor.
                           SOL7      DO
Aguas de las fuentes, cantad al Señor.
               SOL                RE7
Aguas de los mares, cantad al Señor.
SOL      DO SOL
ALELUYA, ALELUYA,
       RE7        SOL
CANTEN TODOS AL SEÑOR. (Bis)
2.Verdes praderas, cantad al Señor.
Zarzas y arbustos, cantad al Señor.


Arboles frutales, cantad al Señor.
Sol, luna y estrellas, cantad al Señor.
3.Peces y aves, cantad al Señor.
Fieras salvajes, cantad al Señor.
Hombres de la tierra, cantad al Señor.
Pueblos y naciones cantad al Señor.


https://www.youtube.com/watch?v=L-ftbDBCbiA