REZA Y COMPARTE
HE OÍDO
MURMURAR AL PUEBLO
GUÍA DE
ORACIÓN 01-08-21 Domingo 18º del Tiempo
Ordinario - Ciclo B
GUÍA: Padre, cuidas a tu pueblo, nos cuidas a nosotros. Guárdanos en tu verdad. Nuestras relaciones contigo son frágiles. Un día te vemos y al otro te olvidamos. Tus promesas y portentos no calman los deseos y somos insaciables. A veces te buscamos y de repente nos alejamos de ti. ¿Lo entiendes tú, lo entendemos nosotros?. En tu presencia déjanos conocerte, conocer tu gloria y tu misterio. Transforma los corazones y que recibamos tus dones con sencillez y humildad. SILENCIO DE ACERCAMIENTO, DE COMPRENSIÓN, DE CONFIANZA.
Lectura
del libro del Éxodo (16,2-4.12-15):
En aquellos
días, en el desierto, comenzaron todos a murmurar contra Moisés y Aarón, y les
decían: «¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos
junto a las ollas de carne, y comíamos hasta hartarnos; pero vosotros nos
habéis traído al desierto para matarnos a todos de hambre.»
Entonces el
Señor dijo a Moisés: «Voy a hacer que os llueva comida del cielo. La gente
saldrá a diario a recoger únicamente lo necesario para el día. Quiero ver quién
obedece mis instrucciones y quién no.»
Y el Señor
se dirigió a Moisés y le dijo: «He oído murmurar a los israelitas. Habla con
ellos y diles: "Al atardecer comeréis carne, y por la mañana comeréis
hasta quedar satisfechos. Así sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios."»
Aquella
misma tarde llegaron codornices, las cuales llenaron el campamento; y por la
mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Después que el rocío
se hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó sobre la
superficie del desierto.
Los
israelitas, no sabiendo qué era aquello, al verlo se decían unos a otros: «¿Y
esto qué es?»
Moisés les
dijo: «Éste es el pan que el Señor os da como alimento.»
GUÍA: He
oído murmurar al pueblo, dice Dios. Ellos se quejaban de su situación, El
desierto se les hace insoportable. Dios sale al paso para arreglar la
situación. Les proporcionará pan del cielo y codornices. Moisés se lo explica y
comienza otra etapa de su experiencia. El desierto sigue purificándolos, prueba
su obediencia. Padre, somos débiles, ayuda nuestra pobreza y construye una vida
digna de ti. SILENCIO DE CLARIFICACIÓN, DE BÚSQUEDA, DE COMPROMISO.
R/. El
Señor les dio un trigo celeste
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,17.20-24):
En el nombre
del Señor os digo y encargo que no viváis más como los paganos, que viven de
acuerdo con sus vanos pensamientos. Pero vosotros no conocisteis a Cristo para
vivir de ese modo, si es que realmente oísteis acerca de él; esto es, si de
Jesús aprendisteis en qué consiste la verdad. En cuanto a vuestra antigua
manera de vivir, despojaos de vuestra vieja naturaleza, que está corrompida por
los malos deseos engañosos. Debéis renovaros en vuestra mente y en vuestro
espíritu, y revestiros de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se
manifiesta en una vida recta y pura, fundada en la verdad.
GUÍA: Pablo dice a sus cristianos: No
viváis como los paganos. Oímos sus palabras. ¿Hay en nosotros, restos de
nuestra condición de paganos, de alejados?. Leamos en nuestra conciencia gestos
que lo atestiguan. Jesús, te hemos conocido, necesitamos conocerte cada día en
nuestra vida y ver tu acción resucitadora. Confórtanos en la fe, fortalece
nuestra esperanza, guárdanos en el amor mutuo. SILENCIO DE FE, DE ESPERANA,
DE AMOR.
Lectura
del santo evangelio según san Juan (6,24-35):
En aquel
tiempo, al no ver allí a Jesús ni a sus discípulos, la gente subió a las barcas
y se dirigió en busca suya a Cafarnaún.
Al llegar a
la otra orilla del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron: «Maestro,
¿cuándo has venido aquí?»
Jesús les
dijo: «Os aseguro que vosotros no me buscáis porque hayáis visto las señales
milagrosas, sino porque habéis comido hasta hartaros. No trabajéis por la
comida que se acaba, sino por la comida que permanece y os da vida eterna. Ésta
es la comida que os dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto
su sello en él.»
Le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?»
Jesús les
contestó: «La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado.»
«¿Y qué
señal puedes darnos –le preguntaron– para que, al verla, te creamos? ¿Cuáles
son tus obras? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice
la Escritura: "Dios les dio a comer pan del cielo."»
Jesús les
contestó: «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo. ¡Mi
Padre es quien os da el verdadero pan del cielo! Porque el pan que Dios da es
aquel que ha bajado del cielo y da vida al mundo.»
Ellos le
pidieron: «Señor, danos siempre ese pan.»
Y Jesús les
dijo: «Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y
el que en mí cree, nunca más tendrá sed.»
GUÍA: Le buscaban por lo material, la
comida. Él se presenta como verdadero pan del cielo, dado por el Padre. Jesús
se entrega como pan del cielo para saciar el hambre y la sed. Dios Padre nos lo
ofrece, hemos de asimilarlo en la vida y el hambre del corazón quedará saciada.
Escuchemos tu voz: Yo soy el pan que da vida. ¿Cómo influye en nosotros? SILENCIO
DE DON, DE ESCUCHA Y DE ENCUENTRO.
RECOGEMOS
LA ORACIÓN CON UNA FRASE PARA RECORDAR.
PRESENCIA,
PETICIÓN, CONFIANZA, ESCUCHA.
INVOCAMOS
A MARÍA, NUESTRA MADRE, QUE NOS ENSEÑE SU HUMILDE SABIDURÍA.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE, DICIENDO CON JESÚS: PADRE NUESTRO
CANTAMOS
Tu eres ,
Señor , el Pan de Vida
Mi Padre
es quien os da verdadero Pan del cielo.
Tú eres,
Señor, el Pan de Vida.
Quien
come de este Pan, vivirá eternamente.
Aquel que
venga a Mí, no padecerá más hambre.
Mi carne
es manjar y mi Sangre la bebida.
El pan
que Yo daré, ha de ser mi propia Carne.
Quien
come de mi Carne, mora en Mí y Yo en él.
Bebed
todos de él: es el cáliz de mi Sangre.
Yo soy el
Pan de Vida que ha bajado de los cielos.
Si no
coméis mi Carne, no tendréis vida en vosotros.
Quien
bebe de mi Sangre, tiene ya de la Vida eterna.
Mi Cuerpo recibid, entregado por vosotros.
"He oído murmurar al pueblo" Dios se queja de las murmuraciones del pueblo. Hablar con él y decirle nuestras preocupaciones nos ayuda a confiar en él. él se siente Padre y atiende nuestra oración. ¿Confiamos, y hablamos con él? Padre nuestro... líbranos del mal.
ResponderEliminarDios cuida a su pueblo a pesar de las quejas. Los atiende en sus peticiones. ¿Confiamos nosotros en él?
ResponderEliminar"Padre, cuidas a tu pueblo, nos cuidas a nosotros." Estamos en tu presencia y nos sentimos amados por ti. El pueblo y cada uno buscamos tu rostro. Ilumina nuestra senda.
ResponderEliminar"¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto!" decían los israelitas en el desierto. La desesperanza les podía. Desconfiaban de Dios y de Moisés. ¿Nos pasa alguna vez? Visualizamos nuestras situaciones y pedimos fe, esfuerzo, confianza.
ResponderEliminar"Si no coméis mi Carne, no tendréis vida en vosotros" La vida de Jesús fluye por la vida de cada creyente, si hacemos lo que él nos dice. Ser sus testigos en el camino de la vida transmite su vida al mundo y le hace habitable.
ResponderEliminar«Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed.» Comer su pan nos da la vida eterna. Estar con él nos acerca a la salvación y fortalece la convivencia en el amor.
ResponderEliminar"Jesús se entrega como pan del cielo para saciar el hambre y la sed." Hambre y sed del mundo que desea el bien y la verdad. El pan de Jesús nos va transformando en hombres y mujeres nuevos. Los pequeños ejercicios cambian el mundo.
ResponderEliminar"comenzaron todos a murmurar contra Moisés y Aarón" El pueblo estaba cansado en el desierto. La vida a veces se hace dura. Quizás estamos cansados. Disculpa, Señor, nuestras quejas y atiende las súplicas de los que acuden a ti. Tus hijos te necesitan. Agradecemos tu presencia en nuestra vida.
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