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viernes, 11 de diciembre de 2020

EL ESPÍRITU ESTÁ SOBRE MÍ

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EL ESPÍRITU ESTÁ SOBRE MÍ

GUÍA ORACIÓN 13-12-20   3º Domingo Adviento, Ciclo B

Guía: Entramos en el interior de nosotros mismos. Te reconocemos presente y buscamos tu presencia en la vida, en nosotros, en los demás. Tu venida se acerca y te descubrimos.

Tu luz se manifiesta y quedamos admirados de tu gloria. Conviértenos a ti y tócanos con tu misericordia. SILENCIO DE BÚSQUEDA, ADMIRACIÓN, CONVERSIÓN.

Del libro de Isaías (61,1-2a.10-11):

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.

GUÍA: Isaías nos dice: el Señor está sobre mí.  Me ha ungido, me ha enviado a dar la buena noticia. Descubre la acción de dios y su misión para el pueblo.

Aquí estamos, Padre. Sentimos tu Espíritu, nos señalas y los envías. Haz que te conozcamos y sintamos tu envío para el mundo que nos rodea. Fortalece nuestra capacidad de acogida y  transforma al pueblo que tú amas. SILENCIO DE COMPRENSIÓN, DE UNIÓN, DE CONFIANZA.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,16-24):

Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno. Guardaos de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.

GUÍA: Alegres, sed constantes en orar. Una oración que es acción de gracias, reconocer al Espíritu no apagarlo. Quedaos con lo bueno. En la espera del Señor, que es fiel. Confrontamos nuestra oración con estas pautas. Las activamos, lo pedimos a Jesús que presenta al Padre su oración y la nuestra. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE GRACIAS, DE ESPERA.

Del santo evangelio según san Juan (1,6-8.19-28):

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.

Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?»

Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.»

Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?»

El dijo: «No lo soy.»

«¿Eres tú el Profeta?»

Respondió: «No.»

Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?»

Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías.»

Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»

Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»

Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

GUÍA: Juan, que vivía en el desierto, predica la conversión. No era él la luz sino testigo de la luz. Anuncia como voz que grita en el desierto.  Pero dice: allanad el camino del Señor. Nos lo comunica también hoy: Allanad, bajad, igualad los caminos.

Jesús viene como mensajero de igualdad entre las personas, de mejora de relaciones, de hermandad. Nos unimos a su mensaje y lo actuamos. SILENCIO DE BUENA NOTICIA, DE CAMIBO, DE IGUALDAD.

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDARLA.

PRESENCIA, PERDÓN, CONFIANZA, COMPROMISO.

INVOCAMOS A MARÍA, MADRE Y MAESTRA DE ORACIÓN.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS 

https://www.youtube.com/watch?v=NcABmJY0JU8

viernes, 4 de diciembre de 2020

CONSOLAD A MI PUEBLO

REZA Y COMPARTE 

CONSOLAD A MI PUEBLO 

GUÍA DE ORACIÓN 6-12-20 

GUÍA: Consolad a mi pueblo, que los valles se levanten y se bajen los montes. En tu presencia, Padre, se regocija nuestro corazón. Viene el poder y su recompensa lo precede. Se revela la gloria del Señor. Alza a los corderos, hace recostar a las madres. Nos acercamos a tu misericordia y nos sacias de tu amor. Confiamos en ti. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE  CONFIANZA, DE ESPERA.

 

Del libro de Isaías (40,1-5.9-11):


«Consolad, consolad a mi pueblo, –dice vuestro Dios–; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.»
Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos –ha hablado la boca del Señor–.»
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.»

GUÍA: Hablad al corazón a Jerusalén. Se ha cumplido su paga. La culpa es resarcida, el camino rellenado, los montes abajados. Las alturas y los valles igualados para favorecer el camino al Señor. ¿Se cumple también hoy? Dispongamos lo torcido y lo escabroso se allane. Padre, Dios, guarda nuestras decisiones, convierte los corazones. SILENCIO DE SABIDURIA, DE FORTALEZA, DE CONVERSIÓN.
 

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro (3,8-14):

No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan. El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados, y la tierra con todas sus obras se consumirá. Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser vuestra vida! Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables.

GUÍA: El Señor espera, tiene mucha paciencia con nosotros. Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva.  ¡Que santa y piadora ha de ser la vida del que le busca! Descubrimos tu camino, tu andar en nuestra vida y nuestros caminar en zozobra.  Te buscamos y a la vez te resistimos. Vuélvenos  a ti, a tu paz y misericordia. SILENCIO DE BÚSQUEDA, DE ACERCAMIENTO, DE CAMBIO.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,1-8):

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos."»
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»


GUÍA:
Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Los contrastes están  cerca. Juan bautizaba en el desierto. No se considera digno de atar sus sandalias. Pero Jesús bautizará con Espíritu Santo, en medio del pueblo. Somos mensajeros, La vida se levanta para elevar al hombre. Acogemos su voz y transformamos nuestros pasos. SILENCIO PARA ALLANAR, PARA ANUNCIAR, PARA SER BAUTIZADOS EN ESPÍRITU.
 

RECOGEMOS ORACIÓN, UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDARLA. 

PRESENCIA, PERDÓN, CONFIANZA, COMPROMISO. 

INVOCAMOS A MARÍA, MADRE Y MAESTRA DE ORACIÓN. 

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO. 

CANTAMOS 

Preparad el camino al Señor (Godspell)

 

Preparad el camino al Señor

y escuchad la palabra de Dios. (bis)

 

Voz que clama en el desierto:

"preparad el camino al Señor,

haced rectas todas sus sendas,

preparad el camino al Señor."

 

Voz que clama en el desierto:

"preparad el camino al Señor,

desterrad la mentira por siempre,

preparad el camino al Señor".

 

¡Viva Dios! ¡Viva Dios!

¡Viva Dios! ¡Viva Dios!

viernes, 27 de noviembre de 2020

ADVIENTO


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ADVIENTO

GUÍA DE ORACIÓN 29-11-20    Domingo 1º de Adviento - Ciclo B

GUÍA: Adviento, preparamos tu venida. Nuestro ser se renueva con nuevo renacer, al encontrarte y acoger tu venida que transforma. Nos ocultabas el rostro y nos entregabas a nuestras culpas, a nuestros desvíos. Ahora vas a venir y nos buscas. Haz que nos encontremos y te reconozcamos como padre. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE ACEPTACIÓN.

Del libro de Isaías (63,16b-17.19b;64,2b-7):

Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre de siempre es «Nuestro redentor». Señor, ¿por qué nos extravías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te tema? Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad. ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste y los montes se derritieron con tu presencia, jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera en él. Sales al encuentro del que practica la justicia y se acuerda de tus caminos. Estabas airado, y nosotros fracasamos; aparta nuestras culpas, y seremos salvos. Todos éramos impuros, nuestra justicia era un paño manchado; todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tu nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas en poder de nuestra culpa. Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano.

GUÍA: Dios viene, Dios salva. Tiempo de reconocer al Señor y de reconocer nuestras culpas. Tú limpias el mal y atraes hacia ti al ser que en ti confía. Sales al encuentro del que practica la justicia y recuerda tus caminos. Somos tu heredad. Limpia, purifica y crea tu casa. SILENCIO DE ESCUCHA, DE PRESENCIA, DE CONVERSIÓN.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,3-9):

La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y él es fiel!

GUÍA: Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo Jesús y él es fiel. San Pablo agradece los dones del Padre, su llamada, su presencia en la fe, en la fidelidad, para los Corintios. Pedimos para nosotros  su gracia para seguir su camino y reconocerle en su venida. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE FE Y CONSTANCIA.

Del santo evangelio según san Marcos (13,33-37):


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»

GUÍA: Vigilad, mirad que no sabéis cuándo será el momento de su llegada. Jesús, vienes y no sabemos la hora. Aquí estamos. Que nos encuentres en vela. Te esperamos. Que nuestros descuidos  disminuyan y seamos conscientes, atentos para que tu estar con nosotros, sea bien acogido. SILENCIO DE PRESENCIA, FE, Y AMOR.

 RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDARLA.

PRESENCIA, PERDÓN, CONFIANZA, COMPROMISO.

INVOCAMOS A MARÍA, MADRE Y MAESTRA DE ORACIÓN.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS

https://www.youtube.com/watch?v=DdeXuXOH5ew

 

 

viernes, 29 de noviembre de 2019

CAMINARÁN TODAS LAS NACIONES



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CAMINARÁN  TODAS  LAS  NACIONES

GUÍA DE ORACIÓN 01-12-19

GUÍA: Comienza el nuevo Año Litúrgico. El tiempo de Adviento nos conduce al Dios encarnado, al Dios con nosotros. Dios viene y preparamos nuestro corazón para acogerlo en la fe. Agrandamos nuestra esperanza par< recibir a  Dios que llega. Intensificamos el amor para hacer un espacio en nuestro interior donde pueda habitar y donde comparte el amor a todos. SILENCIO DE RECIBIR, DE ACOGER, DE COMPARTIR.

Del Profeta Isaías 2,1-5.

VISIÓN de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén.
En los días futuros estará firme el monte de la casa del Señor, en la cumbre de las montañas, más elevado que las colinas.
Hacia él confluirán todas las naciones, caminarán pueblos numerosos y dirán:
«Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, la palabra del Señor de Jerusalén».
Juzgará entre las naciones, será árbitro de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, venid; caminemos a la luz del Señor.

R/. Vamos alegres a la casa del Señor.


GUÍA: Estará firme el monte de la casa del Señor. Hacia él confluirán todas las naciones. Dos imágines que transmiten belleza y fortaleza: El monte donde Dios habita y las naciones caminando hacia Él. Nos trasladamos a aquel monte y caminamos con las naciones, con todos los pueblos. De Sión saldrá la palabra del Señor. No luchará pueblo contra pueblo. Contemplamos la escena y nos unimos a ella, caminando a la luz del Dios que nos salva. SILENCIO DE  ADMIRACIÓN, DE CONTEMPLACIÓN, DE ESCUCHA.

De la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 13,11-14.

HERMANOS:
Comportaos reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz.
Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo.

GUÍA: Es hora de despertar, dejemos las obras de las tinieblas, vistamos las armas de la luz. Oímos la voz de su llamada, andemos con dignidad. Jesús será la luz que surgió de las tinieblas e ilumina al pueblo. Vemos nuestra situación y cómo revestirnos de Jesús y de sus mandatos. Esperamos su venida. SILENCIO PARA SALIR DE LAS TINIEBLAS DEL PASADO, SILENCIO PARA VESTIR LAS ARMAS DE LA GRACIA Y LA RECONCILIACIÓN.

Del santo Evangelio según San Mateo 24,37-44.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
GUÍA: El Hijo del Hombre vendrá. Estad en vela, porque no sabéis ni el día ni la hora. Este tiempo de Adviento es para preparar su venida. Necesitamos fe para reconocerte, esperanza para iluminar nuestras oscuridades, amor que nos haga capaces de recibirte como te recibió  María de Nazaret. SILENCIO DE DESCUBRIMIENTO VIGILANTE, DE ACOGIDA GOZOSA Y PLENA.

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE PARA RECORDAR.

SILENCIO, ADMIRACIÓN, ESPERA, CONFIANZA, ALEGRÍA

INVOCAMOS A MARÍA QUE ESPERA A SU HIJO Y SALVADOR

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS



viernes, 21 de diciembre de 2018

¡ÉL SERÁ VUESTRA PAZ!


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¡ÉL SERÁ VUESTRA PAZ!

GUÍA DE ORACIÓN 23-12-18

GUÍA: Somos conscientes de tu presencia, Señor. Nuestro interior se hace tienda donde tú habitas.  Tu gracia nos fortalece y conforta en la esperanza. Haz que descubramos tu venida a nosotros, a tu Iglesia, al mundo. Adoramos tu estar aquí y ahora en nuestra vida. Adoramos tu estar en la Iglesia entre luces y sombras. Adoramos tu  presencia en cada persona con sus alegrías y sus penas. SILENCIO DE FE, PRESENCIA, ADORACIÓN.

 De la profecía de Miqueas (5,1-4):

Esto dice el Señor: «Y tú, Belén Efratá, pequeña entre los clanes de Judá, de ti voy a sacar al que ha de gobernar Israel; sus orígenes son de antaño, de tiempos inmemorables.
Por eso, los entregará hasta que dé a luz la que debe dar a luz,
el resto de sus hermanos volverá junto con los hijos de Israel.
Se mantendrá firme, pastoreará con la fuerza del Señor, con el dominio del nombre del Señor, su Dios; se instalarán, ya que el Señor se hará grande hasta el confín de la tierra.
Él mismo será la paz».

GUÍA: Belén…de ti saldrá el jefe de Israel. La promesa se cumple. Pastoreará  a tu pueblo con la fuerza del señor. Él será nuestra paz. Acogemos esta Palabra, el Hijo de Dios pastorea a su pueblo, nos pastorea, llegará a toda la tierra. Dejamos que nos cale su lluvia, su paz bienhechora. La llevamos a nuestra vida. Adoramos, damos gracias. SILENCIO DE ACOGIDA, ADORACIÓN, Y ACCIÓN DE GRACIAS.

De la carta a los Hebreos (10,5-10):

Hermanos: Al entrar Cristo en el mundo dice:
«Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste
holocaustos ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije: He aquí que vengo —pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí—para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad».
Primero dice: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley. Después añade: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad».
Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.


GUÍA:
Aquí estoy para hacer tu voluntad. Son palabras de Jesús, Hijo de Dios. En la tienda de nuestro corazón, en la tienda del mundo, repite de nuevo: Aquí estoy Padre, para hacer tu voluntad. Las vivimos y trasladamos a toda la humanidad. Ofrecemos el don junto con él. Gracias, Jesús. SILENCIO DE ESCUCHA, COMPRENSIÓN, DE AMPLIACIÓN A NUEVOS HORIZONTES.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas (1,39-45):

En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a un a ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
Palabra de Dios

GUÍA: María escucha las palabras del ángel y en seguida se pone en camino. Se dirige a casa de Isabel, su prima, que la necesita. Ella descubre al que viene. Escuchar, ponerse en camino, llegar al que nos necesita, descubrir al Dios con nosotros.
Dejemos que estos pasos se cumplan en nuestro interior. Dejemos que el Dios con nosotros sea una realidad en nuestra vida y en nuestro mundo. Llevarlo a la vida de la calle con nuestra presencia y compromiso. SILENCIO DE PRESENCIA, DE APERTURA, DE COMPARTIR 

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, RECORDAMOS UNA FRASE.

RECONOCEMOS, DAMOS GRACIAS, NOS SENTIMOS AMADOS POR DIOS,  AMAMOS.

INVOCAMOS A MARÍA MADRE DE LA ESPERANZA.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS


ABRE TU TIENDA AL SEÑOR/RECÍBELE DENTRO, ESCUCHA SU VOZ.
ABRE TU TIENDA AL SEÑOR/PREPARA TU FUEGO QUE LLEGA EL AMOR.

1. El Adviento es esperanza
la esperanza, salvación
ya se acerca el Señor
preparemos los caminos
los caminos del amor
escuchemos su voz.

2. Que se rompan las cadenas
que se cante libertad
el Señor nos va a salvar
sanará nuestras heridas
nuestro miedo y soledad
Él será nuestra paz.

3. Por la ruta de los pobres
va María, va José
van camino de Belén
en sus ojos mil estrellas
en su seno Emmanuel
Él será nuestro Rey.




viernes, 14 de diciembre de 2018

¡ALÉGRATE!


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¡ALÉGRATE!

GUÍA DE ORACIÓN 16-12-18 

GUÍA: Comenzamos nuestra oración. Queremos estar contigo. La paz caliente nuestro corazón y te recibe. Gracias, Padre, por tu presencia, gracias por el amor que derramas sobre nosotros  con tu Espíritu, y lo extiendes alrededor. Deja que tu presencia nos ilumine y conforte. SILENCIO DE PAZ, PRESENCIA, CONFIANZA.

De la profecía de Sofonías (3,14-18a):

Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel;
regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén.
El Señor ha revocado tu sentencia, ha expulsado a tu enemigo.
El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti,
no temerás mal alguno.
Aquel día dirán a Jerusalén: «¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas!»
El Señor tu Dios está en medio de ti, valiente y salvador;
se alegra y goza contigo, te renueva con su amor; exulta y se alegra contigo
como en día de fiesta.

GUÍA: Alégrate. El señor ha cancelado tu condena. Está contigo, Te reconoce como hijo/ hija. El señor se goza y alegra en ti. Hacemos nuestras estas palabras y recogemos su eco en nuestro corazón. Se alegra como en fiesta por tu encuentro. Se hace realidad para nosotros. Respondemos con confianza y con esperanza en su misericordia. Reorganizamos nuestros pasos y caminos para seguirle. SILENCIO DE CERCANÍA FE, BÚSQUEDA.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (4,4-7):

Hermanos:
Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos.
Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca.
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

GUÍA: ¡Alégrate! El señor está cerca. Que tu andar sea presencia de Dios. Lo reconocemos en nuestro interior. Pedimos la fuerza necesaria para avanzar en su presencia, para confiar y sembrar confianza. Tu alegría, Señor, es nuestra fortaleza. Gracias, Padre. Gracias, Jesús. Gracias Espíritu Santo. SILENCIO DE GRACIAS, CONVERSIÓN Y ALEGRÍA.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (3,10-18):

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
«¿Entonces, qué debemos hacer?»
Él contestaba:
«El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:
«Maestro, ¿qué debemos hacemos nosotros?»
Él les contestó:
«No exijáis más de lo establecido».
Unos soldados igualmente le preguntaban: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer nosotros?»
Él les contestó:
«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga».
Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga».
Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.

GUÍA: ¿Qué hemos de hacer nosotros? Se lo preguntaba la gente, nos lo preguntamos nosotros. Cada uno escucha en su interior qué espera  y qué puede hacer. El Señor viene y espera nuestro corazón limpio, entregado a él y a los que nos necesitan, entregado a recibir el reino de Dios y ser anunciadores  para otros. SILENCIO DE VISUALIZAR CADA ACCIÓN Y PEDIR LA FUERZA DEL ESPÍRITU PARA ACTUAR.

RECOGEMOS LA SÍNTESIS DE LA ORACIÓN: UNA FRASE PARA RECORDAR.

CONFIANZA, HUMILDAD, OFRECIMIENTO.

INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE Y MAESTRA.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS

Vendrá una nueva luz sobre la tierra,
la luz de la justicia y la verdad.
Vendrá el Libertador de las naciones,
vendrá la libertad.

1. Esperamos en las sombras la radiante claridad
Nuestros pasos en la noche van buscando la verdad.
Pero al fin un nuevo día ya comienza a alborear,
vendrá la libertad.
2. Nuestras vidas van sin rumbo en espera de otro sol
tierra nueva mundo nuevo sin tristeza ni dolor.
Nuestras manos hacia el cielo solo esperan salvación,
vendrá la libertad.
3. Una luz recién nacida vencerá la obscuridad
resurgiendo entre sus sombras una nueva humanidad.
No tememos a la noche pronto el día llegará,
vendrá la libertad.




viernes, 7 de diciembre de 2018

“VÍSTETE GALAS DE GLORIA”


REZA Y COMPARTE

“VÍSTETE GALAS DE GLORIA”

GUÍA DE ORACIÓN

GUÍA: ¡Ven, Señor!  Lo decimos desde el corazón y esperamos tu venida. Nuestros caminos, a veces, son torcidos, olvidamos tu  ley,  tus mandatos, tus proyectos. La vida nos golpea en distintos momentos y no sabemos reconocer tu presencia. Hoy queremos escuchar tu voz y tus palabras de búsqueda, de consuelo, de gloria.  Reconocemos nuestra situación. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, ESCUCHA, Y PERDÓN.

 Del libro de Baruc (5,1-9):

Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflicción que llevas,
y vístete las galas perpetuas de la gloria que Dios te concede.
Envuélvete en el manto de la justicia de Dios, y ponte en la cabeza la diadema de la gloria del Eterno, porque Dios mostrará tu esplendor a cuantos habitan bajo el cielo.
Dios te dará un nombre para siempre: «Paz en la justicia» y «Gloria en la piedad».
En pie, Jerusalén, sube a la altura, mira hacia el oriente y contempla a tus hijos:
el Santo los reúne de oriente a occidente y llegan gozosos invocando a su Dios.
A pie tuvieron que partir, conducidos por el enemigo, pero Dios te los traerá con gloria,
como llevados en carroza real. Dios ha mandado rebajarse a todos los montes elevados
y a todas las colinas encumbradas; ha mandado rellenarse a los barrancos
hasta hacer que el suelo se nivele, para que Israel camine seguro, guiado por la gloria de Dios.
Ha mandado a los bosques y a los árboles aromáticos que den sombra a Israel.
Porque Dios guiará a Israel con alegría, a la luz de su gloria, con su justicia y su misericordia.

GUÍA:   Tus palabras nos llegan y animan al cambio. Lo torcido se endereza, lo escabroso se iguala. Aquí está nuestro Dios. Envuélvete en el manto de la justicia de Dios. él te guiará  con su gloria. Visualizamos nuestros caminos y los caminos de Dios. Él conducirá a su pueblo. Visualizamos su presencia y   acogemos su llegada. SILENCIO DE PRESENCIA, DE VUELTA A CASA, DE ACOGIDA.

De la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (1,4-6.8-11):

Hermanos:
Siempre que rezo por vosotros, lo hago con gran alegría. Porque habéis sido colaboradores míos en la obra del Evangelio, desde el primer día hasta hoy.
Ésta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros esta buena la obra, llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.
Testigo me es Dios del amor entrañable con que os quiero, en Cristo Jesús.
Y esta es mi oración: que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores.
Así llegaréis al Día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios.

GUÍA:  La conversión, el cambio es la forma de encuentro con Dios. Lo activamos en nosotros pidiendo perdón. Volviendo a la casa del Padre. Agradecemos su paciencia y perdón. Confiados en su palabra esperamos esa tierra nueva y ese cielo nuevo, una tierra y un cielo en paz con él. Que vuestro amor siga creciendo para apreciar los valores.
Que lleguéis al día de Cristo limpios e irreprochables. Acogemos esta oración de San Pablo y nos renovamos en el Espíritu, SILENCIO DE CONVERSIÓN, DE VERDAD, DE GLORIA A DIOS

Del santo evangelio según san Lucas (3,1-6):


EN el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tretarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio ttetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:
«Voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos; los valles serán rellenados, los montes y colinas serán rebajados;  lo torcido será enderezado,  lo escabroso será camino llano. Y toda carne verá la salvación de Dios».

GUÍA: Preparad el camino al Señor. Es tiempo de escucha, de espera. Baruc y Juan, mensajeros que anuncian la llegada del salvador. Los visualizamos. Cada uno en su tiempo llama a la conversión. Un corazón nuevo será capaz de acoger el Bautismo del Espíritu. La Palabra de Dios actúa. Toda carne verá su salvación. Nuestro silencio nos ayuda a reconocer los fallos y decidir una vida nueva que manifieste su gloria. SILENCIO DE TOMA DE CONCIENCIA, DE APERTURA, DE RECONCILIACIÓN.

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE PARA RECORDAR.

RECIBIMOS EL PERDÓN, LA PAZ, EL ENCUENTRO CON DIOS.

INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE, PORTADORA DE DIOS.

DAMOS GLORIA A DIOS  Y CON JESÚS DECIMOS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS

Cerca está el Señor (Erdozaín)

Cerca está el Señor, cerca está el Señor.
Cerca de mi pueblo, /cerca del que lucha por amor.
Cerca está el Señor, cerca está el Señor,
es el peregrino que comparte mi dolor.

También está el Señor, le conoceréis, /en el que lucha por la igualdad.
También está el Señor, le conoceréis, / en el que canta la libertad.
También está el Señor, no olvidéis su voz, /sufre el dolor del oprimido.

También está el Señor, le conoceréis, /en el obrero en su taller.
También está el Señor, le conoceréis, /en el anciano en su vejez.
También está el Señor, no olvidéis su voz, /en el hospital junto al enfermo.

También está el Señor, le conoceréis, /Él es la vida, es la verdad.
También está el señor, le conoceréis, /en el camino de libertad.
Jesús es el Señor, no olvidéis su voz,/es el Redentor de nuestro pueblo.