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viernes, 26 de mayo de 2023

PENTECOSTÉS

 

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PENTECOSTÉS

GUÍA DE ORACIÓN  Domingo de Pentecostés 28 de mayo de 2023

 

GUÍA: Se produjo un viento que soplaba fuertemente. El Espíritu de Dios se hizo presente. Nos unimos a la oración de María y los apóstoles. Pedimos al Padre que envíe su Espíritu que renueve la faz de la tierra. Estamos aquí, escucha nuestras peticiones y alienta nuestro ánimo para servirte y anunciarte entre nuestros hermanos. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE VENIDA, DE ENVÍO.

 

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11):

 

AL cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.

Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:

«¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».

 

GUÍA: Vino el Espíritu Santo y cada uno les oía hablar en su lengua.  Las grandezas del Señor se difundían y todos alababan al Dios de cielo y tierra. Padre, te escuchamos, haznos capaces de comprender y vivir según tu Espíritu nos inspira. Llena nuestros corazones del fuego de tu amor. SILENCIO DE ACOGIDA, DE ILUMINACIÓN, DE ENCUENTRO.

 

Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34

 

R/. Envía tu Espíritu, Señor,

y repuebla la faz de la tierra

 

Bendice, alma mía, al Señor:

¡Dios mío, qué grande eres!

Cuántas son tus obras, Señor;

la tierra está llena de tus criaturas. R/.

 

Les retiras el aliento, y expiran

y vuelven a ser polvo;

envías tu espíritu, y los creas,

y repueblas la faz de la tierra. R/.

 

Gloria a Dios para siempre,

goce el Señor con sus obras;

que le sea agradable mi poema,

y yo me alegraré con el Señor. R/.

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

 

HERMANOS:

Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo.

Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.

Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.

Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

 

GUÍA: Ven Espíritu de Dios. Bautizados en el mismo Espíritu  para formar un solo cuerpo. Somos uno con Cristo y vivimos la unidad entre nosotros y con el Espíritu. Danos tu fuerza, tu amor, tu vida que nos transforme y recree. Un solo cuerpo con Cristo y un solo cuerpo con la humanidad. SILENCIO DE UNIÓN, DE ESPERANZA, DE CONSUELO.

Secuencia

 

Ven, Espíritu divino,

manda tu luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre;

don, en tus dones espléndido;

luz que penetra las almas;

fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,

descanso de nuestro esfuerzo,

tregua en el duro trabajo,

brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas

y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,

divina luz, y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre,

si tú le faltas por dentro;

mira el poder del pecado,

cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequia,

sana el corazón enfermo,

lava las manchas,

infunde calor de vida en el hielo,

doma el espíritu indómito,

guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,

según la fe de tus siervos;

por tu bondad y tu gracia,

dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse

y danos tu gozo eterno.

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):

 

AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

«Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:

«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

 

GUÍA: Como el Padre me ha enviado así yo os envío. Somos tus hijos y recibimos  tu Espíritu.

Todo se llena de tu gloria y  de tu poder. Gracias, Padre. Los pecados serán perdonados. Tu misericordia transforma el corazón de los hombre y mujeres de hoy para cantar tu sabiduría. Todo es posible a tu bondad. Enlaza tus manos con las nuestras y lleva adelante el corazón creyente. SILENCIO DE MANIFESTACIÓN, AGRADECIMIENTO, SABIDURÍA.

 

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, LOS PRESENTAMOS A JESÚS.

NOS DIRIGIMOS A MARÍA QUE VIVE SU ENTREGA GENEROSA

ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN AL PADRE, JUNTO CON JESÚS: PADRE NUESTRO…

 

CANTAMOS: Ven, Espíritu de Dios, sobre mí

 

Me abro a tu presencia


Cambiarás mi corazón. (2)

Toca mi debilidad,

Toma todo lo que soy.

Pongo mi vida en tus manos

Y mi fe.

Poco a poco llegarás

A inundarme de tu luz.

Tú cambiarás mi pasado.

Cantaré.

 

Ven,  Espíritu de Dios, sobre mí

Me abro a tu presencia

Cambiarás mi corazón. (2)

Quiero ser signo de paz.

Quiero compartir mi ser.


Yo necesito tu fuerza,

Tu valor.

Quiero proclamarte a ti.

Ser testigo de tu amor.

Entra y transforma mi vida.

¡Ven a mí!

https://www.youtube.com/watch?v=6tcj1x3Ajbg

viernes, 3 de junio de 2022

SE LLENARON TODOS DE ESPÍRITU SANTO

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SE LLENARON TODOS DE ESPÍRITU SANTO

GUÍA DE ORACIÓN 05-06-22 Domingo de Pentecostés

GUÍA: Nos disponemos a hacer nuestra oración. Espíritu Santo, ven. Manda tu luz sobre nosotros. Ilumina los corazones y enciende el fuego de tu amor. Como entonces, abre los espíritus, llénanos de paz y transforma lo que es rígido, endereza lo extraviado, conviértenos a ti. Padre, únenos a Jesús, tu Hijo, y a tu Santo Espíritu. SILENCIO DE PETICIÓN, DE APERTURA, DE UNIÓN.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11):

AL cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.

Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:

«¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».

GUÍA: Se llenaron todos de Espíritu Santo. Estaban reunidos en oración. El Espíritu viene, y sus lenguas hablan, son entendidos por todos en su propia lengua. Visualizamos el hecho, nos unimos al grupo. Cantamos la grandeza del Señor. La Iglesia naciente se ve fortalecida por el Espíritu Santo. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE AGRADECMIENTO, DE TRANSFORMACIÓN. 

Salmo:  Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

HERMANOS:

Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo.

Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.

Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.

Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

GUÍA: Si decimos Jesús es Señor, lo decimos por el Espíritu Santo. Su don se manifiesta para el bien común. Unidos en él, participamos del mismo Espíritu. Dejamos que nos bautice y nos una en un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Libéranos de nuestras esclavitudes, danos tu paz. SILENCIO DE ACOGIDA, DE PAZ, DE AMOR.

Secuencia

Ven, Espíritu divino,

manda tu luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre;

don, en tus dones espléndido;

luz que penetra las almas;

fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,

descanso de nuestro esfuerzo,

tregua en el duro trabajo,

brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas

y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,

divina luz, y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre,

si tú le faltas por dentro;

mira el poder del pecado,

cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequia,

sana el corazón enfermo,

lava las manchas,

infunde calor de vida en el hielo,

doma el espíritu indómito,

guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,

según la fe de tus siervos;

por tu bondad y tu gracia,

dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse

y danos tu gozo eterno.

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):

AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

«Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:

«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

GUÍA: Jesús se aparece a los discípulos. Todos ven a Jesús, escuchan sus palabras, reciben el Espíritu Santo. Nos unimos al momento de este encuentro. Tomamos conciencia de la fe recibida. El envío a anunciar y ser testigos de Jesús, se extiende hasta nosotros hoy. Interiorizamos la experiencia. SILENCIO DE ANUNCIO, DE ENVÍO, DE COMPROMISO.

SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN. UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDAR.

SENTIMOS LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU, AGRADECEMOS SU PAZ, SU ENTREGA.

INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS ENSEÑE A ORAR Y A COMPARTIR.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE Y NOS SENTIMOS HIJOS SUYOS, HERMANOS CON LOS DEMÁS. PADRE NUESTRO.

CANTAMOS: Ven Espíritu de Dios,

De tu amor enciende la llama.

Ven Espíritu de Dios, ven Espíritu de amor.

https://www.youtube.com/watch?v=VgXET-COHjY

viernes, 21 de mayo de 2021

PENTECOSTÉS


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PENTECOSTÉS

GUÍA DE ORACIÓN 23-05-21 Domingo de Pentecostés

GUÍA: Ven, Espíritu divino, manda un rayo de tu lumbre desde el cielo. Ven, oh padre de los pobres, luz profunda, en tus dones Dios espléndido. Estamos ante ti, Padre, ante tu Hijo Jesucristo. Enviáis al Espíritu que nos ilumina y consuela. Nos ayuda a conocer nuestra vida, a conocer nuestra verdad. Ven Espíritu Santo. Que tu ser nos comunique cercanía, amor real al Padre, a Jesús y a todos los hombres y mujeres que necesitan amor nuevo. SILENCIO DE PRESENCIA, DE PETICIÓN, DE CERCANÍA.  

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11):

AL cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.

Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:

«¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».

GUÍA: Vieron aparecer como llamaradas posándose sobre cada uno de ellos. Se llenaron del Espíritu Santo. Llega también hoy para nosotros. Nos hace comprender mejor su Palabra, Nos hace hablar para toda criatura. Seamos portadores de sus dones, de su luz y su verdad. Aquellas gentes los entendían. El Espíritu  se hace entender por todos, sin diferencia de lenguas o culturas. Las maravillas de Dios llegan a todos. Lo visualizamos y nos sentimos unidos a tan gran evento. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE ESCUCHA, DE COMPRENSIÓN.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

HERMANOS: Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo.

Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.

Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.

Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

GUÍA: Nadie puede  decir, Jesús es Señor, sin la participación del Espíritu. Estamos en tu manifestación, te recibimos. Guárdanos en tu paz, en tu unidad. Que bautizados en un solo espíritu formemos un solo cuerpo cuya cabeza es Cristo. Alabamos, damos gracias por tu presencia y tus dones. SILENCIO DE PARTICIPACIÓN, DE ACOGIDA, DE UNIDAD.

Secuencia

Ven, Espíritu divino,/manda tu luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre;/don, en tus dones espléndido;

luz que penetra las almas;/fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,/descanso de nuestro esfuerzo,

tregua en el duro trabajo,/brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas/y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,/divina luz, y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre,/si tú le faltas por dentro;

mira el poder del pecado,/cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequia,/sana el corazón enfermo,

lava las manchas,/infunde calor de vida en el hielo,

doma el espíritu indómito,/guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,/según la fe de tus siervos;

por tu bondad y tu gracia,/dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse/y danos tu gozo eterno.

Del santo evangelio según san Juan (20,19-23):

AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

«Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:

«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

GUÍA: Paz a vosotros, les dice Jesús. Como el Padre me envió, así también yo os envío. Jesús se manifiesta en la paz. Nos da esa paz verdadera, que no podrán quitarnos. Recibimos en envío para todos los pueblos. Nos sentimos mensajeros y portadores de Espíritu.  La paz nos afiance en el bien, en la concordia y benevolencia. SILENCIO DE PAZ, DE CONCORDIA, DE ENVÍO.

RECOGEMOS LA ORACIÓN, SINTETIZAMOS UNA FRASE.

PAZ, ENVÍO, CONVIVENCIA, UNIÓN. VISUALIZAMOS.

INVOCAMOS A MARÍA REINA DE LOS APÓSTOLES QUE NOS ACOMPAÑE.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON TODA LA HUMANIDAD Y CON JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS     

 El Señor os dará (Kairoi)

El Señor os dará su Espíritu Santo. /Ya no temáis, abrid el corazón.

Derramará todo su amor. (bis)

Él transformará hoy vuestra vida, /os dará fuerzas para amar.

No perdáis vuestra esperanza,/Él os salvará.

Él transformará todas las penas/como a hijos os acogerá.

Abrid vuestros corazones /a la libertad.

Fortalecerá todo cansancio /si al orar dejáis que os dé su paz.

Brotará vuestra alabanza,/Él os hablará.

Os inundará de un nuevo gozo /con el don de la fraternidad.

Abrid vuestros corazones /a la libertad.

https://tealabamos.com/el-senor-os-dara-su-espiritu-santo/

 

viernes, 29 de mayo de 2020

PENTECOSTÉS


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PENTECOSTÉS

GUÍA DE ORACIÓN 31-05-20

GUÍA: Esperamos al Espíritu Santo. Como estamos reunidos, pedimos a Jesús y al Padre Dios, que nos lo envíe y transforme nuestra vida, que renueve a toda la tierra. Padre, necesitamos tu  presencia y que el Espíritu nos fortalezca en la fe, en la esperanza,  en el amor. SILENCIO DE PETICIÓN, DE ACOGIDA Y CONFIANZA.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11):

AL cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.
Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:
«¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».

GUÍA : Ven Espíritu Santo, limpia lo que está manchado endereza lo que se dobla. Tu presencia colme nuestros deseos. Haz nueva la energía de nuestra vida. Tú eres nueva vida, hazte presente en la humanidad dolorida.
Entonces, cada uno los oía en su propia lengua. Visualizamos hoy lo que sucedió entonces y sucede entre nosotros. Cada uno lo entiende en su lengua. Llegas a cada persona según su necesidad y acogida. Abre nuestro oído, nuestro corazón para recibirte en tantas ocasiones. SILENCIO DE FE, DE APERTURA, DE ENCUENTRO.

R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

HERMANOS:
Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo.
Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

GUÍA: Nadie puede decir Jesús es Señor, sino por robar del Espíritu Santo. Él se manifiesta para el bien común, para el bien de todos. Se hace todo en todos. Abrimos el corazón para recibirlo, para que su llegada se cumpla en los discípulos y en los creyentes. Que se cumpla en toda la humanidad. Hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo en la unidad. Confiamos en ti y te pedimos el don de la paz y la unidad. SILENCIO DE VISUALIZACIÓN, DE VENIDA, DE PRESENCIA.   

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):

AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

GUÍA : Estaban reunidos y con las puertas cerradas, miedo a los judíos. También nosotros le esperamos con miedo a circunstancias, pobreza, enfermedad. ¿Cuáles son esos temores que nos atan y encierran? Vamos hacia ti, Jesús. Nos das tu paz. Danos tu Espíritu y aviva la fe, abre los corazones par que llevemos tu Espíritu a nuestro ambiente, a nuestro mundo. SILENCIO  DE ESPERA, DE LLEGADA, DE ENTREGA.

RECOGEMOS LA SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE PARA RECORDAR.

PRESENCIA, DON, ACOGIDA, PROMESA.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE Y COMPAÑERA DE CAMINO.

NOS DIRIGIMOS  AL PADRE CON EL AMOR DE SU HIJO: PADRE NUESTRO.

CANTAMOS

Secuencia

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequia,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.





viernes, 18 de mayo de 2018

¡ESPÍRITU SANTO, VEN!




¡ESPÍRITU SANTO, VEN!

GUÍA DE ORACIÓN 20-05-18

GUÍA: Ven,  Espíritu de Dios. Ilumina al mundo con tu luz. Pedimos tu venida. Danos tu fortaleza en el bien y el amor. Somos caminantes que buscan a Dios y acogen su venida. Haz que te conozcamos y reconozcamos, cuando llegas a nosotros. En el silencio interior, visualizamos nuestro camino, cómo se desarrollan nuestros pasos, cuándo le encontramos y le acogemos. SILENCIO DE ESPERA, PETICIÓN, ACOGIDA 

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11):

Al cumplirse el día de Pentecostés,
estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.

Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:
«¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».


GUÍA: Se llenaron todos de Espíritu Santo. Estaban reunidos orando. Empezaron a hablar en la lengua que Espíritu les sugería. Los que oían les entendían en su propia lengua. La manifestación de Dios llega a todos los hombres en su lengua o situación. Que no pongamos obstáculos, ya que el Espíritu llega a todos. SILENCIO DE APERTURA, CERCANÍA, DON.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

Hermanos:
Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo.
Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

GUÍA:
Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Somos miembros de un solo cuerpo. Aquí estamos, Señor. El Espíritu nos une. Ser miembros y llevar a cabo nuestra función hace que el cuerpo realice su cometido. Cada uno responsable de su misión. Contigo, Jesús, y con el Espíritu, damos gloria al Padre  Dios. SILENCIO DE UNIÓN, DE GLORIA Y COMPROMISO.

SECUENCIA DEL ESPÍRITU SANTO

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequia,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

Del santo evangelio según san Juan (20,19-23):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los 
retengáis, les quedan retenidos».

GUÍA: Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado así yo os envío. Recibid el Espíritu Santo. Jesús se presenta a los discípulos, les da la paz, los envía a una misión. En silencio escuchamos, recibimos el don de la paz. Se nos da  la misión de llevar el Espíritu  y perdonar. Es nuestro momento de recibir el Espíritu y transmitirlo a nuestro alrededor. Envía, Señor, tu Espíritu. SILENCIO DE  INTERIORIZACIÓN, PETICIÓN Y ENVÍO

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, UNA FRASE

AGRADECEMOS, ALABAMOS, PEDIMOS

INVOCAMOS A MARÍA, LA LLENA DE ESPÍRITU

NOS DIRIGIMOS AL PADRE JUNTO CON JESÚS Y TODA LA HUMANIDAD: PADRE NUESTRO

CANTAMOS
Espíritu santo, ven, ven,
Espíritu santo, ven, ven,
Espíritu santo, ven, ven
En el nombre del señor.
Acompáñame y condúceme, toma mi vida.
Santíficame y transfórmame, ¡Espíritu Santo ven!
Espíritu santo, ven, ven,
Espíritu santo, ven, ven,
Espíritu santo, ven, ven
En el nombre del señor.
Resucítame y conviérteme, todos los días.
Glorifícame y renuévame, ¡Espíritu Santo, ven!
Espíritu santo, ven, ven,
Espíritu santo, ven, ven,
Espíritu santo, ven, ven
En el nombre del señor.
Fortaléceme y consuélame de mis pesares
Fortaléceme y libérame ¡Espíritu Santo ven!
Espíritu santo, ven, ven,
Espíritu santo, ven, ven,
Espíritu santo, ven, ven
En el nombre del señor.