viernes, 24 de abril de 2020

DIOS LE ACREDITÓ



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DIOS LE ACREDITÓ

GUÍA  DE  ORACIÓN  26-04-20

GUÍA:  Dios Padre acreditó a Jesús con milagros y signos. En tu presencia hacemos nuestra oración. Te presentamos los pensamientos, palabras y obras, para que con tu gracia se conviertan en clara presencia de tu amor. Que te manifiestes y nos conviertas  en instrumentos de misericordia. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE ADMIRACIÓN, DE ESPERANZA.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,14.22-33):

EL día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró:
«Judíos y vecinos todos de Jerusalén, enteraos bien y escuchad atentamente mis palabras.
A Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis, a este, entregado conforme al plan que Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte, por cuanto no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él:
“Veía siempre al Señor delante de mí, pues está a mi derecha para que no vacile. Por eso se me alegró el corazón,   exultó mi lengua, y hasta mi carne descansará esperanzada. Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos, ni dejarás que tu Santo experimente corrupción. Me has enseñado senderos de vida, me saciarás de gozo con tu rostro”.
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: el patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios “le había jurado con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo”, previéndolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que “no lo abandonará en el lugar de los muertos” y que “su carne no experimentará corrupción”. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo».

GUÍA:  Dios le acredita con signos y milagros. Jesús elevado en la cruz y elevado en la resurrección. Su vida nos eleva.  Él recibe el Espíritu de  Dios y lo derrama sobre los discípulos y sobre nosotros. Esto es lo que estáis viendo, dice Pedro. Lo vemos y aclamamos su gloria,  por el poder de Dios. Sintamos su acción y dispongamos el corazón para  la transformación que él quiere. SILENCIO DE ACEPTACIÓN, DE FE Y DE CAMBIO.

De la primera carta del apóstol san Pedro (1,17-21):

QUERIDOS hermanos: Puesto que podéis llamar Padre al que juzga imparcialmente según las obras de cada uno, comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación, pues ya sabéis que fuisteis liberados de vuestra conducta inútil, heredada de vuestros padres, pero no con algo corruptible, con oro o plata, sino con una sangre preciosa, como la de un cordero sin defecto y sin mancha, Cristo, previsto ya antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros, que, por medio de él, creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios.

 GUÍA: Os rescataron de vuestro inútil proceder, con la sangre de Cristo. Por él hemos sido liberados, por él ponemos en el Padre nuestra fe y nuestra esperanza. El Padre juzga a cada unos según sus obras, sin parcialidad. Visualizamos  nuestro  ser  rescatados,  liberados, amados por Jesucristo. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE PETICIÓN Y CONFIANZA.

Del santo evangelio según san Lucas (24,13-35):

AQUEL mismo día (el primero de la semana), dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios;
iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido, Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:
«Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».
Él les dijo: «¿Qué?».
Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».
Entonces él les dijo:
«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.
Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

GUÍA:  ¿No sabes lo que ha pasado, dicen los de Emaús a Jesús? . Y él les explica las Escrituras. Estaba predicho lo que sucedería al Mesías. También hoy Jesús nos explica las escrituras. Hace que le conozcamos al partir el Pan.  Acogemos su manifestación y nos dejamos deslumbrar por so presencia. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, ILUMINACIÓN, AMOR RENOVADO.

RECOGEMOS LA ORACIÓN: UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDAR.

ADORACIÓN, CONFIANZA, ILUMINACIÓN, AGRADECIMIENTO.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE, MUJER DE ESPERANZA.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE, CON JESÚS Y DECIMOS: PADRE NUESTRO.

CANTAMOS:

Aleluya, Aleluya, Aleluya,/Aleluya, Aleluya, Aleluya.

Por que Cristo nuestro hermano,/ha resucitado, María alégrate.
Por que Cristo nuestro hermano,/ha resucitado, María alégrate.

Por que Cristo nuestro hermano,/nos ha redimido, María alégrate.
Por que Cristo nuestro hermano,/nos ha redimido, María alégrate. 

Por que en Cristo nuestro hermano,/hemos renacido, María alégrate.
Por que en Cristo nuestro hermano,/hemos renacido, María alégrate.

Porque en Cristo, nuestro hermano,/todos somos hijos, María alégrate.
Porque en Cristo, nuestro hermano, todos somos hijos, María alégrate.


martes, 21 de abril de 2020

POESÍA Apostar por el cambio



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POESÍA  Apostar por el cambio


Estamos en tiempo de cambio. La vida humana es como un río que va a dar a la mar… 
Ahora con la pandemia,  lo vemos más claro. María Navarro con su reflexión nos acompaña para interiorizar algunas facetas. Inténtalo y comenta la conclusión  que sacas. ¡Que te guste!
  
"APOSTAR POR EL CAMBIO:¡YA!
Nuestro mundo necesita
una nueva humanidad,
que cuide más el planeta
y no lo destruya más.
Hay que cumplir más las leyes
que la protejan aún más
y todo el que se lo salte
que lo pague de verdad.
Todos somos responsables
del mal que está recibiendo
y se defiende la pobre
con aquello que está haciendo.
Hasta el más ciego lo ve
el desastre que le hacemos,
porque nos falta conciencia
porque nos falta el empeño.
No hay que echar la culpa al otro
todos tenemos la nuestra
y mientras ésto no hagamos
el futuro será negro.
¡Venga, hagamos esfuerzos,
por nosotros por los nuestros,
por los que vienen detrás,
no nos queda otro remedio.
Sabemos que es importante
y se halla en nuestras manos,
hagamos que nuestros niños,
crezcan cada vez más sanos.
Ánimo y adelante,
unamos más nuestras manos
trabajemos por el cambio
todos habremos ganado.
María

ACCIÓN
¿Encuentras cosas que hay que mejorar  a tu alrededor? Explica por qué  y cómo hacerlo.




viernes, 17 de abril de 2020

ERAN CONSTANTES



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  ERAN CONSTANTES  

GUÍA DE ORACIÓN 19-04-20

GUÍA: “Eran constantes”. Demos gracias a Dios porque es buena y eterna su misericordia. Se derrama sobre nosotros, la acogemos con agradecimiento. Su bondad nos acoge y nos perdona. Este canto de alabanza se extienda por toda la tierra. Nuestra oración y apertura se renueven e intensifiquen. SILENCIO DE PRESENCIA, AGRADECIMIENTO Y ALABANZA.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (2,42-47): 
LOS hermanos perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.
Todo el mundo estaba impresionado, y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.
Con perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y eran bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando a los que se iban salvando.

 GUÍA: Eran constantes en escuchar  la  enseñanza de los apóstoles.  La gente estaba impresionada de la unión y amor entre ellos, de la vida que hacían. El Espíritu los reunía  y los hacía constantes en la fe. ¿Podemos trasladar esta imagen a nuestras Parroquias y grupos? Danos, señor, tu Espíritu y haz que como al principio seamos Iglesia unida en la oración, en la convivencia y en la fracción del pan. SILENCIO DE AUTOCONOCIMIENTO, DE CERCANÍA, DE RESPETO MUTUO

De la primera carta del apóstol san Pedro (1,3-9):
BENDITO sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesucristo, que, por su gran misericordia, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha regenerado para una esperanza viva; para una herencia incorruptible, intachable e inmarcesible, reservada en el cielo a vosotros, que, mediante la fe, estáis protegidos con la fuerza de Dios; para una salvación dispuesta a revelarse en el momento final.
Por ello os alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un Poco en pruebas diversas; así la autenticidad de vuestra fe, más preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe: la salvación de vuestras almas.

  GUÍA: Nacidos  para a una esperanza viva  por la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Avivemos la fe, custodiemos la esperanza y que la fuerza de dios nos guarde hasta la manifestación final. Somos llamados a una vida nueva en Cristo. El Bautismo nos abre las puertas de la filiación par ser hijos. Repasemos esa vida en Cristo y nuestra vida dispersa, olvidadiza. Pedimos perdón. SILENCIO  DE TOMA DE CONCIENCIA DE SER CRISTIANOS. SILENCIO DE COMPROMISO RENOVADO.

Del santo evangelio según san Juan (20,19-31):
AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en
medio y les dijo: «Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

 GUÍA: Jesús llega y da su paz: Recibid el Espíritu Santo. Como el Padre me envió, yo os envío. Nos sentimos confortados por tu venida, Jesús. Tu paz y misericordia se hace viva cuando tú estás presente. Dichoso los que crean sin haber visto. Que tu presencia abra nuestros ojos y caliente nuestro corazón. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, VIVENCIA Y DON.

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDARLA.

PRESENCIA, AGRADECIMIENTO, CONFIANZA,  ESPERANZA.

INVOCAMOS A MARÍA MADRE DE MISERICORDIA

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS:

¡Aleluya, aleluya!/ Es la fiesta del Señor.
¡Aleluya, aleluya!/el Señor resucitó.  (2 veces).
Ya no hay miedo, ya no hay muerte,/ya no hay penas que llorar;
porque Cristo sigue vivo,/ la esperanza abierta está.
ESTRIBILLO.
Cuando un hombre a tu lado/ya no sabe caminar,
no le dejes de la mano,/dale tu felicidad.
ESTRIBILLO.
Cuando alguien te pregunte/dónde está la libertad,
que en tus obras él descubra/que Jesús es quien la da.
ESTRIBILLO.
Si delante de los hombres/encendemos nuestra luz,
abriremos mil caminos/para la Resurrección.
ESTRIBILLO.


martes, 14 de abril de 2020

PASCUA 2020



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POESÍA

PASCUA 2020


Nuestra amiga María Navarro nos regala su inspiración, entusiasmo y reflexión. Seguro que te gusta. Agradecemos su generosidad y aplaudimos su trabajo. Feliz Pascua.


Resucitó el AMOR
sepultado entre las rocas,
envuelto en un lienzo blanco,
cual perfume entre las rosas.
Resucitó el Señor,
lleno de VIDA NUEVA
RESPLANDECIENTE DE LUZ
al despuntar la aurora.
Resucitó para siempre
en plenitud de gloria,
mostrándonos el camino
que nos dejó tras su huella.
No nos ha dejado solos
y mantiene su Palabra,
de caminar con nosotros
celebrando su gran Pascua.
"No se turbe el corazón,
por aquello que acontece,
no ha de faltarnos su amor
porque su amor permanece.
Deja que su LUZ penetre
y resplandezca tu ser,
porque su amor es más fuerte
porque contigo está Él.
Déjate mirar por Él
que transforme tu mirada
en un remanso de paz
porque sin Él no eres nada.
Fuera el miedo y el temor
de tu vida enamorada,
todo el que se acerca a Él
su vida está transformada.
María
FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN.

Pascua, luz, amor, resurrección, tú y cada uno de nosotros, tocados por la resurrección. Nos alegramos y gozamos con ella, en este mundo dolorido. La esperanza nos hace fuertes. Haz tu reflexión y comparte  tu deseo.



sábado, 11 de abril de 2020

¡JESÚS HA RESUCITADO!



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¡JESÚS  HA RESUCITADO!

GUÍA DE ORACIÓN 12-04-20

GUÍA: Día de resurrección. Jesús muerto,  es devuelto a la vida, por obra de Dios. Estamos aquí como creyentes admirando su fuerza y su triunfo sobre la muerte. El Padre nos reúne en torno a su Hijo, por el Espíritu. En esta unión adoramos y damos gracias. Extendemos el hecho y  nuestra alegría a toda la tierra: Ha resucitado. SILENCIO DE GLORIA, ADORACIÓN Y GRACIAS.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34a.37-43):

EN aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».

 GUÍA: En los Hechos de los Apóstoles, Pedro anuncia lo que  sucedió  en Galilea: Jesús de Nazaret, que pasó haciendo el bien y fue crucificado, fue resucitado por Dios. Somos receptores del mensaje y de la fe en su nombre. Por él recibimos el perdón de los pecados.  Participamos de su muerte y de su resurrección, le recibimos como salvación. SILENCIO DE ESCUCHA, ACEPTACIÓN Y DESEO DE PERDÓN.

De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,1-4):

HERMANOS: Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.

GUÍA: Buscad los bienes de arriba. Cristo ha resucitado. La nueva vida de Cristo es quien mueve toda acción y todo deseo. Confiamos en su presencia y nos comprometemos en lo que construye esa misma novedad del Espíritu. Renovamos nuestras promesas bautismales. SILENCIO DE ADHESIÓN, PARTICIPACIÓN, FE .

Del santo evangelio según san Juan (20,1-9):

EL primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos

GUÍA: María Magdalena encuentra el sepulcro, abierto. Lo comunica a Pedro y a Juan. Ellos sorprendidos llegan al lugar, y el sepulcro estaba vacío. Hasta entonces, no habían comprendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. Lo comprenden entonces.  Estamos con ellos, que la comprensión del misterio llegue a nosotros. Que se avive nuestra fe en Jesús resucitado. Que nuestra vida renazca por la fe y la esperanza. SILENCIO DE APERTURA A LA GRACIA, DE RECONOCIMIENTO, DE VICTORIA.

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS Y ORACIÓN. UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDAR.

ADMIRACIÓN, CONFIANZA, ADORACIÓN, GLORIA.

INVOCAMOS A MARÍA, MADRE DE LA ESPERANZA, DE LA FE Y DEL AMOR.

CON JESÚS, NOS DIRIGIMOS AL PADRE: PADRE NUESTRO.

CANTAMOS:

Resucitó, resucitó,/Resucitó, ¡Aleluya!
Aleluya, aleluya,/Aleluya, ¡Resucitó!
La muerte,/Dónde está la muerte,
Dónde está mi muerte,/Dónde su victoria.

Resucitó, resucitó,/Resucitó, ¡Aleluya!
Gracias,/Sean dadas al Padre,
Que nos pasó a Su Reino,/Donde se vive de Amor.

Resucitó, resucitó,/Resucitó, ¡Aleluya!
Alegría,/ Alegría, hermanos,
Que si hoy nos queremos,/Es que Resucitó.

Resucitó, resucitó,/Resucitó, ¡Aleluya!
Si con Él morimos,/Con Él vivimos,
Con Él cantamos:/¡Aleluya!


Aleluya, aleluya,/Aleluya, ¡Resucitó!

Resucitó, resucitó,/Resucitó, ¡Aleluya!
Fuente: Musixmatch,  Kiko Arguello