viernes, 8 de marzo de 2024

¡SEA SU DIOS CON ÉL, Y SUBA!

 

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¡SEA SU DIOS CON ÉL, Y SUBA!

GUÍA DE ORACIÓN 10-03-24 ,  Domingo 4º de Cuaresma - Ciclo B

 

GUÍA: Sea su Dios con él, y suba. Es Ciro que quiere construir un templo al Dios de Israel. Da permiso a todos para que lo hagan. Dios se vale de un extranjero para realizarlo. Ponemos nuestra oración ante el dilema de seguir al Señor, construir su templo o no. Dejamos fuera otros intereses y buscamos los deseos de Dios. Sigamos sus inspiraciones. SILENCIO DE TOMA DE CONCIENCIA, DE COMPRENSIÓN, DE DECISIÓN.

 

Lectura del segundo libro de las Crónicas (36,14-16.19-23):

En aquellos días, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, según las costumbres abominables de los gentiles, y mancharon la casa del Señor, que él se había construido en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su morada. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que subió la ira del Señor contra su pueblo a tal punto que ya no hubo remedio. Los caldeos incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén; pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada del reino de los persas; para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: «Hasta que el país haya pagado sus sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años.»
En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra del Señor, por boca de Jeremías, movió el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: «Así habla Ciro, rey de Persia:
"El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él, y suba!"»

 

GUÍA: Pertenecer a su pueblo, al pueblo de Dios, tiene unos requisitos y obligaciones. Nos sentimos su pueblo, su heredad. Hemos fallado y estamos invitados a seguir su camino, recorrer sus sendas, construir su templo. Crecer en una vida con signos de providencia y misericordia. ¿Hacemos eco de esta invitación? ¿Qué pasos hemos de dar para  llevar a cabo la obra del Señor? SILENCIO DE BÚSQUEDA, DE CLARIDAD, DECISIÓN.

Salmo

Sal 136,1-2.3.4.5.6

R/.
 Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti


Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras. R/.

Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión.» R/.

¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha. R/.

Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías. R/.

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,4-10):

Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo –por pura gracia estáis salvados–, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Pues somos obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.

 

GUÍA: Dios nos ha hecho vivir con Cristo, así muestra la inmensa riqueza de su gracia. San Pablo está convencido del don de Dios, de la gracia que se nos ha concedido, del encargo que se nos ha dado. Estamos en tu presencia, Padre. Reconocemos tu amor para nosotros. Queremos ser testigos de tu  gracia. Lo visualizamos y acogemos. SILENCIO DE APERTURA, DE VERDAD, DE DISPONIBILIDAD.



Lectura del santo evangelio según san Juan (3,14-21):

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»

 

GUÍA: Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Una Palabra para contemplar y admitir en el corazón, en la vida. Somos portadores de ese amor, esa entrega y esa tarea. Ponemos en sus manos nuestros deseos, la acción de su Espíritu, y su benevolencia para toda la humanidad. SILENCIO DE CERCANÍA, DE CONOCIMIENTO, DE ACCIÓN.

 

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, LOS SENTIMIENTOS Y LOS DESEOS.

INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS MUESTRE A JESÚS SU HIJO.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.

 

CANTAMOS:


1. Tú eres el Dios que nos salva,

la luz que nos ilumina,

la mano que nos sostiene

y el techo que nos cobija. bis


TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR,

TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR.

[BIS TODO]


2. Te damos gracias, Señor,

porque has depuesto la ira

y has detenido ante el pueblo

la mano que lo castiga. bis


3. Y sacaremos con gozo

del manantial de la vida

las aguas que dan al hombre

la fuerza que resucita. bis


4. Entonces proclamaremos:

"Cantadle con alegría.

El nombre de Dios es grande,

Su caridad infinita. bis


5. Que alabe al Señor la Tierra

Contadle las maravillas.

Qué grande en medio del pueblo

el Dios que nos justifica. bis

https://www.youtube.com/watch?v=U7ZEZS_-n_g

martes, 5 de marzo de 2024

POESÍA, Cuaresma 2024

 

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POESÍA, Cuaresma  2024

 

Una reflexión sobre la vida y la Cuaresma. María Navarro nos la presenta con cariño y apoya nuestra reflexión para avanzar hacia el Señor. ¿Cómo va transcurriendo este tiempo? Quitar el polvo del camino, y enderezar lo torcido, desde el Evangelio, puede ser una buena decisión. Adelante.

 

 

CUARESMA  2024

 

Estrenamos este tiempo

que la iglesia nos ofrece,

para ver que en nuestra historia

algo nuevo hoy florece.

Es un tiempo favorable,

para revisar aquello,

que a lo largo del camino,

se va llenando de polvo.

Conocemos las sequías,

que azotan a muchos pueblos,

haciendo dura la tierra

por el azote del viento.

Además de lo que ensucia

lo peor es respirar,

porque atenta a la salud,

sin poderlo evitar.

Algo parecido pasa,

en la vida del espíritu,

cuando es fuerte la sequía

y un gran polvo habita dentro.

Busquemos alguna forma

de podernos sumergir

en el mar del Evangelio,

para poder resurgir.

Es un manantial de vida,

que no se acaba jamás,

Bebamos de su mensaje

y hagámoslo realidad,

que el tiempo pasa volando

y ya no vuelva jamás.

María

 

ACCIÓN:

¿Qué acción te parece buena para la Cuaresma?  El Evangelio, la reconciliación con Dios y los hermanos, la solidaridad activa. ¿Cuál prefieres tú? Añádela, gracias.

 

viernes, 1 de marzo de 2024

NO TENDRÁS OTROS DIOSES

 

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NO TENDRÁS OTROS DIOSES

GUÍA DE ORACIÓN 03-03-24,    Domingo 3º de Cuaresma - Ciclo B

 

GUÍA: No tendrás otros dioses frente a mi, dice Dios al pueblo. La oración de esta semana, tercer domingo de Cuaresma nos llama a la fe en un solo Dios. Estamos ante ti y queremos reconocerte como Dios y Señor. Preparamos el corazón para avivar tu alianza. Alimenta nuestra confianza y fortalece el amor. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE AVIVAR LA ALIANZA Y MANTENER EL AMOR.

 

Lectura del libro del Éxodo (20,1-17):

En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y bisnietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos. No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso. Fíjate en el sábado para santificarlo. Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos. Y el séptimo día descansó: por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él.»

Salmo

Sal 18,8.9.10.11

R/.
 Señor, tú tienes palabras de vida eterna

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor
es fiel e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

La voluntad del Señor
es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,22-25):

Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para lo judíos, necedad para los gentiles; pero, para los llamados –judíos o griegos–, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

 

GUÍA: Predicamos un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Eres el Mesías encarnado, nos atrae tu presencia y tu bondad. Un nuevo corazón para amarte y amar a toda la tierra.  La nueva esperanza sembrada en todos los rincones. SILENCIO QUE TE RECONOCE, TE ALABA Y TE ADORA.


Lectura del santo evangelio según san Juan (2,13-25):

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que  hay dentro de cada hombre.

 


GUÍA: Él sabía lo que hay dentro de cada persona. Se prepara para acoger la verdad y abrir el corazón al amor. Ellos pedía un signo y no aceptaban lo que les decía o hacía. Nuestra oración sea de aceptación y de unión al Señor resucitado. SILENCIO DE ACEPTACIÓN, DE APERTURA, DE UNIÓN.

 

RECOGEMOS LA SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN. UNA FRASE NOS AYUDA.

PRESENCIA, ESCUCHA, PERDÓN, AGRADECIMIENTO, ENTREGA.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE, Y CONSUELO.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON JESÚS: PADRE NUESTRO.

CANTAMOS:

Bendigamos al Señor, Dios de toda la creación

1.     Bendigamos al Señor, Dios de toda la creación,
por habernos regalado su amor.
Su bondad y su perdón, y su gran fidelidad,
por los siglos de los siglos durarán.

EL ESPÍRITU DE DIOS HOY ESTÁ SOBRE MÍ.
ÉL ES QUIEN ME HA UNGIDO A PROCLAMAR
LA BUENA NUEVA A LOS MÁS POBRES,
LA GRACIA DE SU SALVACIÓN.
[BIS TODO]

2. Enviado con poder, y en el nombre de Jesús,
a sanar a los enfermos del dolor,
a los ciegos dar visión, a los pobres la verdad,
y a los presos y oprimidos libertad.

3. Con la fuerza de su amor, y de la resurrección,
anunciamos: llega ya la salvación.
Que ni el miedo, ni el temor,
ni la duda, o la opresión,
borrarán la paz de nuestro corazón.

https://www.youtube.com/watch?v=tAc0ybj_alQ 

martes, 27 de febrero de 2024

POESÍA: Para ti Agricultor

 

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POESÍA: Para ti Agricultor

 

 

Hoy María Navarro nos sorprende con su reflexión a la tierra, la naturaleza, y los agricultores. Nos unimos a su cercanía y a los problemas de los que cuidan el campo.  Reflexiona.

 

 

PARA TI, AGRICULTOR.

Benditos sean los pies

del que trabaja la tierra,

benditas sean sus manos

al esparcir las semillas.

Bendita la MADRE TIERRA,

que engendra lo que se siembra.

Bendito sea el sol, la luna y las estrellas,

el viento y la lluvia mansa

y el calor que nos calienta.

Benditos los campesinos

que trabajan de sol a sol,

confiando en que mañana,

hayan cosechas mejor.

¡Qué sería de nosotros

sin su esfuerzo y su tesón!

¡Ojalá se solucionen,

sus problemas, por favor!

Que reciban las ayudas


que están hoy necesitando,

para cuidar con esmero

la vida de nuestros campos.

María

 

ACCIÓN:

¿Qué podemos hacer? Nos ponemos en su lugar y seguramente compartimos su preocupación, e intentamos cambiar algo para el bien de todos. ¿Te unes?

 

viernes, 23 de febrero de 2024

ABRAHAN, ABRAHÁN


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                                                        ABRAHAN, ABRAHÁN


GUÍA DE ORACIÓN 25-02-24, Domingo 2º de Cuaresma - Ciclo B

 

GUÍA: ¡Abrahán, Abrahán! Es Dios quien le llama. Le pide el sacrificio de su hijo único.  Él está dispuesto a sacrificarlo. En tu presencia nos vemos llamados, agraciados y a la vez invitados al sacrificio. Padre, Dios, Enséñanos a vivir la gracia del amor y también la entrega para tu elección. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE ESCUCHA, DE DISPONIBILIDAD.

 

Lectura del libro del Génesis (22,1-2.9-13.15-18):


En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: «¡Abrahán!»

Él respondió: «Aquí me tienes.»

Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré.»

Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña.

Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo «¡Abrahán, Abrahán!»

Él contestó: «Aquí me tienes.»

El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.»

Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.

El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mí mismo –oráculo del Señor–: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.»

 

GUÍA: Abrahán es probado por Dios. El amor y el sacrificio se presentan unidos. Somos tus hijos y queremos vivir en tu presencia. Guárdanos en la verdad y en el amor. Aumenta nuestra fe, nuestra fidelidad y el amor. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE ENCUENTRO, DE UNIÓN. 

 

Sal 115,10.15.16-17.18-19


R/. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida


Tenía fe, aun cuando dije:

«¡Qué desgraciado soy!»

Mucho le cuesta al Señor

la muerte de sus fieles. R/.

Señor, yo soy tu siervo,

siervo tuyo, hijo de tu esclava:

rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,

invocando tu nombre, Señor. R/.


Cumpliré al Señor mis votos

en presencia de todo el pueblo,

en el atrio de la casa del Señor,

en medio de ti, Jerusalén. R/.

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,31b-34):


Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?


GUÍA: Si Dios está con nosotros, ¿Quién estará contra nosotros?. Nos sentimos participando de estas preguntas.  Indican confianza, seguridad en Dios, Padre y Salvador.  Visualizamos la cercanía del Padre, la entrega del Hijo Jesús, la plenitud del Espíritu. SILENCIO DE CONFIANZA, DE AGRADECIMIENTO, DE UNIÓN.


Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,2-10):


En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.

Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»

Estaban asustados, y no sabía lo que decía.

Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo.»

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»

Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».

 

GUÍA:  Suben al Tabor con Jesús. Oración y contemplación de Jesús que se manifiesta dialogando con Moisés y Elías. La Ley y los Profetas están en escena. Jesús, enséñanos a orar, a conocer la voluntad del Padre, a seguir la inspiración del Espíritu. La voz del Padre nos hace comprender: Éste es mi Hijo el amado, escuchadlo. Lo acogemos en el interior. Sentimos su presencia y amor. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE LLAMADA, DE ACEPTACIÓN.

 

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN: Una frase nos ayuda a recordarla.

AVIVAMOS NUESTROS SENTIMIENTOS CON FE, ESPERANZA, AMOR.

INVOCAMOS A MARÍA, MADRE Y AMIGA, QUE NOS AYUDE. 

NOS DIRIGIMOS AL PADRE COMO JESÚS: PADRE NUESTRO…

 

CANTAMOS

NO TEMAS (Is 44) MI do# No temas, no temas LA SI7 yo estoy contigo.

 MI do# No temas, no temas LA SI7 yo no te olvido.

 MI LA SI7 Pongo mi mano en tu hombro y te digo:

No temas, no temas yo en ti confío.

 No temas, no temas yo te he elegido

Pongo mi mano en tu hombro y te digo:

No temas, no temas yo estoy contigo. No temas...


https://www.youtube.com/watch?v=2_iXweKAh_A 

miércoles, 21 de febrero de 2024

TEMA: MENSAJE CUARESMA 24, 2

 

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TEMA: MENSAJE CUARESMA 24, 2

 

 

Esta es la segunda parte del mensaje de Cuaresma 24. Lee con atención. Valora lo que dice el Papa y asimila, cambia el corazón.

 

 

En mi viaje a Lampedusa, ante la globalización de la indiferencia planteé dos preguntas, que son cada vez más actuales: «¿Dónde estás?» (Gn 3,9) y «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9). El camino cuaresmal será concreto si, al escucharlas de nuevo, confesamos que seguimos bajo el dominio del Faraón. Es un dominio que nos deja exhaustos y nos vuelve insensibles. Es un modelo de crecimiento que nos divide y nos roba el futuro; que ha contaminado la tierra, el aire y el agua, pero también las almas. Porque, si bien con el bautismo ya ha comenzado nuestra liberación, queda en nosotros una inexplicable añoranza por la esclavitud. Es como una atracción hacia la seguridad de lo ya visto, en detrimento de la libertad.

Quisiera señalarles un detalle de no poca importancia en el relato del Éxodo: es Dios quien ve, quien se conmueve y quien libera, no es Israel quien lo pide. El Faraón, en efecto, destruye incluso los sueños, roba el cielo, hace que parezca inmodificable un mundo en el que se pisotea la dignidad y se niegan los vínculos auténticos. Es decir, logra mantener todo sujeto a élPreguntémonos: ¿deseo un mundo nuevo? ¿Estoy dispuesto a romper los compromisos con el viejo? El testimonio de muchos hermanos obispos y de un gran número de aquellos que trabajan por la paz y la justicia me convence cada vez más de que lo que hay que denunciar es un déficit de esperanzaEs un impedimento para soñar, un grito mudo que llega hasta el cielo y conmueve el corazón de Dios. Se parece a esa añoranza por la esclavitud que paraliza a Israel en el desierto, impidiéndole avanzar. El éxodo puede interrumpirse. De otro modo no se explicaría que una humanidad que ha alcanzado el umbral de la fraternidad universal y niveles de desarrollo científico, técnico, cultural y jurídico, capaces de garantizar la dignidad de todos, camine en la oscuridad de las desigualdades y los conflictos.

Dios no se cansa de nosotros. Acojamos la Cuaresma como el tiempo fuerte en el que su Palabra se dirige de nuevo a nosotros: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud» (Ex 20,2). Es tiempo de conversión, tiempo de libertad. Jesús mismo, como recordamos cada año en el primer domingo de Cuaresma, fue conducido por el Espíritu al desierto para ser probado en su libertad. Durante cuarenta días estará ante nosotros y con nosotros: es el Hijo encarnado. A diferencia del Faraón, Dios no quiere súbditos, sino hijos. El desierto es el espacio en el que nuestra libertad puede madurar en una decisión personal de no volver a caer en la esclavitudEn Cuaresma, encontramos nuevos criterios de juicio y una comunidad con la cual emprender un camino que nunca antes habíamos recorrido.

Esto implica una lucha, que el libro del Éxodo y las tentaciones de Jesús en el desierto nos narran claramente. A la voz de Dios, que dice: «Tú eres mi Hijo muy querido» (Mc 1,11) y «no tendrás otros dioses delante de mí» (Ex 20,3), se oponen de hecho las mentiras del enemigo. Más temibles que el Faraón son los ídolos; podríamos considerarlos como su voz en nosotros. El sentirse omnipotentes, reconocidos por todos, tomar ventaja sobre los demás: todo ser humano siente en su interior la seducción de esta mentira. Es un camino trillado. Por eso, podemos apegarnos al dinero, a ciertos proyectos, ideas, objetivos, a nuestra posición, a una tradición e incluso a algunas personas. Esas cosas en lugar de impulsarnos, nos paralizarán. En lugar de unirnos, nos enfrentarán. Existe, sin embargo, una nueva humanidad, la de los pequeños y humildes que no han sucumbido al encanto de la mentira. Mientras que los ídolos vuelven mudos, ciegos, sordos, inmóviles a quienes les sirven (cf. Sal 115,8), los pobres de espíritu están inmediatamente abiertos y bien dispuestos; son una fuerza silenciosa del bien que sana y sostiene el mundo.

Es tiempo de actuar, y en Cuaresma actuar es también detenerseDetenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritanoante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo. Por eso la oración, la limosna y el ayuno no son tres ejercicios independientes, sino un único movimiento de apertura, de vaciamiento: fuera los ídolos que nos agobian, fuera los apegos que nos aprisionan. Entonces el corazón atrofiado y aislado se despertará. Por tanto, desacelerar y detenerse. La dimensión contemplativa de la vida, que la Cuaresma nos hará redescubrir, movilizará nuevas energías. Delante de la presencia de Dios nos convertimos en hermanas y hermanos, percibimos a los demás con nueva intensidad; en lugar de amenazas y enemigos encontramos compañeras y compañeros de viaje. Este es el sueño de Dios, la tierra prometida hacia la que marchamos cuando salimos de la esclavitud.

 

ACCIÓN:

Es tiempo de reflexión, de cambio. Vamos al desierto y encontremos caminos para llegar a la libertad, a la fraternidad, a ser hijos verdaderos.